El pasado sábado dediqué el artículo a presentar la somera crónica de una experiencia pedagógica. Por si algún lector que ahora se ha asomado a este artículo no lo leyó, recuerdo que se titulaba Una ciudad llamada “Adelante”. Se trataba de la descripción de una iniciativa llevada a cabo hace muchos años en un aula de Primaria. En ese mismo texto hacía referencia a otras experiencias que he realizado y planteé la posibilidad de ocuparme de alguna de ellas. Lo hago hoy. Hablaré de una iniciativa similar, pero ésta de carácter institucional. Es decir no limitada a un aula sino a toda la escuela.
Hay diferencias notables, además de la citada. Una, de contexto académico. La anterior en Primaria y ésta en Bachillerato. Otra de carácter histórico: la segunda tuvo lugar diez años después que la primera (aquella en 1962, ésta en 1972). Todavía duraba el franquismo, aunque estaba ya en sus estertores. La tercera que deseo comentar, entre otras muchas diferencias, es que ésta tuvo lugar en un internado, aquella en un Colegio abierto. Y la cuarta: geográficamente estamos en otro lugar de España. Entonces en Asturias, ahora en Galicia. Concretamente en la ciudad de Tui (Pontevedra).
El nombre de la ciudad era Walden Tres. Llevaba yo un tiempo dedicado al estudio de las utopías de un tipo (propuesta de sociedades ideales) y de otro (amenazas de mundos horribles). A punto estuve después de dirigir una tesis sobre la presencia de la educación en todo tipo de utopías. El tema me sigue interesando. No hace mucho escribí un capítulo en el libro “Utopías”, coordinado por Jesús Martín Ostios. Cito en él a Ernest Bloch cuando dice que ser persona es tener una utopía.
Henry David Thoreau escribió una novela utópica titulada “Walden. La vida entre los bosques”. Posteriormente Burrhus Frederik Skinner publicó “Walden Dos”, una utopía construida sobre los postulados de la psicología conductista. Me empapé de muchas lecturas. Y propuse con los alumnos construir nuestra propia utopía: una ciudad que llevaría por nombre Walden Tres, nombre que no implicaba ningún tipo de alineamiento con los principios psicológicos del autor de Walden Dos. Por el contrario, el número 3 nos distanciaba de ellos.
Dice un cronista, ciudadano de Walden Tres, sobre aquella historia: “Seis años antes de aprobarse la Constitución Española, el 2 de noviembre de 1972, en la ciudad de Tui y después de un largo debate, un grupo de 90 jóvenes entre 14 y 16 años decidimos fundar una ciudad modelo. Ese día, el recién elegido alcalde de nuestra ciudad recibió una paloma de papel en la que podía leerse: “Inauguración en Tui de una nueva ciudad. 1972”. Y a partir de ese momento comenzó una experiencia inolvidable”.
Los principios fundamentales de Walden Tres, las leyes constituyentes, surgidas de amplios debates y de las votaciones pertinentes, eran cinco (por eso la bandera tenía cinco estrellas):
1. Respeto a la persona como deber primerísimo.
2. El servicio como disposición consciente y creciente de dar y darse.
3. La responsabilidad como ejercicio progresivo de libertad.
4. La insatisfacción en la búsqueda de la madurez humana y religiosa.
5. El coraje y la alegría como clima de juventud.
El himno de Walden Tres era “Creemos el hombre nuevo”, con letra de Rafael Alberti y cantado por Aguaviva. Comenzaba así:
“Creemos el hombre nuevo, cantando,/ el hombre nuevo de España, cantando,/ el hombre nuevo del mundo.
Canto esta noche de estrellas/ en que estoy solo, desterrado/ pero en la tierra no hay nadie/ que esté solo si está cantando/. Al árbol le acompañan las hojas/ y si está seco ya no es árbol,/ al pájaro, el viento, las nubes/y si está mudo ya no es pájaro…
Tengo delante de mí un número de la revista que llevaba el mismo nombre de la ciudad. Está fechada el 13 de abril de 1973. De ese número entresaco estas notas.
“En Walden 3 se trata de crear y difundir nuevas inquietudes, de dar cauce a nuestras ideas, de infundir en los demás ese grano de alegría, de responsabilidad y de servicio. En ella tratamos de expresarnos y de comprendernos, de unirnos y de estimularnos. Queremos ir haciendo cada vez más y mejor las cosas; luchar con más garra, con más fuerza. Ofrecer a todos el caudal de nuestras inquietudes y el calor de nuestros ideales”. Firma el ciudadano Vicente Pariente.
Recojo el mensaje del Alcalde, Ríos Faba, a la ciudadanía de Walden Tres con ocasión de un día pleno de libertad: “Yo quisiera que llevaseis por donde vayáis el calor de nuestras leyes, el espíritu de nuestros ideales y la alegría de nuestro vivir. Quisiera que todos los que contacten hoy con nosotros queden mejorados con nuestra presencia…”.
En un artículo titulado “Aprendices de jueces” dice Gregorio Camino: “Nuestros jueces son personas decentes que quieren corregirnos de nuestra mala conducta y no hacen más que ayudarnos… Son dos jueces que han nacido de la nada y son ya como los grandes jueces”.
Firma el artículo “Nuestras aventuras”, el ciudadano José Ignacio Gómez. Que dice:
“Diez son los principales parques que tiene Walden Tres. Diez campos de trabajo donde, de vez en cuando, quemamos nuestras horas por una ciudad más bella… Los ciudadanos de Walden Tres queremos que el florecer de las plantas en nuestras avenidas, sea un reflejo de nuestro florecer en esta primavera”.
Servando Gómez Oviedo habla del Banco, que se llamaba Bolingó (fraternidad en africano): “La organización del Banco no es muy compleja. De secretarios y más secretarios, nada. Eso de cajas fuertes, tampoco. Solo conseguimos un sitio para los dos banqueros y nada más. También conseguimos pintar un poco el local. Los banqueros tiene media hora al día para administrar la cuenta corriente. Castrillo y Campillo, banqueros a domicilio es, entre otros, un anuncio del Banco”.
Toda ciudad que se precie tiene que tener fiestas. Y de ellas habla Luis Miguel González García: “De todos esperadas, llegaron las fiestas, que se decían grandes, de Walden Tres y que en verdad lo fueron. Decimos que fueron grandes porque supusieron para nosotros, ciudadanos de esta pequeña pero gran ciudad, un gran subida en todos los sentidos… El programa de estas sabrosas fiestas fue largo, variado y original. Desde el pregón inaugural (muy original por cierto, recordándonos la gran batalla del general Custer) hasta una excursión a Santiago como un rastreo de arte…”.
En otro número de la revista Walden Tres aparece una carta dirigida al señor alcalde. Está firmada por Juan Antonio García Bouza, padre de uno de los ciudadanos, que había pasado algunos días conviviendo en la ciudad:
“Para mí, señor alcalde, estáis en camino de convertir Walden Tres (ciudad utópica) en una realidad hermosa y constructiva, tangible y realista; en una ciudad que madura y sedimenta; en mi humilde opinión , vuestra ciudad en breve, no será “lo imposible o el ideal”, será un forja de hombres, verdadera y palpitante”.
Cuando se cierra la experiencia, escribo en otro número de la revista un artículo titulado “Adiós, Walden Tres”:
“Walden Tres ha brindado la posibilidad de vivir en un nivel de mayor libertad, con las posibilidades y riesgos que esto supone. Libertad –y su ritmo- que algunos consideran excesivo, pero que no deja de tener su vertiente enriquecedora”.
La organización tenía una gran complejidad, por lo que ahora leo y recuerdo. Normativa para elecciones, organismos diversos, atribuciones y responsabilidades de los cargos, diversas comisiones, múltiples actividades (más de cincuenta), símbolos diversos (insignia, bandera, medallas de la ciudad), calles, leyes, Libro de Oro donde firmaban los visitantes, Libro de Actas…).
Uno de los ciudadanos relata así su valoración de la experiencia en otro número de la revista Walden Tres: “Para mí la ciudad es algo nuevo; es un movimiento que nosotros mismos hemos creado. En esta ciudad cada uno es responsable. El acierto de la ciudad para mí consiste en que por ella nos responsabilizamos más y aprendemos a organizarnos nosotros mismos”.
Cuántos recuerdos. Cuánta añoranza. Cuántas ilusiones e inquietudes. Cuántas emociones vividas. Gracias, ciudadanos de antaño en Walden Tres.
Querido Maestro!
A base de contarnos experiencias pedagógicas ilusionantes nos vamos haciendo a la idea que muchas veces la ilusión tiene más poder sobre nosotros que la realidad.
Yo también soy utópica!
¡Creo afanadamente en los sueños hermosos, en la bondad de las personas,
en los sentimientos profundos, en el quehacer diario, en el dar y recibir, en el respeto hacia las diferentes ideas de la gente, en el tiempo que da la razón al que la tiene, en la justicia humana y divina, en el poder que atrapa los sentimientos, en una vida plena!
Siempre he sentido como los sueños se esparcen en mi memoria con la creencia que se puede conseguir lo que te propones.
