Hice referencia la semana pasada en este mismo espacio a la hermosa iniciativa que ha tenido la doctora Cristina Marín, adjunta de Cirugía General del Hospital Universitario La Princesa de Madrid.
Por si alguien no sabe en qué consiste, la expongo de forma sucinta. Con lógica y sensibilidad piensa que los enfermos de coronavirius pasan mucho tiempo solos, sin recibir visitas de familiares y amigos. Los médicos y las enfermeras no disponen de tiempo para servir de compañía a quienes permanecen día y noche angustiados en sus habitaciones hospitalarias. Propone la doctora que le escribamos una carta a esos enfermos desconocidos. Una carta que habría que enviar a esta dirección de correo: cartas.venceremos.covid19@gmail.com. Piensa con cordura que esa presencia invisible de quien escribe será un consuelo en la enfermedad para quien está sufriendo. La dirección del correo lleva también en su enunciado la fe en la victoria.
Reproduzco íntegramente la carta que, siguiendo la iniciativa, envié al correo indicado con la esperanza de que llegue a buen destino.
Querido amigo (querida amiga): Solo sé de ti dos cosas, que estás enfermo y que estás solo. No sé si eres de izquierdas o de derechas, joven o mayor, creyente o agnóstico, inmigrante o autóctono, rico o pobre, blanco o negro, hombreo mujer… Sé que estás afectado por el coronavirus y sé que estás confinado en la cama de una habitación hospitalaria, esperando la evolución de tu enfermedad. Más que suficiente para dedicarte mi tiempo y para expresarte mi afecto. Quiero compartir contigo algunas ideas y algunos sentimientos.
No desesperes. La esperanza dela curación es la mitad de su logro. Tienes que mantener la convicción de que te vas a curar. La fuerza del optimismo te ayudará a mantener el ánimo. Tienes que ves la parte llena de la botella. Tengo un amigo que es muy bajito y que dice que él es optimista por naturaleza ya que, por su estatura, solo vela parte llena de la botella.
El médico y filósofo persa Ibn Sina (980-1037) , padre de la medicina moderna, decía: La imaginación es la mitad de la enfermedad. La tranquilidad es la mitad del remedio. Y la paciencia es el comienzo de la cura”.
Es cierto que los optimistas ven alguna vez una luz donde no existe pero, ¿por qué los pesimistas quieren ir a apagarla inmediatamente? No seas como los habitantes de la ciudad boliviana de Potosí que tienen fama de ser muy pesimistas, tanto, que se les ha acuñado el siguiente dicho: cuando un potosino se desmaya, no vuelve en sí, vuelve en no. Mie gustaría que, cuando despiertas coda día, vuelvas en sí, en el sí de la mejoría, en el sí de la completa curación.
No te sientas solo. Tienes a tu lado (aunque no físicamente) a muchas personas. De tu familia, de tus amigos y de toda la ciudadanía de este país. Probablemente estés más acompañado que nunca.
No eres un número más de la estadística de personas contagiadas que nos brindan cada día. Eres una persona que nos importa a todos y a todas como ser único, irrepetible e irreemplazable que eres.
Tienes que estar animado no solo por ti sino por la alegría que nos vas a dar cuando veamos que pasas de la lista de contagiados a la lista de curados con carácter definitivo.
Déjate cuidar. El equipo médico que te asiste vela por ti día y noche. Tiene una competencia profesional extraordinaria y se desvive para recuperar tu salud. Sigue fielmente sus instrucciones y sus recomendaciones, aunque te incomoden.
Estás en buenas manos. Estoy seguro de que te ayudarán a salir de ese túnel oscuro en el que te encuentras. Camina hacia la luz. No te quedes sentado en la oscuridad y la falta de aire. El túnel, por definición, es limitado. Los profesionales que te cuidan te ayudarán a salir.
Tengo un blog en el que escribo cada sábado. Espero que, cuando te recuperes, entres en él y me leas y me escribas. Yo te contestaré. Se llama El Adarve.
Saldrás fortalecido de esa habitación. Más optimista. Más solidario. Más entusiasta. Porque valorarás mucho más la salud, la familia y la vida.
Cuando superamos una adversidad nos hacemos más fuertes. Nos hacemos mejores personas. Ten ánimo. Tu lucha es la mía. Es la de todos. Tu victoria será una parte más de la victoria final.
Me uniré entusiasmado al aplauso que te brindarán los profesionales de la salud que te han curado cuando abandones la cama del hospital.
Te mando un enorme abrazo. Desde tan lejos como estamos, no corremos peligro. Te aseguro que está lleno de afecto, de estímulo y de fuerza”.
