He leído, sin localización precisa del texto, ya que lo he encontrado en la red, un breve artículo de Ricardo Horacio Silva, sobre la profesión docente. El artículo de este escritor e historiador porteño, autor de ““Días rojos, verano negro, una crónica de la semana trágica de 1919”, utiliza con acierto la metáfora del sembrador para hablar de la tarea educativa.
Las metáforas sirven para iluminar una parte de la realidad y, al mismo tiempo, oscurecen otras. Cuando digo de alguien que es fiero como un león, nada digo de su inteligencia o de su bondad. He utilizado muchas veces la metáfora para reflexionar sobre la educación. Dos veces, por ejemplo, he utilizado la metáfora del árbol: “Vivir en primavera, el valor de la educación”, editado por Santillana de Santiago (Chile) y “El árbol de la democracia”, publicado por Profediçoes, en Portugal.
Hay metáforas más afortunadas que otras. No me gusta, por ejemplo, la del escultor porque anula la actividad del educando. Desde mi punto de vista, esencial. El escultor es activo y la estatua es pasiva. El escultor tiene iniciativa, creatividad y la escultura es totalmente pasiva. El título de mi libro “Yo te educo, tú me educas”, refleja claramente mi postura sobre la metáfora del educador como escultor. Porque muestra claramente esa parte tan sustancial, tan activa, tan dinámica, que le corresponde al educando.
Me ha gustado el artículo de Ricardo Horacio Silva, cuando compara la actividad del docente con la tarea que realiza el sembrador. El artículo se titula, de forma certera a mi juicio, “La docencia no es una profesión cualquiera”. Dice el escritor argentino:
“La docencia no es una profesión cualquiera; y no cualquiera merece llamarse docente, aun ostentando título habilitante y cantidad de horas cátedra en alguna institución.
Hay que tener algo más que eso en las entrañas: pasión por el análisis crítico y el debate; enseñar a los alumnos a tomar “entre pinzas” toda la información que reciben a través de los diarios, la radio, la televisión, las redes sociales de Internet, y del docente mismo.
Esta es la condición primera para formar hombres y mujeres con pensamiento propio en lugar de individuos sumisos, dispuestos a obedecer sin vacilaciones las órdenes de un superior, por aberrantes o estúpidas que estas pudieran ser.
Porque el docente, a semejanza del labrador, lleva en sí mismo la alta responsabilidad de sembrar esa simiente de libertad, pero no en la tierra, sino en las mentes y en el alma.
Así como el labrador deposita sus semillas en las generosas entrañas de la tierra, el docente deposita las suyas en los cerebros de sus semejantes. Y ambos esperan, esperan… y ambos sufren la misma agonía de la espera.
Porque no consiste esa espera en cruzarse de brazos: hay que luchar. Hay que luchar contra las aves que bajan a comerse el grano, contra los animales que se alimentan de las plantitas tiernas, contra las heladas o la hijuela que amenaza desbordarse, contra los yuyos y las malezas que se extienden queriendo sepultar la siembra.
Con qué emoción aguarda cada nuevo día, esperando ver las puntitas verdes de las plantas saliendo de la tierra negra. Por fin aparecen y entonces levanta angustiado la vista al cielo, viendo las nubes, reconociendo el viento, se le ve palidecer o iluminarse el rostro, según deduce, de la apariencia del cielo, si se avecina buen o mal tiempo.
Así, el sembrador de libertades otea en sus alumnos la más mínima señal de progreso: espera la palabra, la acción, el gesto que indique la germinación de la semilla en un cerebro fértil.
Pero no es tarea fácil la de los sembradores. Muchas veces se desalientan, cuando la mala yerba ha invadido los campos o cuando la banalidad triunfa sobre una mente joven.
Pero los sembradores no detienen su obra; caminan siempre hacia adelante, mirándolo todo con sus ojos de futuro; sembrando, siempre sembrando.
Un día, los sembradores habrán de abandonar el arado y la anchada, la tiza y los libros. Se preguntarán quizá, en los años de la vejez, qué ha quedado de todo aquel esfuerzo, cuál ha sido el sentido de su existencia, qué herencia han dejado a su comunidad, y si acaso alguien los recuerda.
Tal vez, en el momento supremo puedan llegar a creer que su vida fue en vano; pero se equivocarán. Porque la simiente que plantaron ha dejado a las nuevas generaciones esos hermosos y productivos campos en que juegan hoy los niños y porque algún abuelo les contará a sus nietos, en el otoño de su vida, un relato que empezará acaso con estas palabras: “Cuando era chico, yo tenía una maestra, que me enseñó a pensar…”.
Entonces, quedará escrito en los libros inmemoriales de la Humanidad que los sembradores no detienen su obra, ni aun cuando sus huesos se hayan convertido en polvo, porque ellos caminan siempre hacia adelante, mirándolo todo con sus ojos de futuro, sembrando, siempre sembrando…”
He preferido no cortar, no resumir. Por fidelidad al autor y a mis lectores y lectoras. Una tentación tremenda del sembrador es la prisa. La impaciencia. La ansiedad por ver el fruto. Porque las semillas no crecen bruscamente, no crecen de manera súbita. Necesitan tiempo, cuidados, condiciones.
Las cosechas de la educación no siempre son inmediatas. Hace años recibí una carta de un remitente que desconocía. Al abrirla pude comprobar que era un alumno que había tenido en la Universidad Complutense hacía la friolera de veinte años. Me decía que ahora era profesor de Educación Infantil. Y me contaba que en una de mis clases habíaa aconsejado que leyesen el libro “A los tres años se investiga”, de Francesco Tonucci. Con sinceridad y valentía me decía: ¡Para leer estaba yo entonces! (Para qué estaría, si no estaba para leer, siendo estudiante?). Pues bien, pasado todo ese tiempo, se había acordado de aquella fugaz recomendación, había leído el libro y le había ayudado tanto que quería darme las gracias. ¡Veinte años después! Aquella semilla que cayó en tierra no fértil, había permanecido dormida durante veinte años y había brotado mágica e inesperadamente.
Los cosechas son a veces rápidas, pero muchas otras se retrasan en el tiempo. Puede ser que algunas se pierdan porque la tierra no es fecunda o porque las plagas, los terremotos, las aves, las heladas, los animales, el mal clima o la falta de cuidados hacen que se pierdan.
El educador siembra y siembra con paciencia y con esperanza. Esa es la palabra: con esperanza. Esparce semillas de conocimiento, de solidaridad, de libertad, de amor. Y lo hace cada día en la tierra, diferente en cada caso, de sus alumnos y alumnas. Estos, a su vez, harán fructificar nuevas semillas. Por eso las cosechas de la educación son infinitas. Yo tuve un maestro que tuvo un maestro que tuvo un maestro… Y cada uno de ellos tuvo muchos alumnos. Y estos siguieron esparciendo las semillas porque las semillas y los frutos no se quedan para siempre en un lugar. Por eso la tarea de la educación es intrínsecamente optimista. El profesor es inmortal. Aunque se ausente, las semillas que sembró seguirán dando frutos, no se sabe con exactitud cuándo y dónde.
Querido Maestro!
Especialmente bueno el comentario y la comparación de la educación con la siembra.Hermosas las palabras del autor que menciona con exactitud la tarea ardua del educador.
Las personas que hemos sentido nuestra profesión en lo más profundo de nuestro ser,que amamos infinitamente nuestra vocación, esperamos con paciencia y esperanza que algún día darán sus frutos porque le hemos puesto todo el amor posible a esa tarea.La gratificación que eso supone te alza indiscutiblemente al cielo de la esperanza porque toda acción buena supone una reacción mejor!
Hay que seguir en ese camino de cosechar esperanzas, de que las acciones individuales repercutan en esos alumnos que hemos tenido y hemos ayudado sembrando la semilla de nuestros conocimientos y afectos para que sean mejores personas!
Bendito son los sentimientos que tienes en tu alma cuando reconoces que tu tarea de educar en todos los ámbitos de la vida te llena el corazón de afectos y tranquilidad,de paz y sosiego!
Sin más me despido con un cordial saludo para todos!
Que pasen un buén fin de semana!
Querida Loly;
Hay tres palabras que constituyen el eje de tu comentario: ESPERANZA, PACIENCIA y AMOR. Creo que sobre esos sentimientos se apoya la sementera y la cosecha educativa Una cosecha que nunca termina Porque los alumnos de cada profesor siembran, a su vez, las semillas que han recibido. Y esas personas que las reciben, las siembran también. ¿Hasta cuándo?
Por eso pregunto: ¿Cómo no ser optimistas?
Besos y gracias.
MAS
Pero llegan los días, esos días donde habita la tristeza, en que la mano del sembrador se agarrota y esparce mal el grano, arroja sin querer la simiente a las piedras, elige semillas quizás inconvenientes, no abona ni riega adecuadamente… En esos días miras la mano que te tiembla, contemplas los brotes que se agostan, observas el escaso caudal de tu río y, llorando, abandonas la sementera.
Estimado J. Mariscal:
Cómo no reconocer que hay días en que todo se pone negro. Piensas que tus semilla no merecen las penas ser sembradas, ves que la tierra está seca, la tormenta se avecina… Claro que hay que remontar esos momentos amargos. Pero la superación de los mismos es una preciosa semilla que los alumnos pueden recibir al ver cómo el docente afronta y supera la dificultad.
No se puede negar que haya agujeros en el queso, pero no SOLO.
Un gran abrazo.
MAS
Recuerdo, Miguel Ángel, que en los debates que manteníamos contigo hace años en los cursos de doctorado allá en Málaga, salió el tema de fondo que planteas en esta ocasión.
Puesto que yo había trabajado en dos profesiones distintas, como arquitecto y profesor universitario, comenté que comprobaba que los resultados del trabajo que uno hubiera realizado (las cosechas, se indica metafóricamente en el artículo) eran bien diferentes según el tipo de actividad.
Por mi parte, indicaba que el resultado de un arquitecto era palpable, visible, pues los proyectos terminados como edificios podían contemplarse y mostrarse a los demás. Sobre esto, apunté que con amigos que visitaban Sevilla, ciudad en la que teníamos el estudio varios compañeros, al pasar por el centro, les invitaba a cruzar por una estrecha calle peatonal en la que se encontraba un pequeño bloque de viviendas que había sido el primer proyecto realizado, al que, lógicamente, le tenía un especial cariño.
Sin embargo, la labor docente era un proceso continuo que no acababa, como en el caso del ejemplo que he puesto, en un momento determinado (a menos que se considere el final del curso como el cierre o final del trabajo, y el comienzo del nuevo curso como el inicio de otro proyecto). Por otro lado, el resultado no es palpable o visible, pues se trabaja con personas, en el que las ideas, conocimientos, valores, comportamientos, actitudes… son los “materiales” con los que nos manejamos, lo que conlleva a que no haya una ‘cosecha’ de frutas o de cereales, sino saberes, emociones y reconocimientos por parte de los receptores (aunque sean distantes en el tiempo).
Ya que el artículo está cargado de metáforas que son comprendidas por quienes aman esta profesión, estoy seguro que si otro tipo de docentes lo leyera le sonaría a “música celestial”, que es muy bonita pero que no pisa la verdadera y dura realidad.
Y es que, como bien se apunta en el mismo, se habla de educadores. Pero me pregunto: ¿Todos los que trabajan en la enseñanza son educadores? ¿Todos esperan esas cosechas que se nombran en el texto?
Me temo que no, que hay gentes que llegan a este trabajo para, fundamentalmente, ganarse el sustento. No le preguntes por vocación, inclinación, amor o placer; esas cosas no están dentro de sus mentes.
¿Entonces cómo podemos llamarles? Ciertamente deben tener el título académico exigido, por lo que, de modo general, podemos hablar de docentes; pero, desde la perspectiva de la que hablamos, podríamos diferenciar entre educadores y enseñantes.
El enseñante, que puede cumplir correctamente las normas, tiene como meta transmitir los conocimientos que se le pide que lleguen al alumnado.
¿No tienen otros horizontes más allá de ganarse el sustento? Sí que los hay: ocupar ciertos cargos que le den fama (no estoy en absoluto en contra de ocupar cargos); ir avanzando en el rango académico (no estoy en contra de avanzar en ámbito académico); enfocar la enseñanza como una competición hacia “la excelencia” (no estoy en contra de motivar a los alumnos para que logren lo mejor de sí mismo); centrarse en los mejores y que se las apañen los que no alcanzan los niveles más altos, a pesar del esfuerzo que hacen; etcétera, etcétera.
Puesto que me considero profesor-educador, y a pesar de que me siento algo incómodo poniendo ejemplos personales (pero es que son los mejores que conozco), voy a citar uno que me llenó de enorme alegría y que siempre lo tendré presente.
A principios de este curso recibí un correo de un antiguo alumno que lo tuve en segundo curso, quien, tras presentarse, me pedía que por favor le dirigiera el Trabajo Fin de Grado, puesto que se veía en una situación bastante desesperada.
Resulta que su tutor, al que conozco, no le había atendido en absoluto y en las dos convocatorias había sido suspendido y comprobaba que ahora nadie querría ser tutor de él, viendo ya que su promoción estaba fuera de la Facultad, sin que pudiera enlazar con los que se encontraban estudiando.
Puesto que le recordaba, y sabía que era buena persona pero no muy brillante estudiando, le cité en mi despacho. Tras recibirle, me explicó su situación.
“Manuel, ¿por qué no me pediste que te dirigiera el Trabajo Fin de Grado, cuando tu hermana sí lo hizo y presentó muy buen trabajo?”, le pregunté. “Esa misma pregunta es la que yo estuve haciéndome tiempo atrás”, me indicó.
“Bueno, voy a ser tu tutor y te aseguro que aprobarás. Te voy a acompañar en este nuevo trabajo, junto a tu compañera Pilar, que la conoces y sabes que se atrancó en una asignatura que, por fin, ha superado. Pero debes prometerme que seguirás puntualmente todas las indicaciones y vendrás a todas las convocatorias”. Me afirmó que sí, que cumpliría todo lo que le indicara.
Dado que Manuel y Pilar tenían una gran inseguridad en ellos mismos, y puesto que las defensas de los TFG son públicas, cuando llegó el momento del examen extraordinario de marzo, les indiqué que allí estaría presente, en cada uno de sus tribunales, para que sintieran confianza y seguridad al verme cada uno a su lado.
Las calificaciones que tuvieron fueron muy altas, muy por encima de las que habían nunca obtenido.
Nunca se me olvidará el rostro de alegría de ambos al conocer las calificaciones y el agradecimiento que me mostraron. Sabían que habían superado la prueba que se les hacía tan difícil y que ya contaban el título.
He dirigido muchas tesis doctorales, muchos trabajos fin de grado. De todos mis antiguos doctorandos he recibido la gratitud y el cariño por haberles acompañado en sus tesis; pero estoy seguro que Pilar y Manuel siempre me recordarán y yo les recordaré a ellos, pues quien ama este trabajo, y no es meramente enseñante, debe prestar su tiempo y su apoyo a quienes lo necesitan, no solo a los más destacados de la clase.
Querido Aureliano:
– Pues sí, una cosa es ser mero enseñante y otra ser educador.Habría que ser muy cuidadosos con el lenguaje.
-También estoy de acuerdo con que los frutos que se obtienen en las diferentes profesiones son de diferente naturaleza.
– Hay quien siembra mucho, hay quien siembra poco y hay quien no siembra nada.
– Es necesario pensar den quienes destruyen las semillas que se depositan por otros caminos en la mente y en el corazón de los alumnos.
– Sé muy bien con qué cuidado y dedicación diriges las tesis los TFG.
– Hay un tipo de cosechas que se canaliza en forma de gratitud y reconocimiento de los que hay hecho una tarea positiva y eficaz.
– Es muy gratificante ver cómo esas cosechas llegan a las manos de quien sembró ayuda, estímulo y compromiso profesional y personal.
Un gran abrazo y muchas gracias por tu comentario.
MAS
Preciosa la metáfora, sembramos semillas en nuestros alumnos/as y como bien comentas, en algunos brotan antes o después, o no llegan a brotar, depende de muchos factores. Nuestra misión es, precisamente, esa, sembrar y esperar. En ocasiones, durante los recreos suelo observar los comportamientos de mis alumnos/as, y en algunas ocasiones percibo como esa semilla va brotando lentamente.
Gracias por sus reflexiones profesor.
Un fuerte abrazo MAS
Estimado Estaban:
Efectivamente, hay semillas que tienen crecimiento inmediato. Es muy satisfactorio ver (como tú dices en los recreos,pero también en las aulas o en las calles) que las semillas que se han depositado en la mente y en el corazón de los alumnos y de las alumnas, dan un fruto visible y comprobable.
Saludos cordiales.
MAS
Miguel Angel, a mi entender nos ha ofrecido otro de sus artículos memorables, los que nos ayudan a construir esa escuela que aprende que tanto ansiamos.
Tal como lo he señalado en otros comentarios, en nuestro instituto secundario (recuerdo, ubicado en Santa Teresa, Santa Fe, Argentina) hemos comenzado un proceso de transformación basada en el aprendizaje centrado en el estudiante y en este proceso (difícil pero lleno de satisfacciones) precisamente el pasado jueves desarrollamos una reunión plenaria (reunión de todo el personal, no sé como la llamarán en otros lugares) a la que fueron convocados alumnos de los dos últimos años del nivel, con quienes compartimos esta reunión de igual a igual.
Fue una experiencia maravillosa y enriquecedora y, tal como esta metáfora del sembrador, podría decir que estamos viendo como las semillas están germinado, como cada una de ellas se alimenta de las demás, se potencia y adquiere nuevas propiedades, como la semillas más débiles son protegidas por las más fuertes, como comenzamos a cuidar la especie.
En esta nueva experiencia, los sembradores nos convertimos en semillas y las semillas, en sembradores.
Docentes y estudiantes estamos entendiendo que no es posible un sembrador sin semillas y que las semillas para poder crecer fuertes muchas veces necesitan de un tutor que las guíe.
Un abrazo con la estima de siempre,
Estimado Ariel:
Hermops la experiencia la que nos cuentas.
Gracias por compartirla.
Sería también interesante celebrar sesiones de trabajo con los egresados de la escuela para comprobar cómo va evolucionando el crecimiento de algunas semillas.
Para ver también qué elementos las han hecho desaparecer o las han atrofiado.
Un abrazo y mucho ánimo.
MAS
Miguel Angel, constantemente estamos en contacto con los ex alumnos, incluso los invitamos a compartir esta experiencia para que nos cuenten cómo les fue en sus estudios y trabajos. Aquellos que han elegido la docencia también están siendo invitados para que puedan vivenciarla. Asimismo, en los próximos días comenzaremos una ronda de desayunos con padres y tutores.
Estamos convencidos que no se puede enseñar en soledad, que el edificio escolar ya no es un templo del saber (cerrado, oscuro y secreto) y que todos tenemos mucho por aprender.
Buenos días a todos y a todas los que participáis en este encuentro que nos propone Miguel Àngel. Buenos días Miguel Ángel.
1.- Esta semana tenía pensado reprimirme hasta más tarde,dejar que otros habituales fuesen exponiendo sus reflexiones. No lo he conseguido aunque en parte porque ya veo letras conocidas de los y las habituales y porque me he despertado con ganas.
2.- Miguel Ángel, yo también sueño, muchas veces incluso cuando duermo. Esperanza no me falta, incluso “en los tiempos que corren ” y ” con la que está cayendo “. Las noticias no paran y podemos verlo para mal o para bien. Pero hay demasiada gente inmune, que viven llevando un único piñón con el cual suben, bajan o llanean, es lo que tienen y no pueden cambiar. Otros, sabiendo lo que se pueden encontrar, llevamos varios piñones y los utilizamos cambiando según la característica de la ruta lo requiera, pero siempre respetando el rumbo, el lugar al que queremos llegar.
3.- Soy un gran aficionado a la jardinería, a las plantas. Me gusta verlas crecer, cuidarlas, ver qué cuidados necesitan, formarlas y ellas me lo agradecen haciéndome sentir bien, dándome belleza o sus frutos. Todos sabéis que de niño fui un desertor del arado. Pero aún así, si algo tenemos en Galicia creo que es un gran amor a la tierra.
4.- Hoy el sembrador, el agricultor ( no me salgo de la metáfora, id traduciendo buscando su paralelismo con lo que nos ocupa ) ya no es ese sembrador que su conocimiento se basaba meramente en la experiencia que se pasaba de generación en generación. El mundo avanza en ciencia y en medios que hacen que su trabajo sea, en lo que el puede intervenir, más profesional : debe prepararse para aprovechar los avances a su alcance y también las tierras sobre las que va a actuar. (Complete el lector para no extenderme ). Sabemos que hay distintas tierras en cuanto a infinidad de parámetros. Lo mismo para las semillas. DEBEMOS ADECUAR LAS SEMILLAS A LA TIERRA, NO SOLAMENTE SEMBRAR POR SEMBRAR SIN TENER EN CUENTA EL TERRENO. OTRA COSA, QUE TODO SEMBRADOR SABE, ES QUE ANTES DE CIERTAS SIEMBRAS, EL TERRENO PUEDE RECIBIR CIERTAS INTERVENCIONES PARA QUE LA SEMILLA TENGA ÉXITO. HAY CIERTAS COSAS QUE CUANDO LAS HACEMOS SABEMOS QUE FRACASARON, LUEGO ES TONTERÍA HACERLAS. SABEMOS QUE HAY SEMILLAS QUE MEJORAN LA TIERRA PARA FUTURAS SIEMBRAS DE OTRAS SEMILLAS (pino ) Y OTRAS LO EMPEORAN, LO ANIQUILANDO, (eucalipto )(COOPERACIÓN – INDIVIDUALISMO. SOLIDARIDAD -EGOÍSMO ).Es importante conocer bien todos los materiales con los que trabajamos,adecuar bien la semilla al terreno para que tenga éxito, para que se prepare para futuras siembras o que la planta quede instalada en el terreno adecuado para que se pueda ella sola perpetuar y adaptarse ( aprender a aprender).
5.- Dice el texto que el educador siembra en el cerebro; pero yo creo que las semillas que tienen más probabilidades de perpetuarse son las que deben ir a más profundidad, deben se directamente senbradas en el corazón, y son esas las que tardan, puede, más en germinar, pero también son las que puede permanecer en letargo en espera de condiciones adecuadas, y cuando éstas llegan, son las más bonitas y fructíferas plantas. De unas recogemos una sola cosecha. (examen, curso ). Las del corazón dan fruto toda la vida y , además, se propagan con más facilidad. ( el caso de tu estudiante Miguel Ángel).
6.- Aureliano, escribes como los ángeles. Me gusta mucho leerte. Siempre te mojas y no andas con paños calientes. No dudas en tocar lo que no es , cómo dice la monarquía, comportamiento ejemplar u honorable. “De todo hay en la viña del señor”. Pero tú aguanta Aureliano, estamos apoyándote.
7.- Me gustáis todos los que participáis. Hecho de menos que no podamos ser más. Faltan sus verdades.
8. – Hace poco fue el día de la República. Antes de refilón he tocado la Monarquía. Para mí, por lógica, Democracia y Monarquía se contradicen. NO HAY SANGRE AZUL ,NI DE ORIGEN HUMANO NI DIVINO. Aquí, los únicos reyes en mi casa so mis hijos. A veces pienso que no me escuchan, que siembro sobre el urbano asfalto; pero ese pensamiento es fruto de la impaciencia del sembrador, de no pararse a observar adecuadamente. Cuando viene mi sobrina de Denia de vacaciones, uno de sus juegos es hacer de profesora, y ahí sé lo que se le enseña, lo que aprende, cómo percibe a sus profesores/as.
9.- Corto y cierro. Biquiños para todos y todas de una tierra preparada, o procuro, para recibir vuestra siembra. Ánimo y viva la profesión más bonita, difícil e importante del mundo. Optimista por naturaleza. Realista por necesidad. Fantástica porque me da la gana.
Querido José Antonio:
De los muchísimos temas que tocas (siempre hay comentarios mejores que el artículo de base) hay uno que me has sugerido y que me parece importante. Solo lo sugieres, pero considero que es muy interesante. Me refiero a la necesidad de ser cada uno de nosotros tierra fértil para hacer fructificar las semillas que nos llegan de los demás. Recibimos semillas de bien de muchas manos sembradoras. No necesariamente docentes. Tú mismo hablas de las partes de verdad de los comentarios.
Todo lo aprendemos entre todos
.Un abrazo.
MAS
La parábola del sembrador, sacada de la doctrina de Jesucristo, me parece maravillosa y de una gran claridad y fácil comprensión. Yo diría que lo que más se asemeja a la labor del sembrador es la educación. El educador siempre está sembrando y cuanto más virgen es la tierra más ávida y dispuesta está para recibir la semilla. El profesor, y ahora no digo educador, siempre está sembrando, pero ¿qué semillas lleva en el zurrón?
Pienso que toda persona a lo largo de su vida siempre va sembrando: nuestras conversaciones, nuestras actitudes, nuestra relación con los otros, todos los medios de comunicación están sembrando. Ese cúmulo de semillas buenas y malas caen sobre nosotros cada dia. Somos sembradores, tierra y labradores. Los adultos, como labradores debemos saber la semilla que debemos cuidar y abonar y la que hay que extirpar. Los niños son la tierra perfecta y aceptan todas las semillas, de ahí aquello que dijo el de la parábola del sembrador: “Ay de aquel que escandalizare a uno de estos pequeñuelos…” Que de otro modo es como decir: ay de aquel que siembre maldades a los niños.
Yo creo que Miguel Ángel ha puesto adrede “parábola del sembrador” porque eso abarca a todos, a los buenos y a los malos.
Para mí, la más noble misión es la de educador, ya que su oficio es sembrar buena semilla, y que cuando ésta haya germinado y madurado se convierta a su vez en nuevo sembrador.
Agradezco a nuestro maestro su siembra y la de los comentaristas. Saludos.
Querido Joaquín:
También he pensado en quienes siembran el mal. Es una responsabilidad terrible porque esa perversión sale de las manos que están plagadas para sembrar el bien.
La institución (inspección, dirección, colegas, padres-madres…) tiene que estar vigilante para proteger a los alumnos de unos sembradores de daños.
Tenemos el deber de sembrar semillas de libertad, de saber, de solidaridad, de compasión, de bondad…
Un gran abrazo, querido amigo.
MAS
Las sementeras de la educación son casi inexorables. A fuerza de sembrar y sembrar, el educador consigue que las semillas posponer.
A veces hacen falta cuidados especiales. Porque no basta con sembrar, hace falta ACOMPAÑAR EL CRECIMIENTO.
Estoy de acuerdo en que l metáfora es potente y en que es una invitación al optimismo en la tarea educativa.
Saludos.
Qué delicia, hacer sobremesa leyendo un artículo tan hermoso. Por dos razones, primero porque me apasiona mi trabajo de educadora y segundo porque la jardinería es mi afición favorita, y en este artículo, una es otra y otra es una, entretejidas como la urdimbre de un valioso tejido. Siempre me ha gustado la forma que tienen en Latinoamérica de nombrar a las educadoras infantiles: maestra jardinera. Dos palabras que, juntas, lo dicen todo.
Pero ojo, que a veces el sembrador es un renegado y en vez de sembrar semillas saludables lo que hace es esparcir cizaña y malas hierbas. Ya lo apuntó Aureliano y lo plantea también Joaquín.
Contaré dos circunstancias personales que refrendan ambas situaciones. Una referida a mi niñez y otra sucedida días atrás.
De pequeña tuve la mala suerte de tener una pseudomaestra, de aquellas del régimen, que me maltrató lo indecible, e incluso azuzaba a mis padres para que ellos también me pegaran (Es mejor que llore ella hoy que no ustedes mañana, les decía para justificarse). Aquella odiosa persona me anuló por completo he hizo que creciera con la sensación de no valer para nada, de ser un mal bicho, de que si algo me salía mal era porque me lo merecía y si me salía bien era por casualidad…Fue años más tarde, ya casada y con hijos cuando otro buen sembrador me miró a los ojos y me dijo “mira bien dentro de ti para encontrar lo que realmente guardas”. Gracias a Dios, por el camino he ido encontrando otros buenos hortelanos (tiene razón Joaquín, en todos los ámbitos de la vida se está sembrando) que volvieron a “levantar” la tierra y esparcir nueva y valiosa simiente.
Jose Antonio habla de cierta impaciencia. Es cierto que a todos nos gusta ver el resultado de nuestro esfuerzo. Sin embargo, tengo muy claro que el fruto de mi trabajo no me toca recogerlo a mí, ni siquiera sé si llegará a germinar. Mi trabajo es simplemente sembrar, y hacerlo con ilusión, con esperanza, con amor, como vosotros reconocéis. Aun así, a veces me pregunto si la semilla cultivada a tan temprana edad (trabajo con niños de dos años) perdurará en la mente de mis peques el tiempo necesario para dar fruto. Hace un par de cursos que me centro en educar la inteligencia emocional de estas criaturas con la esperanza de ayudarles a formarse como personas comprensivas, solidarias, felices…
Y hace unos días comprobé, emocionadísima, que sí, que esa simiente fructifica. Para no alargar mi comentario, remito a los lectores, si lo tienen a bien, a un escrito en el que narro la escena que me confirmó que sí, que incluso más pronto de lo esperado, mis desvelos empiezan a dar resultado. (http://espacioduendes.blogspot.com.es/2016/04/nacho-yoel-y-el-pis.html ) Empieza a brotar un fruto aún más hermoso de lo por mí imaginado.
Y esta anécdota se ha convertido para mí en una estupenda retroalimentación para seguir bregando en esa fascinante tarea que es educar. Sembrar. Sí, sembrar con la ilusión y la esperanza de que nuestro esfuerzo servirá para hacer de este nuestro mundo un lugar un poco más amable para todos.
Saludos,
Lucía.
Gracias, José Antonio, por el halago que realizas con respecto al modo que tengo de escribir. Lo cierto es que desde siempre me ha gustado leer mucho, por lo que he prestado atención a aquellos autores o autoras a los que admiraba. Podría citarte una amplia lista, aunque para ser concreto te indicaría que en ella estarían Mario Benedetti, José Saramago, Eduardo Galeano, Antón Chéjov, o mi paisano y amigo Luis Landero, en el campo de la ficción, y, entre los científicos, Carlos Castilla del Pino.
Por otro lado, tengo que confesar que una de las cosas que más me desesperan es ver el bajo nivel de redacción que tienen los estudiantes universitarios: en la actualidad, apenas leen; un libro para ellos es un objeto ajeno a sus vidas.
Para que entiendas el bajón que se ha ido produciendo con el paso de los años, cuando accedí a la Universidad (trabajando todavía como arquitecto), solía preguntar en clase quién había leído “Cien años de soledad”, dado que era un modo de presentarme al ser el protagonista de esta maravillosa novela el coronel Aureliano Buendía.
Por entonces, bastantes manos levantaban la mano. A partir de ese momento, habría un debate sobre el valor de la lectura, al tiempo que a quienes no conocían este libro les invitaba a leerlo, y de paso de familiarizaban con ese nombre tan extraño que la mayoría no había escuchado nunca (pero, claro, para mí era muy familiar pues me acompañaba desde pequeño).
Pasaban los años y la referencia a este libro se hacía cada vez más minoritaria, hasta que llegó el momento en el que abandoné esta pregunta. Fue el curso en el que al hacerla, una sola alumna levantó la mano; le pregunté qué libro recordaba haber leído, a lo que me respondió: uno de Harry Potter.
Pero no es solo es que apenas lean; el problema es que su nivel de escritura, exceptuando casos aislados, es bajísimo. Entre sus hábitos se ha impuesto el “cortar y pegar”, que habitualmente lo aplican a los múltiples trabajos que les pide el profesorado de mi Facultad.
“¿Qué habéis aprendido de los numerosos trabajos que os piden en las asignaturas?”, les pregunto cuando ya hay un clima de confianza en la clase. “Aureliano, no hemos aprendido nada”, me responden con toda sinceridad. “Nunca nos devuelven los trabajos corregidos, por lo que no sabemos lo que está bien o mal de lo que realizamos en ellos”.
Esto me provoca una enorme desolación. Creo que en el fondo se mezclan el enorme egoísmo del profesorado que prefiere dedicarse a aquello que le beneficia (en la Universidad, dedicar el tiempo a la publicación de artículos, que es lo que le reconocerán como méritos), con el bajo nivel de formación de un profesorado que tendría que tener más formación (entre ellas la cultural, gramatical y literaria) y no solo saber de su materia específica.
Puesto que no quiero únicamente lamentarme, en este curso he dicho basta. “En esta ocasión no vamos a realizar la actividad pendiente de educación artística y la vamos a dedicar a que escribáis en la clase el trabajo de investigación sobre el dibujo de la familia que habéis recogido en los colegios. Traeréis vuestro portátil y yo os iré corrigiendo paso a paso para que aprendáis a redactar, a sintetizar los textos que leéis, a saber citar a los distintos autores… No es de recibo que cuando se llega a finalizar cuarto curso y os enfrentéis al Trabajo Fin de Grado los niveles de escritura sean tan penosos”.
Dicho y hecho. Les he devuelto corregidos, línea a línea, las primeras cuatro hojas que cada uno me presentaron. Uno a uno les he atendido en mi mesa, mientras que los compañeros continuaban escribiendo en sus ordenadores.
