Los dos atentados terroristas contra aficionados del Real Madrid en Irak, el segundo acontecido entre la prórroga y la tanda de penaltis de la final de la Champions celebrada en Milán hace uno días, me han llenado de dolor, asombro e indignación. ¿Por qué matan esos fanáticos desalmados a quienes tienen una inocente afiliación a un equipo de fútbol extranjero? ¿Para qué matan?
La respuesta está en la intolerancia, que lleva a la destrucción de quien tiene otra forma de pensar y de sentir. En el fanatismo que conduce a la aniquilación de quien tiene una forma de ocio occidental que no compaten. Terrible. Estremecedor. Alarmante. Pobres víctimas. Horribles verdugos.
Amin Maalouf escribió hace años un interesante libro que tituló con acierto «Identidades asesinas». Afirma que, así como antes se decía que había que hacer «examen de conciencia», hoy es preciso hacer «examen de identidad». Resulta asombroso que unas personas maten a otras por motivos de raza, lengua, religión, sexo, género, cultura o afición deportiva… Lo cierto es que una forma de vivir fanáticamente la identidad nos conduce al exterminio de los que no son como nosotros. ¿Por qué no se puede convivir con otras personas que tengan distinta forma de sentir, de pensar o de vivir?
¿Con qué rasgos nos definimos? ¿Qué es nuestra identidad? En términos genéricos podríamos decir que es «aquello que nos permite diferenciarnos de cualquier otro». Está claro que nuestro carnet de identidad dice pocas cosas relevantes al respecto. No hay dos seres humanos idénticos. Aunque se lograra clonar a seres humanos, la historia y la cultura los haría diferentes en el mismo momento de nacer.
Cada persona está definida por un conjunto múltiple de rasgos o componentes (Maalouf los llama «genes del alma») que configuran la identidad. ¿Cómo son esos rasgos?
Los componentes de la identidad son, básicamente, adquiridos: los componentes identificadores son, en su mayoría, de naturaleza cultural. Incluso los que son innatos están condicionados, matizados, remodelados por la cultura y por la historia. No es igual nacer negro en Tanzania que en Suiza. No es igual nacer mujer en Noruega que en Argelia.
Los componentes de la identidad son múltiples: en efecto, tenemos múltiples pertenencias: somos europeos/as, españoles/as, andaluces/zas, malagueños/as, blancos/as, normales, sanos/as… Podríamos confeccionar una lista interminable. Cuantos más pertenencias tenemos, tanto más específica se torna la identidad.
Cada una de ellas nos une a otras personas y, de alguna manera, nos separa de otras. La condición de hombre me hace igual que media humanidad. Soy español con otros cincuenta millones de personas. Mi condición de leonés me une a pocas personas. Soy de Grajal de Campos sólo con nos pocos miles. Tomar todas las pertenencias juntas hace que sea un individuo irrepetible, único.
Los componentes de la identidad son diversos: no todos tienen la misma naturaleza, importancia o jerarquía. Dependiendo del ambiente, de la idiosincrasia del individuo y del momento un factor puede cobrar una trascendencia muy grande. Ser «nacionalista», «homosexual», «negro»… puede cobrar una importancia tan grande que determine un comportamiento violento o fanatizado. O el hecho de que otros lo sean, como en el caso de los atentados que comento. La causa puede ser un ataque recibido (por ejemplo, de gitanos que ven sus casas quemadas por los payos), un momento histórico (el paso de los protestantes por terreno de los católicos irlandeses), un acontecimiento relevante (un partido de fútbol de la Champions, como en este caso)…
El sentimiento de identidad sufre una exacerbación que provoca comportamientos inusitados, sobre todo cuando es el grupo el que actúa de manera organizada. No responder a esa exigencia fanática hace que el individuo sea considerado como un traidor o un desnaturalizado.
Los componentes de la identidad son cambiantes: El cambio se produce por causas diversas y afecta tanto a su naturaleza como a su importancia o jerarquía. Esos rasgos evolucionan debido a movimientos culturales, a presiones del grupo, a acontecimientos significativos, a estrategias políticas…
No vivimos con la misma intensidad un rasgo de nuestra identidad en un lugar que en otro, en un momento que en otro. No es igual ser homosexual en la época nazi que en la actual, no fue igual ser republicano español en 1934 que en 1950.
Los componentes de la identidad tienen diferente combinación: la configuración de la identidad se debe al cruce de todos esos rasgos. La «identidad no es una yuxtaposición de pertenencias autónomas, no es un mosaico: es un dibujo sobre la piel tirante; basta tocar una sola de esas pertenencias para que vibre la persona entera«, dice Maalouf en la obra citada.
Cada individuo es único, irrepetible, irremplazable, complejo y dinámico. ¿Por qué queremos destruir a quien no piensa o siente como nosotros? Todo apunta al adoctrinamiento y al fanatismo.