Hasta aquí la carta. Y ahora algunas reflexiones sobre la iniciativa. de la doctora Cristina Marín. Una iniciativa que va más allá de la dimensión técnica de la sanidad. La iniciativa se refiere a la dimensión humana. Recuerdo una entrañable anécdota que contaba Eduardo Galeano, no sé ahora en cuál de sus libros. Decía que una anciana le pedía varias veces al día al médico que la cuidaba que le tomara la tensión. Lo hacía de forma insistente, un tanto angustiosa. El médico no sabía explicarse el porqué de esa insistencia. Al final descubrió que lo que deseaba la paciente no era saber la medida exacta de su tensión. Lo que quería realmente era que el médico la tocase. La soledad tenía una profundidad más grande que la misma enfermedad que padecía.
La segunda reflexión que deseo hacer sobre la iniciativa de la doctora Marín tiene que ver con la capacidad infinita de creatividad que tiene el ser humano. Esa capacidad de descubrir algo nuevo, de proponer algo que nunca antes se había hecho, algo que rompe las fronteras de lo cotidiano, de las rutinas, de lo conocido.
La tercera se refiere a la solidaridad, a la capacidad de salir de nosotros mismos para pensar en el otro, en este caso, en ese ser doliente que está solo mucho tiempo, angustiado por lo que puede pasar con la evolución de una enfermedad desconocida que le tiene atenazado en la cama de un Hospital y que incluso le amenaza con la muerte.
La cuarta es la sensibilidad hacia las iniciativas que otros han propuesto. Las iniciativas solidarias prenden en la ciudadanía de forma rápida y generosa. Miles y miles de personas se han puesto manos a la obra para redactar esa carta que pretende suscitar una sonrisa en un rostro tenso por el dolor y por el miedo. Una cata que el paciente puede tener sobre su mesita de noche y releer cuando lo desee. Una carta que puede guardar como testimonio y recuerdo de la solidaridad humana.
Esta crisis mundial nos puede hacer mejores. Más solidarios, más sensibles, más conscientes de lo que es esencial y de lo que es accesorio. Permitidme traer a colación las conocidas ideas de Albert Einstein sobre la oportunidad que nos brindan las crisis: “Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
Estoy seguro de que, juntos, la vamos a superar. Y de que vamos a salir mejorados de ella. Es muy certero el lema que está empezando a circular con rapidez y fuerza por las redes: la vacuna eres tú.
Prof. Miguel Santos: le hago llegar mi cariño desde Concepción Paraguay, me conmovió su misiva dirigida a aquellas personas solitarias. Hoy quiero complementar sus palabras con algunas citas bíblicas, lo que Dios nos dice. *No desesperes: «No se inquieten, Dios cuidará sus corazones» Filipenses 4:6,7. *Déjate cuidar :»….. Porque Él cuida de ustedes…» 1 Pedro 5:7. * Saldrás fortalecido de esa habitación: «Te fortaleceré y te ayudaré porque yo soy tu Dios» Isaías 41:10. Realmente Dios está escuchando nuestras súplicas. A usted, que continúe deleitándonos con sus saberes, su experiencia. Y ojalá muy pronto le escuchemos por Paraguay, por Concepción, quizás en setiembre por ahí cuando venga a la Argentina. Hasta pronto.
Querida Norma:
Gracias por leer tan pronto el artículo y por las referencias bíblicas que aportas en tu comentario. Ayudarán a las personas creyentes.
Ojalá que pase pronto esta terrible crisis y que podamos vernos en Concepción.
Besos y gracias.
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Querido y recordado profesor
MIGUEL ANGEL. SANTOS. GUERRA
Desde. 🇨🇱 un saludo de hermosos recuerdos , recuerdos de tanto aprender de su parte , para aplicar en estos momentos de incertidumbre mundial
Para comprender aplicamos el :
Observar al mundo
Analizar enfermedad
Comparar a otros países
Reflexionar el POR QUÉ
Decidir a apoyar
Comprender la soledad
Proponer despertar
Actuar solidariamente
Y por último
INNOVAR FORMAS DE VIVIR
Preocupado por ud y familia
Atte. Jorge. Espinosa. Gutierrez
Fundacion. Creando. Futuro
De. Chile 🇨🇱
El que aprende con orgasmo en el alma Jajajaja. Un abrazo fraterno 🤗🤗🤗🤗🤗👍👍👍👍
Enviado desde mi iPhone
Querido Jorge:
Cuánto y cómo me acuerdo de ti.
Se me ensancha el corazón al pensar en aquellos días en los que te oía decir: «Pero cómo he sido tan huevón que no he visto todo esto yo antes». Eres único.
Y ahí sigues con tu deseo de aprender y compartir.
Me ha alegrado mucho recibir este comentario tan hermoso.
Cuando viajo a Chile siempre me acuerdo de ti.
Un gran abrazo.
Y gracias por enviar este magnífico comentario.
