Debo el título de este artículo a mi amigo, ya fallecido, el escritor navarro José María Cabodevilla. Es el titulo de uno de sus 33 libros. Lamentablemente, al ir a buscar el ejemplar en mi biblioteca, no lo he encontrado, aunque lo he tenido y leído. Quería citar alguno de sus párrafos. Será para otra ocasión.
Veo en el título tres partes esenciales. En primer lugar el adverbio “aun”. Lo considero pertinente en estos momentos porque la situación mundial en la que estamos inmersos es aterradora. Miles de muertos, muchos más miles de infectados, miedo metido en los huesos, derrumbe de la economía, insolidaridad en la gestión de la crisis, actuaciones irresponsables de ciudadanos y ciudadanas que desoyen no solo las recomendaciones sino las órdenes… Pues bien, a pesar de todas esas terribles circunstancias, aun podemos mantener la alegría. Luego diré por qué.
En segundo lugar, aparece la expresión “es posible”. Lo cual quiere decir que no es seguro el alcance de esa meta a la que deseamos llegar. Porque hay que trabajar de manera perseverante, inteligente y esforzada. La alegría no es un regalo, es una conquista. Decía Mahatma Ghandi: “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma”. Cuando digo que es posible estoy pensando en que, si no hay esfuerzo inteligente, puede ser que no se consiga. “Llegué por el dolor a la alegría”, afirmaba el poeta José Hierro.
Los actos aislados y colectivos de heroísmo, y de generosidad que se están produciendo son innumerables. Esos actos hacen posible la alegría. Hablo de heroísmo no en términos figurados sino estrictos. Personas que arriesgan la propia vida para salvar la ajena. Y hablo de generosidad. Empresas que, a pesar de que la situación económica es incierta, destinan tiempos y materiales de forma gratuita para satisfacer necesidades apremiantes. Mi cuñado Antonio Gámiz ha puesto su fábrica textil Bassette a producir mascarillas que el Ayuntamiento de Priego de Córdoba repartirá a las personas que las necesiten. Los padres de mi amiga Irene Martín Ruano entregan su habilidad y su tiempo para confeccionar mascarillas para el Centro de Salud de El Palo. Mi suegra y su hermana le hacen un bizcocho a la farmacéutica que les lleva las medicinas a domicilio. Mi amigo Antonio Molina, policía local de Rincón de la Victoria, me cuenta con emoción que acude con sus compañeros a felicitar a quien cumple años para celebrarlo comunitariamente desde la calle… Por poner algunos ejemplos cercanos. Hay quien dona dinero, quien ofrece tiempo, quien entrega ayuda y afecto a quienes lo necesitan. Innumerables hechos que propician y justifican la alegría.
En tercer lugar, nos encontramos con el concepto nuclear del título: “la alegría”. La alegría es un sentimiento de placer producido por un suceso favorable que suele manifestarse con buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o a la sonrisa. Henry Bergson dice que “la alegría anuncia siempre que la vida ha triunfado, que ha ganado terreno, que ha conseguido una victoria: toda gran alegría tiene un acento triunfal”.
Dice el novelista español Benjamín Jarnés, escritor de la Generación del 27, que “el júbilo verdadero solo se adquiere a costa de un dolor vencido”. Estoy seguro de que podremos vencer la angustia, el miedo, el sufrimiento y la desesperanza de esta horrible crisis.
Existe diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable debido a la importancia personal que se entrega a las causas de dicha felicidad. Una persona puede ser feliz, por ejemplo, por la familia que tiene y otra puede serlo al alcanzar una posición laboral deseada.
La alegría es un estado emocional momentáneo y espontáneo.La alegría es considerada una emoción, o sea, una reacción física instintiva. A pesar de ser temporal, la alegría es necesaria como una forma de enfrentar la vida, como camino para alcanzar la felicidad.
