Albert Bandura, psicólogo y pedagogo canadiense explicó, entre 1977 y 1986, con acierto, rigor y eficacia indudables, el concepto de aprendizaje vicario. En 1977 escribió su “Teoría del aprendizaje social”, que se convirtió muy pronto en un manual de referencia sobre la cuestión. Se trata de un proceso de aprendizaje basado en la observación. No se necesitaría para aprender, como afirmaba el conductismo, el refuerzo positivo o negativo de la conducta propia. En el caso del aprendizaje vicario que propone Bandura, no hace falta experiencia propia para aprender, basta observar el comportamiento ajeno. Según palabras del propio Bandura: “El aprendizaje es una actividad de procesamiento de información en la que los datos acerca de la estructura de la conducta y de los acontecimientos del entorno se transforman en representaciones simbólicas que sirven como lineamientos para la acción”.
El aprendizaje vicario se produce por imitación de los modelos que se contemplan. No es preciso, a juicio de Bandura, una acción intencionada de enseñanza respecto a un aprendiz o grupo de aprendices. Y tampoco se precisa una experimentación por parte del sujeto que aprende. Algo así como aprender en cabeza ajena. De ahí el valor del ejemplo.
La palabra vicario procede del latín “vicis”, que significa alternativa. El acusativo “vicem” se podría traducir “en lugar de”, “en vez de”. Hay otra acepción etimológica que hace proceder la palabra vicario del latín “veo”, que significa “transportar”. Esta segunda aludiría al hecho de transportar la información de la información y del aprendizaje de un lugar a otro.
Bandura hizo numerosos experimentos que confirman su teoría. Un grupo de adultos golpeaba agresivamente e insultaba a un muñeco de trapo que volvía con los golpes a su posición inicial. Algunos espectadores contemplaban la escena, Otros espectadores diferentes a los primeros veían cómo un grupo de adultos jugaba relajadamente con un muñeco similar. Cuando se les puso a ambos grupos de espectadores el mismo muñeco, quienes habían contemplado los comportamientos agresivos, reaccionaba de la misma forma con el muñeco, mientras que los otros espectadores lo hacían de forma relajada. Se había producido un modelado de la conducta a través de la imitación.
Hacen falta varias exigencias para que el aprendizaje social se produzca:
Atención: hay quien pasa por medio mundo sin ver nada, sin centrarse en nada concreto. Lo ve todo y no ve nada.
Retención: porque hay qien observa de forma tan superficial, quien fija su atención de manera tan efímera, que nada queda grabado en la mente.
Reproducción: se supone que el aprendizaje lleva a la repetición de los modelos. No de forma inexorable. Porque no todos los que ven comportamientos saludables los imitan.
Motivación: se precisa un mínimo de motivación o interés para que esos comportamientos se conviertan en motores de la acción.
Autoreflexión: en el aprendizaje vicario se exige un mínimo de autoreflexión. No se trata de una reproducción mimética o mecánica del comportamiento ajeno. Se trata de una reproducción adaptada, flexible y oportuna. Esa reflexión permite discernir si los comportamientos son positivo o negativo. No todo es bueno en las cultura, ni en la propia ni en las ajenas.
Una de las situaciones en las que el aprendizaje vicario puede darse con frecuencia e intensidad son los viajes. Debería ser obligatorio viajar. Ya sé que, además de instructivo, es caro. Por eso añadiría que los viajes deberían estar subvencionados por el Mi misterio de Educción y por la Seguridad Social. Es una exageración bienintencionada.
Los viajes curan del fanatismo y de la cortedaz de mente. Los viajes permiten aprender que hay otras formas de ver el mundo, de pensar, de sentir, de ser y de convivir. Los viajes acaban con el “parroquialismo” de nuestras mentes. “Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez humana”, decía Ernest Hemingway
He aprendido en países de Latinoamérica otras maneras de vivir la profesión docente, más entusiasta, más ilusionada, más comprometida, a pesar de tener condiciones muy precarias.
He aprendido en ciudades de centroeuropeas formas de relación con el ambiente respetuosas, delicadas, sensibles, manifestadas en comportamientos cívicos admirables. No me encontrado un papel en el suelo ni buscándolo concienzudamente.
He aprendido en Irlanda un estilo de vida cargado de confianza en el prójimo. No ves ni una reja en las ventanas. Ni una. A través de grandes cristaleras se pueden observar las diversas estancias de una casa a pie de calle. Y aprendido la gentileza de los conductores que nunca tocan uso del claxon, aunque les importunes y que ceden el paso en los cruces con una sonrisa..
He aprendido honradez en campos de tulipanes en Alemania en los que había una caja, unas tijeras y un sencillo cartel: Un tulipán, un euro.
He aprendido en Colombia de una adolescente que contestaba en una conversación de móvil con su mamá, diciendo: “sí, señora”, “no señora”… El papá me decía que se trataba de una tradición arraigada en la familia.
He aprendido en México que existen parques llenos de atracciones para jóvenes y adultos, para niños y veteranos. Fruto de la creatividad, de la imaginación y de la necesidad de llenar el ocio de forma sana y divertida.
He aprendido en Chile de un taxista que me iba a buscar al aeropuerto al que llamaban Don César y que, al ser interrogado por el tratamiento, me respondió que era una costumbre de respeto para las personas de edad.
He aprendido en Tailanda, como decía en un artículo anterior, formas de saludo cargadas de significado, de empatía, de respeto.
He aprendido que se puede vestir y calzar de muchas formas: sencillas y sofisticadas, elegantes y ordinarias, caras y baratas.
He aprendido que el ingenio nunca se agosta: comercios con escaparates deslumbrantes, empresas con propuestas comerciales atractivas, iniciativas solidarias llenas de generosidad, fiestas transidas de sentido lúdico, manifestaciones de arte deslumbrantes en monumentos y museos…
He aprendido que existen formas de alimentarse muy diversas, muy creativas, muy sanas, muy originales y muy sabrosas.
Y, sobre todo, he adquirido la conciencia de ser una parte minúscula del universo. “Viajar te hace modesto. Ves el pequeño espacio que ocupas en el mundo”, dijo con enorme cordura Gustave Flaubert.
Así podría seguir ad infinitum. Es suficiente para lo que pretendía mostrar o demostrar. Estoy seguro de que mis lectores y lectoras podrían aportar numerosas experiencias de aprendizaje vicario.
No hablo de estereotipos culturales, tantas veces inexactos, tantas veces injustos. Hablo de comportamientos generalizados en una cultura en la que, por supuesto, unos practican con más intensidad y frecuencia que otros. No todos los catalanes son avaros, no todos los aragoneses son tozudos, no todos los vascos son fortachones, no todos los habitantes de Potosí son pesimistas aunque se haya acuñado sobre ellos el dicho de que cuando un potosino se desmaya, no vuelve en si, vuelve en no.…
Hace falta, pues, viajar. Y sé que es una enorme suerte poder hacerlo. Hay que educar los ojos para ver aquello que sucede y para descubrir los hilos ocultos que se mueven entre las causas y los efectos. Hace falta un mínimo de teoría y de reflexión que nos permita interpretar con rigor. Y un compromiso ético con la mejora para reproducir en la vida de quienes viajan todo lo bueno, tantísimo, que hay en el mundo.
“Buenos días, Miguel Ángel. Buenos días a todos” a pesar de la hora, me he dejado llevar del aprendizaje vicario. Lo bueno que vemos o que nos lo parece no está reñido con el aprendizaje. Tampoco se trata de un plagio, sino de una actitud respetuosa que nos llega ,venga de quien venga y de donde venga. Los prejuicios nublan la vista y empañan el espejo que vemos y nos llegan las imágenes desvaídas. Es más, nos parecen imágenes ofensivas.
Cuando se viaja, no lo he hecho demasiado, se aprende de todos, pero sobre todo de los niños, que se muestran sin prejuicios y juegan con cualquier niño sea de la etnia que sea. La simpatía de los niños que están a un mismo nivel de desarrollo, diríamos educativo, despliegan sus encuentros con niños desconocidos, como si en ello no les fuera la vida y la empatía primigenia se desarrolla sin más.
Sin embargo, no todo el mundo se levanta del sofá y se va a tomar el fresco, al encuentro con los demás. Hoy día, me parece triste, los eventos culturales tienen pocos aficionados. Para mí es una sorpresa el poder de convocatoria del Museum Jorge Rando. “Felicidades, Jorge y su equipo”.
El poder se ha instalado en la sociedad y con ansias de más poder y con la imposición de sus directrices y líneas maestras, está utilizando a mansalva el aprendizaje vicario, pero para meter en cintura en la espiral del desafecto y la violencia. No dejan de respirar a los televidentes y les insuflan desde el más discreto enfrentamiento a los descaros más odiosos. Les interesa al poder una sociedad antipática que está dispuesta a cambiar las tornas de la amabilidad y la educación y que el agua que fluya sea la salida de las fábricas de faltas de respeto y de conducta peor que salvaje.
La maquiavélica tendencia es insuflar el principio de que el ser humano no es pacífico ni comprensivo ni empático y en ello se dispendia todos los recursos posibles con tal de imponer su autoriatario parecer y conducir. Es más si van a poner en la tele una película, te ponen el trailer incluso de la poca violencia que pueda contener. La violencia es el reclamo y el santo y seña.
El poder ha aprendido de sobra la fuerza del aprendizaje vicario y constantemente gasta infinidad de recursos en mostrarnos modelos violentos, agresivos, que conllevan una “educación” desconfiada y ahíta de inseguridad: vamos a conseguir que nadie se fíe de nadie. Incluso, como estamos viendo y como está denunciando muchos jueces, hasta la justicia ejerce su poder sometiéndose a los poderes fácticos porque la “amistad” es un bien muy preciado. La familia es la familia, y los que tienen padrinos están ya en estado de gracia.
