El sentido del humor es necesario para vivir de forma saludable. Pero los tiempos que corremos no invitan a la sonrisa. Andamos entristecidos y malhumorados por la crisis, por la corrupción, por los problemas, por las prisas, por el temor al futuro. Creo que, mientras más grande sea la adversidad, necesitamos más y mejor sentido del humor. ”El animal más sufriente de la tierra se vio obligado a inventar la risa”, dice Nietzsche. Una persona sin sentido del humor es como un auto sin amortiguadores: salta de dolor con cada bache del camino.
El sentido del humor es el término medio entre la frivolidad, para la que casi nada tiene sentido, y la seriedad, para la que todo tiene sentido. El frívolo se ríe de todo, es insípido y molesto, y con frecuencia no se preocupa por evitar herir a otros con su humor. El serio cree que nada ni nadie deben ser objetos de burla, nunca tiene algo gracioso que decir y se incomoda si se burlan de él.
Existen, a mi juicio, diversas vertientes del humor. Haré a continuación referencia a cinco. La primera es saber reírse de uno mismo. Incluye verse con buenos ojos. Exige no maltratarse. Le oí decir hace unos días a Javier Iriondo en el IV Congreso Nacional de Apfrato celebrado en Granada, que algunos deberían acudir a la comisaría de policía a denunciarse a sí mismos por maltrato. Se agreden con crueldad. Se castigan. Se exigen más allá de los límites. No se perdonan nunca.
Carecer de humor es carecer de humildad, es estar demasiado poseído de uno mismo. Aunque no debemos exagerar la importancia del humor: una mala persona puede hacer gala de un humor exquisito, y es posible ser buena gente y carecer por completo de sentido del humor. No obstante, quien tiene humor suele ser más estimable que quien no lo posee.
Nos hemos olvidado de reír. Se diría que no hay motivo alguno para la risa. Reír y hacer reír, dos caras de la misma moneda. Es bueno reírse de uno mismo y reírse con los demás. Tomarse las cosas con filosofía querría decir tomarse las cosas con alegría.
Conocí hace muchos años a un profesor que se tomaba con filosofía las adversidades de la vida. Se llamaba Basilio. Cuando alguien le fallaba, cuando le salía mal un proyecto, cuando le sobrevenía inesperadamente un contratiempo, se decía a sí mismo:
– Chúpate esa, Basilio.
Era una forma de relativizar el problema, de aminorar el impacto del golpe, de desdramatizar las cosas. Era una forma de responder con una sonrisa a una desgracia.
La segunda vertiente del humor es saber aceptar las bromas. Quien no tiene sentido del humor no es capaz de encajarlas con buen ánimo. Ya sé que hay bromas pesadas, pero algunos no admiten ninguna, ni siquiera las que son, a todas luces, simpáticas y cariñosas. Algunos tienen tan poco sentido del humor que ni siquiera las entienden.
Un amigo argentino me ha contado una anécdota que yo no conocía sobre Benito Pérez Galdós. Al parecer le pidieron al famoso escritor de forma imprevista una conferencia para un grupo de religiosas. La fecha que le proponían dejaba poco tiempo para la preparación. Con toda la sorna que cabe en la frase, Galdós contestó:
– No me gusta hablar a tontas y a locas.
Ingenio. Eso es ingenio. La magia de la mente manejando las palabras y las ideas. Pienso que si las monjitas se sintieran agraviadas carecerían de sentido del humor.
El humor es un instrumento apropiado para promover la tolerancia y las relaciones sanas. Es un test de personalidad. Lichtemberg escribió: “Nada determina más el carácter de una persona como la broma que la ofende”.
La tercera vertiente es reírse de la vida, de lo que sucede, incluso de las cosas más graves. Se puede uno reír de la desgracia, de la muerte, de la ruina… La risa puede tener efecto terapéutico. Es lo que llamamos humor negro. Vi una furgoneta en Rosario (Argentina) de una empresa que se dedicaba a hacer derribos. El nombre de la empresa era “Bin Laden Demoliciones”. En un cementerio de Georgia hay una lápida en una tumba con esta inscripción: “Te dije que restaba enfermo”.