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Decía Malala que cuando el mundo entero está en silencio, hasta una sola voz se hace poderosa. Esta crisis ha hecho que el Mundo entero esté en silencio, llorando las pérdidas, buscando soluciones…Las miradas se han convertido en ventanas a la esperanza y la voz poderosa ha sido la SOLIDARIDAD, porque como tú bien dices estimado Miguel Ángel, es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Trabajemos nuestros talentos y habilidades y saquemos lo mejor para encontrar soluciones. Apoyemos a los más afectados en esta crisis. Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos. A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.(Madre Teresa de Calcuta). Gracias a todas las personas solidarias que desde su casa han hecho mascarillas en impresoras 3D, con máquinas de coser, han adaptado gafas de buzo y las han convertido en respiradores. Personas famosas han hecho donaciones para los más necesitados, empresas y universidades se han implicado para diseñar y crear equipos sanitarios… Los balcones y ventanas se siguen llenando de agradecimientos para los profesionales de la sanidad, los cuerpos de seguridad del estado, de alimentación y transportes…y a los niños y niñas que están demostrando que son unos verdaderos campeones y campeonas. Mi más sincero agradecimiento. En estos momentos me siento muy orgullosa del mundo en que vivimos.
Querida María José:
Es cierto lo que dices. Y lo dices muy bien.
Hay una avalancha de generosidad y de bondad en la sociedad. El corazón humano está lleno de compasión por otros seres humanos que sufren.
Cuántos gestos de solidaridad estamos viendo en pequeños y mayores. Cómo no reconocerlos.
Lo que pasa es que muchas veces ponemos el énfasis en lo negativo que vemos a nuestro alrededor y en nosotros mismos.
Estoy seguro de que saldremos de esta situación fortalecidos.
Gracias, María José, por tu comentario.
Besos.
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Buenas Magister!
Hoy estamos de suerte..jeje
Dos en uno, un artículo y una carta. Gracias.
También creo (no sé si por terca esperanza cómo dice un amigo mio), que de esta saldremos mejor y más humanos. Lo que no sé es cuanto nos va a durar y qué hacer para alargar esta ola de humanidad,solidaridad y agradecimiento.
Hoy agradecer y compartir dos alegrías. Saber que voy por la vida de «bajito» al ver la realidad de la media botella llena y segundo comprobrar a mi alrededor que muchos estamos descubriendo algo esencial en biología, astrofisica y Neurociencia » que mi ombligo no es el centro del Universo»..
Vamos el Ubuntu de toda la vida
«Yo soy, si nosotros somos»
Un fuerte abrazo también a Lourdes y Carla. Espero que pronto sea físico y metafísico.
Gracias Miguel Ángel.
Un saludo con sincero afecto.
Querido Miguel, querida Gema:
Cualquier semilla que cae en tierra tan buena como vuestro corazón hace que crezca un árbol maravilloso cargado de frutos.
Da gusto escribir para personas como vosotros.
Decía hace un momento contestando a María José Robles que estoy seguro de que saldremos fortalecidos de la crisis como seres humanos esforzados, solidarios y compasivos.
Un gran abrazo.
Y, como siempre, gracias.
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Pienso que si la vacuna eres tú, todos nosotros, todos sin distinción somos los remedios, los que tenemos que volver a mediar para que no se escape esta oportunidad de la cercanía en los malestares que nos sobrevienen y que dejemos de molestar y «malestar», aprovechando esta oportunidad de fraternidad y conciliación tan necesaria y no se vuelva al camino malandado del neoliberalismo tan suicida que nos ahoga a todos de mil maneras. Salud a todas y todos, porque de esta nos la merecemos par seguir bregando, porque ya nos estamos entrenando. Saludos con salud.
Querido josem:
Siempre es un placer tenerte por aquí, con tus palabras inteligentes y sensibles.
Saldremos de esta.
Y saldremos más fuertes, más lúcidos y más compasivos.
Porque estamos descubriendo cuanto nos necesitamos. Cuánto podemos dar y cuánto podemos recibir unos de otros.
Un gran abrazo, querido amigo.
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Querido M. Ángel.
Como siempre, cercano y comprensivo.
Conmovedor y valiente.
Es difícil sentirme optimista cuando diariamente recibo 1 ó 2 wasaps anunciandome el fatal desenlace de alguien que conozco, que hace unos días hablé con él/ella. Familiares, amigos. Que no puede ser, que me lo tienen que decir dos veces porq parece imposible.
No veo la botella medio llena.
Y tengo miedo, de verdad, miedo. No es el miedo que uno siente ante una película de terror, ese se acaba al salir del cine o apagando el televisor. Es un miedo duradero.
Estoy deseando alcanzar el famoso pico para que bajemos la curva, cuesta abajo, corriendo, sin frenos …
Y cuando esto pase, la sensación que nos va a quedar cómo va a ser. Tantos como se han quedado en la cuneta , sí ,
como antaño, sin poderles coger la mano en el último momento.
Y el miedo de que le pueda tocar a uno de los mios, es una angustia pegajosa.
Hay unas imagenes en tv de un señor de 86 años que sale curado del hospital, y su familiar que lo recibe temblorosa, cada vez que las veo lloro de emoción, qué bien cuantas cosas le habrá tocado ver y superar. Y lo ha conseguido.
Por otro lado pienso, pues claro, se puede, si la cifra de curados también crece. Y me ilusiono y pienso que estamos subiendo la cuesta (Serrat) y que es un día menos. Y que aún tengo cosas en la despensa para que mi familia no salga a la calle a buscar comida.
Alegrándonos con pequeñas cosas y así no perder del todo la ilusion y la esperanza.
Te mando un abrazo muy cariñoso para ti y tu familia.
Carmen
Querida Carmen:
Cómo no sentir el dolor, cómo no tener miedo.
Pero ahí está la fuerza de la voluntad humana y el coraje que nace del optimismo, de las ganas de superarse, de luchar y de ayudar a los demás.
El miedo nos puede atenazar o nos puede estimular a buscar soluciones y a desarrollarla solidaridad.
Estamos descubriendo que nos necesitamos, que necesitamos ayudarnos para sobrevivir. Es un gran descubrimiento.
Estamos descubriendo que hay personas mayores que necesitan ayuda.
Estamos descubriendo que lo más importante no ese dinero, ni la fama ni el poder, ni las cosas…
Estamos descubriendo que hay mucha solidaridad en el corazón de los seres humanos…
Aún es posible la alegría.
Besos, querida Carmen.
Y gracias por estar ahí.
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Estimado Profesor Miguel Angel Santos Guerra: Sus palabras se convierten en esperanza, paz y por sobre todo en amor. Mi nombre es Eliana., tengo 38 años, dos hijos (Tomás 18..y Vicente 16)..Me dedico a la enseñanza, como educadora diferencial, y también realizo algunas terapias alternativas. He trabajado desde muy joven, pasando muchas horas fuera de casa. Hoy esta realidad me permite volver a mi hogar, compartir con mis hijos, cocinar, jardinear, etc.
Tuve la fortuna de conocerlo en la ciudad de San Carlos ( región de Ñuble, la segunda más afectada en Chile por casos de Coronavirus).
Quiero expresar y compartir mis palabras de solidaridad con todos aquellos quienes hoy están dando la batalla. Es una misión en donde todos debemos ser parte de este antídoto. Leí por ahí.. «el virus es nada.. El terreno lo es todo»…. De esta manera, creo y confío en que dicho terreno lo podemos afianzar con un simple acto.. «solidaridad».
Muchas gracias por sus reflexiones e iniciativa. Escribiré la carta, con la convicción de podremoa vencer y comenzar una nueva etapa.
Solo Dios puede guiarnos y dar protección a nuestra humanidad.
Confiemos en que saldremos de esta, agradeciendo la maravillosa oportunidad en que hoy pudimos unirnos.
Como terapeuta aprendí una frase que transformó mi vida «todo es perfecto, y todo ocurre por el bien mayor». Desde mi escenario actual, comprendo en que todas las experiencias vividas me prepararon.
Tengo una misión, seguir entregando amor….
Un abrazo afectuoso, Eliana Cáceres. San Nicolás,🇨🇱
Querida Eliana:
Gracias por compatir tu experiencia, tus sentimientos y tus ideas.
Hermoso comentario.
Tienes razón: solo la solidaridad nos puedr salvar.
Estoy seguro de que saldremos más fuertes de esta crisis, con el dolor de haber perdido a seres queridos.
Te mando un fuerte abrazo desde este encierro necesario.
MÁS
Los escritores o los que aman a escribir son unos apasionados de las palabras, son nuestros más fiel compañeros y siempre saben expresar lo que sentimos. Recurramos a ellos. UN Saludo a mi querido MIGUEL ANGEL SANTOS.
Querida Carolina:
Me ha hecho mucha ilusión ver tu comentario en el blog.
Gracias por tus palabras, tan generosas y alentadoras.
Espero que pronto recuperemos la normalidad y podamos vernos.
Os deseamos lo mejora ti y a tu familia.
Besos de Carla y Lourdes.
MÁS
Querido Maestro!
Que humano es su comentario y que emotiva su carta.
Estoy muy agradecida a sus generosas palabras que me dedicó en el anterior comentario, me ha llenado el alma saber que me habéis echado de menos y que se habeis preocupado por mi.
¡Me siento querida en este blog!
Siempre lo digo, porqué es verdad, que lo que más valoro en la vida son los afectos y en estos tiempos tan difíciles se agradece mucho más que alguien te recuerde y se muestre interesado por ti.
¡No tengo con qué pagarselo Maestro!
Es momento de reflexionar y hacerse algunas preguntas:
¿Si fuéramos capaces de dejar entrar el tiempo en nuestras vidas cuando él lo pide?
¿Si fuéramos valientes y dejáramos que nos acompañe en las pérdidas, en lo bueno y cuando nos sentimos solos?
El tiempo es un compañero de viaje y no un enemigo como imaginamos.
Cuando estamos perdidos, como en estos momentos, nos salva, cuando le damos espacio y días hace su función.
Si nos paramos, como ahora, nos escuchamos, nos queremos, sabremos todo lo que necesitamos para aliviar nuestro sufrimiento y dolor y daremos la importancia que tiene a lo sencillo, lo cotidiano, a lo que antes nos parecia rutina diaria.
¿Y qué decir de los achuchones de los besos, de los abrazos, de los miles y bonitos contactos?
¿Madre mía, cuantas cosas teníamos y que poca importancia le debamos?
Solo el tiempo te hace ver lo importante que es el amor.
Cuando vivimos estas horribles situaciones y creemos que todo está perdido, cuando hemos cambiado el norte y el camino no tiene sentido, llega el tiempo y nos cuenta al oído que todo pasa y que saldremos fortalecidos.
El tiempo es el que se encarga de ir situando cada cosa en su lugar, cada pensamiento y cada emoción.
¡Él y ahora más que nunca, es el que nos dice que nada es definitivo, que es duro el mar de las ausencias, que es mejor tener miles de besos que mucha cantidad en la cartera, que es increíble el mundo de los sueños, que la solidaridad hacia los otros nos llena el alma y de qué manera!
Ahora tenemos mucho tiempo pero que sea activo lleno de actos, ayuda y reflexión con gestos simples pero que llenen el corazón.
Si cada uno de todos nosotros ponemos nuestros esfuerzos para que este mal no consiga extinguirse habremos ganado.
¡Tengo la certeza de que lo conseguiremos!
Sin más me despido de todos devolviendo los afectos que he recibido.
Hasta la próxima.
Querida Loly:
¿Qué ha pasado?
Has comenzado tu comentario sabatino y no lo has concluido.
He esperado unas horas por si volvías a la tarea, pero veo que no.
Como todos estamos en vilo en estos días espero que nos cuentes qué ha pasado.
Gracias por lo que has dicho pero ahí han quedado unos intrigantes puntos suspensivos.
Besos.
MÁS
Querida Loly:
Bueno, ya está todo el comentario aquí. Habían llegado solo las dos primeras líneas…
¡Y qué comentario!
Magníficas reflexiones sobre el tiempo y magníficas preguntas para hacernos pensar.
Claro que se te quiere en este blog.
Ya ves que Joaquín preguntaba hoy mismo por ti.
Y qué bueno que sigas escribiendo, como siempre lo haces, desde el corazón.
Cuántas cosas podemos aprender si mantenemos la mente despierta y el corazón abierto.
Gracias por estar ahí.
Un grandísimo abrazo.
MÁS
Querido Miguel Ángel, ¡Cuántas cosas buenas y cuántos buenos sentimientos afloran en los momentos difíciles!
El mismo hecho de de aceptar quedarnos encerrados en casa para no contaminar o ser contaminados indica bondad.
La idea de la carta para aliviar la soledad, el dolor y angustia de la enfermedad, indica bondad. Te diré que ya la semana pasada me uní a esa idea.
Me parece muy hermoso lo que transmites en el artículo. También lo que dice Albert Einstein sobre las crisis.
Yo creo que muchas cosas cambiarán cuando todo esto se supere. Muchas vidas se llevará por delante. Es lo triste, pero volverá a lucir el sol y habremos aprendido muchas cosas, entre otras a discernir qué es lo importante en la vida y lo secundario.
Deseo que este Gran Hermano universal se pase lo mejor posible.
No he visto a Loly por aquí, y siempre estaba. Deseo de corazón que esté bien.
Desde mi encierro, saludos a todos.
Querido Joaquín:
Ya has visto que Loly ha enviado su comentario de cada sábado. Vistos los tiempos, pareciera que había respondido a tu reclamo
Yo también estaba preocupado por su ausencia de dos semanas.
En estos tiempos de angustia, te echas a temblar por los contagios.
En muchos momentos pienso que estamos viviendo en el ensayo general de una película de terror.
El precio que vamos a pagar es enorme. Demasiadas muertes,demasiado dolor, demasiada angustia.
Pero saldremos adelante con muchos aprendizajes si somos inteligentes.
Un gran abrazo, querido amigo.