Aquí nos llevamos la palma, porque los extranjeros que vienen al turismo de botellón, de campeonatos de fútbol y demás nos han cogido por salva sea la parte y parece que nos queda poca salvación. El respeto les parece que es algo superfluo en esta España única, grandiosa y liberal.
Hay que estar atentos y recoger velas con la “educación vicaria” para que los poderes no nos den al traste con otras dimensiones de la educación y otros aprendizajes que tanta faltita nos hacen.
Querido modem:
Pues,sí,sorprende que a las 8.39 ya esté leído el artículo y se cierre este estupendo comentario.
1. Qué importancia lo que dices sobre la utilización perversa del concepto de aprendizaje vicario para inculcar, a través de la imagen y de mensajes icónicos diversos, ladea de que la violencia es nomás eficaz para guiar a losares humanos y de que el respeto a la dignidad de las personas es una antigualla.
2. Me parece magnífica tu idea de que a través de los niños podemos aprender la espontaneidad, la empatía y la sinceridad que nos hacen mejores.
3.Como dices, hay turismos y turismos. Se puede viajar para aprender compartir o para extorsionar. Hay opciones diversas.
Un gran abrazo cargado de gratitud.
MAS
Dr. no se si quedo el comentario anterior, estoy tratando de contactarlo para hacerle una atenta invitación como conferencista magistral en la ciudad de Guadalajara, México, en el 2o Congreso de Investigación de Normales del 15 al 17 de noviembre del presente.
Como siempre es un placer leer sus reflexiones y sentir su vivo interés por la búsqueda de una mejor educación.
Un abrazo, quedo a sus órdenes.
Querida María Angeles:
Me remito a la contestación que te he hecho en la entrada anterior.
Lo hago por si no se te ocurre acudir a tu comentario anterior.
Gracias.
Besos.
MAS
Dr. disculpe que haya utilizado este medio pero trate de comunicarme con U a un tel cuya terminación es 1077 sin éxito, por lo cual le agradecería me indicara otro medio de comunicarme con Ud. para hacerle llegar una invitación formal y saber si es factible nos acompañe en el evento mencionado.
Las reflexiones en torno al aprendizaje vicario me llevo a recordar lo que Humberto Maturana, quien desde la perspectiva humanista refiere como pedagogía del amor, es todo aquello que se reproduce y traduce gracias al contacto que se da entre las personas con el fin de su desarrollo, aquí como bien lo señala no hay reflexión profunda sobre los aprendizajes, pero si esta bien definida la intencionalidad o fines que guían esa interacción; sin embargo quienes más explotan esto son los medios de comunicación creando modelos y presentando acciones que van en contra de determinados grupos, de ahí el cómo se viralizan comportamientos como el bulling y la discriminación para desestabilizar. De acuerdo a la cosmovisión de nuestros ancestros el amor a la tierra y el cuidado de la naturaleza son vitales, sin embargo los nuevos modelos son antiecológicos debido a los intereses político económicos, derivando en la creación de otras visiones o modelos donde no importa la deforestación ni la contaminación, lo que importa es la cuestión económica. Como bien lo señala detrás de este tipo de aprendizaje esta el plano ético, por ello es bueno preguntarnos esto que estoy aprendiendo ¿Es bueno para mi, para los demás, en qué forma….?
Gracias, quedo en espera de su amable respuesta, un abrazo
Querida María Angeles:
El telefono al que llamas era el de mi despacho en la Universidad. Ya no sirve. A través del correo personal, si lo necesitas, te envío el número de mi celular.
Te he contestado al correo que me enviaste al mío.
Conozco bien a Humberto Mataran y su obra. Es más, tengo un libro titulado CONVERSANDO CON MATURANA SOBRE EDUCACIÓN (Ed. Aljibe). Tres profesores nos encerramos con él dos mañanas y se grabó la conversación. Creo que su obra es magnífica.
Besos y gracias.
MAS
Creo que es una gran verdad que los seres humanos aprendemos en gran medida por lo que vemos. El buen ejemplo dado a los alumnos los educa más que los sermones, que por otra parte los odian. El profesor honesto, puntual, justo, paciente no necesita, a nivel educativo, mucho más.
Si en la televisión nos dieran películas más amables, nos hicieran ver la necesidad de contribuir con nuestros impuestos al bien común y tratar al evasor como un ladrón, en vez de como un espabilado, las cosas irían cambiando. ¿No se ha logrado que se fume mucho menos con las campañas antitabaco?
El ejemplo influye, pero la acción dirigida de modo adecuado a la consecución de un objetivo, con los medios de comunicación de que hoy se dispone, creo que es decisivo.
Los viajes, como dice Miguel Ángel, si se va con mente despierta, creo que son muy educativos. Nos enseñan muchas cosas positivas y negativas. Hay países que no te dejan vivir, es un asalto constante a que les compres o que les des. En otros es sorprendente la alegría y bondad que manifiestan a pesar de la miseria que les envuelve. Simplemente el hecho de constatar que hay personas que viven cívicamente con otra costumbres, culturas, religiones, nos ayudan a relativizar las cosas, a ser comprensivos, y a entender ciertas actuaciones que, según nuestra cultura, nos parecen incomprensibles.
Saludos a todos.
Querido Joaquín:
Haces bien en traer a colación la influencia de las películas y la televisión como fuentes de aprendizaje vicario.
Decía Chesterton que viajar es comprender que estabas equivocado. Porque muchas de las costumbres que te encuentras te hacen ver que existen otras formas de vivir y de entender la realidad. Por eso he reproducido la interesante cita de Hemingüey.
Gracias, querido amigo, por tu fidelidad en la lectura y en las aportaciones.
Un abrazo.
MAS
Amigo Miguel Ángel:
Has comenzado el artículo de este sábado citando, muy oportunamente, a Albert Bandura como preámbulo de los aprendizajes que podemos obtener en los viajes, siempre, claro está, que se hagan con algunas condiciones psicológicas y emocionales, tal como describes.
Sobre este autor canadiense me apoyé bastante en la investigación que coordiné y que dio como resultado la publicación “Signos y cultura de la violencia. Una investigación en el aula”. Pero de esto hace ya más de dos décadas, por lo que habría que volver a Bandura para hablar de los aprendizajes vicarios, no solo de los que asumimos en las relaciones directas, sino también en las indirectas, es decir, de aquellas que nos llegan de manera simbólica por los medios de comunicación/información/distracción/alienación que se han multiplicado exponencialmente en los últimos tiempos.
Por otro lado, josemª hace alusión a la infancia y a la espontaneidad que se da entre los niños cuando se relacionan entre sí.
Sobre ello, quisiera indicar que este curso he codirigido un Trabajo Fin de Grado acerca de la formación de la amistad entre los niños y su representación a través de los dibujos. Lo cierto es que, desde el punto de vista de las investigaciones sobre este tema, de manera concreta, hay muy poco publicado; solamente tengo noticias de la obra de Zick Rubin “Amistades infantiles” que salió en Morata en el año 1998, y que la alumna que presentaba el trabajo lo utilizó de manera intensa.
En el libro se describían los procesos de acercamiento desde las edades más tempranas y cómo iban evolucionando con el paso del tiempo. De este modo, en los niños y niñas de edades hasta los 4 o 5 años, la relación se establece por la afinidad en los juegos. A medida que se crece, se introducen las componentes de afinidad en el carácter… No me extiendo en este tema, pues a quienes estuvieran interesados en el mismo les recomendaría la lectura de este excelente libro.
Tiene razón josemª que en nuestra cultura la violencia es un tema que está muy extendido no solo como hecho real, sino como forma de espectáculo que niños y niñas acaban asimilando de forma placentera (de ahí la multitud de películas y videojuegos que cubren gran parte de sus tiempos y son modelos, en cierto modo de aprendizajes vicarios). Y es que la violencia simbólica ha venido a sustituir a la coacción y violencia directa que se establecen en las dictaduras y sistemas autoritarios, pues en más rentable y eficaz lograr la sumisión y la aceptación de los ciudadanos del discurso del poder dominante.
Bueno, no quiero alargarme mucho en esta cuestión; también hablaré de las experiencias de los viajes, pero, por ahora, voy cerrando.
Un saludo desde Córdoba, con una mañana que parece que el calor nos va a dar una tregua.
Querido Aureliano:
Es probable que las investigaciones que hacía Bandura con niños no tuvieran los mismos resultados con adultos. Porque creo que la plasticidad de la etapa infantil haría más potentes los efectos del aprendizaje vicario.
Preocupante cuestión la que planteas sobre el aprendizaje vicario de la violencia. Porque en la sociedad se ofrecen numerosos ejemplos de solución de conflictos a través de la violencia y no del diálogo y la palabra.
Pensé en tus experiencias suizas cuando centré las reflexiones sobre el aprendizaje vicario en los diversos viajes que realizamos.
No dudo que tus comentarios serán magníficos al respecto.
Un abrazo.
MAS
Buenas noches Miguel Ángel que lindo encontrarnos con tantos lectores en este espacio de crecimiento y reflexion , que acertado el educar los ojos ellos son nuestras ventajas del alma, cuántos momentos, lugares, personas ….. Quedan grabadas en nuestra retina . Un cariño
Querida Marisa:
Gracias por tus palabras, m tan hermosas como certeras.
En efecto, tenemos que educar los ojos para ver muchas cosas que nos puedan hacer mejores.
Y las hay. Claro que sí.
Besos y gracias.
MAS
Buenas noches Profesor Santos Guerra. Reciba mis saludos y consideraciones. Sobre el aprendizaje vicario representado por Bandura (1977) Aprendizaje social, lo relaciono con el accionar, actitudes y valores de la familia que a través de la construcción social son decisivos en la crianza de los hijos y por ende de los ciudadanos del país y del mundo. Entender lo complejo de educar tiene que ver con este aprendizaje vicario, pues a la larga también hemos aprendido de los adultos significantes en nuestro transitar de vida. Abrazos. williams
Estimado Williams:
Por supuesto, querido colega, el aprendizaje vicario tiene especiales implicaciones educativas en el ejemplo de los padres y de los docentes sobre los hijos y los alumnos. También en los comportamientos de los políticos personas relevantes de una sociedad sobre los ciudadanos.
Recuerdo muchas veces que el ruido de lo que somos llega a los uñidos de nuestros hijos y alumnos con tanta fuerza que les impide oír lo que decimos.
Gracias por leer y escribir.
MAS
Buenos días,
1.- EDUCAR LOS OJOS.- La contertuliana Sra/Srta. Marisa Brune ha dado en el clavo: “Educar los ojos”. La observación, para mí, es la herramienta principal del aprendizaje en general, del vicario y de cualquier otro tipo. Como dijo el Sr. Guerra, en similares palabras, se puede recorrer el mundo y no ver nada. También opino, se puede mirar desde la ventana de tu habitación y ver el mundo. Para ver hay que saber mirar. Para aprender hay que mirar sabiendo mirar. Hasta cuando nos meten imágenes atroces del ser humano hay que cuestionarse lo que estoy viendo, pues mi mirada en ese momento está condicionada por mis días de vida vividos en esta mi cultura. Si hubiese nacido en el desierto de Mauritania hace 400 años, mi mirada posiblemente sería distinta.
2.- LA OBSERVACIÓN.- Ya lo dijo mi escritor preferido, Willian Faulkner, para ser contador de historias, la observación. Creó el Estado de Yoknapatawpha, una acotada cabida de terreno en el Sur de los Estados Unidos, metió dentro unos miles de negros y otros tantos de blancos, con sus mulas, sus arados, sus orgullos, prejuicios, y observando, observando, los puso a vivir, y él a contar las historias de sus vidas. Luego llegó García Marquez e imitando, aprendió de aquél, y creó Macondo. Ya a la vejez, Márquez, en un tardío acto de humildad, reconoció que quien le enseñó a observar, y por lo tanto a escribir, fue Faulkner. Vargas Llosa, me suena que recientemente ha reconocido igual aprendizaje del mismo maestro. Se ve que la vejez nos otorga un plus de humildad.
3.- OTRA DIMENSIÓN.- Observar es apartarse del patrón que viene reflejado en el panfleto publicitario o noticiario. Observar es acercar la lente. Observar es añadirle una pizca de imaginación a lo que ven mis ojos. Observar es agotador hasta sin ni siquiera salir de casa. He viajado, de joven, por muchas ciudades, algunas europeas, no veía, no me cansaba. Observar es ver donde nadie ve. Es ver la rebaba reseca en la comisura de los labios del charlatán que tengo delante. Es apreciar la cara de aburrimiento de su cónyuge por la infinidad de veces que ha oído la misma historia. Es apreciar que esta señora dice que se levanta a llamar por teléfono. Observar es captar la mentira. Puede hacerlo allí, lo ha hecho ya dos veces. ¿ A dónde va?. Va al water. Pero las señoras nunca van al water.
Bueno, va, tengan buen día.
Estimado Don Quintiliano:
Estupendas reflexiones sobre la observación. Gracias por compartirlas.
Observar no es mirar, es buscar, suelo decir.
Hace falta saber ver y tener teoría para interpretar.
Trabajé mucho con mis alumnos estas cuestiones:
Observaban dos o más lo mismo y contrastaban…
Eran observados y recibían información sobre lo concluido…
Observaban a quien no sabía y a quien sabía que era observado…
Observaban con plantilla y sin plantilla…
Observaban y luego entrevistaban al observado…
Porque a observar se aprende.
Gracias.
Saludos cordiales.
MAS
O.K. Sr. Guerra. Enriquecedor.
Ah, y felicidades por atrasado. Espero que siempre siga siendo joven.
Gracias a todos por los comentarios. Me enseñan cosas.
Tengan un buen día.
Estimado Don Quintiliano:
Estoy orgulloso de tener comentaristas, como tù, que superan, enriquecen y cuestionan el artículo de partida.
Mil gracias por las felicitaciones. Y usted que lo vea, como se suele decir.
Nunca son atrasadas porque se trata de un feliz cumpleaños, no de un «cumpledía».Tienen vigor hasta el próximo 21 de agosto.
Un cordial saludo.
Y gracias por participar con frecuencia y tino.
MAS
Córdoba, domingo, 27 de agosto.
Esta mañana me he levantado bastante temprano. Como es domingo, no se oye a nadie en la calle. Conecto el ordenador para leer las noticias de los diarios digitales, también de Montilla Digital para ver cómo ha quedado la segunda parte dedicada al famoso grafitero Banksy y, cómo no, para comprobar si hay comentarios en El Adarve.
Me pongo el desayuno: café y tostadas con aceite. Una vez que he acabado, y puesto que el día se prevé largo, vuelvo a la cama a retomar un breve sueño. A quienes les he comentado que tras el café me vuelvo a dormir se sorprenden, pues para ellos tomar café es sinónimo de desvelo.
Una vez que vuelvo a la vida consciente, me preparo para la caminata matinal. Casi nadie en la calle. El silencio se ha apoderado de Córdoba. Ha bajado la temperatura, el cielo se ha nublado y caen unas gruesas gotas, por lo que me refugio en los soportales que hay en el recorrido.
Al regreso a casa recojo el libro de Jean Ziegler que estoy leyendo, puesto que de este sociólogo suizo estuve hablando con Julio Peñate en el encuentro de amigos que tuvimos el día anterior previo al regreso de nuestro viaje a Suiza. Con él marcho a la cafetería Globo que está cerca de mi casa con la intención de reanudar su lectura.
El título del libro es “El oro nazi”, con el largo subtítulo de “Historia de la convivencia mortífera entre la Banca suiza y el Tercer Reich” a lo que se le añade “Incluye las últimas revelaciones sobre las tramas españolas y argentina”.
“¿Sabes, Aureliano, la anécdota que cuenta Jean Ziegler de cuando en los años sesenta estuvo con el Che Guevara acompañándole por Ginebra?”, me indica Julio cuando le pregunto sobre el “agujero negro” de Suiza: la Banca.
Julio es un amigo de hace muchos años. Estuvo como profesor en la Universidad de Neuchâtel y, en la actualidad, es catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana en la de Friburgo, cuidad francófona como la anterior.
“Sé que Jean Ziegler ejerció de chófer con el Che Guevara en su estancia en Ginebra…”, le indico, esperando que me ofrezca la anécdota que me ha dejado en suspenso.
“Ten en cuenta que nos trasladamos a los años sesenta, años en los que la guerra de Vietnam estaba en su apogeo, tiempo en el que se desarrolló gran parte de los movimientos guerrilleros de América Latina…”. Continuó: “Ziegler era un joven idealista de izquierdas que quería acompañar al Che Guevara en sus luchas antiimperialistas, pero este le contestó que su puesto estaba precisamente en Ginebra, investigar, escribir y denunciar, pues allí estaba el cerebro del monstruo”.
El cerebro del monstruo, en expresión de Che Guevara, era la Banca suiza, ya que es el centro mundial del capitalismo financiero, el lugar al que acuden todos los capitales.
Previamente a la charla sobre Ziegler, le había preguntado que me explicara cómo estaba organizada la enseñanza universitaria en Suiza, al tiempo que me indicara cómo había accedido a la cátedra en la Universidad de Friburgo.
“Como bien sabes, Suiza está formada por 26 cantones y cada uno de ellos tiene su propia Universidad con su propio sistema educativo y de contratación del profesorado. Fíjate que en este país no hay un Ministerio de Educación, pues es una Confederación y de este modo funciona a todos los niveles…”.
“Yo esperaba acceder a la cátedra en la Universidad de Nechâtel, que era donde impartía docencia desde hacía muchos años, pero, la verdad, no era bien visto por quien dirigía el departamento, por lo que no me quedó más remedio que esperar. Cuando salió la plaza de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de Friburgo se anunció tanto en la prensa suiza como en la extranjera (francesa, alemana, española, estadounidense…) para que pudiera presentar su formación y currículum cualquier aspirante; solo se le exige que sepa francés con toda corrección y que, si finalmente es el seleccionado, tenga que residir en la ciudad…”.
“Me parece que nos presentamos unos cuarenta. La comisión de la Universidad valora detalladamente todos los expedientes y los firmantes de los que considera más idóneos (aproximadamente, unos cuatro o cinco) tienen que dar una conferencia en la propia Universidad, a la que asiste tanto profesores como estudiantes. Al acabar, cualquiera le puede preguntar sin ningún tipo de limitación. Te puedes imaginar que, finalmente, accede a la cátedra alguien muy formado, pues estar sujeto a cualquier pegunta no es nada fácil”.
Julio, por otro lado, me informa que la Universidades de Friburgo tiene unos cuatro mil estudiantes; nada que ver con las universidades españolas supermasificadas. A sus clases generales asisten unos 30 alumnos/as y en las de prácticas, aproximadamente, la mitad, es decir 15 alumnos/as.
De igual manera, me aclara que la Enseñanza Profesional (equivalente a la Formación Profesional española), está muy bien organizada en Suiza, por lo que muchos jóvenes optan por ella, siendo la Universidad otra opción más.
“¿Por otro lado, cuáles son los autores, temas o corrientes literarias que más te gustan tratar en las clases?”, es otra de las preguntas que le hago.
“Me gusta mucho la literatura española del siglo XIX, con especial significación la obra de Benito Pérez Galdós. También abordo la novela o los relatos de viajes, ya que esta temática les gusta mucho a los estudiantes…”.
***
Al regreso de Suiza, Flora y yo permanecimos unos días en Madrid. Nos dio tiempo a acercarnos a ver la exposición antológica que en la ampliación del Museo del Prado se hacía con el título de “Tesoros de la Hispanic Society of America” de la Hispanic Society Museum & Librery de Nueva York.
Decir que era una exposición magnífica es quedarme corto. Pero si hubo algo que me llamó especialmente la atención fueron los retratos que Joaquín Sorolla había realizado de la intelectualidad de su época (José Echegaray, Ramón Pérez de Ayala, Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Aureliano de Beruete, Benito Pérez Galdós…) y que pertenecen a los fondos de esta sociedad.
Sobre Benito Pérez Galdós, en el catálogo de la exposición, se decía que en 1912 no recibió el apoyo de los miembros de la Real Academia de la Lengua Española para el premio Nobel de Literatura por sus ideas republicanas… A este magnífico escritor no se le presta apoyo por sus ideales republicanos; sin embargo, sí lo obtuvo José Echegaray al que se le concedió en 1904, pero que hoy prácticamente nadie lo lee.
***
Vuelvo al principio. Puesto que “El oro nazi” de Jean Ziegler fue editado hace vente años y solo comencé su lectura por entonces, reinicio la lectura de este documento en la cafetería y encuentro una defensa de la vida del pueblo suizo, al tiempo que un demoledor cuestionamiento de la opacidad y del cinismo de la banca de la Confederación Helvética. Pero de esto hablaré en otro momento…
Querido Aureliano:
Cuántos cosas de interés en tu comentario.
Me han interesado especialmente las relacionadas con la organización de la Universidad (exigencia en la selección de catedráticos, ausencia de masificación, autonomía…) y la valoración que hace Julio de la Formación Profesional.
Estupendo tu interés por los Museos. Una buena fuente de aprendizaje.
Un cordial saludo.
Y muchas gracias, como siempre.
MAS
Estupendo artículo que, a mi juicio, tiene dos ejes importantes de reflexión:
EL APRENDIZAJE VICARIO
EL APRENDIZAJE EN LOS VIAJES
Muy oportuno al publicarlo en estas fechas en las que mucha gente se desplaza de un lugar a otro.
Hay quien se mueve por medio mundo sin ver nada y hay quien aprovecha cada momento para aprender y hacerse mejor persona.
Los ejemplos de aprendizaje que se ofrecen en el artículo son muy instructivos.
Creo que escribir sobre lo que se ve también puede favorecer los aprendizajes.
Saludos y gracias al autor y a los comentaristas.
Estimada Candela.
De acuerdo con que los escritos sobre los viajes ayudan a reflexionar. Y no solo a eso. Porque para escribir has tenido que prestar atención, tomar nota, retener y reflexionar sobre lo visto y vivido.
A mi gusta escribir y frecuentemente hago diarios de viajes, no solo de carácter profesional sino personal. Algunos de estos registros quedan plasmados en el diario que le escribo a mi hija desde el nacimiento y que se titula DÉJAME QUE TE CUENTE.
Besos y gracias.
MAS
Amigo Miguel Ángel:
Siguiendo con el debate que se plantea en esta semana, quisiera ofrecer una información complementaria al escrito que envié recientemente. Pero, en este caso, espero hacerlo de forma breve para aligerar las intervenciones.
Como he expresado, Suiza, por razones familiares, es el país que mejor conozco de toda Europa (si excluimos España, claro está).
Recuerdo que hace bastantes años, le preguntaba a mi hermana Angelines, que era profesora en un centro de Berna en el que se impartía docencia a los hijos de los emigrantes españoles para que no perdieran los vínculos con el país de sus padres, que me explicara el sistema educativo que existía en Suiza.
Cuando me indicaba que una vez terminada la enseñanza obligatoria a los chicos y chicas se les indicaba si iban a bachillerato o enseñanza profesional, lo interpretaba como algo discriminatorio, porque yo entendía que a los segundos era cortarles las posibilidades de acceder a la Universidad.
Sin embargo, pasados los años, en la larga charla que he mantenido en esta ocasión con Julio, en la que me explicó en funcionamiento de las universidades helvéticas, me hizo ver que mi idea era bastante equivocada. Él me aclaró, tal como apunté, que la Educación Profesional estaba muy bien organizada, por lo que quienes accedían a ella, en cualquiera de las ramas, no se sentían desplazados, pues comprendían que era el camino que mejor se adecuaba a sus características o aspiraciones.
Pero como la información que te proporcionan conviene contrastarla con la realidad, paso a explicar un par de ejemplos vividos.
Dado que quería ver una ermita en los Alpes que había proyectado el arquitecto suizo Mario Botta en el sur del país, me acerqué a Berna con mi cuñado Markus a las oficinas centrales de la red de ferrocarriles para que nos proporcionaran la combinación más adecuada.
Nos atendió una chica rubia y con los ojos azules, muy joven. Más tarde fuimos a otra sección atendida por otro chico de edad similar.
“Oye, Markus, ¿cómo es que unos chicos tan jóvenes son responsables de secciones de la central de trenes de Berna?”, le pregunté un tanto sorprendido, pues nos proporcionaron toda la información con claridad y prontitud.
“Son estudiantes de Enseñanza Profesional de la rama de Turismo que hacen sus prácticas en estas oficinas”, me respondió con toda naturalidad.
Ya no le volví a preguntar cuando, unos días después, de regreso de Zúrich a Berna nos pidió los billetes como revisor un chico joven de raza negra. Le hablé en francés, y aunque estábamos en un cantón de lengua alemana, me respondió con toda corrección.
Al rato cruzó otro revisor, en este caso con rasgos inequívocamente suizos, también tan joven como el anterior, pero se dio cuenta que ya se nos había pedido los billetes.
Ahora entiendo por qué Julio me explicaba que las universidades suizas tienen tan poco alumnado si lo comparamos con las españolas, al tiempo que sin tener nacionalidad suiza (aunque él ya posee la doble nacionalidad) se puede ser catedrático de cualquiera de ellas. La exigencia es la sólida formación que garantice una universidad de excelencia y vivir en la ciudad en la que se encuentra la Universidad.
Ahora también comprendo que hacer Formación Profesional en Suiza (Enseñanza Profesional, es la denominación que allí tiene) no es estar abocado a una enseñanza o titulación de bajo rango social y el porqué, mirando hacia nuestro país, de la masificación de las universidades españolas.
Bueno, cierro, esperando no haberme alargado mucho. Un cordial saludo para todos.
Querido Aureliano:
Bien sabes que esa es una de nuestras asignaturas pendientes. No hemos dado con la tecla porque notemos querido, podido o sabido. Lo cierto es que aquí la bifurcación sigue siendo valorada en un caso de estudios de forma positiva y en el otro de forma negativa. Eso explica también la masificación universitaria y la falta de funcionalidad de la formación para el empleo.
Gracias por ese interesante e importante ejemplo.
Un abrazo.
MAS
Interesante y oportuno artículo para las fechas en las que nos encontramos.
Es una suerte poder viajar con frecuencia. Y es mayor suerte poder hacerlo de forma instructiva. Son muchas las lecciones que se pueden aprender viajando sin perder un ápice de la diversión y el entretenimiento.
Los ejemplos que se plantean son interesantes y aleccionadores.
También se puede aprender en los viajes que se hacen a la naturaleza.
Saludos.
Querida Rosario:
Pensé, al escribir el artículo, en los viajes que se realizan a la naturaleza. Sé que hay personas muy aficionadas a estos viajes que nos acercan al corazón del planeta.
Recuerdo haber dejado a mis alumnos un tiempo cuya duración desconocían, sin relojes, en plena naturaleza, aislados de todo contacto humano y de cualquier imagen relacionada con la civilización (casas, coches, luces…), en plena noche… Resultaba indecible escuchar sus relatos sobre el tiempo transcurrido y todas sus meditaciones durante el mismo.
Un beso y gracias.
MAS
Querido Maestro!
Hoy me ha impresionado su comentario!
Hace semanas que no aparezco por estos lares y hoy ha sido alentador,ilusionante y mágico su invocación a sus viajes y lo que le ha enseñado.
Yo no tengo esa oportunidad de realizar viaje por todas partes del mundo.
Ya se que lo a observación es una buena manera de aprender y en ello estoy. Aunque si le digo que me llaman la atención las pequeñas cosas los ínfimos detalles y disfruto con ellos.
No crea que me he olvidado del blog ni de usted.
Las vacaciones, el ocio, el cambio de estación llevan a dejar las cosas cotidianas aunque sean por vivir unos momentos diferentes. Me alegra el corazón leerle!
Sin más me despido con un cordial y afectuoso saludo para todos!
Queria Loly:
Ya te había echado de menos como comentarista valiosa y habitual. Quise suponer que no se trataba de un problema de salud ni de impedimento físico. Me alegra poder confirmarlo a través de tus palabras.
Lo importante del aprendizaje vicario es la actitud del aprendiz. Tú la tienes. Por eso eres capaz de aprender y eres capaz de observar lo más difícil: los pequeños detalles.
Mr alegra tenerte por aquí de nuevo.
Besos y gracias por tus palabras. También a mí m alegra leerte..
MAS
El artículo meta encantado.
Creo que se pueden aprender muchas cosas en los viajes.
Algunas buenas y algunas malas.
Lo importante es que sean solo cosas buenas.
Viajar es placentero y puede ser también instructivo.
Muchas gracias a MAS y a todos los comentaristas-
Querido Calos:
Claro, no podemos olvidar que el aprendizaje vicario tiene también una vertiente negativa. Se pueden aprender los peores comportamientos de las culturas que se visitan. Por eso hablo de reflexión y, en ese ejercicio, de ética. Hay comportamientos buenos y otros malos en todas las culturas, incluida la propia. Es un deber discernir cuáles son buenos y m cuáles malos. Y es un compromiso ético adherirse y copiar los que son buenos.
Un abrazo y gracias por participar.
MAS