Reír es como cambiar los pañales del bebé: no resuelve definitivamente el problema, pero hace las cosas más agradables por un momento, asegura el refranero popular.
El humor permite ver lo que los demás no perciben, ser consciente de la relatividad de todas las cosas y revelar con una lógica sutil lo serio de lo tonto y lo tonto de lo serio. A veces el mejor consejo es el que proviene de un chiste y no de una formulación teórica.
En el estupendo libro “El sentido del humor”, de A. Ziv, leí que unos veteranos de guerra habían acudido al cementerio para honrar a sus compañeros fallecidos. Eran tan viejos que uno le dijo a oro:
– Y a ti, con la edad que tienes, ¿te merece volver a casa?
La cuarta vertiente es reírse con los demás. El humor es una virtud social: podemos estar tristes en soledad, pero para reírnos necesitamos la presencia de otras personas. No sé dónde he leído que el humor es una forma de bondad.
La risa aparece como la distancia más corta entre dos personas. No es un mal comienzo para la amistad ni para el amor. “Me enamoré de él porque me hacía reír”, le oí decir a una amiga. No es tampoco un mal recurso para aceptar, o retrasar, la propia muerte y la de los demás..
El humor es una demostración de grandeza que pareciera decir que, en última instancia, todo es absurdo y que lo mejor es reír, como hizo aquel condenado a muerte que iba hacia la horca un lunes y exclamó: “Mal empiezo la semana!”. El humor es una afirmación de dignidad, una declaración de superioridad del ser humano sobre lo que acontece.
La quinta vertiente es hacer reír, provocar la risa. No es tarea fácil. Algunos se consideran graciosos y no son más que auténticos pelmas. Creo que los articulistas son demasiado serios. Y los profesores. Y los políticos. No hay humor en la prensa, ni en las aulas, ni en el hemiciclo.
Escribe Comte-Sponville: “Se puede bromear acerca de todo: el fracaso, la muerte, la guerra, el amor, la enfermedad, la tortura. Lo importante es que la risa agregue algo de alegría, algo de dulzura o de ligereza a la miseria del mundo, y no más odio, sufrimiento o desprecio”.
Me gustan las personas que, a medida que pasan los años, mantienen y aumentan el optimismo, la visión risueña de la vida. Me gustan las personas como el escritor francés Edmond Rostand que, el día de su ochenta aniversario, se miró al espejo y dijo:
– Desde luego, los espejos ya no son lo que eran.
¿Tiene límites el humor? Hay una delgada línea divisoria entre la posibilidad de “reírse de” y la de “reírse con”. Chaplin ponía como condición de posibilidad del humor la necesidad de que el chiste estuviera a favor del débil y no del fuerte.
Las virtudes de reír y hacer reír no siempre van juntas. El Corán dice que quien hace reír al prójimo merece el paraíso, pero nada dice sobre el que saben reír. Conozco gente poco hábil para hacer reír, cuya risa es deliciosamente oportuna y contagiosa. También, a mi juicio, ellos merecen el paraíso.
Buenos días!
Tu artículo es hoy para mi, una invitación a la pausa, una llamada de atención para que no olvidemos la necesidad de endulzar, a pesar de todo, nuestro día día con una sonrisa.
Gracias.
Un abrazo.
Es peligroso que el poder sepa de antemano que tenemos sentido del humor. Así está, que sigue apretando porque nos lo tomamos con humor. Hasta el “Resistiré” del Wyomin es una traición del inconsciente, porque da por supuesto que estamos dispuesto a aguantar lo que nos echen. Sin ir más lejos, esta mañana en la frutería de mi barrio he escuchado a un hombre que decía:”Cuando el español canta o le están dando por culo o poco le falta”.
Hablando en serio, tenemos sentido del humor, pero que no nos piensen que somos infinitos en el reir, se nos vayan a desencajar las mandíbulas.
Querido Maestro! Me alegro que haya realizado este articulo sobre el sentido del humor.Ya en mi anterior comentario le hable sobre la necesidad de reir ante semejante situación y veo que me ha echo caso.Usted además de buen escritor es ingenioso y tiene el don de perpetuar con sus palabras la sensibilidad a la risa, al desparpajo, a las buenas formas, a ser uno mismo que es lo más importante.