Por otro lado, ¿tengo que decir públicamente que cuando he presidido tribunales los Trabajos Fin de Grado me he dado cuenta que la mayor parte de los compañeros o compañeras que los formaban conmigo no habían leído y corregido previamente los trabajos del alumnado? ¿Tengo que decir que me “acusan” de estar contra el profesorado y de que “tiro piedras contra el propio tejado” cuando en el Departamento pido más dedicación o en la Comisión de Trabajos Fin de Grado exijo que el alumnado, entre otras cosas, sea atendido en sus derechos de revisar las calificaciones que ha recibido?
Como bien dice Miguel Ángel en este hermoso artículo, el educador, en su labor habitual, siembra y en ocasiones se encuentra, no con piedras, sino con auténticos peñascos a la hora de esparcir sus semillas (lo de “las piedras del camino” es una de sus metáforas que habitualmente contaba en sus impagables intervenciones cuando venía a los cursos de doctorado en la Universidad de Córdoba).
Que tengas, José Antonio, un apacible cierre de semana. Un afectuoso saludo desde Córdoba.
Querido Aureliano:
El problema sobre la lectura y la escritura es una realidad. He dedicado varios artículos del blog a este tema. Pero hay una cuestión que no he subrayado suficientemente. Me refiero al hecho de que esta preocupación no tiene un carácter COLEGIADO. Es decir, que es una preocupación de un profesor como tú o de algún quijote que lucha contra molinos de viento. Yo creo que esa cuestión debe ser una preocupación de TODOS LOS DOCENTES.NO hay alumno que se resista a diez profesores que estén de acuerdo.
Cuando fui Director de un Colegio en Madrid, la escritura era una preocupación de TODO EL CLAUSTRO, no solo del profesor del lengua y literatura.
Ese sería el camino.
Un abrazo.
MAS
Tienes razón, Miguel Ángel, de que el problema de la escritura no es compartido por el conjunto de profesorado. De igual modo, no se puede ser un ‘quijote’ que busque paliar un poco una deficiencia que habitualmente queda en el currículum oculto, pues nadie quiere manifestar que este tema no le preocupa, o, lo que es peor, que su nivel no se corresponde con el que debería tener un docente universitario. (En la magnífica biblioteca con la que contamos en mi Facultad es difícil encontrar algún profesor o profesora consultando libros; lo que se encuentran son estudiantes).
Pero como hay que buscar soluciones, incluso en una Facultad como la mía, en la que se ha jubilado toda una generación y entra mucho profesorado joven y en situación precaria, te voy a hacer caso y me he propuesto encontrar solución a este tema.
Así, iré, inicialmente, a hablar, uno a uno, con los compañeros y compañeras de Lengua y Literatura, al igual que con los de Lengua Extranjera para exponerles el problema y recabar sus opiniones.
Sé que estamos a finales de curso y que ahora lo factible es encontrar a gente que se sensibilice realmente ante esta preocupante cuestión. Continuaré en el curso que viene, y ya te comentará en el blog si este esfuerzo ha dado sus frutos. (Como bien sabes, sembrar en la mente del profesorado es bastante más difícil que en los campos de la madre naturaleza; ella te responde con mayor generosidad a las semillas que le ofreces).
Como verás, también los intercambios que hacemos en tu blog acaban generando propuestas que encauzan las ideas que parecen tener salidas difíciles.
Un abrazo, y que El Adarve siga ofreciéndonos imaginativas y espléndidas hojas cada fin de semana.
Querido Aureliano. Querido Miguel Ángel. Vengo de caminar mañana y ahora un poquito por la tarde. Prácticamente 24 kms. Algunos son en bici estática delante de la tele. En ello estaba cuando se me ocurrió ver si había alguna aportación en El Adarve. Te leo a ti y la respuesta de Miguel Ángel. La respuesta no he querido dejarla para mañana, porque, pudiendo, quién sabe lo que pasará mañana.
– Tu comentario , en principio, no hace más que confirmar mis opiniones. Cuando hablas de tus compañeros, me pasa a mí por donde quiera que vaya. No es tirar piedras contra tu tejado, pues tu tejado es el de los alumnos, sin ellos no hacen falta ni centros ni docentes tal como está montado el tinglado. Si eres como te siento al leerte, te tiene que doler en el alma que tu problema sea más con los compañeros de profesión, que lo que la materia o el alumnado te proporciona. O ESTÁS CON NOSOTROS O CONTRA NOSOTROS, y pasas a ser un bicho raro. Tú, y yo, contestas: yo estoy con el buen hacer, con la mejora en donde fallo, con la honestidad profesional,…contestación, la que tú y los seguidores de este blog sabemos. Esto es como en los partidos políticos. O metemos la mierda debajo de la alfombra, lo cual al final es una gran cagada, Soria, el PP en general, o afrontamos los retos aunque nos hagan daño y nos compliquen la vida, y , a veces nos haga preguntarnos por qué nos buscamos historias malas si ya estamos desbordados sin buscar. Respuesta. Por compromiso con la profesión y nuestra forma de entender el global de la vida. Por la rabia que nos da ver los caraduras de la vida y las injusticias. Porque son una plaga que es la que está dañando la imagen del profesorado cara a la sociedad, a nuestros alumnos y alumnas que, como dices, son poco lectores, pero tontos para esas cosas no son por el radar que llevan, el que llevamos todos y pita cuando te tropiezas con uno de estos viva la vida.
– Problema que vemos TODOS. AÚN DENUNCIÁNDOLO, ¿QUÉ SE HACE AL RESPECTO? NADA. HAY QUE JODERSE COMPAÑEROS Y ALUMNADO. ¡ QUÉ TRISTEZA! ¿ Cómo podemos trabajar en equipo con individuos que se niegan de forma directa o indirecta?
– No quiero extenderme. No te he tenido de profesor corrector. Yo procuro trasladar mi pensamiento, mi lenguaje interior al ordenador. Procuro escribir como hablo. Llevo cierto tiempo separado de estas actividades. Sin alardes, en su día, yo no sabía “ ni lo que era eso”, la profesora mayor, seria, de tratar al alumnado de usted, muy conocedora de su materia, LENGUA ESPAÑOLA EN 1º DE MAGISTERIO, tuvo la gran equivocación de evaluarme con matrícula de honor. Algún que otro, más adelante, cometió error parecido. ( Siempre me llamó la atención que alumnos de primero de carrera, superado el COU, no supieran analizar frases simples, imagínate los castillos de subordinadas). A lo que iba, (ves, me enrollo demasiado); si tienes a bien darme un par de directrices sobre mis textos, encantado de la vida y bien recibidos serán. Yo, por mi trabajo de desplazamiento continuo en coche, siempre me gustó escuchar la radio, Cadena Ser. Escuchaba el concurso de microrrelatos, a Juan José Millás. A Iñaki Gabilondo, que tenían apartados del buen hablar, que puede ser trasladado al buen escribir.
– Que gracias. Que me voy. Que eres estupendo. Hora de dormir. Os aprecio tanto a todos que creo que está llegando a ser amor verdadero. ¡ Será la primavera! No puede ser. En Galicia todavía seguimos en invierno. BICOS.
buenos días,
señor buendía, digo, sr. aureliano, dura empresa me da que se trae usted entre manos. como buen maestro sabrá que la mayor cuota de sentido de la responsabilidad se adquiere antes de la adolescencia, el tren pasó ya para muchos, dura empresa cambiar los hábitos de lectura de los alumnos universitarios, y de los profesores, de éstos, acaso cree que van a reconocer sus carencias y responsabilidades de no leer un libro manque se junte el cielo con la tierra, vamos, ni pedir peras al olmo, ya me le imagino a usted atado a los pies de una herrumbrosa cama decimonónica, por inocente, o quizá peor, frente al pelotón de fusilamiento, de todas formas, mis mejores deseos en el trance,
tengan un buen día.
Querido Aureliano:
Suelo decir que los profesores educamos COMO SOMOS y no diciendo a los demás cómo DEBERÍAN SER.
– Hay que leer mucho y escribir bien para conseguir que los alumnos lean y escriban.
– Tenemos que hacer de este objetivo un fin compartidos de todos y todas, no de unos pocos, no de cada uno de forma aislada.
– Ya abes que con dos colegas del Lengua y Literatura de mi Facultad escribí “LIBRO DES ESTILO PARA UNIVERSITARIOS”, desarrollando y mejorando un pequeño LIBRO DE ESTILO que escribí cuando fue Director de un Colegio en Madrid. El libro contenía sugerencias para mejorar la escritura y sugerencias para TODOS los docentes del Centro.
Un abrazo.
MAS
La siembra es constante y la cosecha incierta. De todos modos quiero pensar que el hecho de estar siempre sembrando es un hecho que ya en sí tiene fruto. Porque el deber de la siembra se convierte en un ejemplo que mejora la sociedad.
Cuando tantos están empeñados en enriquecerse ilícitamente, en sacar el dinero a paraísos fiscales, en montar estructuras corruptas,,, es un a garantía de que no se viene todo abajo el hecho de que haya profesionales que se dedican a sembrar el conocimiento y el bien.
En sí mismo ese hecho ya es un fruto.
Saludos y gracias.
Del tema metafórico de la siembra y de los frutos que se recogen de la misma, todo ello aplicado al campo educativo, se ha pasado, un tanto guiado por lo que he escrito, hacia la escritura y el hábito lector de los estudiantes universitarios (y no universitarios, pues es un problema que se extiende hacia las primeras edades).
He comentado la preocupación que tengo ante esta cuestión. Se agudizó cuando tuve que enfrentarme a los primeros Trabajos Fin de Grado (TFG) del alumnado que acepté como tutor de los mismos.
Para mí fue una alegría compartida que los estudios de Magisterio pasaran de tres a cuatro años, pues aparte de dignificarlos, parecía que se cumplía una vieja aspiración, dado que los que impartimos docencia en ellos veíamos que era claramente insuficiente tres años para una formación adecuada.
Por otro lado, también suponía una ilusión pensar, que al final de los estudios, chicos y chicas tendrían que leer, acudir a la biblioteca a consultar autores, saber redactar un trabajo algo extenso, aprender las normas APA de publicación… puesto que los TFG se los exigía.
Tristemente, en gran medida eso se vino abajo por dos razones: la deficiente formación de la mayor parte del alumnado al finalizar sus estudios y, lo que es peor, el escaso interés del profesorado en la implicación en esta tarea (no les compensa).
“Otro sueño que se viene abajo”, empecé a decirme cuando tuve una visión panorámica de este tema.
De todos modos, como uno ya tiene la piel un tanto curtida ante las adversidades, me propuse implicarme al máximo en la dirección de los TFG aunque los vientos corrieran en contra de los mismos.
Hay que ir buscando soluciones y apoyos, he escrito en El Adarve. Así, esta mañana charlando con alumnos y alumnas de distintas asignaturas me han confirmado que dos profesoras jóvenes de Lengua y Literatura también se preocupan de esta cuestión, por lo que me pondré en contacto con ellas para formar un grupo e ir gestando un pequeño equipo sea el germen de algo más relevante en la Facultad (creo, amigo Miguel Ángel, que esto responde a una de las modalidades de siembras a las que aludes).