Qué alegría, decimos cuando nos dan una buena noticia, cuando henos conseguido un éxito o cuando nos visita un amigo. Pues bien, espero que pronto podamos recuperar alegrías que nos han abandonado: la alegría de viajar, de asistir a un concierto, de ir al cine a ver una película con los amigos, de salir a cenar al restaurante favorito, de dar un largo paseo por las calles de la ciudad o por el monte, de preparar con esmero las próximas vacaciones, de salir de compras sin miedo alguno, de asistir a una conferencia o a la presentación de un libro…
Mientras tanto podemos disfrutar de muchas otras que la prisa o el ajetreo nos robaban: la alegría de leer durante horas, de ver una película en familia, de hacer algunas llamadas para recuperar una vieja amistad, de charlar largamente con los hijos, de ordenar aquellos viejos materiales, de poner orden en los ajetreados recuerdos, de dormir unas horas más, de descubrir todos los rincones de la casa, de repasar las fotografías de antiguos viajes, de emprender una actividad manual, de reparar aquella mecedora renqueante, echar unas partidas de parchís…
Tengo abierta por la página 178 el libro de Jaume Soler y M. Mercè Conangla titulado “La ecología emocional. El arte de transformar positivamente las emociones”. Y leo lo siguiente: “Escoger la alegría como la mejor opción para vivir es una elección que hay que renovar cada día de forma consciente. Es la decisión de levantarnos y elegir un filtro brillante y transparente o uno opaco y gris”.
Cuenta a continuación la historia del discípulo de un venerable sabio que estaba sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz a pesar de las dificultades que vivía. Un día le dijo:
– Maestro, ¿cómo es que se te ve siempre tan contento y satisfecho?
El maestro contestó:
– Cada mañana, cuando me despierto, me hago esta pregunta a mí mismo: ¿qué elijo hoy, alegría o tristeza? Y siempre elijo alegría.
Aun es posible la alegría. Hay motivos indiscutibles. El descenso de la curva del contagio, la escalada imparable de curaciones, la disminución diaria de fallecidos, la búsqueda apresurada de antídotos y vacunas, el trabajo heroico de los sanitarios, la multiplicación incesante de acciones solidarias, la convivencia familiar, el tiempo libre para actividades de ocio, la próximas salidas de los niños y las niñas, la esperanza del regreso a la vida normal, el aprendizaje online de la mano de maestros y maestras sacrificados y entusiastas…
He leído recientemente la novela finalista del último premio Planeta 2019, “Alegría”, del aragonés Manuel Vilas. En la página 145 se puede leer: “Porque la alegría es mi responsabilidad como ser humano. Es la fundación de mi naturaleza”. En la penúltima página desea el autor que la alegría sea contagiosa, “con un contagio que vaya de un ser humano a otro ser humano en una cadena sigilosa”. Y yo añado: ojalá se contagie la alegría con más celeridad y eficacia que se transmite el coronavirus.
Mario Benedetti habla con su admirable sensibilidad poética de la alegría:
“Defender la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias transitorias/ y las definitivas/
defender la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/ de los neutrales y los neutrones/ de las dulces infamias/ y de los graves diagnósticos/
defender la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía/ de los ingenuos y de los canallas/ de la retórica y de los paros cardíacos/ de las endemias y las academias/…”.
He querido acortar esta cita. Y no he podido hacerlo antes. A medida que iba transcribiendo me invadía el temor de que yo no podía decir nada mejor que lo que estaba diciendo en su poema mi admirado Benedetti. Por eso es el poeta quien pone el punto final.
Miguel: gracias por este bello artículo y lleno de esperanza… y creo definitivamente que aún es posible la alegría y contagiarla a todos, familiares, amigos, conocidos y aquellos que probablemente solo veremos una vez…dejándo en ellos algo que no cuesta y al mismo tiempo muy valioso.. hoy tu ya hiciste conmigo tu parte. Muchas gracias y un abrazo
Querida Mónica:
Gracias ate pòr dedicar tu tiempo a leerme y por escribir este hermoso comentario.
Ojalá que la alegría fuese contagiosa. En realidad lo es.Quien comparte la vida con personas alegres tiene muchas invitaciones para ser también feliz.
En mi vida he utilizado muchas veces este lema: Que mi comunidad (escuela, familia, ciudad, país…) sea ,mejor porque yo trabajo o vivo en ella.
La alegría de los demás es una causa importante de alegría.
Muchos besos.
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Miguel: me encantó tu lema, si me lo permites a partir de hoy lo haré mío…. pensar así me parece genial. Un abrazo desde Guadalajara, México
Querida Mónica:
Gracias por hacer tuyas estas ideas.
Ojalá que nos pudiésemos contagiar la alegría unos a otros.
Los momentos son duros y difíciles, pero no podemos perder la esperanza.