La diferencias de personas puede ser entendida y vivida como una riqueza o como una lacra. Si esa diferencia se respeta y se comparte es un tesoro, si esa diferencia se utiliza para discriminar, excluir y dominar se convierte en una amenaza. «La identidad, dice Maalouf, es un falso amigo. Empieza reflejando una aspiración legítima y de súbito se convierte en un instrumento de guerra» .
Las aportaciones de diversas disciplinas (socio-lingüística, psicología social, sociología de la educación y sobre todo, la antropología, han valorado las especificidades culturales de las minorías, han conferido importancia al arte de convivir con el otro y al enriquecimiento intercultural. Los medios de comunicación social y la movilidad social han contribuido al conocimiento y al acercamiento a otras culturas.
De ahí nacen también los rasgos que, en un proceso atributivo equivocado, se pretende colocar como una etiqueta a los que tienen una determinada pertenencia: «Los catalanes son avaros…», «los aragoneses son tozudos…», «las mujeres son habladoras…», «los gitanos son vagos…»
La identidad de cada uno está fraguada en la amalgama de todas las pertenencias.. Puede o no haber alguna especial en la que podamos reconocernos como individuos. Los demás, como en un espejo, nos devuelven la imagen de nuestra identidad. Somos, de alguna manera, como los demás nos ven, como nos vemos en ellos.
La falta de preocupación por las diferencias no es sólo una traba didáctica sino un atentado a la justicia. Sin ella, el otro no es aceptado cuando es distinto a nosotros. Merece no solo el rechazo sino la destrucción. Esa intolerancia ante la identidad del otro hace el mundo hostil. Lo siembra de enemigos porque todos somos diferentes. Y el diferente, desde la óptica del fanatismo, debe ser combatido e, incluso, abatido.
Educar en la tolerancia, en el reconocimiento a la identidad de cada uno, en el respeto a la dignidad humana es el camino para construir un mundo más habitable.
Querido Maestro!
Realista comentario que nos lleva a plantearnos cuestiones interesantes de la diversidad de identidades que tenemos en nuestro país y que nos llevan al conocimiento de multitud de culturas y de personas. Como a usted, llevar al extremo la creencia de que somos diferentes y hacer apología del terrorismo por ello,es de lo más inhumano que existe.Los rasgos de las personas,los genes del alma,son características propias que nos diferencian de las demás personas y como tal hay que aceptar que cada uno tenga las suyas.
Los fanatismos muestran el horror tremendo ante una no creencia de los valores del otro! Destrucción total,intolerancia, pesimismo,violencia, atroces actos sin sentido!
La paz es la mejor sincronía de los pueblos que quieren llegar a ser mejores y que sus rasgos de identidad cambien con el paso de la historias y del tiempo.
Todos tenemos que tener en la mente que los cambios para mejor cuestan pero son los que llevan al crecimiento de los personas.
Diferentes sí; pero humanos también!
Sin más me despido con afectuoso y cordial saludo
Querida Loly:
Tu madrugador comentario me confirma que este preocupación por la paz, por el respeto, por la equidad, por la justicia, por la libertad… son los ejes de nuestros anhelos como educadores. ¿Cómo es posible que una afición deportiva le cueste la vida a unos seres humanos porque otros no toleran esa opción? ¿Cómo acabar con la intolerancia a la libertad del otro?
¿Qué les han metido en la cabeza a los terroristas? ¿Qué educación han tenido?, si es que a ese adoctrinamiento se le pudiera llamar educación?
Besos y gracias por participar.
MAS
Y yo me pregunto, ¿Qué se puede hacer? Porque además de denunciar también hay que anunciar. ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros desde el puesto que en la sociedad tenemos? ¿Qué puedo hacer como madre, cómo educadora, cómo vecina, cómo miembro de esta sociedad?
Hace años que colaboro con ACNUR. Con la crisis de Siria prácticamente se han quedado sin fondos, por lo que decidí hacer campaña en mi entorno para promover nuevos socios. Solo hablo de la cuota mínima, 3 euros mensuales.
Lo que más me ha alarmado no son los NO recibidos, sino las razones que algunos han expuesto.
En el fondo lo que percibo es miedo: miedo a la intolerancia ajena para con nuestra cultura, pero sin reflexionar en la propia intransigencia. Miedo a que vengan a nuestro país a consumir recursos «nuestros» como la sanidad, los servicios sociales, los profesores de apoyo, las plazas de guardería…Miedo a unas costumbres «raras» que no abandonan cuando llegan a nuestro país, «porque en el fondo no quieren integrarse»: el velo, las prohibiciones absurdas, el papel de la mujer..
Vuelvo a la pregunta, ¿qué puedo hacer yo?
De momento, lo primero ser ejemplo, de tolerancia, de respeto al que es diferente. Lo segundo educar, en la tolerancia, en el respeto al que es diferente.