Tienes razón, Quintiliano, que el amor por la lectura, de modo general, se forma antes de la adolescencia. Es por ello que a los padres y madres jóvenes les insisto en que se preocupen de que sus hijos e hijas se aficionen a ella, sea a través de cómics, de libros ilustrados, de cuentos para sus edades… Les explico que no solamente es el placer de la lectura, sino que el libro los ayuda a la capacidad de concentración, de reflexión, de aislamiento consigo mismo, tan necesarios en un mundo en el que los artilugios electrónicos los tienen siempre entretenidos.
Te aseguro que muchos me hacen caso y me comentan lo que van leyendo, al tiempo que charlamos sobre sus avances.
Como sugieres, José Antonio, un par de consejos, te los voy a ofrecer:
Curiosamente a los estudiantes les indico que la lectura en pantalla es de carácter distinto a la que se hace en los textos escritos. Esta es la razón por las que en sus portátiles viene prefijados los espaciados a 8 o 10 entre los párrafos, con el fin de separarlos y ayudar a la lectura. Les manifiesto que esto lo hacemos quienes escribimos en diarios digitales; pero que como ellos los van a imprimir, lo correcto es que quiten esos espaciados y mantengan el interlineado igual a lo largo del trabajo.
Por esta razón, te aconsejaría, dado que tus textos son extensos, que amplíes el espaciado entre los párrafos, así, quienes te leemos nos resultará más grato visualmente.
Por otro lado, los blogs no permiten escribir con letra negrita ni cursiva para destacar palabras o expresiones. Esto es un problema; pero acudir a escribir con mayúsculas no es buena solución (a menos que sea alguna palabra aislada), puesto que las minúsculas históricamente aparecieron para sustituir a la original escritura romana de mayúsculas que se tallaban en los monumentos.
Como verás, José Antonio, son formas de presentación de los textos, no de contenido lo que te he sugerido; pues esto último, como popularmente se dice, es “harina de otro costal”.
Un abrazo para todos, y disculpad el “sermón” que os he plantado.
Querido Aureliano:
Estilo es precisión. No solo es belleza en el lenguaje. Es rigor en lo que decimos.
Nos expresamos a través del lenguaje hablado y escrito. Es muy importante tener pensamiento, pero también tener lenguaje.
Estoy contigo en que la competencia del bien escribir necesita muchas sementeras en todos los niveles del sistema educativo0, incluido el universitario.
Gracias por tus aportaciones que hablan de ideas y de buenas prácticas.
Un abrazo.
MAS
Querido Aureliano :
Gracias por la ayuda. De sermón nada. Tus consejos procuraré llevarlos a la práctica. Siempre había centrado mi atención en el mensaje que quería transmitir. Siempre han sido escritos a bote pronto, ni repaso, ni presentación, escribo tal como me surge ,sinceros y sentidos. Nada más. Lo hago con un medio que desconozco bastante. A ver si aprendo.
Un gran abrazo.
Buenos días,
Ahí va mi sermón:
Cuando escribes te despelotas, tu escondite se vuelve transparente. Cuando escribes estás diciendo a grito pelado este soy yo, aunque por ingenuo te parezca ocultarlo. La escritura es una metáfora del buen arado de la tierra. Surco a surco, línea a línea. Con la parsimonia de los bueyes o el nervio de las mulas, con el bolígrafo o con el teclado tecnológico. Saben que eres buen gañán por las líneas de espigas en mayo, cuando sale a relucir el fruto de las simientes de meses anteriores. Saben que te preocupa la gramática por el solo acento en solo al aplicar la última regla de gramática cuando escribes café sólo, o puede ser también café solo. Ser buen sembrador es más arte que maña, es mirar a la luna y decir no siembro hasta pasado mañana, o no podo el manzano hasta el domingo que viene de madrugada. Ser buen escritor es ser preciso, ser buen sembrador es serlo aún más. Ser buen escritor es abrir los poros de quien te lee, sin que se entere. Ser buen sembrador es percibir el exudado de ozono de la tierra mojada por la lluvia, y usarlo a tu conveniencia. Ser buen escritor es reconocer lo mal que escribes para intentar copiar a quien lo hace bien, no está mal para empezar. Ser buen escritor no es solo guardar las reglas. No caigas en lo que Ortega y Gasset decía sobre la escritura de Gabriel Miró: “ ¿Qué clase de perfección es esta que complace y no subyuga, que admira y no arrastra?”. Si sospechas que alguien se va a dormir con lo que escribes, sé bondadoso con el prójimo y no se lo des a leer. Perdón.
Mi escritor preferido es Willian Faulkner. Sureño americano de primeros de la primera mitad del siglo XX. Sabía poca gramática y puntuación, pero su escritura encumbraba sus deficiencias.
Tengan buen día.
Creo que es importante analizar lo que sucede tanto en la siembra como en las cosechas.
Analizar si la siembra se hace de la forma y en el tiempo oportuno, analizar si las semillas son de calidad…
Y luego ver cómo se cultivan esas semillas hasta su germinación…
Todo es muy complejo.-
Y todo se puede mejorar.
Saludos.
Buenos días a todos y a todas.
Si está escrito, y bien escrito, para qué repetirlo. Os presento a Xurxo Torres Samtomé, profesor mío y de quien lo desee. Muchos lo conoceréis. Otros no. A ver si a fuerza de repetir el mensaje se nos va quedando algo. Muchas de las ideas fueron y son tratadas por todos nosotros en este espacio semanal.
Os dejo ya con Xurxo. ( Me ha quedado como la presentación de un gran conferenciante, que lo es).( Mi parte está en el corta y pega, en la selección del contenido, como los telediarios o cualquier medio de información. No lo he pensado demasiado. Recomiendo, si se desea, ir al original completo. Hay que leer por placer y por aprender, hagamos caso a Aureliano. Mi aportación particular viene luego).
«PROFESORAS Y PROFESORES EN EL OJO DEL HURACÁN»
Xurxo Torres Santomé
Foro de Educación. Pensamiento, Cultura y Sociedad, nº. 7 y 8, mayo de 2006, pp. 81-102
RESUMEN: La institución escolar es el espacio donde las nuevas generaciones toman contacto de manera intencional con el legado cultural que cada sociedad fue construyendo. Este proceso de socialización debe realizarse de modo que estimule el desarrollo cognitivo, social, afectivo y moral del alumnado. Pero en esta dinámica el profesorado es un elemento decisivo. Ser docente tiene que ver con el ejercicio de tres formas de liderazgo o «autoritas»: cultural, moral y pedagógico. El sistema educativo no es la panacea para acabar con todas las modalidades de opresión y de marginación de una sociedad, pero esos ideales son imposibles sin una buena red de centros de enseñanza y sin un profesorado bien formado y motivado.
La institución escolar nació y sigue existiendo con una finalidad expresa en la que todo el mundo coincide. Es el espacio donde se produce de manera intencional la toma de contacto con el legado cultural que cada sociedad fue construyendo. Las nuevas generaciones adquieren consciencia de su pertenencia a una comunidad, construyen destrezas y asumen valores que los identifican como miembros de una específica sociedad y cultura; desarrollan estrategias para interpretar el mundo que les rodea, lo que dará como resultado que las personas que comparten un determinado espacio y participan de las mismas instituciones acaben compartiendo concepciones de la realidad, así como posibilidades y limitaciones a la hora de intervenir en ella.
Pero además este tipo de condicionantes, no debemos olvidar que el sistema escolar está atravesado por intereses no coincidentes de distintos grupos sociales e incluso instancias administrativas que no asumen esta filosofía educativa. Antes bien, procuran impedirla. Además tampoco quiero aparentar que propongo para profesores y profesoras a personas perfectas, sin intereses propios, una especie de misioneros de la educación. Lo que promuevo es una línea de acción profesional, una filosofía y metas hacia las que encaminarse, comprendiendo que es una tarea muy difícil y llena de contradicciones, pero que en la medida en que ocupen nuestro pensamiento, en el grado en que asumamos algunos de los rasgos hasta aquí presentados en esa medida tendremos más facilidad para comenzar el camino en esa dirección.
Es preciso contemplar el trabajo docente desde perspectivas más interdisciplinares, no como una serie de tareas que se pueden fragmentar sin mayores consecuencias, como un conjunto de actividades independientes entre sí. Por el contrario, este tipo de desempeño profesional sólo es comprensible y muestra su razón de ser cuando lo contemplamos como algo integrado, cuando analizamos lo que hacemos y pensamos tomando en consideración perspectivas de análisis muy diversas.
Si el sistema educativo es un subsistema más de los que consta nuestra sociedad, en buena lógica tendremos que asumir que también va a estar interrelacionado con los demás.
En las últimas décadas aprendimos a ver cómo el mundo de la educación, contemplado de una manera más global, se ve afectado por decisiones políticas, económicas, culturales, religiosas e, incluso, militares. Este tipo de análisis, sin embargo, no es habitual traerlo a colación a la hora de referirnos y analizar el trabajo cotidiano del profesorado. Por no decir que una parte del colectivo docente sólo ve las dimensiones de la política y la economía en el salario que percibe, en el número de horas a trabajar, o en las posibilidades de elegir centro y materias de enseñanza. Asimismo, tampoco podemos ignorar que en los últimos años una parte muy importante de este colectivo estuvo explicando todo lo que acontece en los centros y aulas como resultado exclusivamente de las distintas Leyes de Reforma del Sistema Educativo.
Las instituciones escolares tienen un compromiso con la educación de las nuevas generaciones. Su finalidad de capacitarlas para poder convivir y participar en la sociedad obliga a la institución escolar a tomar una ingente cantidad de decisiones, lo que, a su vez, implica que las personas que participan en este trabajo se comporten como personas morales. Algo que, aunque es compartido por todo el mundo, no siempre es objeto de reflexión y foco de atención consciente. Las dimensiones morales son visibles en el momento en que se analiza el lenguaje cotidiano en cualquier centro, tanto el que verbaliza el profesorado como el alumnado. Palabras como justicia, respeto, compañerismo, honestidad, paciencia, prudencia, independencia, lealtad, libertad, confianza, comprensión, fortaleza, magnanimidad, gratitud, humildad, humanidad, etc. inundan el ambiente sonoro de cualquier centro.
Cuando hablamos de la necesidad de una figura docente con un liderazgo moral, estamos proponiendo la de un trabajador y trabajadora de la enseñanza consciente de su compromiso con estos valores; que se autoevalúa y está dispuesto a ser evaluado para adecuar sus comportamientos cotidianos en los centros de enseñanza a esos ideales morales con los que se encuentra explícitamente comprometido.
Es muy difícil pensar en el sistema educativo como la panacea para acabar con todas las modalidades de opresión y de marginación de una sociedad o de una determinada comunidad, pero esos ideales son imposibles sin una buena red de centros de enseñanza y sin un profesorado bien formado y motivado.
Mercado y escuela.
Xurxo Torres Santomé
Cuadernos de Pedagogía,
Nº 445, Mayo 2014, págs. 58 – 61
La fusión de la mentalidad conservadora con la neoliberal produce ataques a la enseñanza pública desde diversos frentes. Se manipulan estadísticas, se desprestigia a los funcionarios públicos, se ataca a los sindicatos y se critica la formación del profesorado. El objetivo último es adiestrar a consumidores no críticos antes que educar a personas imaginativas e inconformistas.
