Hace unos días estuve en El Prat de Llobregat trabajando durante la mañana de un sábado con un centenar de padres y madres, y algunos profesores y profesoras de los centros de la ciudad. La iniciativa (es la séptima edición) surge del Ayuntamiento que, como dijo su alcalde Lluis Tejedor Ballesteros, al abrir la jornada, tiene un compromiso intenso con la educación. Criticaba con razón el munícipe que el gobierno central haya prescrito que los Ayuntamientos deben desentenderse de la educación para alcanzar el deseado objetico del ahorro. Enorme torpeza. Ahorrar en educación es masoquismo económico.
Durante toda la mañana del sábado se realizaron las actividades programadas: conferencia marco, trabajo de grupos, exposición de algunas iniciativas de las AMPAS como ejemplificación de buenas prácticas… El tema que nos ocupó, extensa e intensamente, fue la participación de los miembros de la comunidad educativa en los centros escolares.
Experiencias como ésta hacen crecer el optimismo y la esperanza. A cualquiera se le ocurren iniciativas más relajantes para llenar la mañana de un día de descanso. Aprendimos, nos animamos y disfrutamos de las ideas, el debate y el entusiasmo colectivo.
Creo que la participación es fundamental porque produce frutos de eficacia educativa, motivación, implicación, responsabilidad, cohesión y ejemplaridad. Si aumentase y se enriqueciese la participación se mejorarían los aprendizajes y la convivencia. Si en lugar de aumentar la vigilancia, las amenazas y los castigos, intensificásemos y enriqueciésemos la participación se evitarían muchos conflictos.
Pero la participación no es un simple enunciado. La participación exige tomar parte activamente. La participación exige diálogo auténtico, tomar parte en las decisiones y realizar actuaciones democráticas. A eso voy.
La participación exige acciones, no meros enunciados. Acciones que van de lo más elevado a lo más pequeño. De lo más sublime a lo más sencillo. Concretaré.
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que, en los aseos de los alumnos y de las alumnas de algunos centros educativos no haya papel higiénico, ni toalla, ni jabón. En otra zona de la misma institución suele haber otros aseos que sí disponen de las tres cosas. Además, estos todosodos,ue si si de forma autúltimos suelen tener un cartelito en la puerta que indica quiénes son los usuarios o usuarias de los mismos. “Aseos de profesores”, “Aseos de profesoras”. (O servicios, o baños o wáteres, me da igual).
Algunas veces, se omite la preposición, convirtiendo el cartel en un manifiesto mal ejemplo de escritura. ¿No podemos cuidar estas cuestiones y escribir como exigimos que escriban los alumnos? “Aseos de (o para) profesores”. Lo mismo digo de otras dependencia. “Sala de profesorado”. “Despacho de Dirección”. “Sala de música”. ¿Qué diríamos si, en un examen, un alumno escribiese omitiendo siempre las preposiciones?
A lo que iba. El hecho de que no haya papel higiénico, ni toalla, ni jabón en los aseos del alumnado tiene unas connotaciones muy negativas. ¿Cuál es el motivo de esa carencia? No suele ser la falta de presupuesto sino por una cuestión de principios. Lo he oído muchas veces cuando he hablado de este problema.
– Es que los alumnos meten los rollos en el wáter y lo atascan.
Supongamos que es así. Surgen entonces, entre otras, dos preguntas que interpelan a quienes mantienen ese criterio restrictivo:
– ¿Por qué no atascan los wáteres de sus casas? ¿Por qué les da por hacerlo solo en la escuela? ¿No será que consideran la escuela como algo que no es suyo sino de quienes mandan y enseñan? La casa debería ser la primera escuela y la escuela la segunda casa.
La otra cuestión es más peliaguda: Si no tienen rollos de papel, ¿cómo van a aprender a no meterlos? No es cierto que hasta que no sean responsables no pueden ser libres sino que mientras no sean libres no aprenderán a ser responsables. Para que aprendan a no meter los rollos tienen que tener rollos.