BESOS.
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Querido Maestro!
Hoy me he levantado con la lectura de su comentario que ha llenado mi despertar con una inyección de alegría.
Estoy de acuerdo en que tenemos que pensar que el mundo , la historia, los acontecimientos siguen su curso.
Y aunque estemos viviendo una época atroz, la alegría supone un incentivo vital para seguir adelante.
Preciosas el poema de Benedetti, me ha conmovido el alma, nos faltan palabras bonitas en estos tiempos.
“Sonreír para borrar y olvidar lo que nos duele es la mejor forma de avanzat”
No hay nada más hermoso que llenar nuestro corazón de las cosas más sencillas que son las que nos aportan las mayores alegrías.
La alegría sincera es un espejo que refleja nuestro interior, es poner en un escaparate nuestra alma.
Es un subidón que se manifiesta en el cuerpo y en la mente y nos lleva a disfrutar de momentos inolvidables.
Hay que llenarse de cosas que nos enriquezcan y la alegría es una de ellas, que te den la suficiente motivación para seguir cada día.
Ha dado en el clavo con hacernos pensar en lo bonito de la vida, en lo que tenemos en el corazón y que ofrecemos sin esperar recompensa a los demás, en los niños que son el motor del mundo, en la avivez de los recuerdos que teníamos dormidos, en el reconocimiento del amor al prójimo, en la ayuda a los que la necesitan, en caer en la cuenta que todos somos necesarios , en encontrar la humanidad de las personas, en disfrutar de los espacios tan cercanos y callados, en descubrir nuestras propias historias vitales que fruto de las prisas las teníamos escondidas en el olvido.
¡Cuantas alegrías nos trae vivir la vida!
No se cuenta los tiempos vividos sino los que has disfrutado con buenos sentimientos.
Si este tiempo nos hace mejores personas, con más inteligencia , habremos conseguido triunfos hermosos en esta guerra.
Lo que no perderemos será la esperanza, aunque la maldad nos hunda será la alegría la que nos eleve convirtiéndonos en personas más fuertes y valientes.
Son en estas situaciones cuando nos damos cuenta que a pesar del caos, la tragedia y la pena, son los actos altruistas los que nos dignifican y los que nos hacen pensar y nos demuestran que el mundo está habitado en su mayoría por gente buena.
Quiero terminar , ya que mañana salen los niños, dando ánimos para ellos y aconsejando que hay que sembrar ideas nobles en la mente de nuestros niños para que el día de mañana germinen en su corazón y les permitan crecer en alegría.
No hay mejor forma de abrirse paso por la vida que con unas pinceladas de alegría en el corazón.
Y sin más me despido alegre de contar con tantos amigos en el blog.
Un abrazo para todos/as.
Querida Loly:
Gracias por tu extenso y emocionante comentario.
Siempre nacen de los manantiales de tu mente aguas limpias y de los manantiales de tu corazón aguas saludables.
Claro que hay motivos de alegría en la vida.
Hace unos meses visité en Chile la casa natal de Violeta Parra y me acordé de su hermosa canción Gracias a la vida que me ha dado tanto. Lo que pasa es que a veces, una pequeña cosa que nos falte nos hace olvidar todo lo demás.
Ojalá que mañana los niños y las niñas puedan disfrutar de la primera salida después del confinamiento.
Muchos besos.
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Tus palabras me animan a seguir con “alegría ” lo que esperamos sea el fin de esta pesadilla. Una vez más, te doy mi enhorabuena. Un fuerte abrazo.
Querida Paqui:
Gracias por leerme y, sobre todo, por la gentileza de escribir estas líneas. Soy yo quien agradece y felicita. No hay artículo sin unos ojos que quieran leerlo.
Me hubiera gustado reproducir íntegro el poema de Benedetti pero no tenía espacio suficiente. Solo he transcrito la mitad. Es fantástico. Aunque sin apasionarme, me ha gustado el libro “Alegría” de Manuel Vilas.
Besos.
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Claro que es posible la alegría: 🙂
Cada sábado leo con alegría y emoción
lo que nos tiene preparado un señor activo, viajero y playero;
simpático, empático y protestón (dicho en el mejor de los sentidos);
creativo, persuasivo y mensajero.
Metido a poeta soy nefasto. Sirvan estos epítetos para mostrarte siempre mi respeto.
Un abrazo.
Querido Juan Carlos:
Gracias por los adjetivos que has elegido.
Es también un motivo de alegría tener lectores como tú que, cada semana, te reconfortan fielmente con la lectura y la aportación de un comentario que enriquece siempre el artículo de partida.Buen fin de semana y, si mañana sales con tus hijos, que disfrutes del sol de la calle y del paseo.
Un abrazo.
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Pienso que es muy saludable hablar de alegría en tiempos que más bien se nos habla de tristeza. Todo va en lo que cada uno mire: hay montones de situaciones tristes y también de alegres, como los aplausos y satisfacción cuando uno es liberado de la UCI, como los aplausos diarios a los que se exponen por nuestra salud.
Personalmente ni estoy triste ni tengo razón para ello, pero si me acongoja los que sufren por la enfermedad y por la terrible situación económica de tantos.
Es curioso que el esfuerzo y el sudor dé, al menos a mí, más alegría que la vida relajada. He hecho algún relajado crucero y unas cuantas y sudorosas rutas en bicicleta. Siempre he disfrutado más en estas últimas y me he sentido más satisfecho y feliz.
Como bien dices, creo que la felicidad es un estado de ánimo. La inactividad me parece opuesta a la felicidad, a la alegría.
De todos modos, en la situación actual de encierro, de enfermedad, de situaciones económicas críticas, es muy difícil encontrar algún apoyo para la alegría.
Mi conclusión es: pensar que todo esto pasará y volverá a salir el sol. Esa esperanza debe se fuente de alegría.
Un cordial saludo, Miguel Ángel, extensible a todos los que te siguen.
Querido Joaquín:
Claro que estamos en un momento de nuestra historia cargado de incertidumbre, de angustia, de dolor, de desesperanza. Las personas temen por su vida y la de sus seres queridos, por sus negocios, por empleo, por el miedo al contagio…
Mario Benedetti nos da algunas claves. Me hubiera gustado reproducir íntegro el poema, pera resultaba demasiado largo para convertirse en una cita de artículo.
Me gustó mucho, al hilo de lo que dices, el libro de Luis Rojas Marcos “Contra la adversidad”.
La alegría está en la superación del dolor.
Un gran abrazo para ti y para Ana Mari.
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Querido Miguel Ángel:
¡Que bonitas palabras las tuyas! Esta es tu contribución generosa a la situacion que vivimos…unos curan el cuerpo, otros ayudan en nuestro sustento alimenticio y tu, nos alegras el Alma con tus palabras.
Siempre gracias
Mariangeles
Querida Mariangeles:
Gracias por leer y pro escribir.
Gracias por tus hermosas palabras.
Imagino que estáis los cuatro atravesando este largo túnel del que esperamos ver pronto La Luz en la salida.
No nos podemos quedar sentados en la oscuridad de la desesperanza.
Besos.
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Miguel Angel:
Hermosas palabras, como siempre leerle o escucharte es una alegría!!!!!
Gracias!
Querida Griselda:
Qué alegría saber de ti después de todas aquellas inquietudes compartidas.
Nos ha parado en seco esta crisis.
Yo tengo la esperanza de que saldremos fortalecidos.
Besos y gracias por tus palabras.
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Querido amigo doctor Miguel Ángel.
Descubrir la alegría y compartirla, dar y recibir.
Gracias por sus palabras.
Marisol
Querida Marisol:
Me alegra recibir desde Colombia estas palabras alentadoras.
Gracias por leerme y por tomarte la molestia de enviar este comentario.
Deseo lo mejor a todos los docentes de Uniminuto.
Besos.
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Que escritura tan maravillosa. La alegria nos guiara en la vida. Hay que conquistarla. La vida con alegria es mas llevadera Me ayudo mucho esta lectura.
Gracias de corazon.
Estimado Tomás:
Gracias por la lectura y la valoración que haces del texto.
Es necesaria la alegría especialmente en estos momentos tan dramáticos.
Ojalá que la alegría se nos contagie más mejor que el virus.
Un abrazo.