Pero me surge una duda, ¿en todos los casos? ¿Hay que respetar la ablación, los matrimonios concertados, el burka, la discriminación de la mujer, etc.?
Saludos
Lucía.
Querida Lucía:
La educación tiene dois componentes fundamentales. Uno es el componente CRÍTICO. Es decir, la capacidad de saber discernir lo que es bueno y lo que es malo en la cultura (en la propia y en la ajena). Porque NO TODO ES BUENO en la cultura. En la nuestra, por ejemplo, existen costumbres que no son precisamente ejemplo de respeto a los animales. Hace poco hemos tenido el caso del toro de la Vega. Hay que tener la capacidad de pensar, de analizar, de discernir. Hablas de costumbres como la ablación o el uso del velo que yo considero faltas de respeto a la mujer. Lo primero, pues, saber analizar. Pero la educación tiene otro componente indispensable, el ETICO. Las costumbres negativas, de la propia y de otras culturas, hay que eliminarlas. ¿Cómo? Argumentando, actuando, pero no haciendo daño, no matando.
Completamente de acuerdo en tu otra cuestión: ¿qué puedo hacer yo?, ¿qué podemos hacer como colectivo?
Porque la suma de muchos pocos hacen un mucho. Y porque no hay peor deporte que el de encogerse de hombros y mirar para otra parte.
Besos y gracias.
MAS
Cuestión de extraordinario calado. ¿Por qué nos matamos?
¿Por que no dejamos que los otros puedan ver un partido de fútbol si no hacen daño a nadie?
Es la intransigencia, es la intolerancia, es el fanatismo, es la falta de respeto a la libertad de los demás,
Hay que poner remedio a esta sinrazón. Y creo que se hace con la lectura, con el pensamiento, con la educación, con la tolerancia.
Saludos y buen finde,
Hay cosas incomprensibles en los seres humanos. El mundo me parece maravilloso: el aire, el mar, la lluvia, la naturaleza…El hombre es el sujeto de la mayor maldad y de la mayor bondad. Cada uno llevamos dentro un ángel y un demonio, todo está en al que le demos salida.
Lo de los fanáticos que asesinan a inocentes no tiene nombre ni justificación, lo mismo que no lo tiene el agredir a otro por su color, religión, sexo, ideas, etc. ¿Por qué no aceptamos un principio tan simple como el que todos somos diferentes tanto físicamente como psicológicamente?
Decía Isaac Newton: «la unidad es la diversidad, y la diversidad en la unidad es la ley suprema del universo.»
La realidad es que desde que el hombre ha aparecido en el mundo los conflictos le han acompañado siempre y creo que así seguirá. Cuantos más aceptemos al diferente menos conflictos habrá y ayudaremos a hacer un mundo mejor. Grano a grano se hacen montañas.
Totalmente de acuerdo en los planteamientos de Miguel Ángel. Los comparto.
Saludos a todos.
Hay muchas cosas incomprensibles en los seres humanos. El mundo me parece maravilloso: el aire, el agua, el universo, la naturaleza. Sólo el ser humano es el ser de mayor maldad y de la mayor bondad. Cierto que todos llevamos dentro un ángel y un demonio. Todo está en al que le demos salida.
Lo de los fanáticos que asesinan a inocentes o los esclavizan no tiene nombre ni justificación alguna. Lo mismo que no tiene justificación el agredir a otro por su color, religión, sexo, ideas políticas o de cualquier tipo, etc. ¿ Por qué no aceptamos un principio tan simple y claro como el que todos somos diferentes tanto físicamente como psicológicamente?
Decía Isaac Newton: «La unidad es la diversidad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo.»
La realidad es que desde que el hombre ha pisado la tierra el conflicto le ha acompañado siempre y creo que así seguirá hasta que deje de pisarla. No obstante, cada nuevo adepto a la comprensión y aceptación de la diversidad es un grano más de arena, y las montañas se hacen grano a grano.
Comparto las ideas del artículo.
Saludos a todos.
Querido M.A. Dos veces he escrito un comentario y dos veces se me ha borrado y no ha entrado. Lo siento no sé qué pasa.
Dicen que a la tercera va la vencida.
Creo que hay muchas cosas incomprensibles en los seres humanos. Personalmente me encanta el mundo: el aire, el mar, la naturaleza, el universo. Sólo veo la mayor maldad en el hombre y la mayor bondad. Cierto que llevamos dentro un ángel y un demonio, todo está en al que le demos salida.
Lo de los fanáticos que asesinan a inocentes no tiene nombre ni justificación . Lo mismo que no lo tiene el agredir a otro por su color, religión sexo, ideas, etc. ¿Por qué no aceptamos un principio tan simple como es el que todos somos diferentes tanto físicamente como psicológicamente?
Decía Isaac Newton: «La unidad es la diversidad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo.»
