Dice Emerson que el ruido de lo que somos llega a los oídos de nuestros hijos y alumnos con tanta fuerza que les impide oír lo que decimos. Comparo esta idea. Pienso que no hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo. Por eso es tan importante la forma de comportarse de los políticos, de los profesores, de los padres y madres…. De los adultos, en general. Educamos como somos, no como decimos a los demás que tienen que ser.
Podemos decir lo que queramos. Hermosas palabras. Sabios consejos. Pero sería tremendo que los niños y los jóvenes pudieran replicar:
– ¿Y vosotros? Si es tan importante ser de esta manera o de la otra, ¿por qué no sois así? Si es tan estupendo actuar domo decís, ¿por qué no lo hacéis vosotros?
Recuerdo haberle oído decir a Humberto Maturana que tenemos que hablar mucho de valores porque no los practicamos. En mi libro “Una tarea contradictoria: educar para los valores y preparar para la vida”, editado en Buenos Aires hace algunos años, cito este pensamiento del biólogo chileno:
“Yo creo que cuando uno tiene que enseñar algo es porque ese algo no surge solo en la vida. Por ejemplo, el niño aborigen australiano va con la mamá o con el papá por el desierto o por la selva, recolectando algo o reconociendo el lugar. Lo va recogiendo o va reconociendo el lugar en el momento de vivirlo. Entonces no se le está enseñando. No se le habla de una cosa que tiene que venir después sino que está viviéndola allí. Ahora, si yo no tengo la posibilidad de ir al desierto para ver allí la roca que corresponde al lugar donde el ancestro hizo allí tal cosa y estoy en la sala de clase, voy a tener que hablar de eso, voy a tener que enseñar sobre la roca que es un hito en la historia ancestral. Tenemos que enseñar porque aquello que enseñamos no lo estamos viviendo. Yo creo que este es el verdadero problema de los valores”.
Por eso los escándalos de los políticos son tan repugnantes, tan demoledores. Se convierten en una invitación a los comportamientos indecentes. Por eso, los malos ejemplos de los profesores son tan nocivos, tan devastadores. Son una provocación para el alumnado. Por eso la vida poco ejemplar de los progenitores es un camino abierto hacia los malos comportamientos de los hijos y de las hijas.
¿Cómo podemos pedir a los niños y jóvenes que no mientan si nos ven hacerlo cada día? ¿Con qué autoridad podemos exigirles que trabajen si nos ven sumidos en la pereza? ¿Cómo podemos aconsejarles que respeten a los débiles si nos ven orgullosos y prepotentes? ¿Cómo podemos pedirles que respeten a las mujeres si exhibimos acciones rabiosamente machistas? ¿Cómo podemos decirles que respeten lo ajeno si les ofrecemos cada día ejemplos de avaricia y latrocinio? ¿Cómo podemos pedirles que lean si nosotros despreciamos la lectura?
Tengo en mis manos un hermoso libro de Malba Tahan, seudónimo con que el profesor Julio César Mello e Souza se dio a conocer fuera del aula por sus numerosos libros, en los que crea una didáctica propia y divertida, ingeniosa y amena. El libro se titula “El hombre que calculaba” y en él se narran los numerosos desafíos que afronta Beremiz Samir, matemático persa, en un antiquísimo Irak habitado por califas, jeques y visires. En cada uno de los relatos Samir demuestra su extraordinario dominio sobre los números, siempre va acompañad por la razón ética, por la justicia y por la paz entre los seres humanos
Una mañana fue recibido por el califa de Bagdad. Una vez en su presencia, el hombre que calculaba dijo:
“Veo a la sombra de vuestro poderoso trono hombres de valor que cultivan el estudio y dilatan las fronteras de la ciencia. La compañía de los sabios es para mí el más grato tesoro. El hombre sólo vale por lo que sabe. Saber es poder. Los sabios educan con el ejemplo, y nada hay que avasalle el espíritu humano de manera más suave y convincente que el ejemplo. No se debe cultivar la ciencia si no es para ser utilizada en la práctica del bien”.