¡Se puede creer!
¡Se debe sentir!
¡Se necesita amar!
¡Bases todas llenas de inocencia en el corazón!
¡Luego te topas con la realidad a veces cruel, otras infinitamente dura, que te hacen mantener otra vez los pies en el suelo!
Pero en el fondo de mi ser, magníficamente adaptado a los desatinos de la vida, sigo con la creencia utópica que este mundo se puede cambiar, pero individualmente tenemos que colaborar para que así sea.
Los destinos marcan el alma de las personas pero está en nosotros seguir firmemente las buenas creencias.
Sus magníficas experiencias nos enseñan caminos que transitar.
Sin más me despido con un cordial saludo para todos.
Hola Loly como estas? Soy Marisa siempre participo del blog queria preguntarte si tuviste dificultad para publicar tu comentario, no puedo publicar el mio. Gracias un beso
Querida Marisa:
Ya ves que no había problema sino retraso en la incorporación al blog de tu comentario debido a mi viaje a Toledo. Espero que fuera eso.
De todos, si tienes problemas, házmelo saber.
Besos.
MAS
Querida Loly:
Me estoy retrasando en responder a los comentarios porque me encuentro de viaje participando en una original experiencia que está teniendo lugar en Ugena (Toledo). Se trata de un FESTIVAL ALTERNATIVO que tiene como ejes LA CREATIVIDAD Y LA EDUCACIÓN. Se denomina FACE (por si quieres buscar información en la re). Ha durado del 20 al 26, aunque yo he estado solo 25 y 26. Ayer impartí una conferencia titulada EDUCAR EN TIEMPOS REVUELTOS. Aquí se han congregado 700 personas, unas metidas en movimientos relacionados con un mundo sin escuelas, otros de escuelas alternativas y algunos que quieren transformar y mejorar la la escuela (entre los que me encuentro).
Me ha encantado, como siempre tu comentario de hoy. Enlazando con el tema propuesto llevas el agua de la reflexión y de las emociones al molino de tu vida. Y haces que todo suponga al servicio del entusiasmo, del coraje y de la bondad.
Me alegro mucho de que sigas tan fielmente en este blog haciendo aportaciones tan hermosas.
Besos y gracias.
MAS
Buenas tardes Miguel Angél cómo estás? Quiero contarles una situación increible que vivi ayer con uno de mis alumnos de 4° grado de primaria. Cuando el grupo está trabajando en dibujo, música etc, me siento a leer en la hermosa biblioteca que tenemos en el aula.
Ignacio me mira y me pregunta “¿qué estás leyendo seño que estás tan concentrada”?, le cuento estoy re leyendo un libro que se llama ” Evaluar con el corazon”.
Vuelve a preguntarme “¿Y es lindo, te gusta mucho”?, sin darme tiempo para responder me interroga nuevamente -“¿Quién lo escribió” Le hablo un poquito de vos, qué haces, donde vivís… Me escucha atentamente y me dice ” Pero eso es muy lejos, ¿Me mostras en el mapa donde vive Miguel Angel? Lo miramos juntos y se acercan otros niños y Nachito les cuenta que hacemos. En un momento me mira y me dice ” Quiero leer un libro de Miguel Angel, ¿escribe libros para nosotros?….
¡Qué maravilla Dios mio la palabra, la literatura cruza fronteras encuentra a las personas!!!! Con lagrimas en los ojos cuento esta experiencia porque me emocionó muchisimo. un cariño
Querida Marisa:
A mí también me ha emocionado tu historia, con tus alumnos arremolinados alrededor de ti y de mi libro.
Hace poco escribí en Homo Sapiens un cuento. Un cuento que no es un cuento sino una historia real. Se titula CARLA Y EL HADA DE LOS CHUPETES.
OJALÁ PUEDA REGALÁRTELO ALGÚN DIA PARA QUE S ELO LEAS A NACHITO, A IGNACIO y a todos tus alumnos y alumnas.
Recuérdamelo cuando nos veamos.
Besos y gracias por compartir.
MAS
Declina el día. El sol modera su inclemente torrente de luz y da paso a un atardecer amable. Pronto la gente saldrá a las calles y jardines a practicar los rituales del encuentro. Me esperan en el club social de mi urbanización, así que apenas tengo unos minutos para prender con alfileres un par de comentarios.
Observo la escasa participación de este sábado en el tema propuesto por Miguel Ángel de la ciudad joven de Walden 3. Las fechas en que estamos (final de las vacaciones) quizá nos alejen de la rutina semanal una de cuyas actividades es, para algunos de nosotros, leer y comentar si llega el caso los artículos del Adarve.
Puede ser también que el tema sea redundante pues ya se habló la semana pasada de una experiencia similar, más antigua y más limitada al mundo académico; pero que acapara mucho del interés y sorpresa del lector por el “efecto de primacía” (Miguel Ángel, que sabe de “disonancias cognitivas” seguro que sabe a qué me refiero con esta teoría psicológica)
Asumo también que la evocación de aquella experiencia de hace 46 años pueda parecer dirigida a navegantes del pasado que arriban al puerto de la actualidad desde el barco de la nostalgia.
O quizá la explicación sea mucho más sencilla y es que las respuestas para el capcha no funcionan bien. Este es la segunda vez que pruebo a enviar el comentario. A veces dudo ya de mis capacidades lingüísticas ya que “veinte – veinte” en dígitos es “0”, pero el seor “software”, me dice que no…
El caso es que para mí resultó una experiencia vital muy importante y compartiré en próximos comentarios algunos aspectos que recuerdo con especial cariño.
Nos leemos en breve.
Querido Jesús Marcial:
A nadie esperaba como a ti en esta entrada, querido ciudadano de WALDEN TRES. Eres tú quien verdaderamente puedes avalar el escrito de esta semana. Después de tantos años.
Ya ves que el problema estaba en mi viaje a Ugena (Toledo) par participar en el FESTIVAL ALTERNAIVO DE CREATIVIDAD Y EDUCACIÓN.
ESPERO IMPACIENTE TUS COMENTARIOS.
Un gran abrazo.
MAS
PD: Si hubiera problemas con la cancha, me gustaría conocerlos para hablar con los administradores del blog en el periódico.
Buenas tardes !! Quisiera compartir un hermoso momento que vivi el viernes con Ignacio mi alumno de cuarto grado. Cuando los niños estan en musica, dibujo…me siento a leer en nuestra biblioteca del aula, él me mira y me dice “que estas leyendo seño tan entreyenida? Le cuento que estoy re leyendo un libro que se llama “Evaluar con el corazón? Continua “Es lindo, quien lo escribió? Le cuento quien de vos Miguel, que haces, donde vivis…. Él. dice “vive lejos me mostras en el mapa” juntos miramos el mapa, se acercan otros niños y Nachito les cuenta que hacemos. Luego me mira y me dice ” yo quiero leer un libro de Migiel Angel escribe algo pata nosotros? Que maravilloso momento, que emocion… Un cariño
Hola a todo el mundo.
1.- Esta semana me veo en la obligación de escribir pronto. Me interesa el tema. Continúa y mejora al de la semana pasada. Me centraré en el principio fundamental de Walden Tres: “La responsabilidad como ejercicio progresivo de libertad”. Ya hablé la semana pasada algo sobre mi discurrir y opinión del término responsabilidad. Gracias Sr. Guerra por seguir con el tema. Para mí, este principio es el que encierra a la razón de ser del ser humano como tal. Incluso, disculpe Sr. Guerra, encerraría a los otros cuatros principios de Walden Tres. Tal vez la emoción del momento me impida explicarme con claridad. Sigo.
2.- La libertad sin capacidad de valerte por tí mismo no vale nada. Es una libertad utópica, queda a merced de la voluntad o libre albedrío de otros. Conoces la libertad pero no la practicas, dependes de otros. De qué te sirve tener dos o cuatro títulos Universitarios si estás aún a espensas de la vida regalada que te sutentan tus padres o Papá Estado. La libertad enseñada en las últimas décadas es un libertad así, insisto, utópica, desengañante, inejecutable o de muy de poca capacidad para hacerse real. La sociedad, los enseñantes, las familias, han basado el concepto de libertad en la idea de adquirir conocimientos y sacrificarse mucho. Es un error. Se quedan los estudiantes medio cegatos leyendo y a tanto leer no se enteran de nada.
3.- La verdadera libertad es valerte por tí mismo, aunque tu campo de acción sea ser limpiadora a domicilio, o barrendero, o mecánico. Y esa libertad no nace necesariamente del estudio y del sacrificio. Nace del sentido de la responsabilidad. Y ahora apelo a mis tiempos de cuando estuve en la guerra. Memoricé algo de aquellas ordenanzas que decía algo así como que “la mayor recompensa a que puede aspirar un soldado es a la íntima satisfacción del deber cumplido”. Ser responsable es dificil de definir, pero desde luedo no es estar a espensas de que los tuyos o Papá Estado te solucione tu problema de libertad. Ser responsable es poner toda tu energía en aportar a los tuyos y a todos los demás cuanto puedas. Cuando objetivamente veas que la balanza de aportaciones transita de ti hacia el mundo, te verás libre; y atado, cuando por más que seas, te sacrifiques, o sufras, tu libertad siga teniendo el precio de la dependencia de los demás. Los estudiantes de hoy se sacrifican como nunca lo han hecho los jóvenes, pero van sin brújula, van sin rumbo.