Desde que el hombre ha pisado la tierra le han acompañado los conflictos. Si las ideas de comprensión, razonamiento y diálogo van prosperando en cada uno, serán como granos de arena, pero las montañas se hacen grano a grano.
Comparto plenamente las ideas del artículo.
Saludos a todos.
Querido Joaquín:
Al fin aparecieron tus comentarios. Figuraban como Spam. No sé por qué.
Afortunadamente los he recuperado. Voy a borrar los dos primeros porque es el mismo comentario. Por cierto, me parece magnífico.
Un abrazo.
MAS
Querido Joaquín:
Ya ves. Este comentario sí ha entrado.
Si tuvieses dificultades, dímelo para llamar al periódico. No sé si otros comentaristas están teniendo problemas.
Un abrazo.
Buen sábado, quite amigo.
MAS
Hola familia.
Quiero intervenir para pedir disculpas directas a Inmaculada Armendáriz, pues me dirigí a ella sin venir acuento, y sin «conocerla de nada». No participa para eso. Lo siento.
Reitero mis disculpas para ti, Miguel Ángel, y para todos los seguidores de tu blog. Si alguien lo hice sentir mal, o lo he molestado en cualquier sentido, no era mi intención.
Hasta otra, familia.
Estimado José Antonio:
He rapasado tu comentario porque no recordaba haber leído nada ofensivo. En efecto, es que no lo hay. Sencillamente, te diriges a ella y le preguntas qué es lo que hace para defender o practicas esas ideas que tiene.
No veo «animus injuriandi» en tus palabras. No me extraña que no se haya dado por aludida ni con la pregunta ni con las disculpas.
Un abrazo y tranquilidad.
MAS
No podemos quedar impasibles ante tanta barbarie.
A veces solo nos afecta el problema si las víctimas son cercanas. Es decir este atentado le afecta al seguirdor del Madrid y no al delñ Barça. Ya veis con qué inistencia se dice «no hay españoles en el atentado». Como si las demás víctimas fuesen menos importasntes.
Esto es una tragedia.
No podemos aceptar estos comportamientos. A mi me preocupan mucho.
¿Qué mundo les estamos dejando a nuestros hijos?
Yo creo que la solucvión no está en las armas, al menos la solución definitiva.
Saludos.
Gracias, Miguel Ángel. Cosas que pasan. Un abrazo.
En línea con lo apuntado por Joaquín Álvarez, es curioso que dos vocablos tan similares en su forma, teniendo etimológicamente un origen común, en cambio son tan distintos en su significado. Me refiero a los términos «identidad» e «idéntico».
Según el RAE identidad es «conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás» o «Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás».
Idéntico «Que es igual que otro con que se compara »
En ambos vocablos se encierra una de las características principales del ser humano. Que somos idénticos, iguales, que nos asemejamos, que compartimos muchos aspectos, pero a su vez, cada uno tenemos nuestra propia identidad que nos diferencia de los demás.
Somos idénticos en la forma de venir y salir de este mundo, en la manera de procrear ¿acaso hay algo más grande que nos una a toda la especie?
Este nexo común debería primar sobre cuestiones menores: color de la piel, forma de hablar, «manera de orinar», costumbres para rezar, equipos que animar, forma de vestir, gustos de todo tipo, modo de pensar,…
Todo esto que nos hace diferentes va construyendo nuestras señas de identidad individual que hace de cada uno de nosotros que seamos especiales y únicos. Cada persona está en peligro de extinción, porque sólo hay una idéntica a ella, que es ella misma. Ni siquiera dos genemelos univitelinos son exáctamente idénticos porque las experiencias de cada uno son distintas, y eso marca también nuestra singularidad.
¿Por qué el ser humano desprecia lo único, lo irrepetible, lo excepcional? Seguramente, porque sólo se fija en lo idéntico, en lo común, en la generalidad…
Ya ves Miguel Ángel, esta semana no se me ocurría ningún comentario, pero leyendo a los colegas comentaristas mis neuronas se agitaron levemente…
Saludos a todos y todas…
Querido Juan Carlos:
Está bien que dl despertador de las neuronas nos active desde cualquier lugar y en cualquier momento.
La pregunta que te haces no tiene una respuesta fácil. Quizá sea menos amenazador eso que tu llamas «lo común». Lo distinto nos interpela y, a veces, nos nos hace sentir en peligro.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario.
MAS
Querido Miguel Ángel:
Hace años, el grupo de investigación de la Universidad de Córdoba al que pertenezco llevamos a cabo un congreso internacional sobra las Identidades Culturales.
Esta referencia la hago pues cuando se profundiza en un tema se va viendo la complejidad que puede presentar. En el caso de la identidad, hay numerosos estudios acerca de ella; pero, lógicamente, en un artículo y sus comentarios conviene centrarse en algunos aspectos de la misma.