En momentos como el que vivimos, lo más importante es el ejemplo de los adultos. Los discursos, los sermones, las recomendaciones, los consejos, no sirven para nada si no van acompañados por una práctica ejemplar. Importa mucho más lo que somos que lo que decimos.
Recuerdo que hace algunos años, en un partido de fútbol que disputaba el Real Madrid contra no sé qué adversario en el estadio Santiago Bernabeu, un padre estaba con su hijo de diez años muy cerquita de mi asiento. El padre, casi sin parar, profería todo tipo de palabrotas, blasfemias, improperios e insultos, dirigidos al árbitro, a los jugadores del equipo rival y también a los jugadores del Madrid. Llamaba la atención la virulencia verbal de aquel espectador. En un lance del partido el chico soltó tímidamente un taco dirigido al árbitro de la contienda. Sin mediar palabra, el padre le pegó una sonora bofetada, sin inmutarse por su incongruencia.
He pensado muchas veces en aquel pequeño, a quien recuerdo frotándose la cara después de recibir el bofetón. ¿Qué aprendió? Aprendió en primer lugar violencia. Creo que, además de los tacos que profería su padre, aprendió también que no debía soltarlos en su presencia. Pero, sobre todo, aprendió rabia e impotencia ante tamaño descaro y abuso de autoridad.
– ¿Por qué me pegas por hacer lo que tú estás haciendo? ¿No debería pegarte alguien a ti?
¿Qué pensaríamos del autor de un libro titulado “Manual de Hortografía? Estoy seguro de que no solo no consultaríamos su obra sino de que pensaríamos que es un imbécil o un sinvergüenza. O las dos cosas a la vez.
Yo siempre procuro dar buen ejemplo (siempre pensé que eso es lo más importante). Aunque no siempre lo consigo (como es lógico y evidente). También exijo buen ejemplo a los demás; si bien no sé si esto es acertado.
Un saludo, y muchas gracias, señor Santos.
Importantísima cuestión, tratada con la fuerza y claridad habitual dela utor. Gracias y Enhorabuena.
De acuerdo, Miguel Ángel, a la larga lo que cuenta es el ejemplo y el que da autoridad moral para corregir con la palabra. En la mayor parte de los colegios en que he estado cuando tocaba el timbre para que los alumnos subieran al aula, la mayoría de los profesores se quedaban en la sala charlando y subían unos cinco minutos después. ¿Qué autoridad moral tenían para corregir o castigar a sus alumnos porque llegaban tarde al aula? Y así la vida está llena de incongruencias. Mi experiencia es que los hijos, en especial en la adolescencia, parece que ni caso a los ejemplos ni a las palabras, pero pasa el tiempo y el ejemplo dado por los padres los arrastra.
En fin, para terminar diré que el ejemplo que dan nuestros políticos , líderes empresariales, banqueros, etc no es el mejor para que el pueblo acepte los sacrificios que constantemente se le piden.
De acuerdo en que el poder del ejemplo es inmensamente más poderoso que el de las palabras que, como se suele decir, se las lleva el viento.
Saludos
HOLA!! Leyendo esta aportación es muy bueno y orientador, te deja en la reflexión sobre como puedes exigir o pedirle a generación más jóvenes ciertos valores y/o principios, si el adulto de cualquier indole da ejemplos deteriorados.
Me encanta como escribe Miguel Angel, su manera de expresar;tuve la oportunidad de escucharlo ahora en el Foro Mundial de Estudiantes en Cancún México, y aun quede mas fascinada.
FELICIDADES!!! Lo seguiré como una fiel fans. y eterna estudiante para seguir aprendiendo de Usted.
Grandes verdades en breves, precisas y hermosas palabras. Gracias.
Desde mi perspectiva de maestra y madre de familia, coincido plenamente con el autor: no hay mejor manera de educar en valores que predicar con el ejemplo, siempre hay que recordar que tanto como maestros y como padres, siempre cosecharemos lo que hemos sembrado….