Y gracias. Gracias, sí. Una vez más.
MÁS
Saludos Dr. Santos, comentaristas y lectores. Con el artículo a un enfermo de coronavirus y la fotografía que le acompaña, hace sentido que se anima la relación que se establece entre el enfermo y el cuidador. La vocación se hace aún más notoria ante la alerta sanitaria. De igual manera, para las instituciones de salud se hacen más visibles las relaciones que si antes existían, no se extendían tanto, así como ocuparse de las necesidades en salud del paciente y también de las del cuidador. Cuidar de otro bien, implica que seguramente, cuidan así de ellos por los afectos ganados y lo cual hace compartir la experiencia. Sin duda, también envuelve la consciencia y el agradecimiento. Apreciado Dr. cada semana muestra artículos y textos relevantes con la cara de una realidad, oportunidades para mejorar la labor y la vocación, mi gratitud por ofrecer serios procesos de reflexión para la educación.
Querida Lourdes:
No sé qué pasó con mi primera contestación a tu comentario.
Interesante perspectiva la que planteas sobre la relación del enfermo con el cuidador/sanador.
Efectivamente, la foto es muy relevante al respecto.
Gracias una vez más.
Besos de España gasta México.
MÁS
Hola querido maestro.
Desde este extremo del planeta miramos hacia el norte con los ojos muy grandes, primero incrédulos, luego muy atentos, bastante atemorizados. Y oramos todo el tiempo.
Aquí al sur peleamos hace tiempo con otra plaga, el dengue. Este flagelo que ya se ha cobrado muchas vidas, en mi pueblo de dos diez por seis cuadras, donde todos nos conocemos, sabemos dónde y con quién vive cada uno, y todo duele mucho por la cercanía, hemos perdido tres abuelos.
Estamos cumpliendo nuestra cuarentena.
No nos atrevemos siquiera a imaginar cuánto podría llegar a lastimarnos el coronavirus aquí en nuestro tercer mundo, con casi nada, en el país donde todo lo atamos con alambre.
Entonces nos encerramos y fabricamos alcohol en gel, barbijos, y todo lo que podemos para darnos una mano y otra y otra.
Pero tenemos mucha fe. Sabemos que después de las tormentas siempre sale el sol.
Nos echamos de menos, nosotros que nos abrazamos todo el tiempo. Que compartimos un mate con la misma bombilla, que nos comemos un asado en familia los domingos.
Pero estamos encerrados, convencidos de que todos juntos vamos a salir de ésto.
Nos duele con un dolor globalizado cada ser que sufre en las terapias. Sabemos que necesita antes que nada SER ABRAZADO. Por eso la idea de la carta a un enfermo me parece acertada y maravillosa. Nada como un abrazo, aunque sea virtual.
Sigan escribiendo cartas a vuestros hermanos.
Sigan creyendo con fuerza que esto ya llega al fin. Que la luz está cerca.
Gran abrazo maestro.
Cuídense mucho.
Tengan fe y paciencia.
Esto también pasará.
Querido Maestro . Miguel Ángel Santos Guerra. Un placer leer los artículos que públicas cada sábado. Espero seguir con tus lecciones de humanidad y rescate de personas tan grande como la Doctora y miles más. Esta a la vista que somos miserias y grandeza al mismo tiempo. Fuerza para todos.
Buenas tardes Maestro. Desde la ciudad de Ybycui Paragual, le saludo, leyendo los artículos cada sábado y en estos tiempos de búsqueda de sanación corporal y espiritual de muchos hermanos del mundo , es un placer aburrirnos de sus mensajes cargado de humanidad y sabiduría. La solidaridad sin límites está a la vista :la miseria y la grandeza que somos al mismo tiempo. Salud y bendiciones.
Querida María Meza:
Me alegro de hoy te hayas hecho presente en el blog con este hermoso comentario.
Muchas gracias.
La crisis hace aflorar lo mejor y lo peor que tenemos los seres humanos.
Ojalá descubramos en ella que todos nos necesitamos y que la solidaridad y la compasión son indispensables para que podamos avanzar hacia una sociedad más justa y más hermosa. Una sociedad en la que quepamos todos y no solo los privilegiados.
Besos.
MÁS
Palabras que salen del alma. Gracias mi querido amigo, doctor Miguel Ángel.
Querida Marisol:
Gracias a ti por leer el artículo y por enviar este comentario.
Soy yo quien tiene que estar agradecido.
Besos.
MÁS
Hola querido maestro.
Desde este extremo del planeta miramos hacia el norte con los ojos muy grandes, primero incrédulos, luego muy atentos, bastante atemorizados. Y oramos todo el tiempo.