Estableciendo un cierto paralelismo a lo que bien expones en tu escrito, podía apuntar, de manera sintética, que la identidad es algo que convive con el ser humano, por dos hechos fundamentales: por un lado, todo ser humano debe crearse una identidad para reconocerse como individuo y, también, porque necesita unas señas compartidas con semejantes, pues, como bien apuntaba Erich Fromm, una de las necesidades básicas del ser humano es el sentido de pertenencia, es decir, saber que se forma parte de una colectividad, ya que no puede vivir en una soledad radical pues enloquecería.
Relacionado con lo anterior, podemos decir que hay una identidad individual y una identidad colectiva. Sobre ellas habría que apuntar que una característica que las puede definir es la cerrazón o la apertura con las que se viven esas señas de identidad.
Sabemos que hay culturas, grupos, comunidades… que viven sus señas de identidad de un modo cerrado y excluyente, por lo que la intolerancia y el fanatismo son parte de las mismas. Sobre este tipo de identidad comienzas hablando en tu artículo.
De igual modo, la persona puede vivir su identidad propia (ideas, creencias, valores, relaciones…) de un modo cerrado, de manera que no acepta de ninguna manera las ideas y opiniones que le puedan llegar de otros y que contradigan las suyas. Son personas dogmáticas (y nunca mejor dicho el término), que temen dudar, porque, en el caso de hacerlo, se les vendría abajo todo el entramado sobre el que han construido su identidad.
No me cabe la menor duda que en el mundo en el que nos encontramos lo más razonable es tener una identidad flexible y abierta, de modo que la tolerancia forme parte de la misma. Esto no quiere decir que los principios éticos propios los relativice; todo lo contrario, pues esos valores no son autónomos, sino que para que sean sólidos deben ser contrastados y también compartidos por otros.
Es necesario, pues, admitir los cambios. Esta es una de las funciones de los que trabajamos como educadores: debemos ser conscientes que los valores que nosotros recibimos no son los mismos que los que ahora transmitimos: debemos contrastarlos, al tiempo que los cambios positivos hay que defenderlos y reflexionar sobre ellos para conocer cómo se transforma la sociedad en la que vivimos.
Y es que, a pesar del oscuro panorama en el que nos vemos inmersos en la actualidad, hay transformaciones que suponen cambios en identidades que tradicionalmente se consideraban casi inamovibles.
Me puedo referir a una de ellas: las identidades masculina y femenina, puesto que sobre este tema solemos hablar con cierta frecuencia.
Así, en uno de los trabajos que he llevado a cabo con los estudiantes de Magisterio, me ha sorprendido gratamente los cambios que se han producido en los escolares con respecto a lo que es ser hombre y ser mujer.
Me explico: en este curso, propuse en clase llevar en las aulas de Primaria, es decir de primero a sexto en un numeroso grupo de colegios, un trabajo en el que se les pidiera a niños y niñas que dibujaran el tema “Un hombre trabajando y una mujer trabajando”.
Cuando recogí todos los trabajos que me aportaba el alumnado de la asignatura, me llevé una gran sorpresa. Niños y niñas, en su mayoría, han cambiado las percepciones de lo que es masculino y lo que es femenino.
Esto ha dado que esté preparando un artículo con cierto rigor en el que abordaré los cambios que se han producido en la mentalidad de los pequeños. De momento, y como anticipo de ese futuro estudio, he publicado un artículo en los diarios digitales titulado “Hombre y mujer trabajando”, del que adjunto el enlace para aquellos lectores o lectoras a los que les pudiera interesar.
http://www.montilladigital.com/2016/05/aureliano-sainz-hombre-y-mujer.html
Más adelante, publicaré “Mujer y hombre trabajando”, pues son las niñas las que han dado un salto muy grande en la percepción de lo que es la identidad femenina (también masculina), especialmente en lo que se refiere a sus expectativas profesionales.
Un abrazo, tanto a ti como a los seguidores de El Adarve.
Querido Aureliano:
Gracias por las aportaciones que haces en tu comentario.Es muy interesante la forma de explorar los cambios de mentalidad a través del dibujo infantil.
Cuando dices que más adelante publicarás el informe sobre Mujer y hombre trabajando, ¿dónde será?
Me gustaría ver los resultados.
En Coeducar en la escuela (año 1984) hago referencia a una exploración en la que pedimos a los niños y a las niñas que dibujasen a los miembros de la familia haciendo «algo».
Da gusto leerte. Es alimento para la mente.
He leído el artículo sobre corazones y sonrisas. Sugerente análisis.
Un abrazo y gracias.
MAS
El tema de hoy me parece verdaderamente crucial.¿Por qué no podemos convivir en paz?
Y no me refiero a ficciones o tensiones propias de la comunicación sino a la decisión suprema de quita la vida al otro. Una decisión que siega de raíz todas las posibilidades de elegir.
¿Quién les da a esos fanáticos el poder sobre la vida? ¿En nombre de qué dioses o de ideas o de qué ideales actúan?