Siempre lo llamo maestro, porque lo considero tal.
Cuantos cosas he aprendido de usted!
Resuelve semana a semana mis dudas, y como agua caida del cielo, me ayuda a resistir esta tormenta que me ha caido encima y que sólo con sentido del humor podremos salir airosos.
No dude nunca de su gran labor y de lo feliz que me hace sentir.
Sin más me despido con una grata sonrisa.
Linda recopilación de datos sobre el humor, pero con varias falacias por poco reflexionado o profundizado el tema. Por ejemplo: La falta de humor no implica carecer de humildad, porque hasta puede ser al revés: que excesivamente soberbios afirmen (como E Rostnd) “Desde luego, los espejos ya no son lo que eran.”
Tampoco es siempre válido para “desdramatizar una desgracia” como las bombas atómicas, “suavizándolas con una sonrisa”. Más bien por el contrario: Puede incurrir en severa burla (que es una forma de desprecio) en inifinidad de circunstancias, sobre todo ante desgracias ajenas.
Por varias falacias como éstas, le sugiero que profundice más, reflexionando sensatamente, respecto a la pregunta ¿Cuál será la razón por la que “nos hace bien” reír? añadiendo también ¿Por qué será que los seres humanos somos los únicos animales de este planeta que ríen?
La risa es terapéutica,eso es verdad y está científicamente comprobado. Actualmente algunos galenos la recomiendan como terapia,se llama risoterapia, y hay un par de enfermedades que se curan sólo con reír, pero reír mucho, desternillarse de risa- leí eso hace poco no recuerdo dónde.
La gente que siempre está de buen humor es más agradable que la que no halla motivos para reírse, pero no es fácil estar de buen humor todos los días. Tendremos que practicarlo más, también creo que puede aprenderse, construirse, ejercitarse a conciencia hasta que se nos haga carne.
Por suerte vivo en Córdoba Argentina, la capital del humor. El cordobés hace humor hasta en la calle, en la salud como en la enfermedad, en la desgracia como en bonanza… -Vendo prestoobarbaaaa!! -pregona uno en la peatonal-(prestobarba son hojitas de afeitar)
-Y al final la vendéi o la prestáy? le responde el transeúnte.
-Hola tía, vamos pa´tu casa- Bueno, yo no estoy, mijo- Responde con sorna la viejita.
Gracias Miguel Ángel por recordarnos que no todo es broma, pero que tampoco todo es tan negro que no nos permita reírnos por lo menos una vez al día.
Buena semana para todos.
Hablar CON HUMOR Y DEL HUMOR es muy bueno pero a veces nos reprimimos y nos olvidamos de lo maravilloso que es reir , disfrutar y compartir ese humor con otros y què sabio es poder reirnos de nosotros mismos y hacer de esto una valiosa instancia de aprendizaje.
Gracias profesor por una tarde hermosa!!… en la conferencia que ofreció en la localidad de Tilisarao en la que su sabiduria y su buen humor permitieron que entre risas y una que otra lágrima me llevara muchas ganas de mejorar en mi tarea diaria .
Buenas esta semana, y en particular al Maestro Miguel Ángel.
Como anillo al dedo, circula por la web una pregunta que le hacen a una profesora sus estudiantes( se dice váyase ó váyanse???
Al caso que el miércoles pasado, en consejo de profesores, luego de discutir sobre variados temas educativos, propuestas, responsabilidades, todo con la seriedad que requiere, y considerando el agotador día,ya avanzada la hora de la sesión, una profesora le pregunta a la Directora, tengo una duda; se dice: váyase, o váyanse,( todos silentes esperando la respuesta)ante la arriesgada pregunta(¿cómo un docente no distingue la función gramatical?), en segundos la encuestada comienza a responder a la pregunta inicial y explica con autoridad; “váyase cuando es a una persona” y váyanse cuando…” lo cierto es que no termina de completar su respuesta y todos nos paramos y salimos de la sala de consejo,nos fuimos. Cuento corto, la risa incontenible de algunos, la Directora perpleja ante tal situación y que nada entendía, luego ríe junto a todos,… fue un bonito momento de quiebre ante tanta tensión, la presión de responder a las exigencias educativas.