Y sé que no lo van a aprender de forma automática o mágica. El aprendizaje requiere reflexión y esfuerzo. Tendrán que saber que los rollos cuestan dinero, que ese dinero es de todos, que si los malgastan, habrá problemas para todos… Tendrán que aprender a valorar los bienes comunes, a respetarlos, a usarlos adecuadamente.
Si ya estuviesen educados, si ya supiesen hacer las cosas, si pudiesen aprender sin ayuda, los docentes no seríamos necesarios.
En algunos lugares se entrega un trozo de papel a cada alumno que sale de la clase para ir al aseo. Pero, en este caso, también surgen al menos dos preguntas, bien pedestres por cierto:
¿Qué pasa si el alumno está descompuesto?, ¿qué pasa si no es suficiente? ¿Tiene que volver con los pantalones a media hasta para pedir un trozo suplementario?
Y la segunda: ¿cómo se soluciona el problema si el alumno está en el patio, en la entrada, en el salón de actos o en un pasillo?, ¿cómo resuelve entonces una urgencia?
Quien habla de estas cuestiones, habla de muchas otras de la misma naturaleza. No hace mucho, una niña me decía, exultante:
– Hoy he comido filete de profesor en la escuela.
¿Qué había pasado? Se había acabado el menú de segunda y había tenido la suerte de comer un filete de mejor calidad, un filete del menú de profesores/as.
No creo que exista una familia en la que haya dos tipos de menús. Uno de mejor calidad para los padres y otro de peor calidad para los hijos. Denunciaríamos a quien tuviese esos comportamientos abusivos.
Ese mezquino refrán español de que “cuando seas padre comerás huevos” es fruto de unos tiempos en los que los niños y las niñas no tenían reconocida su dignidad y sus derechos. Es un principio de actuación cargado de crueldad y de egoísmo. No en vano está planteado por quienes eran padres (y seguramente no madres).
No puede uno imaginarse fácilmente esa misma situación en una familia. Es decir, una casa en la que hubiera un aseo para los papás (con papel, toalla y jabón) y otro para los hijos que careciera de todo. Y, además cerrado a cal y canto porque la llave está a buen recaudo para que no pueda ser localizada. Yo creo que tacharíamos a esos padres de crueles.
Es solo un ejemplo. Un ejemplo que contradice muchos enunciados teóricos. Se abre la LOMCE con este solemne enunciado: “El alumnado es el centro y la razón de ser de la educación”. Pero en la práctica lo que se ve es que el alumnado va al aseo con unas condiciones peores que las de otros miembros de la comunidad que, al parecer, no son el centro y la razón de ser .
En las clases de ética los alumnos escucharán que todas las personas tienen igual dignidad, pero a la hora de ir al aseo se puede comprobar que hay una dignidad mayor y mejor, que es la de quienes disfrutan de papel higiénico, toalla y jabón y una segunda dignidad que corresponde a quienes no disfrutan de esas comodidades.
Reflexionar juntos sobre las exigencias de la participación, minúsculas y elevadas, como hicimos hace días en El Prat, es un medio excelente para comprender lo que estamos haciendo y para mejorar la calidad de la educación en las escuelas.
Bien se nota que Miguel Ángel habla de lo que conoce, de lo que tiene experiencia. Cierto que es más fácil prohibir que educar. A nivel público he visto eso mismo en hospitales y otros lugares, no se deja papel higiénico porque hay quien lleva los rollos y hasta las bombillas. Todo esto indica una gran falta de madurez o conciencia social. Yo me pregunto: ¡cuántas horas de televisión se dedican en algunas cadenas a despellejar a personas y ni un minuto a infundir esa conciencia social! ¡Qué poco se habla de los males de la droga, de informar! Se habla de la corrupción, pero no se intenta dar o infundir una conciencia social de respeto a lo público, de que todos debemos contribuir en lo que nos corresponde a la buena marcha de la sociedad. En definitiva, que es más fácil prohibir que educar, pero el futuro de una buena sociedad está ahí, en la educación.