4.- Sigo en otro momento hablando sobre la responsabilidad, la única herramienta que conduce a la verdadera libertad.
¡Que tengan buena noche!
Estimado Quintiliano:
Sabias reflexiones que vienen bien, sobre todo, a la gente joven, fácilmente engañada por quienes manejan Lois conceptos en su provecho.
Creo que la raiz etimológica de responsabilidad es muy interesante: ser responsables ser capaz de responder. De responder como persona a las exigencias de la madurez. Eso no se consigue de un momento para otro. Se consigue con el tiempo, poco a poco. Nadie acaba siendo responsable de la noche a la mañana.
Creo que aquel primer principio de Walden Tres (que dio lugar a interesantes debates) fue crucial en el proyecto. Frecuentmenxte se recurría a él: “La responsabilidad como ejercicio progresivo de libertad”.El adjetivo “progresivo” era siempre cuestionado. ¿Quién señala el ritmo, los límites, los pasos adecuados? Algunos profesores me criticaban por entender que eran excesivos y apresurados los ritmos. Se corren riesgos, pero hay que aventurarse.
Seguimos en contacto.
Y gracias sentidas.
MAS
Córdoba, domingo, 26 de agosto.
Ayer, sábado, regresamos a Córdoba desde Madrid en el Ave. Ya he renunciado a los largos viajes en coche, tal como tiempo atrás hacía, puesto que este tren tiene la ventaja de, aparte de ser rápido y cómodo, que se puede leer tranquilamente, ya que hace dos años la empresa adoptó el criterio de que hubiera un vagón de silencio, lo que facilita la lectura a la que tan aficionado soy.
Volvemos con un montón de libros, y eso que me propuse comprar pocos ya que no sé dónde colocarlos dentro de la casa. Regreso leyendo “Decadencia”, la segunda obra, y voluminoso libro, de la trilogía que el filósofo francés Michel Onfray tiene previsto llevar a cabo. Trata de los orígenes y la formación del cristianismo, así como de la decadencia del judeocristianismo al cabo de los siglos de preeminencia en Occidente.
***
Al llegar a casa dos noticias: una buena y una mala. La buena es que todas las plantas han sobrevivido, dado que las pusimos en barreños llenos de agua en el cuarto de baño para que recibieran luz. La mala es que el aire acondicionado no funciona y, puesto que vivimos en un ático, el calor de ayer fue insoportable, por lo que hemos decidido pasar un par de días en un hotel que tenemos muy cerca a la espera de que sea arreglado pronto. (Sería la primera vez que lo hacemos, pero estar toda la tarde debajo de la ducha y por la noche sin dormir no es un placer para nadie.)
***
En esta ocasión, Miguel Ángel nos describe la práctica educativa, cargada de imaginación, que llevó a cabo en un internado de Tui, aplicando los mismos criterios que desarrolló en un colegio de Primaria una década antes en Oviedo.
Son varias las reflexiones que se pueden extraer del artículo. Yo me ceñiré especialmente a la idea de utopía que hay de fondo, así como algunas experiencias en las que he participado.
Y si tengo que hacer referencia a ese bello término, inmediatamente llega a mi memoria la revista Utopía que coordiné en los años ochenta y que se publicaba en Montilla, lugar en el que residí durante algún tiempo.
La editaba el Colectivo Carchena, formado por gente que nos movíamos en diferentes movimientos sociales: comités de solidaridad con Centroamérica, ecologistas, feministas, pacifistas… Lo cierto es que funcionó muy bien. La amistad y el compañerismo eran los ejes de las relaciones internas. No recibíamos ninguna subvención, al tiempo que la organización era asamblearia. Fueron años de gran entusiasmo y compromiso social. Llegamos hasta los 18 números, y no pudimos continuar dado que algunos de los miembros más implicados tuvieron que trasladarse fuera de Montilla por razones laborales.
***
La referencia personal más reciente al concepto de utopía podría estar hace unos meses cuando en la Facultad de Filosofía llevé a cabo la presentación de Juan José Tamayo, que es el secretario de la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII.
Aunque yo soy laico, podría decir que comparto un noventa por ciento de los criterios éticos y sociales que desarrollaba Tamayo, puesto que, en gran medida apelaba a la utopía, aunque él lo hiciera desde una perspectiva cristiana.
Lo más curioso es que en sus publicaciones hace una clara referencia al filósofo alemán Ernst Bloch, marxista y ateo, aunque su publicación “El principio esperanza”, trabajo extenso de tres volúmenes editado en nuestro país, ha sido muy estudiado por teólogos católicos y protestantes, tanto que el teólogo alemán protestante Jürgen Moltmann desarrollo la que el denominó como “Teología de la esperanza”.
Por otro lado, Juan José Tamayo llevó a cabo su tesis doctoral abordando la obra de Ernst Bloch. Este hecho sería un punto de interés común entre los dos, una vez que acabó la conferencia, y cuando nos fuimos a cenar a un bar en la judería cordobesa junto con otros amigos.
***
Cierro provisionalmente, a la espera de encontrarme en el estudio de casa sin el calor que azota a Córdoba en los meses de verano, especialmente en el de agosto.
Un cordial saludo a quienes siguen El Adarve.
Querido Aureliano:
Me gusta conocer vuestras idas y venidas porque siempre aderezadas de sugerencias bibliográficas, de museos atractivos y de magníficos personajes.
El tema de las utopías me tuvo atrapado Durante años. Lamenté mucho que el doctorando quien sugerí como núcleo la reflexión sobre el papel de la educación en las utopías más importantes no se animase a llevarlo a cabo.Se quedó en una simple propuesta.Pero yo me leí todo los que encontré al respecto.
Te remito al libro UTOPIAS al que hago alusión en el artículo. Uno de los que escriben, por cierto, es Julio Anguita, de tu Córdoba adoptiva.
Un abrazo a la espera de que hayas recuperado el aire acondicionado de la casa.
Gracias por el comentario.
MAS
A mí me parecen maravillosas todas esas iniciativas pedagógicas llevadas a cabo por Iniciativa de Miguel Ángel. Hay que tener imaginación, coraje, voluntad, perseverancia, fe en uno mismo y en los demás para emprender tamaños proyectos.
Esas iniciativas, a mi modo de ver, no las considero utópicas como proyecto, sí como objetivo. Lo utópico es la persecución de un objetivo bueno, pero imposible, como querer un mundo sin policía porque todos seremos ciudadanos cumplidores de las normas. El objetivo es bueno, pero la realización imposible.
Yo pienso que a lo largo de la vida vamos cargando una mochila que siempre la llevaremos encima. La cargado con maravillosos proyectos, con buenas obras, con amor nos hace sentirnos felices, tanto más cuanto mayores somos. Lo contrario se me asemeja a un peso insoportable.
La rutina, el hacer siempre lo mismo es tedioso. Creo que la exigencia del cumplimiento y evaluación de los objetivos ministeriales ahoga la iniciativa privada en la educación. La priva de dinamismo.
Sea como sea me parecen maravillosas todas esas experiencias. Lo que hace avanzar es el romper moldes, la apertura de nuevos caminos.
Saludos a todos.
P.D. A mí nunca me entra de primera vez el escrito. Como ya lo sé hago seleccionar todo, copiar y volver al Adarve y pegar, y a la segundo vez me entra. No entiendo por qué a la primera no y a la segunda sí. Sabido el sistema, todo arreglado.
Querido Joaquín:
imagino que te habrá hecho ilusión ver la topografía que he elegido para ilustrar el artículo. Tenía mucha spam elegir y costó decidirme.
Creo que la peculiaridad más importante de estas iniciativas es que tuvieran lugar en una época en qu la democracia estaba secuestrada por la dictadura.
Estoy regresando en el AVE del Festival Alternativo en el que están presentes movimientos contra la escuela convencional y otros por las escuelas libres o las escuelas alternativas. Estas experiencias muestran que se puede hacer innovación dentro de la escuela convencional.
Hablaré con los técnicos del blog para preguntar por qué no entran los comentarios en el primer intento.
Un gran abrazo.
MAS
Hola Joaquín, yo hago lo mismo. Copio, entro de nuevo en el blog y pego. Me da la impresión que tras el tiempo de lectura más el de las escribir un comentario la plataforma no deja que se cargue el mismo. Pero si tardas poco no hay problema.
En cuanto al tema de hoy, prefiero leer y aprender que realizar un comentario vacío. Sirva este pequeño escrito para que MAS sepa que sigo leyendo y aprendiendo bajo la sombrilla. ¡Cuánto me queda por aprender!
Saludos al resto de comentaristas.
Estimado Juan Carlos:
Pues me parece bien que sea así. Me alegra saber que seguimos en contacto a través de lecturas, de experiencias y de emociones.
Aunque, también me gustaría comer tu opinión sobre los temas o sobre algún aspecto de los mismos.
Tienes razón en la cuestión del tiempo sobrepasado de apertura. Sobre todo cuando se trata de comentarios largos. La práctica de copiar y pegar es buena, pero me gustaría saber si hay algún problema añadido. Bastante es el esfuerzo de escribir para que haya zancadillas técnicas.
Un cordial saludo.
Veo que la sombrilla es de buena calidad. Está durando un buen tiempo. Hay que descansar a fondo.
Un cordial saludo y gracias por estar presente.
MAS
Moderar los comentarios es lo que tiene: te aseguras la correcta participación, pero retrasas la aparición de los comentarios.
El problema con los comentarios que no admiten ser publicados (no postpuestos para su moderación) según mi experiencia en este blog tiene que ver con los captcha. Este mecanismo de verificación para distinguir a los humanos de los programas que recorren la red insertando mensajes con variadas intenciones (ninguna honrada) suponen la inclusión de una pregunta y la verificación de la respuesta mediante una tabla. A veces la pregunta es una imagen con letras deformadas pero reconocibles (para un humano, no para un lector automático de letras en base a los patrones que maneja) y ha de copiar el texto que se adivina. Otras, como en este blog, se trata de preguntas sencillas -en este caso de tipo matemático-. Es el programador el que elgije una tabla de preguntas y sus respuestas que el programa compara. Pero, por prisas o alguna otra razón, parece que el programador no verifica suficientemente que las preguntas se corresponden con las respuestas que da por válidas. En mi caso he llegado a dudar de los principio más básicos de las matemáticas ante restas o sumas que evidentemente hacía bien, pero no eran admitidas. Esta semana me pedían escribir con dígitos cuanto eran “veinte – veinte”, escribí “0” varias veces, pero me era rechazada. Como esto me ha ocurrido varias veces, he decidido hacer una copia en el portapapeles de cada comentario antes de enviarlo y así, si el captcha está mal programado y me lo rechaza salgo de la página, vuelvo a entrar y (al cambiar aleatoriamente) la nueva pregunta, posiblemente, esté bien ajustada en el programa.
Estimado Jesús Marcial:
Los técnicos del periódico son quienes me imponen la reglas. La administración de los comentarios es un trámite ya que yo no he rechazado ni uno solo. El problema, como dices, es que puede retrasarse la visibilidad si no se les da paso.
Han ideado un sistema para controlar los comentarios spam. Algunas veces me tomo la molestia de rastrear el spam y la papelera porque algunos se van allí directamente y no me gustaría que alguien pensase que han sido eliminados sus comentarios Por el contenido.
Imagino que ate habrá gustado ver la ilustración que he elegido para la entrada. Tenías varias fotos del Colegio de Tui pero creo que la elegida representa bien la ubicación y la estructura arquitectónica.
Un cordial saludo.
MAS
Hola de nuevo a todo el mundo,
5.- De mi anterior escrito, es lo que tiene escribir sin pensar, corrección de errores, entre otros: 1.- No es Quintiliano, es Don Quintiliano. 2.- No es estar a espensas, es estar a expensas; aunque el significado que quiero dar no viene aún en el diccionario de la rae. En Málaga, mi tierra, en la lengua hablada, estar a expensas es algo así como ser dependiente de algo o alguien. Disculpas.
6.- Sigamos con la responsabilidad como herramienta de libertad. Totalmente de acuerdo contigo, Sr. Guerra, el proceso de adquisición es progresivo. Aquí la velocidad en relación a la edad es fundamental, hemos de considerar todos los parámetros. Yo en los debates de Walden 3 te hubiese apoyado y metido más bulla aún. Hemos de considerar que, según mi observación, y como señalaba hace pocos días el contertuliano Sr. Álvarez, el campo está fértil en los primeros años de vida, quizá entre los 4 años y los veinte. No mucho más allá. Se ve, observo ello, que el sujeto humanoide cuando tiene ya una edad no muy lejana de los veinte, incluso quizá antes en algunos especimenes, crea una especie de protección a su razón y por lo tanto a su sentido de responsabilidad, que es prácticamente inamovible. O dicho con menos palabras, que lo responsable que seas con 20 años, poco va a cambiar por muchos años que acumules.
7.- También en el punto 3 de mi anterior escrito hablaba más arriba del tránsito de ti hacia el mundo. En economía se llamaría exportación positiva. Aquí hablo de la enseñanza antropológica de miles de años, y no de lo aprendido en la época coyuntural que te ha tocado vivir. El problema antropológico podemos dividirlo en dos. Una, la sustancia tangible o material y otra, lo existente necesario pero de medida relativa. Sigo intentado explicarme.
8.- Cuando, como individuo, en tu aportación responsable al mundo, cedes, das, dona, aportas, transmites, materia objetivamente medible, te sientes realizado, tu sentido de la responsabilidad reposa, descansa. No tienes la más mínima duda de “tu íntima satisfacción del deber cumplido”. Dígase el profesor que enseña a un niño las matemáticas necesarias para ir a comprar a la tienda sin que le engañen. Dígase el cirujano que hace un trasplante de hígado. Dígase el campesino que produce una partida de fruta y la vende a personas que objetivamente se alimentan de ella. Duermen como lirones cuando terminan el trabajo. Esto no es estudio de una universidad muy prestigiosa de Estados Unidos, es solo observación de quien suscribe. Con perdón. Aunque puede que haya estudios sobre ello, lo desconozco. Ante esta autorrealización responsable y manifiesta, por supuesto objetivamente incuestionable, este sujeto no suele ser paciente de psicólogos ni consumidor de pastillas de nombre acabado en cepan o prozac. Es muy extraño un suicidio entre ellos.
9.- Pero, ay, ay, cuando la persona por responsable que sea, o quiera ser, transmite al mundo necesidades de medida relativa. Por más empeño y objetividad que quiera transmitir todo queda en la relatividad del valor, del método, de qué es lo bueno y lo malo. El sujeto responsable aquí se cuestiona constantemente su razón de ser, y si no ésta, su nivel o capacidad de aportación al mundo que le rodea. Esa inquietud le mantiene siempre en alerta insatisfactoria, que le lleva a no parar de hacer en la búsqueda de la satisfacción. A veces culmina esta insatisfacción con su propio trabajo, otras no. Dígase de mi propio acto de escribir aquí esta retahíla, menos mal que me ampara una responsabilidad objetiva a la sombra de una higuera. Dígase del psicólogo, el pedagogo, el funcionario que atiende al público, el jurista en general, el juez en particular, por solo nombrar algunas profesiones de resultados productivos de medida relativa. Entre ellos abunda el tratamiento psicológico. Son profesiones de lo relativo las que ocupan la mayoría de los suicidas. Insisto, son solo observaciones sin cargo o perjuicio a nada o nadie, que no sea la huella antropológica que nos sigue a todos lados.
¡Que tengan un buen día!
Estimado Don Quintiliano:
– Me gusta tu idea de llamar a la responsabilidad “herramienta de libertad”. Es muy ilustrativo.
– Hablas de un arco de edad que va de los 4 a los 20. No sé si será tan amplio. Lo que es preocupante es el ritmo, la secuencia, la progresión. Para no quedarse corto y para no pasarse. Tú dices que me hubieras animado a ampliar, a acelerar el ritmo. Pero ya te imaginas los obstáculos de los más conservadores.
– En cuanto a la generosidad, la ayuda, a la donación, ya ces que el siguiente principio hacía referencia a esa decisiva cuestión. Yo creo que la libertad no ha de ponerse al servicio del egoísmo y de la insolidaridad. De la falta de compasión, en definitiva.
– Me apunto también a tu idea sobre la insatisfacción, sobre la incertidumbre, sobre la duda.
Tú estarás debajo de la higuera, pero NUNCA EN LA HIGUERA.
Un cordial saludo.
MUCHAS GRACIAS.
MAS
Un saludo a todo los participantes.
Muchas gracias a Miguel Ángel por asociarme de esta especial manera a este tema.
La fotografía con que ilustras el texto, Miguel Ángel es bella, pero yo guardo imágenes preciosas de aquellos parajes. Aún mejores que la que muestras.
Paso a comentar con cierta extensión mis impresiones y recuerdos de esta ciudad joven en la que participé. Perdonadme el posible narcisismo, el sentimentalismo y la nostalgia que envuelven estas líneas. Walden Tres, daría para escribir un libro.
He sentido más de una vez curiosidad por comprobar en la red si había alguna publicación sobre esta experiencia y sobre mis años en Tuy (entonces se escribía así). Sorprendentemente apenas encontré referencias. Aparece una página del instituto San Pelayo, de Tui, donde entudiabamos los ciudadanos de Walden 3 junto a los jóvenes de la localidad los antiguos cursos de 5º y 6º de bachillerato. En ellas se publican algunas fotos del alumnado donde se puede reconocer a alguno de nosotros y algún otro profesor. Encontré también en alguna ocasión una página de ex alumnos del internado del año 1974-75 (Creo que ya no estaba M. Ángel por entonces). Fueron los jóvenes que sustituyeron a las promociones de Walden 3 y Edelweis de 1972-74. Entonces su ciudad (que posiblemente siguiera los mismos moldes organizativos) se llamó “Alborada”. En la página se recogían fotografías de la época que hoy han desaparecido, pero de las que hice copia en su día. Por otro lado apareció alguna crónica con referencia al campeonato juvenil de fútbol de equipos de la localidad en aquella época donde se rinde admiración por el juego “casi profesional” del equipo de fútbol de Los Maristas liderado y entrenado por Miguel Ángel Santos Guerra (que aparece en una foto alineado junto a sus jugadores con sus treinta años). El cronista tudense aún recuerda, impresionado, la goleada de 5-0 de la final. Sí, la ciudad tenía un equipo de fútbol de primera.
Una de las sorpresas que te ofrece la red es comprobar la existencia de una “Walden Tres” de ficción, en la línea de plantear una utopía como las dos anteriores. Se trata de la novela de Ardila Rubén, escritor colombiano que aborda la construcción de utopía bajo los postulados de la Psicología y de la Síntesis Experimental del Comportamiento. El autor, en un artículo publicado por la Universidad Nacional de Colombia, compara los tres Walden.
En la primera ” Walden” (Walden: Or life in the Wood, en el título original) (Toureau, 1854) el autor se opuso a los ideales de trabajo y consumismo que han caracterizado a los EE UU desde sus comienzos. En el nuevo ambiente natural que ofrecía el Nuevo Mundo. Le dio mucha importancia a la autodeterminación y autoformación del individuo, al individualismo y a la búsqueda de la libertad. Toureau escrbió esta obra entre 1845 y 1847 mientras vivía, conforme a las ideas de su libro, al lado del lago Walden de donde toma el nombre.
En la segunda “Walden Two” (Skinner, 1945) echa en falta en la propuesta de Toureau el afrontar los problemas que surgen cuando las personas interactúan unas con otras, así que diseña un experimento en un contexto social con unas 1.000 personas.
En la tercera Walden literaria “Walden Tres” (Ardilla, 1978) narra el experimento de formar una sociedad ideal a nivel nacional en un proceso que dura cinco años y termina abruptamente. Tiene un final pesimista, pues las grandes potencias deciden intervenir y parar el proceso.
El Walden Tres de Ardilla es posterior en seis años a nuestra experiencia de Walden 3. Casi podríamos reivindicar derechos de copyrigth sobre su título. Claro que nuestra “utopía” era un experimento real, a nivel de gran grupo (unas 90 personas) en un ambiente de internado con un alto contenido religioso y unas características que detallaré más adelante. Con sus luces (esplendorosas) y sus sombras (inevitables) constituyó un experimento con una implicación de sus miembros extraordinaria.
Querido Jesús Marcial:
No te imaginas la importancia que tiene par mí tus presencia en el blog y, concretamente, en esta entrada. Yo tengo mis vivencia y hago mi análisis de la experiencia que se hace complementaria con la tuya. Muchas veces me he preguntado cómo se vivía la realidad desde la otra parte. Me gusta saber cómo entendía y vivía la iniciativa alguien para quien se había creado. Y, además, lo estamos viendo los dos a través del prisma del tiempo.
Tus palabreaste han hecho revivir aquellos entrenamiento y aquellos partidos de fútbol. No conservo (ni recuerdo) la foto de la que me hablas. Y te agradecería que la pudieses compartir conmigo.
Leeré con atención la obra de Ardila, que desconocía completamente. Recupero también aquella etapa en la ue estuve volcado en la lectura y el estudio de las utopías. Nacen de la insatisfacción con la realidad presente y buscan, por un camino o por otro, construir una realidad mejor.
Yo tuve (y tengo) relación con algunas alumnas y alumnos del Instituto San Pelayo a quienes di clase. Tengo un especial recuerdo y afecto por Chis Oliveira que, a consecuencia las clases de filosofía, se hizo no solo filósofa sino profesora de filosofía en Vigo. Es una destacada feminista. Recuerdo que asistió a una conferencia que impartí en Vigo. Al final se presentó y me dijo:
– Cuando vi anunciada la conferencia en la prensa pensé en venir a escucharte. Y me dije: si es el mismo que tengo en mi cabeza y en corazón me presento… Y ya ves que estoy aquí. Fue un encuentro emocionante.
Tengo muchos recuerdos de la etapa por el cine club que fundé. Acababa de obtener mi Diplomado de Cinematografía.
Volviendo a la ciudad: Si mal dio recuerdo, tú me mandaste algunos materiales sobre ella. ¿Eres tú el autor de los textos “Notición de orden”, “Morriña e saudade”, “¿Quién a los 15 años…?”…
Seguimos en la historia.
Gracias, sinceramene.
MAS
Voy a precisar un poco más, desde mi punto de vista, algunas de las cosas que refiere M. Ángel en su artículo.
Comienza estableciendo algunas de las diferencias entre una ciudad “Adelante” y otra posterior “Walden 3”.
Efectivamente una se desarrolla con niños de primaria (4º, al parecer; pues tenían 10 años) y la otra con jóvenes de 14-16 que estudiaban 5º y 6º de bachillerato en el IES San Pelayo de Tui, aunque vivían en un internado cercano. Las diferencias psicológicas de ambos grupos son notables.
Además, mientras en la primera se circunscribía al ámbito académico, en la segunda abarcaba todos los ámbitos de convivencia, pues todas las horas del día se regían por sus reglas y la cantidad de tiempo y actividades que cubría era la totalidad del día.
Precisa M. Ángel que una de ellas se realizaba en pleno franquismo y la otra en sus postrimerías. Pero el nivel de riesgo -estoy seguro- de establecer una ciudad “democrática” en un internado religioso y tradicional debían ser enormes. El propio M. Ángel nos cuenta sus problemas con la censura a propósito del uso (o no uso) del libro de texto y del temario oficial en sus clases de filosofía en el instituto de Tuy al que acudíamos. También refiere las llamadas de atención de los censores como responsable de la programación del cine club que fundó en la localidad.
Por último nos habla de las diferencias geográficas. Más que el clima (al fin y al cabo, Asturias y Galicia no se diferencian tanto en este punto) está la distancia y el contraste de paisajes y costumbres. Cada interno debía hacer un largo viaje cada trimestre para acudir al internado (Recuerdo muy bien los largos viajes en tren , que duraban toda la noche, en aquel expreso llamado “gallego” que nos llevaba de Burgos a Pontevedra, parando en numerosas estaciones: allí conocí los famosos “mantecados de Astorga, pues los oía anunciar a las cuatro de la mañana por los andenes de la estación en la parada preceptiva ). Ojerosos desembarcábamos en la estación de Tui (Guillarey) de madrugada como si arrivaramos al Nuevo Mundo. Además ¡Galicia era tan diferente de Castilla…! Para un palentino, acostumbrado a la meseta cerealística de Tierra de Campos aquellos esplendores de verde, aquella lujuria de vegetación, resultaban asombrosos. Los distintos componentes de aquella ciudad proveníamos de sitios tan distantes como Asturias, Castilla y León u otras provincias Gallegas. Muchos apenas conocíamos más provincias que la natal y esa “emigración” suponía una aventura extraordinaria.
En algún párrafo hablas de la complejidad y es muy cierto. La ciudad abarcaba en su diseño toda nuestra vida, desde que nos levantábamos con música en los dormitorios corridos (nunca olvidaré la canción de Mari Trini: “Amores se van marchando”, que actuaba de despertador por la megafonía del dormitorio y aquella letra “Quién a los 15 años no dejó su cuerpo abrazar”. En nuestro interior gritábamos en silencio: ¡Nosotros, nosotros…! en una frustrada protesta por nuestra obligada convivencia unisex). Pero se solapaba con el estudio, la cultura, el ocio, la convivencia, la espiritualidad… MAS habla de una serie de estructuras pero se deja algunas de suma importancia. Quizá no haya tenido tiempo o espacio para las mismas.Se trata de los “nudos” y luego les dedicaré unas líneas.
La institución de la Ciudad aunaba un gran número de estructuras ciudadanas: Equipo de Gobierno (Alcalde, Teniente Alcalde y Secretario) con su correspondiente Consejo de Gobierno, Banco, Comisiones (o Concejalías) de aire libre, arte, cultura, contacto, deportes y varias, con sus correspondientes responsables, Banco, Jueces, Servicios Públicos ( Despensa, enfermería, sacristía, ropería, bicicletas, fotografía, visitas, multicopista, plantas, restos de comida). Además se editaba un periódico cuyos miembros se reunían y programaban la edición en todas sus etapas (redacción, composición, impresión y reparto) y se realizaban actividades de todo tipo: excursiones, acampadas, fiestas, teatro, recitales, concursos poéticos… Hoy en día estaríamos hablando de un centro educativo de alto standing, por la gigantesca oferta educativa que se llevaba a cabo.
Uno de los aciertos organizativos consistió en que cada ciudadano tuviera un cargo de responsabilidad. Y se logró pues había tal número de estructuras que llegaba a faltar gente para cubrir los puestos (y hablo de 90 individuos).
Con la perspectiva de los años veo que poco o nada se dejaba al azar. Los adultos responsables de sobrevolar su funcionamiento estoy seguro de que debían pasar muchas horas de preparación y evaluación del proyecto. Me asombra que MAS dispusiera de tiempo para preparar sus clases del Instituto, proyectar y ajustar las estructuras de la ciudad, dirigir un cineclub, entrenar el equipo de fútbol de la ciudad, coordinar la confección del periódico y atender las inquietudes de los ciudadanos (siempre tenías las puertas abiertas, Miguel Ángel, y eso no tiene precio. Para cada uno de nosotros tan separado de la familia eras como un padre, y como tal surgían celos por tu atención). Supongo que también dormías, aunque no estoy seguro.
Hay alguna característica más que hacía aquel grupo especial. Los mayores (“los de 6º”) eran un grupo muy cohesionado (ya desde años anteriores que a los ojos de los novatos de 5º nos parecían responsables, inteligentes y muy maduros tras llevar un año conviviendo en el internado. Los grupos de 5º procedíamos de varias comunidades autónomas diferentes y, cada grupo, llevaba conviviendo al menos dos años. Nos pusimos en manos de los mayores con toda nuestra buena voluntad y funcionó.
Siendo la adolescencia una etapa iniciática he de reconocer que, salvo en el aspecto afectivo sexual – por defecto- y el religioso -por exceso- los demás aspectos educativos estaban cubiertos perfectamente. La idea de una ciudad con autogobierno nos hizo implicarnos en el proyecto y respondimos muy bien. Experiencias de muchos tipos se llevaron a cabo allí. Como especialmente punteras los raids de 24 horas en que nos soltaban por el monte con una tienda de campaña y teníamos que vivir y dormir en soledad ese tiempo; o las marchas de tres días por grupos con dinero justísimo para alimentarnos de donde volvíamos felices “pero extraordinariamente hambrientos” después de recorrer los caminos de Pontevedra (de Tui a la Guardia, por ejemplo) cargados con tiendas de campaña y afrontando encuentros “curiosos”). Por no hablar de aquellas acampadas volantes donde comíamos paellas mejoradas con mejillones de las rocas o camarones de la playa y que, a veces, se veían interrumpidas por una persistente lluvia que duraba días y días (En una ocasión tuvimos que permanecer varios días en “Casa Dios” un almacén que nos proporcionó, compadecido un paisano que se apellidaba así). De la capacidad organizativa de nuestros formadores da fe que no nos aburrimos gracias a los juegos y actividades que organizaron en aquel espacio reducido con 90 jóvenes apiñados durante todo ese tiempo). Eso sin contar el teatro leído, el representado (En “La Ciudad sin Dios” he tenido el papel estelar de mi vida y ha sido el esfuerzo memorístico más importante que he realizado nunca para aprenderme el papel), los numerosos deportes, las excursiones al Monte Aloya, las fiestas, las campañas de todo tipo (recuerdo una dedicada a “la dureza” en la que llegábamos a subir un monte cercano en ayunas – y no desfallecíamos, no…- o habíamos de levantarnos a las 3 de la noche y dar -medio helados- vueltas al patio. Ahora veo en el cine los entrenamientos para “cuerpos de élite” y, la verdad, no me parecen gran cosa…)
Hay unas instituciones dentro de la ciudad a las que no se ha referido Miguel Ángel. Se trata de los “nudos”. Eran estos pequeñas unidades, dentro de la ciudad, cuya función era propiciar la convivencia, practicar la oración en común y realizar actividad y vida en común. Era como una célula de fraternidad al modo de las pandillas juveniles. Recuerdo que pasábamos bastante tiempo en ellos pues disponían de lugar propio y regulaban muchas actividades. José Antonio -un sobrino tuyo, Miguel Ángel- fue uno de mis compañeros de nudo en aquellos años.
Muchas anécdotas surgen al recordar esta ciudad. Me gustaría saber porqué no continuo la experiencia aunque sospecho que el motor de la misma (que eras tú, Miguel Ángel) dejó de tirar del carro para iniciar otros proyectos. Respecto a mí, el hecho de recuerde estas cosas, prueba la importancia de la experiencia. No sé si recibiste felicitaciones (o todo lo contrario, o ambas cosas) por esta iniciativa. Valgan las mías como sincero reconocimiento. Había que tener arrestos y prepararse muy bien para meterse en semejante berenjenal Conservo el listado de sus miembros y sus antiguas direcciones. Por un momento pensé en escribirles convocándoles a que expresaran sus recuerdos y vivencias de aquella época pero las direcciones son ya obsoletas y, aunque aún viviera alguien en esos lugares que pudiera contactarles no dispongo a veces del número dela calle (entonces los pueblos eran pequeños y las cartas llegaban sin número) ni del código postal. He revisado los perfiles de facebook con cada uno de los nombre (es una actividad que depara sorpresas) y es curioso la gran cantidad de coincidencias de nombre y apellidos de mucha gente. Con todo, en algunos casos he acertado y han respondido. Uno de ellos, A. A. Gundín, me agradece el enlace a tu blog y evoca los principios (leyes) de la ciudad, en especial “El respeto a la persona como deber primerísimo” , lema que propone a sus alumnos cada año en sus clases (es docente).
Voy a finalizar proporcionando un enlace donde, quien esté interesado en esta experiencia, puede encontrar información más detallada sobre la misma. Me pareció tan interesante “La ciudad de Walden Tres” que, años después, de abandonarla escribí todo lo que recordaba de su funcionamiento. Dejo allí tres documentos en PDF sobre lo que recurrdo de la misma (su funcionamiento, extracto de las revistas y papeles varios -programas de fiestas, etc.). También incluyo algunos enlaces a artículos de mi blog que se solapan más o menos con aquella experiencia. Además, para los implicados,una pocas páginas en la que quizá se encuentren en alguna fotografía.
http://imagenx1000palabras.blogspot.com/p/blog-page.html
Pido perdón si todo esto os suena a batallita de jubilado. ¡Es que los soy!
Saludos a todos en este domingo.
Querido Jesús Marcial:
– Cuántas ideas y emociones me ha suscitado este comentario.Siempre he tenido una actividad desbordada (aún hoy, con mis años: en octubre viajaré a Argentina, México y Chile…). Siempre he dormido poco, aunque siempre bien.
– Claro que me acuerdo de los nudos y de su importancia. Y de muchas otras iniciativas. Lo que pasa es que en el espacio de que dispongo para el articulo no cabe un experiencia tan multifacética.
– Es una pena no haber establecido esos contactos con los compañeros de la época.
– Me acuerdo de Gundín. Por lo que dices parece que se dedica a la docencia, aunque no precisas dónde.
– Ya veo que los textos por los que te pregunto son tuyos. Tenía esa impresión. He leído los que añades en el enlace. Te los agradezco profundamente.
– Cuántos recuerdos has suscitado en mí: las excursiones al Monte Aloya, las clases del Instituto, los raids, las fiestas…
– Cuántos errores habré cometido también, aunque nunca fueran intencionados. Una parte procedían de la estructura, de la época y del contexto. Algunos serían completamente míos. Yo me fui en el 75, después de un largo, complejo y crítico proceso…
– Me parece mentira estar jubilado. Y, MUCHO MÁS, que tú también lo estés. ¿Por dónde se nos ha ido el tiempo?
Un gran abrazo.
Seguiremos.
MAS
Por cierto…
Dos captchap más me han fallado:
Escribe con dígitos:
“11 + 18”
“1 x 2”
¡Y las respuestas no eran “29” y “2” respectivamente.! ¿Debo volver a primaria?
Querido Jesús:
Voy a llamar al periódico.
Es una lata tener que repetir los intentos de entrada.
Quienes tienen la precaución de hacer una copia, lo solucionan. Pero no tendría que ser necesario.
Os informaré con lo que me digan.
Un saludo cordial.
MAS
Querido Migel Ángel:
Sobre el poco o mucho dormir y la calidad del sueño, como dice el refrán: La mejor almohada es una buena conciencia.
Sobre los nudos, una rectificación: tu sobrino, compañero de nudo de especial carácter y que murió desgraciadamente poco después, se llamaba en realidad Juan Antonio. Aún conservo alguna fotografía suya de cuando íbamos los fines de semana al asilo de ancianos a alegrarles la vida en plan voluntariado. En esto, Juan Antonio era un crack, te lo aseguro.
Sobre los contactos: lancé un mensaje dentro de una botella al gran mar de internet. Propuse una “cita a ciegas” con tu blog. Quizás alguno encuentre la botella. Hice invitaciones a todos los perfiles que podrían pertenecer a antiguos ciudadanos (por nombre y apellidos, por localizar dudes, por edad, nacionalidad…) pero, evidentemente los antiguos ciudadanos de Walden 3 suelen ser personas discretas y no usan mucho las redes sociales o protegen su intimidad aportando muy pocas referencias públicas…
Sobre Gundín, es precisamente una de las dianas en la búsqueda. Es profesor de música en ESO, en él IES Europa, en Ponferrada.
A propósito de aquellos textos, sí, te los envié hace tiempo, pero pensé que no lo s habrías recibido. No estaba muy seguro de la vigencia del email.
Sobre los recuerdos emocionantes… ¡Claro que lo son! ¡Teníamos 15 años! Y lo pasábamos muy bien…
De mis compañeras del instituto poco puedo decir. Yo era demasiado tímido como para relacionarme mucho con ellas. Puede que Chis Oliveira aparezca en alguna de las fotos del enlace que propongo sobre el alumnado del instituto de aquellos años.
Efectivamente existe una foto del equipo de Los Maristas que se publica en el último enlace. Foto 3. Allí apareces, Miguel Ángel, junto a los otros jugadores. Ramón De Grado, de pie el segundo por la derecha, vive en Burgos y lo veo de cuando en cuando.
Respecto a los posibles errores… En lo relativo al funcionamiento de la ciudad yo no recuerdo ninguno relevante. Claro que la memoria nos tiende sus trampas, por ejemplo en varios textos indicó que éramos unos 90, cuando al comprobar documentos y fotografías cuento nada más que unos 50. Está claro que las cosas cuando somos pequeños nos parecen “muy grandes”.
Y sí, estoy jubilado. Yo estoy seguro de que podría seguir siendo válido en algunos ámbitos de la enseñanza, pero un problema auditivo importante me impide ejercer el perfil de profesor al uso. Los perfiles en que podría ser útil de otras maneras no se me permiten a nivel institucional. De momento llevo unos meses “sabáticos”, después espero embarcarme en alguna actividad también relacionada con la educación.
Animo con tus innumerables proyectos.
Un abrazo.
PD:
De nuevo me anuncian error en la respuesta del capucha. La pregunta era: Escribe la respuesta con dígitos:
17 + dieciocho.
Puse 35 y fue suspendido. Lo dicho. Vuelvo a cursar primero de primaria el año que viene.
(Esta vez escribo desde un iPod)
Querido Jesús Marcial:
He visto las fotografías. Cómo han pasado los años. Y cuántas resonancias emocionales: el campo de la Macoca, el Chau-chau, los emocionantes partidos…
Juan Antonio no era sobrino mío, era el hijo de un amigo. Su muerte fue trágica. La abuela le pagó un taxi para ir a Gijón y él prefirió ir en tren.Un kilómetro antes de llegar a la estación el tren descarriló. Su padre le estaba esperando y fue testigo del accidente… La muerte es algo excesivo.
Gracias por toda la información. La veré hasta el detalle.
Un abrazo.
MAS
La memoria tiende a veces sus trampas. Pensé que Juan Antonio era sobrino tuyo por uno de sus apellidos. Me acuerdo de cuando recibimos la noticia. La muerte es, desde luego, definitiva. A veces, como en aquel caso, excesiva.
Un abrazo.
Jesús
El sábado pasado y ayer domingo me fue imposible poner algo en conocimiento de todos. Tenía un bucle maligno que me remitía constantemente a publicidad, cuando la página se cargaba. Imposible poner algún apunte.
Me alegro que haya subido la participación, porque el tema y el autor se lo merecen. He visto que los días y los años no pasan inútilmente. Me encanta de que mejoraras el producto. Enhorabuena. No quiero que se me quede colgado este apunte, en aras del reconocimiento de tus utopías. Felicidades.
Querido josem:
Muchas gracias. No sabes cuánto valoro tus palabras por venir de un profesional de l educación tan extraordinario como tú. Sé de tu trayectoria, de tu compromiso social y político, de tu amor a la tarea educativa. Por eso tus palabras son tan significativas para mí.
Un abrazo.
Gracias, sí.
MAS
PD: Veré lo que se puede hacer con las dificultades de enviar los comentarios.
QUERIDO MAESTRO Y AMIGO MIGUEL-ÁNGEL:
Una vez más, nos deleitas y nos enriqueces e ilustras al explicarnos esta experiencia y proyecto impulsado por ti, con el entusiasmo generado en los protagonistas. Recuerdo que hemos comentado alguna vez estas iniciativas desarrolladas en la bella ciudad episcopal de Tui.
Es maravilloso educar, ilusionar y formar lúdicamente en valores con tan pocos ingredientes: voluntad, entusiasmo, imaginación y, por supuesto, dedicación. Me consta que dejaste huella y un indeleble grato recuerdo en la ciudad tudense. Gracias por referirnos y compartir esta vivencia…
Querido Carlos:
Cómo y cuánto valoro estas palabras que vienen de una persona sensible e inteligente dedicada en cuerpo y alma a la educación en una etapa tan compleja como la adolescencia.
Gracias infinitas por leerme y compartir algunos de mis escritos con tus alumnos. Dice mucho más de ti que de mí. Y gracias especialmente po este comentario cargado de generosidad.
Acabamos de hablar por teléfono. Has dejado un rastro inmenso de alegría con la noticia que nos has dado.
Un abrazo enorme para Eli y para ti.
Felicidades y muchas gracias.
MAS
MI GRATITUD PARA LOURDES Y PARA TI, MIGUEL-ÁNGEL, POR DEMOSTRARME QUE NI LA DISTANCIA NI EL TIEMPO SOCAVAN LA AUTÉNTICA AMISTAD QUE NOS PROFESAMOS.
UN ABRAZO HENCHIDO DE GRATITUD.
Querido míster:
1.- Agradecido de que compartas cachitos de tu trabajo, de vivencias de hace ya unos añitos. Nos permite observarlas con mejor perspectiva y también con añoranza. Y aunque yo no fui ciudadano de Walden Tres, son muchas las coincidencias de fechas y de un buen puñado de características que coinciden con las historias y los lugares que me tocaron en suerte. A mí me activas mis propios recuerdos. Y el analizarlos y tratar de comprenderlos con los conocimientos y vivencias que hoy poseo y antes no.
2.- Gracias Jesús Marcial por toda la información que nos aportas. ¿Miguel Ángel no se te parece un poco a nuestro gran Quini, el Brujo (fallecido recientemente)? Enhorabuena por todo lo que te llevas currando esta historia. Y enhorabuena por ser uno de sus protagonistas y tener esa experiencia.
Sobre el envío del comentario y las matemáticas, no te calientes. Hazle caso a Juan Carlos y a Joaquín. Yo creo que es un método de defensa para cansinos como yo, un escudo antirollo y comentarios que pasen de tres líneas. Para mí la clave es el tiempo. Solución sin más probaturas: escribir, copiar, salirse del blog si se estaba en él, entrar de nuevo, pegar y enviar. Como la seda.
3.- ¿Cómo vas, Quintiliano? El hombre libre, responsable y regador. Y de campo. En otro momento te voy a contar algo sobre el campo, los de campo y los urbanitas, los medios de comunicación de estos últimos.
4.- Un abrazo. Voy a seguir recordando la alegría y sorpresa con la que veía a los grandullones cuando bajaban al vestuario totalmente uniformados, con medias y botas de futbol de las negras. Flipaba cuando los veía llenos de barro hasta las cejas, jugando bajo la lluvia. ¡Qué fuerza tienen los recuerdos de niñez!
Querido José Antonio:
Siempre echo de menos tus sabrosos comentarios. Por eso me gusta verte en los comienzos de la semana para que se produzcan más interacciones.
No sabes cuánto amo esa tierra en la que vives: las gentes, los paisajes, la “saudade”, los proyectos educativos… Fueron años de joven vividos con una extraordinaria intensidad.
Gracias a ti por tu presencia inestimable en el blog. Todos los lectores y lectoras pueden dar fe de los mucho que aportas.
Gracias.
Un abrazo.
MAS
Buenos días a todo el mundo.
Entrañables vivencias Sr. Gande. También le he leído en su blog.
Sr. Lema, ante tan enriquecedores contertulianos que solo nombres al jefe y a mí, solo se me barrunta una estrategia por tu parte, el hecho de que puedas estar sopesando dejar de ser de izquierdas. Puedes decirlo abiertamente, no pasa nada.
A todos, que tengan un buen día. Al Sr. Lema, además, un abrazo.
Queridos/as lectores/as:
He hablado con los técnicos del periódico. Me dicen que van a eliminar el filtro del capcha. Cae esa forma se evitarán los problemas de los intentos reiterados e infructuosos. Estudiarán laposibilidsd de poner otro tipo de cancha para evitar la entrada de comentarios de robots.
Por favor, decidme cómo va la nueva dinámica de envíos.
Saludos.
MAS
Muchas gracias a quienes, de alguna manera, habéis valorado mis intervenciones y la pequeña información que recopilé a propósito de la Inolvidable ciudad de Walden Tres (y su continuadora: Edelweis). Algunos incluso me comentáis que habéis leído alguna entrada de uno de mis antiguos blogs en las que había alguna conexión con aquella ciudad; mira por donde una cuota de lectores que nunca tuve se asoman ahora al mismo.