Muy de acuerdo con lo necesario del humor, del bueno, del que no daña, de ese que no es sarcástico u ofensivo.
Clima de aula, clima de relaciones interpersonales necesitan siempre de una gota de humor.
Saludos desde Chile.
Hola! fue un gusto escucharlo, acá en San Juan, Argentina. Por cierto, me reí y aprendí mucho con sus experiencias y anécdotas. Realmente hace muy bien el buen humor y reírse. Yo siempre digo que la risa nos transporta a otro lugar, ya que, aunque sea por unos instantes, nos olvidamos de las tristezas y problemas… Muchas gracias Miguel por compartir tanta sabiduría!! Le mando un gran abrazo y espero vuelva pronto por aquí.
Profesor hoy asistí a la Jornada “El sentido de la Dirección Educativa” en Tilisarao (San Luis)y me encanto…fue una de esas pocas capacitaciones a las que uno asiste y se dice a sí mismo “que lindo que fue…me dejo un mensaje…hoy aprendí algo para mi desarrollo personal, mas que profesional”.
Estoy convencida que vinimos a este mundo a ser felices…solo hay que serlo con las pequeñas grandes cosas cotidianas.
Y la risa…la risa es mágica…es el lenguaje que sin hablar, nos conecta.
Un “gracias” enorme desde Tilisarao (San Luis)
Me ha encantado el artículo.
Porque creo que es sensato pensar que por muchas desgracias y calamidades que tengamos nos queda la posibilidad de reaccionar y de superarnos.
No es igual reaccionar ante los problemas con una sonrisa que con una mueca de desaliento.
Buen día Miguel Ángel! mientras leía el artículo he reído mucho… comparto plenamente con usted. creo que la risa tiene propiedades curativas para el alma. el buen humor hace que veamos la vida de un modo positivo y nos ayuda a encontrar soluciones creativas a los problemas.
He compartido con usted este viernes pasado la conferencia que dio en San Juan,Argentina, mi experiencia es haber vivido una jornada de risa y alegría mientras aprendía.
Gracias por trasmitir con tanta sencillez, alegría y entusiasmo temas tan profundos y complejos para nosotros los educadores. he aprendido mucho de usted y con usted!!! le digo esto porque no solo sus palabras sino… su postura, sus gestos, su mirada, su actitud enseñan.
me da mucho gusto haberlo conocido en persona!!!le mando un gran cariño!!! Claudia
Nuestra cultura latina está impregnada de humor, sutileza, ironía y no poco sarcasmo. Pienso que el humor forma parte de nuestra personalidad. Tengo mis serias dudas al respecto de otras latitudes, de donde son quizás la mayoría de los/as compañeros/as que escriben en este blog. Como docente, jamás he permitido que ningún/a político/a de turno, en esas declaraciones surrealistas que llevo escuchando toda mi carrera profesional, me influya, ni personal, ni profesionalmente. Al contrario, siempre he buscado humor a la cuestión. En cualquiera de las décadas en las que he sido docente y comencé justamente en los 90, inicio de la sucesión sin fin de Leyes Educativas, he tenido claro que yo, el docente, el profesional en el aula de cara al alumnado, en contacto permanente con sus familias, soy la única persona autorizada para opinar sobre la enseñanza con autoridad. Y de ahí mi buen humor, no confundir con condescendencia, para cualesquieras opiniones ajenas de tanto “experto en educación” que aparece por aquí y por allá. Saludos.
No seas presuntuoso, Pedro, pero, ¿qué majaderia es esa de que eres “la única persona autorizada para opinar sobre la enseñanza con autoridad”?
Los sabios son humildes. Otros son petulantes. No te diré quiénes. Tú que tienes tanta autoridad sabrás quiénes son los otros. Nunca he visto esa afirmación en una persona que quiere aprender. Tú parece que solo puedes enseñar. Y solo tú. Increíble. ¿O era una broma?