¿Qué futuro nos espera cuando en un momento de crisis donde más se mete la tijera es en educación e investigación? Eso es un retroceso que exigirá mucho tiempo en recuperarse.
Educar y educar ahí está un futuro mejor. Saludos
Querido Joaquín:
Gracias por leer y por compartir tus impresiones con todos los lectores y lectoras del blog.
Quise llamarte para que nos viéramos en El Prat pero era un sábado por la mañana y no quise hacerte madrugar y robarte el descanso sabático.
Comparto contigo la preocupación por los recortes que se producen en la educación del país.
Un abrazo muy grande.
MAS
Querido Maestro!
Permítame hoy de no hablar de su comentario sino de una tragedia familiar que ha ocurrido el pasado 13 de noviembre.Mis tios y mis primos han muerto en en incendio ocurrido en su casa esa noche fatídica que antes he mencionado! Se han ido¡ Cuatros personas en un mismo viaje al infinito, para dejarnos vacíos sin su presencia!Se nos han ido¡ Han alcanzado un viaje hacía lo desconocido,del que no hay vuelta ni escondrijo.Cuatro grandes almas de un ingenio extrovertido, de una capacidad sorprendente de dar cariño, cercanas, almas llenas de dulzura, de arraigo a la vida de proyectos no cumplidos.Qué palos nos da la vida. Qué malos los momentos vividos! Allí donde estéis,donde la luz ilumine vuestras almas, habéis sido un referente de amor y humildad para el resto de mi vida.Descansen en paz. Si más me despido con un afectuoso saludo.
Querida Loly:
La muerte es algo excesivo. Cito frecuentemente a Saint Just cuando dice que a la muerte, como al sol, no se les puede mirar de frente.
Comprendo tu dolor y te mando un gran abrazo para que el dolor brutal de esa ausencia, el impacto terrible de esa noticia que anuncia la muerte de seres queridos no te haga mucho daño.
Estamos preparados para la vida pero no nos preparamos para muerte (propia y ajena). Un grupo de profesores de la Universidad Autónoma de Madrid llevan muchos años trabajando la didáctica de la muerte. Porque la muerte es tan dura como inevitable.
Un beso muy grande para ti y los tuyos.
Miguel A. Santos
Una vez más,¡cuánto currículum oculto enseñamos en nuestros centros!
Muchos detalles como el que ilustra esta entrada se dan en la vida cotidiana de nuestros centros y en los que no reparamos, ya sea porque no interesa abordarlos, o simplemente pasan desapercibidos porque el ritmo escolar, a veces estresante y asfixiante, no da lugar a reflexionar sobre ellos. Está bien que haya espacios para el debate y la reflexión como el que cita Miguel Ángel en su escrito. E indudablemente también es conveniente e idispensable abrir esta ventana que semanalmente nos ofrece el profesor Santos en este blog.
GRACIAS.
Pingback: Sin papel higiénico | Scoop-it-Ajos educ...
Como docente, recuerdo los cambios notables del sistema educativo en la década de los noventa, dado que me tocó vivirlos en primera persona. A un hito histórico en la historia de la educación en España (la universalización, al fin, de la enseñanza básica) se le unió toda una suerte de despropósitos absolutos. La LOGSE, simple y llanamente, no tenía financiación alguna. ¿Papel higiénico? Ojalá semejante metáfora hubiera constituido el mayor de los problemas. Donde antes había diez, ahora había cien, para entendernos. La ausencia de recursos para facilitar esa atención individualizada que tanto proclamaba la Ley era más que evidente. Quizás la mayor causa de que la misma no consiguiera, en absoluto, sus objetivos. Y el origen de un sistema educativo que no ha conseguido superar ese muy irregular inicio. En cuanto a la participación… veáse, en la inmensa mayoría de los centros educativos, a qué se reduce, en el caso de las familias, cuando son las elecciones al COnsejo Escolar. En definitiva, que cada palo aguante su vela, recordando que hay muchos palos, no solamente el profesorado:: las familias, el alumnado, las corporaciones locales, los gobiernos autónomos… la sociedad misma. El día que logremos un consenso en Educación, será un día a celebrar por todos/as, como otro hito histórico. Pero para llegar hasta ahí hará falta enterrar ideologías baratas y ponerse a trabajar, dejando sobre todo voz a los profesionales de la educación: pongamonos de acuerdo sobre los numerosos puntos débiles de nuestro sistema educativo actual y busquemos soluciones. Y recordemos también las fortalezas, como puede ser las propias de un sistema que busca desarrollarse bajo el precepto de equidad educativa. Pero insisto, dejemos atrás ideologías que solo existen en nuestra imaginación. La LOMCE ha sido una Ley sin consenso. Pero menos consenso tuvo la LOE, cabe reoordar. Y… así hacia atrás, en el tiempo. No hacemos más que repetir un patrón, que es convertir las Leyes Educativas en herramienta electoralista, el mayor de los errores. Por lo tanto, en sínteiss… ¿ideologías? No gracias. ¿Educación como pilar fundamental de la sociedad y objetivo prioritario de cualquier sociedad? Por supuesto…
Joe. En referencia al consenso, he dejado un comentario en la entrada anterior que es donde corresponde. Saludos.
Hola Juan Carlos, la he leído, gracias. Pero me gustaría centrarme en la participación y la financiación, que es el tema subyacente de esta semana, en estos foros. Por más que en la Educación sea difícil separar unos temas de otros. El primer tema, la participación, ampliando un poco la cuestión, desde mi punto de vista tiene que ver con los cambios profundos que acontecen en España a mediados de la década de los ochenta, con la incoporación masiva de la mujer al mercado laboral. A partir de ahí, un cambio necesario, imprescindible, en el rol de la mujer en España quizás haya provocado una necesidad de conciliación de vida laboral y familiar que nunca ha llegado a resolverse, dado que la necesidad de respuesta eficaz y eficiente de los centros educativos debe sustentarse en pautas educativas comunes para con las familias. Pero si éstas no tienen tiempo (al menos hasta fechas recientes) para dedicarse a sus hijos… Es un aspecto social disfuncional, es evidente. En cuanto a la financiación ya lo he comentado anteriormente: mal está lo que mal o peor comienza, como fue la escasa financiación de la LOGSE. Demasiados años de carencias y los resultados, vía PISA o PIRLS de nuestros escolares son como bofetadas a la sociedad española. No veo que ninguno de estos dos aspectos forme parte de ningún discurso político, nunca. Se hablan de temas que creo que son intrascendentes (Educación para la ciudadanía: sabemos los docentos a qué queda reducida esta área o materia en la práctica). Escuchaba a Marina, recientemente, hablar sobre la cuestión de convertir la Educación en herramienta política y estoy completamente de acuerdo con él: mientras sigamos hablando de supuestas ideologías y no de nuestro sistema educativo, éste seguirá igual, sin levantar cabeza, a pesar del magnífico trabajo de muchísimos docentes en España, en las aulas. La inmensa mayoría de profesores/as que se jubilan, lo hacen con un amargo sentimiento hacia la profesión. La peor de las señales. ¿Tan difícil es dejar de hablar de ideologías que ya no existen, de tópicos absolutos y ponernos a trabajar hacia el consenso, hacia la calidad? A la vista de los años transcurridos, es evidente que sí. Pero espero que algún día, alguna de esas Leyes Educativas que en breve iremos viendo pasar, de nuevo, tenga un mínimmo consenso político y social, por primera vez. Soy optimista. Saludos, Juan Carlos.
Joe. Algunos de los razonamientos que esgrimes no sólo los comparto sino que los he utilizado en alguna ocasión en este mismo medio y casi me tratan de lo contrario de lo que soy y pienso. En fin, creo que contigo si podría llegar a acuerdos. Recibe un cordial saludo.