Para ayudar a consolidar sociedades democráticas y educar a ciudadanas y ciudadanos, los sistemas educativos desempeñaron un papel decisivo. Ahora, que se trata de consolidar y convertir en hegemónica la ideología neoliberal, los centros y el currículo escolar son vistos también como recursos imprescindibles a instrumentalizar y poner al servicio de esta causa. No obstante, la memoria histórica nos ofrece ejemplos más que suficientes y convincentes de que la realidad y el futuro están abiertos y siempre es posible mudar el curso de la historia. La historia de los seres humanos es una lucha constante contra su explotación y manipulación.
Organización de los contenidos y relevancia cultural.
Xurxo Torres Santomé
Cuadernos de Pedagogía,
Nº 447, Julio – Agosto 2014, págs. 50 – 53
Respaldar, como hace la LOMCE, políticas de control sobre listados detallados de contenidos obligatorios, organizados en disciplinas estancas y medibles en evaluaciones externas, va en contra de los proyectos curriculares integrados que exige una educación emancipadora al servicio del proyecto humano de conocer y comprender la complejidad del mundo global en el que vivimos y en el que debemos ejercer la ciudadanía.
Todo proceso educativo debe estar pensado para favorecer el desarrollo de todas las dimensiones de la personalidad de cada estudiante. Pero esta tarea se lleva a cabo en el contexto de una determinada sociedad en la que ejerce su ciudadanía. Es por ello que es preciso contemplar el currículo como una selección de la cultura realizada con el fin de posibilitar la comprensión del pasado y del presente de nuestra comunidad y de sus lazos e interacciones con el resto de la humanidad.
Una educación emancipadora
Un currículo organizado de un modo más integrado conlleva también una visión optimista sobre el alumnado; asumir y visibilizar que son seres inteligentes, curiosos, interesados y apasionados por aprender todo lo que merece la pena.
Una educación emancipadora conlleva apostar por proyectos curriculares, construidos sobre la base de la interdisciplinariedad del conocimiento, con la finalidad y capacidad para generar sueños en el alumnado. Educar es ayudar a que niñas y niños aprendan a conocer bien cómo es su mundo y por qué y, al mismo tiempo, los obligue a plantearse alternativas, a generar capacidades para imaginar otros futuros mejores. Toda praxis educativa debe hacer sentir al alumnado que sí se puede, algo a lo que las metodologías más activas, basadas en proyectos de investigación, contribuyen.
Una pedagogía del optimismo y del empoderamiento se basa en incidir en todos los temas del pasado y del presente, haciendo ver que siempre la innovación y las luchas por la justicia y por mejorar la sociedad son imprescindibles para tener éxito. Precisamos de otros enfoques y metodologías que realmente estimulen el pensamiento crítico y optimista, y no aquellas que impiden imaginar otro futuro y que no nos permiten empoderarnos para hacerlo posible.
Es necesario plantear preguntas y enfoques que incidan en qué hacer, cómo hacerlo y dónde localizar ayuda, con qué recursos, a través de qué pasos, etc., y no únicamente en quién hizo tal o cual cosa, dónde y cuándo, acabando por fomentar la pasividad y por sentirse al margen y a desempoderarnos. El currículo integrado es una estrategia indispensable, pues permite interconectar todas las dimensiones posibles del conocimiento y del aprendizaje.
Una educación emancipadora es siempre muy crítica y, al mismo tiempo, optimista, pues debe ayudar a dotarnos de confianza para seguir aprendiendo y mejorando.
José Antonio. Chúpate ésa, Aureliano. He recurrido a mi primo de zumosol. Te quiero un huevo tío. La última frase enlaza con lo que voy a escribir a continuación. Aunque veo que se me echa el tiempo encima. Hata ahora.
Querida Lucía:
Me ha encantado la unión que haces de las palabras MAESTRA JARDINERA.
Y sí, estoy d acuerdo, en que hay que tener sumo cuidado con la calidad de las semillas que entregan los sembradores a la tierra.
He visto y leído con atención lo que cuentas en tu blog. Gracias por compartir las ideas y los afectos.
Besos.
MAS
Hola de nuevo a todos y a todas.
Advertencia: lo que viene puede herir su sensibilidad y también oler mal, pues es vulgar y políticamente incorrecto. Pero también lo eran muchas cosas, que no voy a pararme a especificar, que luego fueron asumidas y usurpadas por la aristocracia social. El que sea demasiado sensible, que se abstenga de leer. El que quiera aprender del diccionario del castellano y de mis locuras, que lo haga bajo su responsabilidad.
Una de las preocupaciones, y puntos iniciales en las asignaturas que conformaban nuestra carrera, era si eran ciencia o qué coño eran. Decir que era ciencia las dotaba de conocimientos de primera, de prestigio e importancia. A mí, podríamos decir que eso me importaba una mierda. Mucho cacarear y no poner huevo. Todos perdían el culo por ser el más científico de los científicos. Vamos, para cagarse viendo el espectáculo. A veces, parecían pedo perdido dándose por culo unos a otros del mismo departamento, no te digo nada entre departamentos. Igualitos que los políticos hoy. Voy a por ellos.
Vaya mierda. Qué estafa a la ciudadanía. Todos pierden el culo por el poder. Son unos hipócritas, unos cínicos y unos falsos. Se comportan como auténticas putas. Realmente estoy ofuscado. Y me porto como un idiota con auténtica odicia.
Os preguntaréis, si estáis aquí, que me he vuelto un maleducado utilizando palabras mal sonantes y vulgares. ¿Por qué un niño o niña se ríe con el culo, caca, pedo, pis? Os digo que en este momento me siento más filósofo que científico. El filósofo plantea preguntas. El científico busca respuestas. Música culta. Música popular. Diccionario. Palabra culta. Palabra vulgar, malsonante. Aprende a hablar bien. No digas esa palabrota, es pecado. Esternocleidomastoideo. Mierda. ¿Cuál suena mejor? ¿De cuál conocemos más? ¿Cuál tiene más expresiones y riqueza significativa? Hijos de puta. Puta mierda. Qué putada. La madre que me parió.
Prostituta. Caca. Evacuar. Hacer de vientre. Cagar. Crecimiento negativo. Estoy hasta los huevos del lenguaje del PP. Estoy hasta la coronilla de las ruedas de prensa sin preguntas. Estoy un poquillo cansado de aguantar a nuestros aristócratas tomándonos el pelo, tratándonos como idiotas y súbditos, gastando nuestro dinero a su antojo. Por los cojones devuelven, por lo menos, la mitad del sueldo que no están ganando, pues no están realizando la tarea que justifica dicho sueldo. Igualito que muchos otros bastardos hijos de puta, que haciéndolo, nos decían lo que los demás debíamos hacer, clases de buen ciudadano, clases de patriotismo.
¿Todas las frases y palabras que he empleado anteriormente tienen la misma fuerza expresiva de lo que quiero decir y hacer sentir? ¿Por qué? ¿Por qué andarnos con rodeos? ¿Soy vulgar? ¿Es educado quien utiliza oras palabras cultas, como renunciar en lugar de dimitir?¿Es para no dar la cara y responder de sus actos y decisiones ante el pueblo que lo eligió?
Galicia. Denuncia contra quien tomó las decisiones de recortar en medicamentos por asesino, por causar muertes. Respuesta. Llevamos gastado mucho dinero por dos muertes. Ah. Ninguno de esos dos era de tú familia. La decisión última la tienen los médicos. Hay qué joderse. Anda ya. Los médicos son de tu empresa y trabajan bajo presiones de leyes y normas que tú decides
La culpa fue del conductor. ¿En exclusiva? Anda ya y que os den por culo a todos. SINVERGUENZAS.
A tomar por culo: a hacer puñetas.
Con el culo al aire: en situación comprometida por haberse descubierto algo.
Dar por culo: fastidiar.
Hasta el culo: Hasta las narices.
Perder el culo: procurar algo afanosamente.
Meterse alguien algo por el culo: para rechazar enfáticamente algo que generalmente se ha pedido o que ha sido ofrecido. Ejem. Os podéis meter la LOMCE por el culo.
Vulgar: que es impropio de personas cultas o educadas. Dicho de una persona: que pertenece al vulgo. ( qué carallo es el vulgo. Esperad que ahora lo busco. Aquí está. Vulgo: común o conjunto de la gente popular. Conjunto de las personas que en cada materia no conocen más que la parte superficial. Hostia. Qué mogollón de vulgo hay. Eh. ¿Qué palabra tan rara y fina aparece aquí: mancebía, casa de prostitución. Joder. Voy a la mancebía. Esto ya es otra cosa. Nada que ver con ir a la casa de putas. Se la voy a pasar a los del PP para cuando tengan que declarar no se entere ni Dios, y tampoco falten a la verdad.
Si alguna palabra que utilicé mucho más arriba, no se entiende en toda su extensión, hágase como yo. Consulten el diccionario. Gran fuente de conocimiento. Miguel Ángel siempre insiste en que no es el que más sabe quien utiliza el lenguaje incomprensible para sus oyentes, salvo que esa sea la intención, el objetivo, aparentar o que no se te entienda nada.
Ofuscar: oscuridad de la razón, que confunde las ideas.
Aristocracia: grupo de individuos que sobresalen entre los de su mimo ámbito por alguna circunstancia. Clase noble de una nación, de una provincia, etc., de carácter hereditario.
Noble: singular o particular en su especie, o que aventaja a los demás individuos de ella en sus cualidades.
Casta: en algunas sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc. (cultura, profesión, riqueza).
Los mejores para la política. La aristocracia, la nobleza, la casta española. Viva la cultura culta.
El problema, querido José Antonio, es que no siempre se usa el conocimiento para ponerlo al servicio del bien y de la verdad. Estamos viendo a muchos personajes que no se puede decir que sean torpes, incultos, lerdos o estúpidos. Saben tanto que pueden engañarnos a todos. Engañan a los jueces, a los abogados, a los banqueros… No es que no estén instruidos, es que no están educados.
Cundo estos días preguntan a gente humilde, a gente ignorante si les parece bien tener dinero en paraísos fiscales, contestan que no sabrían ni cómo hacerlo. No es que no tengo dinero, es que no tienen conocimientos para poder hacerlo. Lo lamentables es que quien se han aprovechado tanto de la sociedad aprendiendo tantas cosas, se burlen de ella robando, engañando y riéndose de todo el mundo.
Un abrazo.
MAS
Me parece estupendo que difundas el pensamiento de Jurjo Torres. Comparto su posición intelectual y pedagógica. Es, además, un querido amigo.
Decía un aristócrata de la política española: os lo voy a explicar y hasta ustedes lo van a entender, verán como lo entienden.
Tranquilo, alteza cultural, te entendemos bien. (Aznar, Rato, Soria, Bárcenas, Esperancita,…)
¡Qué decir de los sindicalistas!
Pero tranquilos que nunca choveu que non escampase.
Papeles de Panamá. Manos limpias. Infanta. Bancos.
Quién tiene la información? ¿Cómo se suministra la información?¿Se comercia con la información? Entrega por capítulos.
Escuchando a los mejores de la sociedad y la política, mis palabrotas al lado de su forma de hablar es una risa.¿Visteis alguna película de mafias? Tal cual.
¿Todos los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos, somos mejores que ellos
¿Por qué pagamos?¿Por responsabilidad ciudadana, sanidad, educación, carreteras, y demás pagos del Estado o porque estamos pillados?
¿Somos mejores que los periodistas.
Si hay algún lector por aquí que no escribe, por favor, que ponga perico de los palotes y diga yo leo este blog
Me gusta la metáfora del sembrador. Es clarificadora y estimulante.
Se ha insistido en el artículo y en los comentarios en el papel del sembrador. Yo quiero hacer hincapié en el papel de “la tierra” en la que cae la semilla. Tiene un papel activo, imprescindible, fundamental. Si la semilla es buena y la tierra está reseca, se perderá.
Y no se trata solo de la recepción de la semilla sino de su posterior evolución. Hay una parte del éxito de la cosecha que está en el educando.
No lo podemos olvidar.
Saludos cordiales a MAS y a los lectores y comentaristas.
El Papa Francisco ha escogido a 12 desgraciados y se los ha llevado a Italia. Ese sí es un ejemplo de cristiandad.
12 porque la Iglesia es muy dada a los símbolos, eso que tenía un sitio más en el avión, pero es que el 13 es un número demoníaco y en el Vaticano ha aprendido muy bien las tradiciones culinarias romanas pasa con los jefes.
Ha estado muy simpático y se ha dejado fotografiar por todos inundándolos de alegria y esperanza en la otra vida prometida. Milagros no llevaba, pues los Papas los hacen después, cuando se mueren.
Está mal que use sus enlaces con Suiza, tiene que dar ejemplo y podrían acusarlo de tráfico de influencias.
Esperanza igual que Berlusconi, yo,porque soy política, que si fuese un ciudadano normal, pudiendo no pagar no pagaría, sería de tontos.
Gran barrio el de Salamanca; qué educación en la gente, qué amabilidad, qué limpia; vamos, nada que ver con la de Vallecas, gente ordinaria y vulgar, llenos de callos y malos pelos, vamos, unas pintas; y qué decir de sus colegios, llenos de pintadas, qué desperdicio de dinero de mis impuestos, que de cada euro que gano me quitan 50 céntimos, un atraco. Menos mal que tengo amigos abogados que me asesoran y puedo quitar algo de mi fortuna del país, porque cualquier día, nunca se sabe, vienen los rojos, esos amigos de Venezuela, y puedes quedarte sin los ahorros de toda una vida de trabajo y sacrificio, verdad mi pichurrin, si, mamita te lleva ahora a la peluquería. ¿Cuándo sale esto?
Hola Aureliano.
He asistido a tu clase sobre el papá de la LOMCE. ¿Te gusta rompernos los esquemas eh? Yo te hubiera contestado que ese hombre tan incomprendido es, es,… como un toro, que cuanto más lo pinchas, más enviste. Viva el amor romántico y verdadero; por amor dejó su carera, su patria y se fue a otro país siguiendo a su amada, igualito que muchos jóvenes aventureros.
Tú calificabas una de tus intervenciones como de sermón; eso tiene ciertas connotaciones religiosas y de púlpito. Mi hijo pequeño esta mañana recibió una parrafada de clase de compartir, y durante ella escuchó y sólo me dijo que ya se sabía los posesivos. Por la tarde lo calificó de discursito y yo no se lo compré; pero él me contestó que era igual que el discursito que te echa el profe en clase cuando haces algo mal.
Seguro que me gustaría haber estado contigo en tu clase, incluso puede que aprendiese algo. Lo último es broma. Gracias por las lecciones. Creo que he tomado nota. ¿Cómo lo ves? (Yo, con 52 y la ilusión de un niño)(¡Si pudiera quitarme 20 años!)
Una educación emancipadora es siempre muy crítica y, al mismo tiempo, optimista, pues debe ayudar a dotarnos de confianza para seguir aprendiendo y mejorando.(Xurxo Torres)
Le preguntan a Echenique. Tú, que no crees en Dios, cómo explicas la lluvia.
Echenique, creo que por dentro aguantándose la risa, contestó : hombre, no sé, …Me pregunto si quien le formuló esa cuestión era Licenciado en periodismo. El hombre aún no se ha enterado que Dios ha delegado, como buen director, funciones y responsabilidades en cuanto a este tema, en los hombres y mujeres del tiempo.
Mi hijo, que piensa con lógica, dice que todos somos familia, pues venimos de Adam y Eva.
Hola Lucía. Yo soy de los tuyos y defensor de la educación de 1, 2, 3, 4, ….85, …años. Pero soy de Infantil, la más agradecida y pura, a la vez que difícil lo cual requiere mayor…
No dejo muestra pero visito tu blog desde que lo anunciante aquí y me dijiste que si no duermo,…me gusta mucho y te sigo. Entiendo que te requiera un gran esfuerzo.
No sé si es por esta semana, con el tema del labrador que simbra, la maestra jardinera estaría genial. Yo también soy amante de las plantas y de todo lo que requiera cuidados, y gracias a ellos, crezca hermoso o hermosa, viva.
Pero fuera de esta semana, no me gusta ni jardinera, ni jardín, ni planta, ni preescolar. Nos hace menos. Y deberíamos ser igual o más. No puedo estar de acuerdo ni contigo ni con Miguel Ángel. Si es por esta semana…pero basta ya.
Se hablaba de la unificación de los educadores, pero por arriba. La necesidad de una formación potente es la misma, debería ser la misma. (Miguel Angel, Xurxo, Jiménez, todos nuestros grandes hablan, en general, en sus escritos, de lo que ellos entienden que sería deseable, pero no de lo que es en este momento. Ejemplo. La educación es…La escuela es…En esta escuela que yo digo el maestro y maestra son…¿Pero es lo que yo entiendo que deberían ser o lo son? Y , así, evaluación, contenidos, organización, política, finalidades,…)
Resumiendo. Escuela de Educación Infantil. Se enseña y aprende. Se juega (trabaja) y se inicia uno en el conocimiento de nuestro mundo, de nuestras cosas, deseos, necesidades, curiosidades. Es una universidad de la vida, la familia, el entorno,…Nada de preescolar, armario donde guardar algo, lugar meramente de cuidado y seguridad, jardín donde ser regado y florecer. Requiere un profesional como tú, Lucía, comprometida, preparada, conocedora de las personas con las que trabaja, …implicada en innovar y ser la mejor maestra, como dices tú, que tus peques podrían tener. Si me permites Lucía, tus alumnos y alumnas son muy jóvenes, lo tengo en cuenta, pero una cosa es el cariño y afecto que debemos darles, en estas edades cae de cajón y creo que nadie lo puede discutir, y otra es usar un lenguaje demasiado infantilizado, con todo diminutivos y cosas así, de no llamarle a las cosas por su nombre. Termino. Ya nos contarás, si quieres, eso por descontado, cómo te va o fue con tu autoobservacion, con tu gran hermano particular.
Un bico grande a todos e todas. Ata mañá.
Maravilloso articulo, querido Miguel Ángel. Usted lo ha dicho todo.
El maestro y el sembrador tienen mucho en común. A ambos los mueve la ilusión.
Después de jubilarme, hace ya más de un año, dedico dos o tres horas diarias a una pequeña huerta orgánica, y tal como me conectaba con mis alumnos lo hago con las semillas. Mientras preparo canteros, surcos, riego o transplanto, encuentro esa relación, espero con paciencia, cuido, protejo, disfruto. Y siento cosas parecidas. Hay a veces alegría y a veces desazón, a veces buena cosecha y a veces frustración.
Y es verdad, tanto para educar como para sembrar necesitamos hacerlo con LA ILUSION DEL SEMBRADOR.
Buena semana, sembradores, y mejor cosecha!
Un cordial saludo, querido maestro Miguel Ángel.
Querida Nancy:
Muchas gracias por tus palabras y por compartir tus experiencias.
Como te dedicas a tareas de sembrar y cosechar con tu huerta conoces bien la metáfora del sembrador (o sembradora). Una persona que tiene la esperanza de que sus semillas crezcan y se desarrollen. PERO QUE HACE TODO LO POSIBLE PORQUE ASI SEA. Porque la siembre requiere el acompañamiento del cuidado, del riego, de la protección… El sembrador no se limita a lanzar la semilla sino que pone todos los medios para que no se malogre la cosecha.
Un beso y muchas gracias.
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Sembrar es una tarea optimista. Nadie sembraría desde la seguridad de que es inútil hacerlo. Sembramos porque tenemos la esperanza de la cosecha.
Puede ser que se malogre la cosecha por causas diversas, pero la idea y el hecho de sembrar tienen naturaleza optimista.
Pot eso yo pienso que los educadores tienen que tener un talante optimista en su tarea. Solo si se piensa que el ser humano puede aprender se realiza la tarea de enseñar.
Saludos.
Hola a todos y todas.
Buenas noticias, hay oposiciones en Galicia en Junio. Mala noticia para mí, posibilidades 0. Pero estoy ilusionado de sumergirme de nuevo en este mundo tan especial; espero que mis canas y los años que me llevó conseguirlas, hagan que aflore lo mejor de mí, que controle los nervios y me dejen expresar y decir lo que quiero con claridad. Ya iréis teniendo noticias especiales, puesto que creo que no he de ser un caso muy común. Por edad, puede que me evalúe mi hija, seguro que van a ser mujeres. Chao.
Estimado José Antonio:
Hace unos años dirigí una tesis sobre el sistema de selección de los docentes en España. No había en aquellas exploraciones NI UNA sola opinión favorable (inspectores, miembros de tribunales, profesores, de academias, docentes, directores, tutores, alumnos…). Pero ahí siguen.
No tienes que desesperar antes de tiempo.
Hay que intentarlo.
La veteranía es un grado.
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Quien siembra vientos, recoge tempestades.Traigo a colación este refrán porque los docentes no siempre arrojan a la tierra que es la mente de sus alumnos semillas de libertad. Algunas veces echan semillas podridas de autoritarismo, desamor, mal ejemplo y violencia.
Habría que tener mucho cuidado con aquello que se hace, se dice y se es.
De lo contrario, el desastre está asegurado.
Saludos a todos quienes leen y escriben en el blog.
Me imagino, José Antonio, que te refieres al último artículo que ha publicado en los diarios digitales en los que escribo y que aparecen todos los domingos, llevando, en esta ocasión, el título “¿Dónde está Wert?”.
Por si hay alguien tiene curiosidad en el mismo, añado el enlace:
http://www.montilladigital.com/2016/04/aureliano-sainz-donde-esta-wert.html
En fin, para que veáis que algunos que no siembran nada reciben, como compensación, un puesto de embajador en París. ¡Cosas de la vida!
Buenas noches Miguel Ángel y enhorabuena por tu trabajo y por tu aportación al campo de la educación y de la cultura. Soy Jorge, he terminado recientemente Magisterio y estuve contigo en el III Congreso de Asire “Educando el futuro”, en Burgos. En realidad te conocí en el anterior, el II Congreso de Asire de 2015, al que asistí como oyente con una libreta, un boli, dos ojos y dos orejas. En aquel, sin duda, destacaste por tu sensibilidad e interpretación del mundo, en ocasiones, mediante metáforas, fábulas y otras historias, y tu cercanía a la hora de transmitir tu trocito de verdad. Es un buen pedazo. En esta ocasión tuve la oportunidad de asistir al congreso formando parte de la organización, aportando también mis extremidades, pude estrechar tu mano y expresarte mi admiración. Comentaba con las compañeras que te escucharía cada día, un ratito, para aprender, para contagiarme, para crecer, para sentirme mejor y tener más ganas de vivir dedicándome a una labor tan bella y tan compleja, tan vocacional y tan comprometida, tan estudiada y tan renovable, tan presente, tan futura. Sin duda eres un labrador intelectual con muy buen sentido del humor además, vital en todos los tiempos, en estos que nos toca vivir, notablemente. Es emocionante escucharte. Gracias. Saludos y hasta la vista.