Aquí al sur peleamos hace tiempo con otra plaga, el dengue. Este flagelo que ya se ha cobrado muchas vidas, en mi pueblo de de seis por diez cuadras y menos de dos mil habitantes, donde todos nos conocemos, sabemos dónde y con quién vive cada uno, y todo duele mucho por la cercanía, hemos perdido a más de un abuelo.
Estamos cumpliendo nuestra cuarentena.
No nos atrevemos siquiera a imaginar cuánto podría llegar a lastimarnos el coronavirus aquí en nuestro tercer mundo, con casi nada, en el país donde todo lo atamos con alambre.
Entonces nos encerramos y fabricamos alcohol en gel, barbijos, y todo lo que podemos para darnos una mano y otra y otra.
Pero tenemos mucha fe. Sabemos que después de las tormentas siempre sale el sol.
Nos echamos de menos, nosotros que nos abrazamos todo el tiempo. Que compartimos un mate con la misma bombilla, que nos comemos un asado en familia los domingos.
Pero estamos encerrados, convencidos de que todos juntos vamos a salir de ésto.
Nos duele con un dolor globalizado cada ser que sufre en las terapias. Sabemos que necesita antes que nada SER ABRAZADO. Por eso la idea de la carta a un enfermo me parece acertada y maravillosa. Nada como un abrazo, aunque sea virtual.
Sigan escribiendo cartas a vuestros hermanos.
Sigan creyendo con fuerza que esto ya llega al fin. Que la luz está cerca.
Cuídense mucho.
Tengan fe y paciencia.
Esto también pasará.
Un gran abrazo desde el interior de Córdoba, Argentina.
Hola MÁS.
Interesante tu propuesta de esta semana. Ya veo que está ampliamente comentada.
En mi caso la escritura ha ido al lado contrario, al de los confinados. En estos momentos de encierro la gente busca ávidamente recursos o medios para pasar el tiempo. Tiempo del que, afortunada o desafortunadamente, disponemos mucho. Es por ello que he adelantado la publicación del siguiente número de mi revista de Educación Física. En él podrás encontrar una pequeña y humilde reflexión sobre la salud en relación al bienestar de las personas. Os invito a que lo leais.
https://emasf.webcindario.com/Editorial_64.pdf
Un abrazo!
P.D. Me imagino qeu tendrás aparcado el tema de la docencia en casa para otra semana.
Querido Juan Carlos:
Buena iniciativa para lis desocupados que ven pasar las horas en sus casas. Buena lectura.
Leeré con atención tus reflexiones sobre la salud.
Efectivamwnte, ya tengo preparado el artículo sobre Los profesores en tiempo de coronavirus.
Gracias por estar ahí como siempre.
Un gran abrazo.
MÁS
Me parece estupenda la iniciativa de esta doctora.
También me ha gusta la carta que has enviado a ese paciente desconocido.
Ojalá pueda llegar y ojalá también que pueda ponerse en contacto contigo cuando se recupere.
Me está preocupando mucho el número de muertos que causa el virus en nuestro país. Esos ya no podrán celebrar la victoria sobre la pandemia. Y sus familiares lo harán con un fondo enorme de tristeza.
Creo que estos momentos lo mejor es no perder la esperanza y seguir a rajatabla las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Un abrazo para ti y para todos los comentaristas y lectores.
Saludos e tiempos aciagos que pasarán.
Querida María José:
A mí me encantaría que la carta haya llegado a un enfermo, que ese enfermo la haya leído y que, después de curarse, me pueda escribir en este blog. Lo haría saber a todos mis lectores.
También me gustaría que, aprovechando la lectura de este artículo, algunos lectores se hayan decidido a escribir su carta. Es una pena que no podamos saber si llega a su destinatario pero, al menos, lo habríamos intentado.
Todos los minúsculos gestos de solidaridad se suman para mejorar este mundo.
Besos y gracias, Marta.
MÁS
Excelente carta. Imagino que llenará de consuelo a quien la reciba.
Yo me pongo también a la tarea.
No sabemos cómo está funcionando la iniciativa, pero creo que alguien estará haciendo de cartero para esos pacientes, tan necesitados de compañía.
Estimado Juan Antonio:
Me encanta saber que alguien más se suma a la iniciativa.
Es difícil comprobar lo que pasa con las cartas que se escriben pero, lo que está en nuestra mano, es escribirla.
Luego dependemos del mecanismo de entrega.
No sabemos si existirá ese cartero estupendo que le hará llegar la carta aun enfermo. Esperemos que sí.
Cultivemos la solidaridad.
Un abrazo y gracias.
MÁS
Cada vez me preocupan más los muertos.
Ellos no verán la recuperación que, sin duda, llegará.
Por eso me parece muy bien que se les pueda enviar un pequeño consuelo a través de una carta.
No sé cómo estará funcionando la iniciativa. Me gustaría que todas las cartas llegasen a sus destinatarios. Eso requiere que no solo se lance la iniciativa sino que llegue a buen término.