Me preocupa también lo que ya se ha apuntado:víctimas ¿quién y cómo les ha metido esas ideas en la cabeza?
Una tragedia para las víctimas y para los testigos que pueden albergar miedos fundados a ser aniquilados por quien no siente,piensa o vive de la misma forma.
Hay que actuar. Y la actuación está en la educación para la tolerancia.
Saludos.
Amigo Miguel Ángel:
El tema de esta semana es de gran interés en nuestro campo de trabajo, pues la identidad puede relacionarse con valores que debemos abordar en el aula, como pueden ser la autoestima, la motivación, la confianza en sí mismo, etc., lo que da lugar a que en el desarrollo de los escolares se vayan gestando y consolidando caracteres o identidades un tanto diferenciadas, ya que, como bien apuntas, finalmente cada cual tiene una propia identidad, aunque, como seres humanos, haya elementos comunes que compartamos.
Por otro lado, cabe preguntarse en el ámbito de las identidades de género, ¿cuáles son los rasgos que definen la identidad femenina? ¿Y la masculina? ¿En qué somos iguales y en qué nos diferenciamos? Más aún, ¿es posible la amistad entre el hombre y la mujer?
Sobre este último punto, y a pesar de que la mayoría de las respuestas que he recibido (o leído de distintos autores) es negativa, personalmente creo que es posible… Pero esto es ya abrir otro tema de debate.
Acerca de la pregunta que me haces con respecto a la publicación de “Hombre y mujer trabajando”, lo cierto es que estoy en los inicios del trabajo, dado que son cientos de dibujos los recopilados, por lo que, por ahora, serán dos breves escritos en los diarios digitales, como anticipación de ese otro más extenso. No tengo, pues, pensado todavía la revista a la cual remitirlo. De todos modos, el próximo domingo saldrá la visión de las niñas, que la enviaré a El Adarve, independientemente del tema que trates.
Por cierto, ¿sabes más o menos hacia dónde apunta Carla? Te lo pregunto porque ahora las niñas lo hacen muy alto (cosa que me da mucha alegría).
Un abrazo en medio de los exámenes de junio.
Apreciado Miguel Angel Santos Guerra, todo lo que ha mencionado, describe cruda y verídicamente nuestra realidad. En todas partes del planeta existe una intolerancia que va en aumento,aquí en mi país Paraguay, siempre que juegan juntos un partido de fútbol, dos equipos considerados opuestos, termina alguien muerto, por el simple hecho de poseer la camiseta del equipo contrario, y conste que son personas de la misma raza y tal vez credo, si lo poseen, asesinan por robar un celular, o padres que asesinan a sus propios hijos por vengarse de su pareja,no sé qué está pasando con las personas, desde muy jóvenes se muestran indolentes, intolerantes a todo aquel que piense o actúe diferente a él, sin importar que sea miembro de su propia familia. Es realmente preocupante, y aveces siento temor y me pregunto, ¿en qué mundo irán a crecer mis hijos?. Los antivalores van en aumento, se ve más odio, resentimiento, violencia por doquier, incluso los medios masivos de comunicación, pareciera que cuantos más antivalores muestran, más venden. Las familias de hoy, muchas, ya no educan en valores, el amor natural se está desvaneciendo, y cuánto más preocupante se pone todo esto, porque si los valores humanos se están opacando, cómo podemos hacer para revertir esa situación antes de que sea demasiado tarde. Como docentes, nuestra tarea de educar se vuelve más compleja, y muchas veces más estresante con chicos cuyos padres no saben qué hacer para manejarlos, muchos padres han perdido la autoridad moral y los hijos ya no los respetan, por tanto más aun a los docentes. Esta situación es alarmante. No obstante, pienso que sí podemos hacer algo por aquellos niños y adolescentes que pasan por nuestras manos, y debemos hacer algo. Debemos enmendar el error. No sé cómo, no sé cuándo, pero debemos predisponernos a sembrar nuevamente los valores, que como Cristo mencionó, tal vez, nos tocará tierra árida, arenosa, con piedras, pero cuando estas semillas caigan en tierra fértil, ahí sentiremos el júbilo de haber servido de algo, y tal vez ni los frutos veamos, sin embargo nunca debemos perder las esperanzas de que aun lo podemos enmendar. Y traigo a colación una película animada, El Lórax,en la que había una piedra y en ella una inscripción, la misma decía: «A menos que» Lo mismo pienso. No habrá cambio, a menos que alguien haga algo.
Se aborda una problema de gran calado: la intolerancia que llega al extremo de quitar la vida a las personas en nombre de no sé qué ideales y formas de vid.
Las familias de las víctimas quedarán marcadas para toda la vida al perder a sus seres queridos. ¿Quién se han creído que son para convertirse en duelos de la vida de los demás?
Hay que ser intolerantes con la intolerancia.
No hay más alida que la educación, a largo plazo.
Ya sé que las actuaciones policiales son imprescindibles porque no se puede dejar que maten impunemente a los demás quienes no soportan la libertad del prójimo para pensar y hacer lo que le plaza
No es justo, no es soportable este tipo de comportamientos fanáticos que extermina a quien es distinto.
Saludos cordiales.
1.- Para dar veracidad a lo que pienso tengo que hablar un poco de mí, perdón.
2.- Cuando era joven y comunista, sufría mucho por las atrocidades y por las desigualdades. Ahora no es que no sufra, solo que las amortiguo mejor.
3.- Cuando Mao Stse Tung (o como se diga), Stalin, Hitler, a capricho mataron millones de semejantes; cuando los aliados ordenan el bombardeo indiscriminado de la ciudad alemana de Dresde, donde no había nada que temer, solo venganza; cuando dejan caer sendos pepinos en dos ciudades de Japón borrando literalmente del mapa sus edificios y los que había dentro, que eran cientos de miles….; cuando actualmente hay más de cien guerras en activo; cuando hoy, con los conocimientos científicos y tecnológicos que tenemos, pasa esto, no ceso de pensar.
4.- Darwin lo sabía, ¿de qué te quejas?.
5.- Somos una especie en evolución, luego imperfecta. Una evolución lenta aunque nuestro consciente deliberativo tan novato nos lleva a meterles prisas a la evolución, eso precisamente es lo que ha hecho el Sr. Guerra en este artículo, y naturalmente, aportar su granito de arena a la evolución deliberativa. Pues miren, vayan tomando referencias, el ser humano, en los últimos cuatro mil años ha evolucionado casi nada.
6.- Nuestra evolución imperfecta lleva millones de años trabajando, así que agárrate porque esto mañana parece que no va a estar resuelto.
7.- Tenemos dos conscientes, el deliberativo, joven, recluta, educado o al menos ido a la escuela, inseguro por inexperto en razón a su juventud, quizá con una antigüedad de 20 o 40 mil años, o sea un rayo de luz, un plis plas. Y el otro, el ancestral, el general de todos los ejércitos, el gota a gota a marchamo recalcitrante de toda la evolución, el que nos queda de aquel mono cachondo que saltaba de rama en rama detrás de la mona difícil, y de todos los monos que hemos nacido desde aquel tropel sexual.
8.- Evidentemente el ancestral vence al deliberativo. Cuando éste venza a aquél, el sufrimiento de la humanidad desaparecerá, quizá dentro de solo unos cientos de miles de años. Puedes ir descontando días.
9. Me resigno entonces?. No hombre, no, solo sé consciente de ello. ¿Y la enseñanza (deliberativo)?, ah, efecto placebo, si lo medimos en proporción de efectos, aparentemente útil hasta que llega el general que todo lo manda y ordena (ancestral). De todas formas, usa de ella, es la única solución, pero dale su justo valor, no más.
10. ¿Y tú que haces?. Intento ser consciente e intento adaptarme a lo que hay. Intento deliberar lo que puedo para aportar mi granito de arena a la evolución. Intento hacer más que decir, aunque ahora sea pelín hipócrita por hacer o decir lo contrario. Perdón.
11.- Entonces, ¿no eres creyente?. Sí, de algo o alguien que no puedo comprender. De algo o alguien que puso nuestra evolución en marcha, pero como buen docente que debe ser nos dio su tiempo para que aprendiésemos la lección poco a poco, sin prisas.
12.- ¿Estás bebido o fumado?. No, tengo sueño, son las 16.55.
Tengan un buen día.
Buenos días,
Probando, probando.
Ayer a media tarde hice un comentario de unas 500 palabras y aún no ha salido. Evidentemente el blog funciona mal. ¿?
Probemos de nuevo, ahora a trozos:
Buenas tardes,
1.- Para dar veracidad a lo que pienso tengo que hablar un poco de mí, perdón.
2.- Cuando era joven y comunista, sufría mucho por las atrocidades y por las desigualdades. Ahora no es que no sufra, solo que las amortiguo mejor.
3.- Cuando Mao Stse Tung (o como se diga), Stalin, Hitler, a capricho mataron millones de semejantes; cuando los aliados ordenan el bombardeo indiscriminado de la ciudad alemana de Dresde, donde no había nada que temer, solo venganza; cuando dejan caer sendos pepinos en dos ciudades de Japón borrando literalmente del mapa sus edificios y los que había dentro, que eran cientos de miles….; cuando actualmente hay más de cien guerras en activo; cuando hoy, con los conocimientos científicos y tecnológicos que tenemos, pasa esto, no ceso de pensar.
4.- Darwin lo sabía, ¿de qué te quejas?.