Querido Jorge:
Lo que es emocionante de verdad es leerte a ti.
Cuánta sensibilidad y pasión por la tarea muestran tus palabras.
Lo que dices habla mucho más y mejor de ti que de mí.
Gracias por estar ahí con esa receptividad, esos deseos de aprender y esas ilusiones tan grandes.
Que el tiempo las acreciente y las acrisole.
Un gran abrazo y muchas gracias.
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¡Cómo cambia la vida de una semana para otra! Hoy escribo con una piedra en el corazón. Mi labor no es lo suficientemente buena. Mi Ayuntamiento ha decidido prescindir de mis servicios y sacar a concurso público el servicio de Escuela Infantil.
Me duele. Han sido quince años entregada a la tarea. Pero me duele especialmente por los niños. Una empresa que viene a una licitación viene a ganar dinero y el interés de los niños puede quedar en segundo lugar. Volverán a subir la ratio a 20 niños por educador, la ley lo permite pero es una barbaridad. Contratarán a gente sin experiencia porque los contratos en prácticas son mucho más baratos… ¡Qué pena tengo!
De todas formas quiero escribir algunas líneas más positivas.
Lo primero felicitar a Aureliano por la iniciativa de luchar contra los desertores de los libros y echar sobre sus espaldas tamaña tarea. Y aquí quiero aportar mi granito de arena al tema.
Hace poco más de un año que defendí mi TFG. Del trabajo de mi director no quiero decir nada, me dejó cometer estúpidos errores de forma que me bajaron la nota. Pero bueno, lo importante es lo que descubrí y que sigo poniendo en práctica. Creo que los TFG son una extraordinaria forma de rescatar y actualizar conocimiento, incluso de crearlo. Me he leído los de unas cuantas compañeras y he quedado maravillada.
A lo que voy. Se trataba de una propuesta de intervención con las familias cuyo fin último es formar lectores competentes, puesto que, según G. Wells el periodo de edad de uno a cinco años es clave para el posterior éxito lector.
Bueno, este es el resumen extraído del propio TFG:
“El presente trabajo se centra en la elaboración de una propuesta de intervención para fomentar la práctica de la narración oral en familias cuyos hijos cursan la Educación Infantil. En la primera parte del trabajo se describe la relación directa entre la narración oral sistemática, teniendo la palabra y la imaginación como únicas herramientas, y la posterior competencia lectoescritora y un buen rendimiento académico. Con este fin se revisan los estudios de Gordon Wells, y se sugiere la necesidad de comenzar con esta praxis desde la más temprana edad del niño.
En la segunda parte se propone la creación de un programa de intervención con las familias del entorno, con el objeto de rescatar la tradición del relato oral en familia y convertirla en un hábito que actúe como estrategia precursora del éxito lector de los más pequeños, tanto antes como después de su escolarización.
Se concluye reivindicando la necesidad de implementar programas de intervención con las familias, teniendo presente que son una realidad diferente a la escuela, y demandando una mayor formación en técnicas de narración oral para los docentes, para así corregir la confusión entre leer y contar cuentos, y vencer las resistencias que impiden hacer del relato oral una práctica más asidua en las aulas”
Es un tema muy trillado, me dirás. Pero he de añadir que yo misma puse en práctica esta estrategia con una niña de seis años que no le gustaba nada leer, y tres años más tarde es la alumna de su clase que más ladrillos (resumen de libro) entrega.
Resumiendo, los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres. Hay que empezar la tarea cuanto antes.
Los otros comentarios se los dedico a José Antonio. Me alegra coincidir, en Infantil y en la afición jardinera. No sabes cómo agradezco tus comentarios sobre mi trabajo, no han podido llegar en mejor momento. Gracias por esas caricias positivas.
Tienes interés por el resultado de la autoobservación a través del móvil. Me quedo con la del último día, más natural. Creo que mi tarea se puede mejorar, siempre se puede mejorar. Pero hubo algo que me llamó especialmente la atención y no me gustó. Me sorprendí diciendo “¡Pero otra vez!” a un pequeño muy impulsivo y con poco autocontrol. ¡Claro que fastidia que en medio de un taller de cocina te lo tire todo al suelo! Pero no se merece eso de mí. Son dos palabras que no debería usar nadie, y más trabajando con niños. Me pesa haberlas dicho, y seguro que no era la primera vez. Porque en el fondo le devuelven sensación de incompetencia, de no ser capaz de controlarse, de no conseguir lo que otros consiguen. Para los niños modositos, los niños caramelo que yo digo, vale cualquiera. Es para los niños más díscolos para los que hay que estar. Esta criatura necesita de mí más que ninguno. Y tengo la impresión de haberle fallado. Estoy intentando hacer un programa personal de mejora para él. Y, de momento, me he hecho unos carteles que he colocado en la pared del aula para recordarme a mí misma lo que no debo hacer. Ahora, aquí, en la pared de mi escritorio tengo otro que dice “Recuerda que lo que haces deja huella”. Espero que mi torpe actuación con este pequeño no haya dejado huellas negativas. Ya ves, no me importa reconocer mis errores.
Un saludo para todos. Volveré por aquí cuando vuelva el sosiego a mi vida.
Lucía.
Ánimo Lucía. Eres una persona maravillosamente imperfecta, por eso tienes el valor de afrontar una pequeñez y contarlo y afrontarlo. El cariño que transmites a tus alumnos y alumnas es lo que les dejará huella, junto con tus enormes ansias de ser la mejor que puedas ser por y para ellos. Te entregas totalmente y es mucho más de lo que otros puedan hacer. Recuerda lo inteligentes que son los niños y niñas pequenos, siempre sorprendiéndomos.
Ponte en medio y recibe directamente un abrazo de toda tu aula y de los que te seguimos y nos importas.
Tengo 52. Me voy a poner a estudiar, desgraciadente esa es la palabra para estas ocasiones. Sinembargo, para nuestro que hacer diario tú me enseñas por empatía, lo que no viene en los libros, por tanto no se preguntará, pero es tan necesario poseer tu entrega y ganas de mejorar,…Ánimo, y recuerda que somos laélite de los maestros, los primeros junto con los padres y madres.
Me haces despertarme temprano. Miguel Ángel, nuestro tutor referente sabrá decirte y contarte con palabras sabias y más atinadas que las mías, humilde aprendiz, algo más que te levante el alma, conmigo lo logra.
Muchos besos y abrazos esta vez todos para ti, un alumno más de tus clases. No dejes de escribir, a mí me ayuda mucho.
Querida Lucía:
Los túneles, por definición, tienen entrada y salida. Saldrás de ese túnel. Porque no te vas a quedar sentada en la oscuridad llorando y lamentándote.
Su caminas, saldrás de nuevo a la luz, enriquecida por la experiencia que has superado.
Es una pena lo sucedido. Por ti y por los niños y niñas. Me ha dolido lo que han hecho contigo POR , como te digo, Y POR LOS NIÑOS Y NIÑAS.
Te remito a mi fábula LA ESTRATEGIA DEL CABALLO. Léela. Te puede hacer bien en estos momentos.
No te machaques. Nadie es perfecto.
Los niños saben calibrar muy bien quién les dice las cosas y si se las dicen con afecto.
Lo que tu consideras un error puede no serlo. No te tortures. Me dijo una vez José Luis Pinillos (padre de la psicología española): Miguel Angel, desde el día que me convencí de verdad, de verdad, de que no era Dios, se me solucionaron muchos problemas… Porque cuando creía que era Dios no podría cometer fallos…
Eres una excelente profesional y una bella persona. Saldrá el sol para ti porque lo llevas dentro. Ahora hay una nube en tu corazón. Deja que sople el viento y se la lleve.
MUCHOS BESOS.
MUCHO ÁNIMO.
He pagado lo que me tocaba,35€. Inspectores y Secudaria 40,74€.¿Sabéis el porqué de esta diferencia. ¿Para cuando un cuerpo único de educadores?
Veo que la cimbra del artículo da lugar a muchos comentarios que son como una cosecha.
Por eso me parece importante que los escritores escriban difundan las ideas para que generan nuevas ideas.
Me gusta mucho esta metáfora. Muestra la importancia de la tarea de los educadores. Y muestra también la parte importante que tiene el educando en la responsabilidad que tiene de hacer que esas semillas crezcan y se desarrollen.
También manifiesta que hay dificultades para que las semillas crezcan: y hay que evitar el efecto que tienen en la destrucción de las semillas sembradas.
Todo debe estar encaminado a que se produzca la cosecha.
Miguel Ángel, José Antonio, Gracias.
No de cortesía. Desde el corazón. Gracias.
Es terrible cuando a una sembradora de ideas y de afectos como Lucia le atan las manos y le impiden seguir haciendo su tarea. Sin razones fundadas para hacerlo.
Lo malo de estos hechos es que suelen ser contemplados por los testigos sin hacer nada contra ellos.
Esto hace que se repitan una y otra vez de manera impune.
Animo, Lucía.
“El Educador siembra y siembra con paciencia y con esperanza”. La mejor forma de describir a un docente. Qué mejor que un docente que dedica todo su amor y su ilusión a ayudar a ese germen que ha sembrado crezca en toda su plenitud, pero ¿es esa la realidad en España? Por lo que he visto yo como alumno, ¡No!
Soy un alumno de Pedagogía, en la universidad de Murcia y su visión de la Educación me entusiasma y me pone los pelos de punta, también es verdad que la veo un poco alejada de la realidad. Esto es así porque el sistema está repleto de compañeros desmotivados o que entienden la educación como un mero proceso en el que se transmiten conocimientos. Estos se olvidan de los importante de la educación: la ilusión y el amor, y que esto no tiene por qué se reciproco. El amor y la ilusión si se hacen necesarios para educar pero no se hacen tanto para aprender. El alumno no siempre te va a corresponder con la misma ilusión, peo tiene que entender que es el proceso más bonito del mundo.
Debido a que el amor y la ilusión se está espantando del aula cual rata en el almacén, la educación se está volviendo un proceso vacío, un sin sentido. Pero, estamos más preocupados por vernos en los rankings que de solucionar el problema. No pierdo la esperanza, cada vez veo más gente ilusionada que sale de magisterio dispuesta a cambiar el mundo y eso señor, eso, si que te ilumina los ojos.
Estimado Manuel Gómez:
No.No estar alejado de la realidad pensar que el educador siembra y siembra con esperanza. Ya sé que hay sembradores de tizna. Ya sé que hay sembradores con la mano agarrotada por la pereza o por el desamor, pero tú mismo reconoces al finadle tu comentario que cada vez son más las personas con ilusión. Creo que hay muchos motivos para ser optimistas. Lo spesimistas solo ven los agujeros en el queso.
Un gran abrazo.
MAS