Juan Carlos, a mí me ha pasado exactamente lo mismo. Las conclusiones, son evidentes. Por más que estemos en el siglo XXI, por diversas razones y motivos, no faltan personas que enfocan todos sus razonamientos y sus acciones a una suerte de alienación, basadas en tópicos y directrices ideológicas. Pienso que en el mejor de los casos, ni siquiera son conscientes de tal alienación. Pero creo, quiero creer en la capacidad de las personas para pensar por sí mismas. Un saludo, Juan Carlos, un placer conocerte.
Querido Joaquín:
Yo creo has dado en clavo.
El problema (y la solución) está en la educación.
Y, como tú apuntas, todos podemos (debemos) contribuir a la educación.
Hay demasiados malos ejemplos en la sociedad.
Y, para colmo de males, se recorta en educación, lo cual tiene dos efectos demoledores: se dice así que no tiene mucha importancia y se hace más difícil hacerlo bien, ya que se cuenta con menos medios.
Un gran abrazo.
MAS
Apreciado Miguel Ángel,
Si el problema y la solución está en la educación no será que debemos empezar por cuestionarnos al educador y al modo esn como este actua al margen de la financiación o los recursos?
Ser educador requiere entre muchas otras cosas de compromiso, pasión por la profesión y voluntad de querer enseñar a pesar de los obstaculos que se presenten. Educar en valores y principios, que si bien deben empezarse en casa, son importantes seguir enseñandolos en la escuela con ejemplo y con la humildad que puedan requerir.
El ejemplo del papel higiénico me lleva a pensar que esas escuelas, donde se requieren esas medidas, deberian reflexionar acerca de como influyen en su alumnado y si son ejemplo de los valores y principios que se requieren para que los alumnos sigan su ejemplo.
Un abrazo y felicidades por el artículo.
César Gómez
Creo que es magnífica la experiencia del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat. Los Ayuntamientos tienen que mantener un alto compromiso con la educación. Es la instancia más cercana a las escuelas y a las familias.
Me parece muy bien la crítica del alcalde a la política del gobierno. Y me parece mejor que no le hagan caso y que sigan invirtiendo en educación.
De acuerdo totalmente con la crítica a los centros que no ponen papel higiénico en los wáteres de los alumnos. ¿Cómo piensan que se las apañan los alumnos? Y eso de dar un trozo de papel es mezquino y feo.
La igualdad de derechos tiene aspectos elevadísimos y otros muy pedestres. Todos son importantes.
Es un escándalo eso de no poner papel en los asesos de los alumnos. ¿Cómo van a considerar a los centros como su casa? Será la casa de los profesores. Los argumentos que se plantean en el artículo me parecen perfectos:
1. Cómo van a aprender a no meter los rollos si no hay rollos.
2. Cómo van a considerarse respetados si nos les poenen papel.
No sé cuántos centros lo hacen así. Espero que no sean muchos.
Pues sí, algunas vecs nos elevamos a las alturas de las cosas grandiosas y olvidamos los detalles más pequeños como el del papel higiénico.
Me parece estupendo aplicar las teorías de la dignidad y el respeto a todos los aspectos de la vida de la escuela.
Un saludo.
El diálogo entre la escuela y la familia es fundamental para que los niños aprendan.
Cuando no hay colaboración la tarea se hace difícil y poco eficaz
Los padres, a veces, declinan toda la responsabilidad em la escuela. Es un error. Y los profesores, a veces, ven con recelo la presencia de los padres.
Padre y profesores tenemos el mismo fin: la educación.
¿Por qué no entendernos?
Completamente de acuerdo con la idea central de que hay que participar en la escuela.
Y con la de que la participación tiene que ir de las cuestiones más elevadas a las más insignificantes.
Lo del menú tiene miga (perdón).
No es de recibo que haya dos tipos de menúes, uno mejor que otro. ¿Cómo se puede afirmar que todas las personas tienen igual dignidad?
Pingback: Sin papel higiénico | El Adarve | Educar...