¿Y qué me dices, Miguel Ángel, del sentido del humor en el aula?
De esto creo que puedes hablar con bastante propiedad.
Por mi parte, me siento verdaderamente bien cuando conozco suficientemente a los alumnos y alumnas y veo que puedo dar pequeñas bromas para aligerar la “seriedad” del tema que tratamos (cosa que suelo hacer).
Por cierto, ¿se puede bromear cuando los alumnos son niños o adolescentes, o existe el riesgo de que la clase se te vaya de las manos?
Querido Aureliano:
Gracias por tus comentarios, siempre sabios y pertinentes.
Sí, a mí me preocupa que el humor se haga contra o a costa de los alumnos y de las alumnas. Porque eso sería una tremenda falta de respeto y un abuso de autoridad, ya que se haría desde el poder.
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Queridos profesores argentinos:
A todos los que me habéis manifestado reconocimiento os tengo que agradecer la presencia, la actitud generosa, el entusiasmo, la colaboración y las palabras de aliento. La esperanza del sistema educativo argentino está en sus docentes.
Saludos afectuosos
Miguel A. Santos
Gracias Miguel Angel por las galletas que compartió ayer en la ciudad de Tilisarao, provincia de San Luis (Argentina). Por su generosidad, por su capacidad para hacernos pensar y también, retomando lo que plantea aquí del humor, para hacernos reir a través de las experiencias y chistes con los que nos ha deleitado. Seguramente nos seguiremos viendo… Qué tenga excelente regreso a su hogar!!!!!! Saludos puntanos. Andrea
Creo que existe el riesgo de utilizar el humor (desde el poder que tiene el profesor) con toques de ironía o de sarcasmo. Pero eso sería abuso de poder a través del humor. El artículo hab la de reirse con, no de reirse de. Y eso me parece estupendo.
Lo de Pedro es fantástico. Solo yo tengo tengo autoridad para hablar sobre enseñanza parece una broma. Lo más alejado de la sabia sentencia: solo sé que no sé nada.
Para reír. O para llorar si lo dice de verdad.
Para Fernando y Esther: os pongo un ejemplo sencillo. Cuando voy al médico, es evidente quién es el profesional y quién el néofito, por más que yo pueda tener mi propia opinión al respecto de mis posibles dolencias. Pero nunca dejará de ser una simple opinión. El dictamen científico es el del médico, aquél que en definitiva, está plenamente autorizado para un diagnóstico certero y científico. No es que mi opinión pueda carecer de interés, pero nunca será científica. Trasládese esta metáfora a cualquier gremio: desde un juez a un técnico en lavadoras. En definitiva, ciencia y fundamento versus simple opinión personal. Saludos.
Estimado Pedro:
O sea que este comentario tuyo es científico porque lo hace un profesor. ¡Pues vaya un razonamiento! ¿Son afirmaciones que nacen de investigaciones? ¿Dónde están esas investigaciones?
Y si dos profesores dicen cosas opuestas o contradictorias, ¿las dos son cientìficas?
O sea, que los profesores siempre dicen cosas cientificas.
O sea que, cuando un profesor desprecia a un alumno, ¿hace algo cientìfico? ¿O nunca lo hacemos?
¿Tú crees, de verdad, que todos los profesores son científicos? Pues hay muchos que dicen majaderías que, segun tú, son muy “científicas”.
Tendrías que saber que el término científico es muy polisémico. ¿Se considera trabajo cientìfico una biografía, po ejemplo?
¿Sólo y siempre se dicen cosas cientificas en el ejercicio profesional?
Haces la comparación con la medicina. Pues verás, para que veas otra posición ante el tema: Hace unos años participé en un Congreso Médico en Málaga que trataba de promover la participación de los pacientes en el diagnóstico de su enfermedad. Esos médicos, en lugar de pensar que solo ellos tenían cosas de decir, consideraban imprescindible la aportación del paciente. Otra forma de ver.
i fuéramos más humildes, aprenderíamos muchas cosas y seríamos mejores.