5.- Somos una especie en evolución, luego imperfecta. Una evolución lenta aunque nuestro consciente deliberativo tan novato nos lleva a meterles prisas a la evolución, eso precisamente es lo que ha hecho el Sr. Guerra en este artículo, y naturalmente, aportar su granito de arena a la evolución deliberativa. Pues miren, vayan tomando referencias, el ser humano, en los últimos cuatro mil años ha evolucionado casi nada.
6.- Nuestra evolución imperfecta lleva millones de años trabajando, así que agárrate porque esto mañana parece que no va a estar resuelto.
7.- Tenemos dos conscientes, el deliberativo, joven, recluta, educado o al menos ido a la escuela, inseguro por inexperto en razón a su juventud, quizá con una antigüedad de 20 o 40 mil años, o sea un rayo de luz, un plis plas. Y el otro, el ancestral, el general de todos los ejércitos, el gota a gota a marchamo recalcitrante de toda la evolución, el que nos queda de aquel mono cachondo que saltaba de rama en rama detrás de la mona difícil, y de todos los monos que hemos nacido desde aquel tropel sexual.
4.- Darwin lo sabía, ¿de qué te quejas?.
5.- Somos una especie en evolución, luego imperfecta. Una evolución lenta aunque nuestro consciente deliberativo tan novato nos lleva a meterles prisas a la evolución, eso precisamente es lo que ha hecho el Sr. Guerra en este artículo, y naturalmente, aportar su granito de arena a la evolución deliberativa. Pues miren, vayan tomando referencias, el ser humano, en los últimos cuatro mil años ha evolucionado casi nada.
6.- Nuestra evolución imperfecta lleva millones de años trabajando, así que agárrate porque esto mañana parece que no va a estar resuelto.
7.- Tenemos dos conscientes, el deliberativo, joven, recluta, educado o al menos ido a la escuela, inseguro por inexperto en razón a su juventud, quizá con una antigüedad de 20 o 40 mil años, o sea un rayo de luz, un plis plas. Y el otro, el ancestral, el general de todos los ejércitos, el gota a gota a marchamo recalcitrante de toda la evolución, el que nos queda de aquel mono cachondo que saltaba de rama en rama detrás de la mona difícil, y de todos los monos que hemos nacido desde aquel tropel sexual.
8.- Evidentemente el ancestral vence al deliberativo. Cuando éste venza a aquél, el sufrimiento de la humanidad desaparecerá, quizá dentro de solo unos cientos de miles de años. Puedes ir descontando días.
9. Me resigno entonces?. No hombre, no, solo sé consciente de ello. ¿Y la enseñanza (deliberativo)?, ah, efecto placebo, si lo medimos en proporción de efectos, aparentemente útil hasta que llega el general que todo lo manda y ordena (ancestral). De todas formas, usa de ella, es la única solución, pero dale su justo valor, no más.
10. ¿Y tú que haces?. Intento ser consciente e intento adaptarme a lo que hay. Intento deliberar lo que puedo para aportar mi granito de arena a la evolución. Intento hacer más que decir, aunque ahora sea pelín hipócrita por hacer o decir lo contrario. Perdón.
11.- Entonces, ¿no eres creyente?. Sí, de algo o alguien que no puedo comprender. De algo o alguien que puso nuestra evolución en marcha, pero como buen docente que debe ser nos dio su tiempo para que aprendiésemos la lección poco a poco, sin prisas.
12.- ¿Estás bebido o fumado?. No, tengo sueño, son las 16.55.
Se han perdido los puntos 7 y 8. Esperaré a ver si salen.
Sin lugar a dudas, el blog está peor que una cabra en un garaje.
Saludos.
Estimados lectores y lectoras:
Estoy haciendo una gira por varios ciudades argentinas para dictar algunos cursos. Ocho horas diarias y viaje a otra ciudad: Mendoza, Rosario, Córdoba, Mar cel Plata, Alcorta…Una paliza. Porque después del curso tengo que viajar a otra ciudad. Es muy emocionante ver a docentes que recorren más de mil kilómetros para asistir. Es emocionante verlos aplaudir de pie. Ese ritmo me está impidiendo contestar, como suelo hacer, a todos los comentarios.
Quintiliano: en efecto, tiene que ser desesperante escribir un largo comentario y ver que no llega o que se pierde. Plantearé al periódico estos problemas. No se puede maltratar a la gente que, con generosidad, comparten sus ideas.
Saludos agradecidos.
MAS
O.K. Sr. Guerra.
Tenga buena aventura.
Gracias, Quintiliano, por los buenos deseos.
Y disculpas por los problemas que, a veces, encuentra en el blog.
En lo que esté en mi mano trataré de solventarlos aunque no podré hacer mucho más que mediar con los técnicos del periódico que administran los blogs.
Saludos.
La intolerancia hace el mundo menos habitable.
Hay que caminar hacia la comprensión y la valoración de las diferencias y hacia el respeto a los otros, por muy diferentes que sean.
Lo importante es que la diferencia no nos dañe a unos y a otros.
Esa es la clave.