Lo cual requiere que alguien se dedique a llevarla a buen fin.
Nadie dice nada al respecto.
Y me gustaría que se animase a seguir escribiendo.
Querida María:
Pues sí, creo que sería interesante mantener la iniciativa pero con alguna garantía de que llegue a buen término.
Porque de lo que se trata es de que las cartas lleguen a sus destinatarios.
Claro que el colapso sanitario dificulta este tipo de actividades.
Como digo en el artículo, me gustaría que el paciente al que llegue mi carta se pusiera en contacto conmigo una vez superada la pandemia.
Gracias por leer, por escribir y por estar ahí luchando cada día.
Besos.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
Te sigo hace muchos años, desde que viniste a la Facultad de Educación de Granada a dar una Conferencia y desde entonces te admiro.
Me ha parecido una idea admirable escribir esta carta a un enfermo de coronavirus. Y lo haré. Yo, por desgracia, conozco la soledad de un hospital. Desde que mi niño nació hemos Estado todas las semanas en un hospital recibiendo un tratamiento. Por desgracia, hace 3 meses mi pequeño se nos fue con 8 añitos y no hay dolor más grande.
Bueno conozco muy bien a las personas que trabajan en los hospitales y son muy humanas, sufren por sus pacientes y los admiro por la manera de tratarlos y el cariño que les demuestran.
Te seguiré leyendo y escribiendo.
Un gran abrazo de los que ahora tanto anhelamos. Y como dicen en mi tierra muchos besicos
Querida Elisabel:
Qué alegría encontrarte de nuevo después de tanto tiempo.
Muchas gracias por haberme seguido desde entonces y por compartir cosas tan importantes de tu vida.
No hay mayor dolor que perder un hijo. Sabes que nos hay en el diccionario una palabra para designar a los padres/madres que lo pierden. Un abrazo (virtual) lleno de emoción para vosotros.
¡Lo que habréis tenido que vivir en los hospitales!
He trabajado mucho con médicos en lo poquito que sé: cómo ayudar a formar mejores profesionales.
Ojalá que tu carta llegue a su destinatario. Seguro que estará llena de inteligencia y sensibilidad.
Tengo una cuñada que es maestra en Granada. Su marido fue Director del Instituto Mariana Pineda. Sé muy bien que ahí se dan besicos.
Te los mando a montones.
Gracias.
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no conocía esta niciativa y me parece muy interesante.
estoy viviéndolo ahora como paciente y me siento interpelada.
Además las crisis de tocar fondo tanto en lo físico como en lo emocional Son una buena oportunidad para repasar Y sería una pena hacerlo sin hacer cambios y valorar el tipo de vida que queremos tanto en lo personal como en lo político porque tiene implicaciones muy variadas.
gracias Miguel Angel por estar ahí siempre por delante. un beso.
Querida Chis:
Menudo peso me has quitado de encima esta mañana después de 17 días de silencio.
Menos mal que has podido atravesar ese largo, oscuro y asfixiante túnel.Ya estás viendo La Luz.
Escribí la carta pensando en la soledad que, como dices, se añade al «tocar fondo en lo físico».
Me alegro muchísimo de que estés mejor.
Beso.
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Sr. Santos Guerra, en ocasiones accedí a sus escritos, pero es la primera vez que respondo a uno. Me quedo con algunas líneas»fe en la victoria», «la tranquilidad es la mitad del remedio», «la crisis aflora lo mejor del ser humano»…
Escribiré una carta en esa dirección ya que estaré aportando un grano de arena en la soledad y recuperación de un enfermo.
Soy estudiante de la carrera de Trabajo Social de la ciudad de Concepción – Paraguay.
Saludos y mi respeto.
Gracias, Fabiana, por haberme leído en otras ocasiones y por haber escrito en esta.
Me alegra saber que te vas a unir a esta hermosa iniciativa.
Creo que es la hora de la solidaridad.
Saldremos de este tiempo crítico con optmismo y responsabilidad.
Besos y ánimo.
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Querido Miguel: pocas veces escribo para comentar tus presentaciones. En esta oportunidad no puedo dejar de hacerlo para expresar que me sorprende tu alta sensibilidad y acierto para estar en todos los temas de contingencia de una forma llena de emocionabilidad e inteligencia. Es un privilegio contar contigo. Un abrazo desde Chile.
Estimado Aldo:
No sabes cuánto me alegro de verte por aquí.
Me gustaría que lo hicieras más veces porque no siempre se tiene la oportunidad de contar con comentaristas de tanta competencia.
Gracias por tus amables y generosas palabras.
Un gran abrazo desde este país tan azotado por la crisis.
De cualquier modo me abrazo a la esperanza.
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