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Estimado maestro. soy Eduardo Ortega de Quito Ecuador. Soy docente y también estudié Periodismo.Gracias por su articulo. Muy pertinente y útil en estos días. Estoy de acuerdo ,la alegría y la esperanza nunca se deben perder, pues sin ellas no es posible seguir adelante.. Además como lo señala en su artículo, la alegría es una decisión personal aun en medio de crisis y pandemias, como la que estamos viviendo. Gracias por sus frases, me han sido de ayuda . Espero después de estos meses recibir la grata noticia de que un nuevo libro suyo ha sido publicado. Me he releído algunos de sus obras en estas semanas. Un abrazo a la distancia y ojo, cuando venga a Quito me gustaría conocerlo personalmente. y poder entregarle mi libro que contiene algunas citas de sus libros y que contiene al igual que su libro “La pedagogía contra Frankestein,” 102 artículos sobre familia, educación, sociedad e historia. Tal vez cuando pase esta criisis ,me pueda encaminar, para ver la posibilidad de que homosapiens lo publique. .
Querido Eduardo:
Gracias por tus palabras y enhorabuena por tu libro. Gracias también por tus citas.
Tenía una invitación para viajar a Quito, pero no sé si será posible con esta dichosa crisis.
Mantengamos la esperanza.
Precisamente en el mes de mayo publicaré en Homo Sapiens EDUCAR EL CORAZÓN.LOS SENTIMIENTOS EN LA ESCUELA.
Un gran abrazo en la distancia.
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Gracias. Espero su nuevo libro llegue al Ecuador. Estaré pendiente
Estimado Eduardo:
Espero que asi sea, aunque ahora está todo parado. Ni siquiera podré ir a la Feria del Libro de BsAs.
Ojalá nos veamos en Quito.
Un abrazo.
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Interesante temática amigo Miguel!. Como siempre brindando tus enseñanzas mediante las palabras… y como bien dices que la alegría triunfe…. así triunfará la vida!!! Abrazo a cuatro!!!
Estimado Cruz:
Es una alegría poder estar en contacto a pesar de la distancia entre nuestros dos países.
Espero que la evolución de la crisis permita que nos volvamos a encontrar pronto.
Voy a publicar con Perico un nuevo libro en mayo. Se titula EDUCAR EL CORAZÓN. LOS SENTIMIENTOS EN LA ESCUELA.
UN GRAN ABRAZO y gracias.
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Querido Maestro Miguel Ángel:
En este preciso momento me invade la alegría, pues podemos continuar manteniendo una comunicación (aunque a ratos se hace inestable esta conectividad), y entonces valoró muchísimo más estos instantes.
Siento al igual que muchas personas, una verdadera montaña rusa de emociones, en donde varios especialistas nos recomiendan incorporar ciertas rutinas que nos puedan ayudar a alivianar en cierto modo aquellos efectos del encierro de esta pandemia.
Sin embargo, quiero compartir mi experiencia. Al comienzo seguí estas recomendaciones, levantándome muy temprano, en lo posible manteniendo el orden y limpieza del hogar de manera muy prolija, cocinando e innovando en algunas recetas, colobarando desde el teletrabajo. También hablando por teléfono con mi familia y cercanos. Y así terminaba muy rápido el día.
Hoy he tomado una manera mucho más pausada, sin sobreexigencias, tratando de acercarme mucho más a mi propio descubrimiento, contemplando un bello paisaje de otoño., sintiendo la paz de mi entorno, aumentando mucho más las conversaciones con mis hijos, etc.
Efectivamente concuerdo con su mirada en que la alegría puede continuar, y desde mi realidad, veo y siento en cada gesto solidario, en la sencillez de y majestuosidad en que se muestra la naturaleza, y por supuesto en la dicha de sentirnos vivos.
Cuando uno expresa y comparte sus propias emociones a través del arte de la literatura, también se convierte en herramientas que fortalecen nuestra esperanza.
Mucha fuerza y amor, para volver a encontrar alegría, la cual está dentro de cada corazón.
Con el cariño de siempre, Eliana.
San Nicolás, Chile.
QUERIDA ELIANA:
Es una pena tener que vivir estos momentos tan dramáticos, pero es necesario superar la adversidad.
Hundirse en la miseria no sirve para nada.
Me alegra que podamos mantener el contacto a través de este medio y compartir ideas y sentimientos.
Besos y gracias.
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Reconforta mucho cada una de sus palabras mi recordado profe.