El que más sabe de algo, más dudas tiene. Nicolás de Cusa hablaba de la “docta ignorancia”.
Un cordial saludo y gracias por participar en el blog.
Miguel A. Santos
Profesor, realmente el sentido del humor es el mejor remedio para muchos males que nos aquejan en la actualidad, nuevamente gracias por compartir su tiempo con nosotros. Desde San Juan Argentina
Las opiniones son todas respetables, insisto. Puede que incluso muchas de ellas sean incluso interesantes por sí mismas. Pero, de nuevo otro ejemplo: yo no soy economista. No puedo realizar de forma certera un diagnóstico sobre la economía española, más allá de mi simple intuición o lo que haya podido leer al respecto. Yo no soy un ingeniero en informática: puedo tener nociones generales e incluso especializadas, pero inevitablemente, necesitaré en un momento dado sus servicios por la simple razón de que él si sabrá lo que yo no sé. Y así sucesivamente… yo tengo mi propia opinión sobre el conjunto de todas las cosas, pero soy consciente de que todo lo que diga al respecto es simplemente una opinión, desprovista de fundamentos y ajena a mi propia experiencia, es decir, la de un neófito, salvo aquella que me ocupa, como profesional de la enseñanza en la que definitivamente, mi opinión gana peso científico: soy el profesional, el que pone en marcha a diario los procesos metodológicos, el que está en contacto con el alumnado, con sus familias, el que es miembro del Claustro, del Consejo Escolar, del Equipo Educativo, etc., etc. Esto es ciencia: la experimental, sobre el terreno. Lo demás, insisto, opiniones, algunas quizás no desprovistas de interés y otras muchas desvaríos. Y por mi parte, aquí dejo el tema, creo que las conclusiones son obvias.
Qué presuntuoso eres, Pedro. Algunos están en el Clausgro y en el Consejo Escolar y en las aulas y lo que adquieren, ¿sabes lo que es?: Años. Pero no necesariamente sabiduría.
Y respecto a los señores economistas, anda que no se equivocan…
No digo que los que han estudiado y los que ejercen con criterio, no sepan que quienes no lo han hecho o los que no tienen experiencia, pero de eso a decir que solo los profesionales (y, además, siempre) dicen cosas científicas, hay un abismo.
Y después erstá la forma de decir las cosas: “solo yo pudo hablar con autoridad” es una rase petulante.
En cualquier caso, estimado Pedro, podríamos hacer más hincapié esos que llamas profesionales en lo que nos flata pòr saber que en lo que ya sabemos. Y así aprendderíamos más aue repitiendo que lo sabemos todo y que los demás son neófitos o analfabetos.
Reír nos hace felices y ser felices nos hace reír.
Creo que es una buena costumbre responder con una sonrisa a los acontecimientos más negativos. La sonrisa despertará un ánimo positivo. No solo el ánimo positivo genera sonrisas.
Reir. Hacer reir.
Dos actividades saludables.
Hay que procurar no herir a nadie con las bromas.
Reirse de los demás (sobre todo si están en condiciones de inferioridad (súbditos, alunos, clientes, soldados…) es un abuso de poder.
De sobra saben las personas si quien hace una broma se quiere reir COn ellos o DE ellos.
Los profesionales….. de cualquier campo:
incontestables, indubitables, infalibles?
No sé, me suena mucho este discurso.
Esto si que es rigidez cognitiva.
Saludos.
Que gusto encontrar personas que apuestan a superar dificultades y con mucha valentía. Soy de San Juan, Argentina y participe de la jornada que se realizó el día 14/06 en verdad fue una grata sorpresa toda su charla realmente debo decir que como pocas personas puede establecer relación entre lo que dice y haace. Espero pronto tener el gusto de escucharlo nuevamente. Saludos desde San Juan.Emilse
Querida Emilse:
Yo también disfruté de la experiencia sanjuanina. Vi a casi quinientos docentes que, durante todo un día, mantuvisteis la atención y el méximo entusiasmo haciendo los ejercicios propuestos y escuchando las propuestas.
Fue estupendo recibir tanta energía y tanto afecto.
Muchas gracias.
Miguel A. Santos