Ante estas interacciones me estoy animando a intervenir más a menudo en el blog de Miguel Ángel, aunque en esta entrada he exprimido ya casi todo el jugo de este solomillo pedagógico (que nadie se ría de la metáfora gastronómica, en mi vida las he oído peores: un par de años antes de aquella ciudad en una oración en común dando loas a la Virgen escuché que alguien la definía como “Hogaza Churruscante”).
Me gustaría que algún ciudadano más comentara aquí sus impresiones, incluso recuperar el contacto con algunos pero, por circunstancias de la vida nos fuimos alejando y las distancias, en aquellos tiempos, eran casi insalvables. Aunque quién sabe… puede que internet sirva para esta propósito. Al menos el blog de Miguel Ángel ha permitido recuperar su contacto.
Sirva también este mensaje para testear cómo resultan ahora los envios (he visto que ya han suprimido el captcha) o sea, que si no hay más comentario al respecto es que va bien.
Córdoba, jueves, 30 de agosto.
Hace un par de días que ya estamos en casa, puesto que, para mi asombro, los técnicos del aire acondicionado acudieron muy pronto a resolver el problema que presentaba. Además, el calor ha descendido considerablemente, lo que se hace más llevadera la vuelta a la ciudad más calurosa de España (con permiso de Écija).
La estancia en el hotel que se encuentra más cerca de nuestra casa nos deparó una agradable sorpresa: sus precios de habitación eran exactamente la mitad de los que tuvimos que abonar en Barcelona en un hotel de similar categoría. Razón: el enorme calor que soporta Córdoba en el mes de agosto da lugar a que vengan pocos visitantes, por lo que la hostelería, con cierta inteligencia, baja bastante los precios para aquellos a los que no les importe conocer de primera mano lo que son de 40 o 45 grados a la sombra.
***
Anoche estuve viendo una de las reposiciones que realiza la Sexta con el Intermedio. De nuevo vi la entrevista que le realizó Sandra Sabatés a la indígena guatemalteca Lolita Chávez. Otra vez me volví a emocionar al escuchar a esta mujer menuda y risueña, a pesar de haber tenido que abandonar su país porque su vida corría peligro ante las amenazas de muerte por defender a su pueblo, una de las etnias mayas del departamento de El Quiché.
Quienes desconocen la cruda realidad de los países centroamericanos, estoy seguro que se sorprenderían de la lucidez de esta maestra, de su fortaleza para superar el miedo y de su encanto ante la descripción de la sencilla vida de los mayas que, viviendo en un entorno que para nosotros sería paradisíaco, es devastado por las multinacionales en su afán de extraer las riquezas naturales que acumula en sus entrañas.
Y me emocionó también porque me trajo el recuerdo de María, también maestra, a la que conocí décadas atrás como representante de la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca) en nuestro país. También ella salió de su país para buscar la solidaridad de los países europeos ante el genocidio que se cometía contra los distintos pueblos mayas, que forman la mayor parte de la población de Guatemala.
Siento enormemente que, tras los acuerdos de paz de la guerrilla con el Gobierno, después de años de una guerra cruel, yo perdiera el contacto de María (nombre ficticio, pues no podía presentarse con el propio) al regresar a su país. De todos modos, para mí es inolvidable su recuerdo, su coraje, su lucha, su renuncia a estar con sus hijos ya mayores, para entregarse a una causa tan dura como era dar a conocer la situación de los pueblos mayas en la fría y distante Europa.
***
Esta mañana salí bastante temprano con el fin de reiniciar las caminatas. Amanecía con una grata brisa, por lo que presentí que el recorrido sería muy agradable. Tomo rumbo hacia la avenida de Carlos III, ya que al final de la misma hay un pequeño parque cargado de árboles y en el que me suelo dar la vuelta.
En la mitad del camino diviso a Bobby, un amigo nigeriano que conozco desde hace años y que se aposta siempre en el mismo semáforo para ofrecer a los conductores paquetes de pañuelos o ambientadores. Cuando me ve, con una amplia sonrisa me saluda con el mano, puesto que hace algo más de un mes que no nos vemos.
Cuando ya estamos juntos, le pregunto: “Bobby, dónde se encuentra la silla”. Señalándome con el dedo en la otra acera, me indica: “Allí la tengo, cogida con un candado”.
Bobby es un muchacho alto, fuerte, con una sonrisa perenne a pesar de que tiene un grave problema en la columna, resultado de uno de las muchas dificultades que afrontó hasta que, por fin, llegó a nuestro país. (No es necesario que describa las penalidades que pasan quienes llegan a España desde África. Basta con atender a las informaciones que nos dan en algunos casos para que se nos congele el alma.)
Cuando consultó a los médicos, estos le advirtieron que si se sometía a una operación corría el peligro de quedar afectado y acabar en silla de ruedas. Optó por tomarse unas pastillas para el dolor, sabiendo que conviviría con él si no encontraba otra salida.
“¿Cómo está tu familia? ¿Dónde has estado este mes de vacaciones?”, me pregunta de entrada, dado que ya tiene un español aceptable.
Le doy las gracias y le comento que todos nos encontramos bien. Que estuvimos en Barcelona para pasar unos días con Abel, Esther y nuestro nieto; y que, posteriormente, permanecimos en Madrid un par de semanas antes de regresar a Córdoba.
“Y tú, ¿cómo te encuentras?”, también le pregunto, extrañado de que no tenga la silla a su lado, puesto que debe sentarse de vez en cuando para sobrellevar el dolor.
“Ahora estoy muy feliz, pues voy todos los jueves a un hospital privado que me ha llevado mi amigo para tratarme. Mira, te voy a enseñar unas fotos…”.
Saca su precario móvil. Espera un momento, y, tras un rato, me muestra unas fotografías en las que aparece tumbado boca abajo sobre una camilla con un conjunto de agujas en la espalda.
“Lo que te están haciendo se llama acupuntura…”. “Sí, sí. Acupuntura, así me lo han dicho”.
Seguimos con la charla. Pasados unos minutos, le pido que me proporcione un ambientador de olor a manzana. Le entrego una cantidad. Me lo agradece mucho, tanto en castellano como en inglés, pues, a pesar de que su lengua materna es el ‘edu’, en su país aprenden inglés, por la cantidad de idiomas y dialectos que hay. (Quisiera apuntar que con mis amigos africanos siempre les hablo en español, pues es un modo de, que poco a poco, lo vayan aprendiéndolo. Solo en casos excepcionales, les hablo en inglés o francés, dependiendo de su procedencia.)
***
En estos días, tomando como referencia el tema de la semana, he estado meditando sobre el concepto de utopía. Y me he preguntado si ya en nuestro siglo veintiuno hay que olvidarse de utopías y de ideales, y aceptar el mundo tal como lo vivimos, es decir, resignarnos a la “utopía neoliberal” en la que nos movemos, con el lema de “sálvese quien pueda” como seña de identidad.
Por ahora no me extiendo más, pues, sea en esta ocasión o más adelante, es posible abordar esta cuestión, incluyendo el debate de si son o no viables las utopías en la enseñanza…
Mientras tanto, creo que sería bueno que aprendiéramos algo de lo que el filósofo francés André Comte-Sponville desarrolla en su magnífico libro titulado “El placer de vivir” (que resulta ser una antología de artículos que previamente había publicado). Tarea difícil, pero que es necesario embarcarse en ella si queremos disfrutar de lo bueno que también nos rodea.
Querido Aureliano:
He estado un par de días sin poder acceder al blog por algunos problemas que los técnicos han solucionado ya.
Me alegra que ya estés en el hogar disfrutando de estos últimos días de vacaciones.
Ya ves lo que es la vida: unos lamentado que llegue el comienzo del curso y otros (como yo) lamentando no poder hacerlo.
Hay que tener utopías. Sin ellas, como decía Ernst Bloch, no se puede ser persona.
Lo importante es que esa utopia a la que se tiende esté construida sobre valores universales, sobre lo que Adela Cortina alma ética para una sociedad civil.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
MAS
Yo fui el hermano de uno de los que en aquel fatídico año 1973 estudiaba en los maristas de tuy, interno y cuya frase siempre quedó eni cabeza ( walden tres )
Con doce años , conviví tres o cuatro días con ellos y fue maravilloso , una experiencia única , convivencia maravillosa, todos eran uno, nadie se quejaba por nada, todos cooperaban , era algo indescriptible entre unos amigos y los hermanos Maristas contribuyendo a que fueran personas , en fin, la vida continúa, pero siempre en el recuerdo de esos días maravillosos
Estimado Gonzalo:
Guardo hermosos recuerdos de aquella experiencia.
Me alegra haberte leído en este blog. Ya han pasado muchos años de aquello y es emocionante que alguien exprese sus recuerdos.
Voy a publicar un libro titulado LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE (Homo Sapiens. Rosario. Argentina). En él hablaré de la experiencia de Walden Tres y de otras experiencias que he organizado. Y de muchas otras coas, claro.
MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAs.
UN ABRAZO.
MÁS