Desde que inició esta crisis, todos los días pienso en las necesidades de la gente, el dolor que sienten muchos por perder sus seres queridos, las pocas facilidades que tienen mis estudiantes para continuar con sus procesos académicos (ni señal telefónica tienen) y cada una de sus consecuencias, son muchas en realidad.
No imaginé que iba a ser testigo de algo parecido a lo que leía en historia. La peste negra por ejemplo era un hecho que me sorprendía sin llegar a imaginarme que algo parecido estaría cerca.
Es un tiempo difícil para todos pero hay que tener esperanza, vamos a recobrar todo aquello que nos llenaba el alma de felicidad, cuando haya estabilidad, supongo que no seremos los mismos, debemos transformarnos en personas mejores, debemos valorar más la vida, hacer todo con entusiasmo, aprovechar el tiempo y amar, amar mucho.
Dan Brown en su libro Inferno, recordó unas líneas de Dante Alighieri, muy oportunas en estos tiempos:
“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”
Justo lo terminaba de leer cuando todo esto comenzó.
Querida Diana:
Muchas gracias por leer el artículo y por este estupendo comentario.
He leído el libro de Brown. Muy oportuna la cita que compartes con los lectores y lectoras del blog.
La crisis es terrible y castiga de nuevo a los más vulnerables.
Tenemos que ser inteligentes y salir fortalecidos, más unidos y solidarios.
Besos y gracias.
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Querido Miguel Ángel qué “alegría” que tus palabras se impregnen de emociones, ojalá la Escuela que genere el Coronavirus, las tenga en cuenta. Vivimos un cúmulo de emociones: miedro, tristeza, ira…y también alegría al comprobar que hay cada vez menos muertos, que nuestros equipos sanitarios están fuertes y con optimismo. Me emocioné ayer, cuando una persona de los equipos sanitarios empezó a bailar con una paciente que había estado mucho tiempo convaleciente sin poder moverse…¡eso es una alegría!
Este artículo me ha trasladado a otro que escribiste “La Idea más Hermosa” Nunca había oído nada hermoso, nada positivo de boca de sus familiares, profesores, amigos y compañeros. ¿Cómo es posible crecer en esas condiciones? ¿Cómo se puede ser feliz? ¿Cómo es posible ser buena persona? Decía Anne Freud.”Qué buenos se vuelven los niños cuando se les quiere”.La escuela ha sido siempre el reino de lo cognitivo, no de lo afectivo. Como dice Filliozat en su libro “El corazón tiene sus razones”: “En el colegio se aprende historia, geografía, matemáticas, lengua, dibujo, gimnasia… Pero, ¿qué se aprende con respecto a la afectividad? Nada. Absolutamente nada sobre cómo intervenir cuando se desencadena un conflicto. Absolutamente nada sobre el duelo, el control del miedo o la expresión de la cólera”. Sería una alegría que empecemos a tomarnos en serio La Educación Emocional en la Escuela. La Alegría de la Tristeza (Benedetti)—“ el dolor por el dolor ajeno es una constancia de estar vivo después de todo / pese a todo
hay una alegría extraña / desbloqueada en saber que aún podemos estar tristes. Gracias Miguel Ángel
Querida María José:
Te eché de menos la semana pasada y te echaba de menos en esta ya que tus comentarios siempre son ricos y aleccionadores.
Como el de hoy, en el que abogas por la educación emocional.
En elk mes de mayo pensaba presentar en la Feria del Libro de BsAs mi nuevo libro EDUCAR EL CORAZÓN. LOS SENTIMIENTOS EN LA ESCUELA. Hago reflexiones teóricas y propuestas práctica para la escuela y para el aula.
Ojalá que esta crisis nos toque el corazón a todos y a todas.
Muchas gracias por este nuevo comentario.
Muchos besos.
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Recordar a Cabodevilla me lleva a épocas felices de mi adolescencia. A corrido tanta agua bajo el puente… También yo supe alguna vez poseer algunos de sus libros. Sin duda la alegría es uno de los ejercicios más difíciles de la vida. La alegría en tiempos atravesados por el miedo, por la angustia, por la incertidumbre, por el dolor y por tantas injusticias. Su práctica hace más linda y más larga la vida y más feliz la vida de otros.
Defenderla al infinito. Benedetti siempre tan cerca del corazón.
Querida Verónica:
Sí, ha corrido mucha agua baja el puente… El agua que se llevó a José María hace ya 17 años. Parece mentira.
Gracias por asomarte de nuevo a esta ventana que ya lleva abierta esos mismos años, desde 2004.
Es necesaria esta llamada a la alegría cuando todo parece llevarnos a la desesperanza y a la tristeza. Defenderla del horror. Nosotros estamos viviendo una situación muy crítica con cientos de fallecidos cada día desde hace ya dos meses.
Por eso Benedetti puso el punto final. Ni vi forma mejor de hacerlo.
Beso y gracias.
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Aquí también la vida es difícil, por múltiples razones. Bueno, en Argentina, desde que tengo uso de razón, es dura, difícil y compleja. Formamos parte de ese mundo ignorado. Sudakas, tercer mundo, y otros calificativos nos definen. Pero según pasan los años es peor. Es por ello que hace 27 años, un día decidí, contra o a favor de todo, defender la alegría. No fue fácil. Me alejé de todos los medios que trasmitieran noticias, diarios televisión, radios, y otros. Si total las malas noticias alguien te las cuenta. Y bajo el lema “la vida es bella” he llegado a mis 60. Sabiendo cada día, que siempre y a pesar de todo, la vida es un regalo.
Querida Verónica:
Durante todos estos años he viajado a Argentina foso tres veces al año. Efectivamente, los problemas se han ido sucediendo, no digo agravando, porque tengo una visión optimista de la historia.
Lo que veo admirable es tu actitud de mantener una visión positiva de la vida. No hay postura más sabia que la que nos lleva a ser felices y a ser buenas personas.
Gracias por tu ejemplo. Gracias por compartirlo en estas líneas. Sigamos a Benedetti como prosélitos de la verdad.
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La alegría genera ondas que se desparraman, sin querer, a tu alrededor.
Hay una Argentina bellísima. No tomes como una queja lo que digo. Esta época en la que me toca vivir es la más bella, simplemente porque me toca VIVIR. La vida es una aventura siempre, una fiesta a la que estamos invitados, salvo que no todas las veces nos toca bailar con el más lindo. Brindo contigo por la vida, por la alegría y por ser siempre constructores de un mundo más habitable. Un cariño inmenso, más allá del tiempo y la distancia.
Querida Verónica:
Hoy he impartido una conferencia online para una universidad de Bogotá. Les hacía esta invitación que tú haces para que el contagio de la alegría sea más rápido y más eficaz que el virus del covid-19.
También lo digo: la mejor época para vivir es la que nos ha tocado. Porque no hay otra.
Estoy convencido de que la familia humana saldrá fortalecido de esta crisis, sabiendo distinguir mejor lo que es fundamental y lo que es accesorio, descubriendo el valor de la solidaridad y potenciando los valores que nos hagan vivir en un mundo más sostenible y más habitable.
Cuando no se ve el sol, no es que no esté, es que hay que esperar a que se vayan las nubes.
Besos y gracias por estar de nuevo.
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Apreciado Dr. Santos, comentaristas y lectores saludos a todos.
Personalmente Dr. yo espero con ansía cada viernes sus artículos. Ahora entiendo que son difíciles experiencias y en su lectura generosamente ilumina la ruta. En un artículo de su autoría de fecha 2010, que lleva por título “Una pretensión problemática: educar para los valores y preparar para la vida”. sin duda, pese a los tiempos de muros, usted construye puentes, por ejemplo al relatar que cuando las familias apoyan con ejemplos, las tareas de los académicos serían más fácil de logra.. Acciones generosas de su entorno más cercano, esperanzadoras y se ajustan con sabiduría al título del presente texto, “aún es posible la alegría”. Y a propósito de alegría, me embargo cuando el diario otras voces en educación, hace dos días, 27 de abril del presente, comparte una entrevista de su autoría con el título “que tu escuela sea mejor porque tú trabajas en ella”. Estupendos los análisis y por los artículos, gracias.
Querida Lourdes:
Veo que hace los deberes con creces. Lees el artículo de la semana y haces referencia a otros ya publicados.
Y lees muchas otras cosas que cultivan la mente y alimentan el corazón.
Es en al lectura donde encontramos muchas veces la sabiduría necesaria para afrontar situaciones difíciles como la presente.
Gracias por tus generosas palabras.
Besos y hasta otro día.
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Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.