“El ejemplo dice más que mil palabras”; es un dicho en México que clarifica la intención de su texto seño Santos Guerra; intento lo más posible ser congruente para que el ejemplo de mis actos proyecten un ser humano excelente en mi hijo, pero claro que no siempre es tarea fácil.
Saludos
Querida Rebeca:
Estamos de acuerdo.
El ejemplo de los padres es fundamental.
Me preocupa también lo que sucede con los políticos. Alguna vez dije que si los grandes triunfadores del sistema educativo, que son quienes gobiernan los pueblos, no están muy preocupados porque desaparezca del mundo el hambra, la ignorancia, la injusticia y la opresión, ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo?
Y es más triste: no solo es que no se preocupen por esas grandes cuestiones sino que muchas veces se ocupan solo de enriquecerse y aferrarse al poder. Pésimo jemplo para la infancia y la juventud.
Hay que luchar por una regeneración de la política.
Es de importancia relevante asumir como maestros y como padres de familia una educación basada en el buen ejemplo; debemos dotar a las nuevas generaciones de valores humanos que les permitan ser personas de calidad y dejar los malos ejemplos que han servido sólo para crear un mundo de corrupción: cada quien desde nuestro contexto debemos asumir responsablemente el papel que nos coresponde y sobre todo EDUCAR CON EL EJEMPLO.
Saludos Sr. Santos Guerra
Cuántas veces he utilizado esta idea/imagen, después de que se la oyera hace muchos años a Santos Guerra
Querido Maestro!
Es un auténtico placer ver como de vez en cuando participa directamente en hacernos algún omentario.
Ejemplarizante son sus ideas y camino de salvación para algún alma descariada.Qué tiempos tan dificiles nos ha tocado vivir llenos de desesperanzas. Me asusta querido amigo en el entuerto que nos estamos metiendo y lo que cuesta la tarea de dar ejemplos.
Soy de una generación en la que prevalecía lasformas, respeto hacia todos,la buena educación,la amabilidad en el trato y ahora se esta perdiendo .Estamos metidos en un saco lleno de mediocreidad en el que los buenos modales priman por su ausencia.Me siento extraña pero no voy a tirar la toalla.Intentare siempre dar buenos ejemplos eso me llena el corazón de sueños.Agradecida siempre.
La universidad española, por enésima vez, en la cola de la más famosa de las clasificaciones internacionales de universidades, la que hace cada año desde 2003 la Universidad Jiao Tong de Shanghái, coloca a los campus españoles entre las peores posiciones del mundo.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/16/actualidad/1345119927_677808.html
¿Para cuando una reflexión sobre la universidad española, bastante más realista que la que semanalmente, se realiza sobre la enseñanza obligatoria en este blog? Saludos.
Yo agradezco enormemente los gritos y de vez en cuando, las collejas, que me propiciaron mis padres. Medicina de santo, que se decía antes y que invitaban a la reflexión, ayudándote a madurar y a no abundar en malas acciones. Hoy he leído que dos jóvenes se grabaron en un vídeo escupiendo a un anciano senil, aún visible en youtube. Es vox populi: los niños y los jóvenes necesitan algo más que buenas palabras.
Hay reflexiones en el blog sobre la Universidad. Muy críticas por cierto. Soy extremadamente crítico con la institución en la que trabajo. Porque pienso que solo desde la humildad y la exigencia se puede mejorar.
Muchas otras reflexiones se refieren a todo el sistema educativo.
Esta postura autocrítica y humilde es una parte del ejemplo que debemos dar a nuestros alumnos. Desde la arrogancia no se puede enseñar el deseo de saber y el amor al conocimiento.
Siempre es grato leer sus publicaciones porque llegan justamente en el momento preciso en que los necesitamos. Ahora en México, el curso básico de formación continua llevó por título “La transformación de la práctica docente”, sus palabras reafirman lo importante que es reflexionar acerca de nuestro actuar ya que, como usted dice, los maestros somos el modelo a seguir por nuestros alumnos, ellos aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos.