Pesa, ¿eh?

30 Jul

Lo que se pretende y se espera de ese día es que sirva de recordatorio de la importancia que tiene la amistad en la vida de las personas / J. Albiñana

El pasado día veinte de julio se celebró en Argentina, como todos los años, el Día del Amigo. Una ocasión especial para cruzar el tiempo y el espacio de mensajes de afecto, de felicitaciones y de regalos. Creo que la amistad es una de las columnas sobre las que se sostiene nuestro mundo.

Como sucede con cualquiera de los días conmemorativos, éste encierra el peligro de hacernos pensar que solo en esa fecha hay que celebrar la amistad.  No tiene por qué ser así. Lo que se pretende y se espera de ese día es que sirva de recordatorio de la importancia que tiene la amistad en la vida de las personas y de ocasión para expresar sentimientos de alegría, de gratitud y de lealtad.

Por otra parte, no hay que olvidar que con esta celebración, como con muchas otras, el comercio hace en julio su agosto con otro día de ventas especiales. Todo puede reducirse a compraventas, incluido el amor, incluida la amistad. Pero ahí está el sentido común para poner las cosas en su sitio y evitar la trampa.
Me gusta esta celebración. Y abogo porque se instaure en nuestro país. Creo que la amistad es un eje sobre el que gira la vida de las personas. Tener amigos y amigas (creo a pie juntillas en la amistad entre un hombre y una mujer) es uno de los caminos que conducen a la salud emocional. Contar con amigos y amigas es un componente básico de la felicidad. Porque un amigo está siempre ahí, por encima del tiempo y del espacio. El amigo escucha, ayuda, perdona, se alegra del éxito, lamenta los fracasos, protege, corrige, defiende, acompaña y alienta. Y no exige nada a cambio. Un amigo está, sobre todo, en la adversidad, compartiendo el dolor, afrontando la dificultad, superando el desastre.

La amistad tiene también un importante componente social. El entramado de las relaciones amistosas que existen en la sociedad dan consistencia moral a la convivencia.

Por ejemplo, los amigos están ofreciendo ayuda  en la crisis económica a los sus amigos y amigas que pasan necesidad.
El amigo comparte el dolor. Recuerdo aquella simpática llamada de teléfono que le hacía un chico a su amigo del alma:

– Me he enterado de que te has roto una pierna. Dime, por favor, cuál es, porque me están doliendo las dos.
No son acertadas, a mi juicio,  las expresiones «buenos amigos» o «malos amigos». Porque la primera encierra una redundancia y la segunda una falsedad. No puede haber malos amigos sino malas compañías. Un amigo, por definición, es bueno.
Es sorprendente la facilidad con la que se muestran en los medios de comunicación traiciones y deslealtades.
– Pero, esos dos, ¿no eran amigos? ¿Cómo están contando esas intimidades con tanta agresividad?
– Es que les pagan una buena cantidad de dinero por despellejarse en publico.
Le oí contar a mi admirado Manuel Alcántara esta significativa historia sobre el valor de la amistad. Un hijo le pregunta al padre:
– Papá, ¿cuántos amigos tienes?
– Uno solo, contesta el padre.
– Papá, comenta el hijo, has perdido la vida. Con lo importantes que son los amigos y solo has podido hacerte con la amistad de una sola persona. Lo más importante de la vida es tener muchísimos amigos.
– Y tú, ¿cuántos tienes?, pregunta el padre.
– Tengo más de cien amigos.
– ¿Estás seguro de que son auténticos amigos?
– Seguro, papá. Me lo dicen cada día.

El padre le propone al hijo hacer una prueba para comprobar si esas personas que son sus amigos, lo son de verdad. Matarán un cordero, lo meterán en un saco de modo que la sangre sea visible y lo meterán en un saco.  El padre le pide al hijo que recorra las casas de sus amigos con el saco a cuestas, que les diga que ha matado a un niño y que, por favor, le ayuden a ocultar el cadáver que lleva en el saco y a, sobre todo, a escapar de la justicia.

Así lo hacen, El hijo acude a la casa del primero de sus amigos cargado con el saco que chorrea sangre.

– He matado a un niño, ayúdame por favor. Déjame entrar en casa para esconder el cadáver.
Y el supuesto amigo le dice:
– Vete de aquí, asesino, desgraciado. No quiero que me implique la justicia.
Acude a la casa de otro de aquellos pretendidos amigos y le expone la dramática situación por la que atraviesa. Y recibe esta respuesta:
– Si has hecho eso, tú no eres mi amigo. Eres una mala persona, un ser despreciable. Olvídame. No me vuelvas a dirigir la palabra. Nunca pude imaginar que fueses capaz de matar a un niño.

Así sucede con todos ellos. Uno tras otro le dan con la puerta en las narices. Piensa entonces en el único amigo de su padre. Y llega a su casa con la misma carga sobre los hombros. Repite su fingida y terrible  historia. Y recibe esta respuesta:

– Pasa rápidamente, vamos a enterrar el cadáver en el jardín.  Tú te puedes esconder en casa el tiempo que quieras. Cuenta conmigo para todo lo que necesites.  Ah, y de esto que vamos a hacer, ni una sola palabra a tu padre.

Ahí está la amistad. No solo en la ayuda sino en la renuncia a ningún tipo de contraprestación. Porque la amistad no practica el do ut des sino la generosidad de la ayuda desinteresada y silenciosa.

Ya sé que a la historia se le pueden poner objeciones éticas, pero su finalidad en este caso, es hacer un elogio de la amistad.

Lo difícil no es tener amigos. Lo difícil es saber conservarlos. Para ello hace falta generosidad, sacrifico y perseverancia. Porque  la amistad es como una planta que si no se cuida, si no se protege de enfermedades y si no se riega y abona acaba agostándose y muriendo. Hay que reconocer que la verdad sobre la amistad se demuestra con el tiempo.

¿Cuántas amistades de un verano? ¿Cuántas amistades de un un viaje? ¿Cuántas de un curso? No eran auténticas amistades. El fuego de una amistad puede perder fulgor, pero siempre deja rescoldo. Basta un pequeño soplo para avivarlo. Los otros fenómenos son solo fuegos fatuos.

La amistad tiene que cultivarse, tiene que activarse de forma sincera y constante. Requiere esfuerzo y sacrificio. No es extraño que en momentos de individualismo, egoísmo, intereses desmedidos, competitividad y obsesión por la eficacia las amistades sean efímeras y superficiales.

Pero el esfuerzo que necesita hacer el amigo siempre es placentero. Nunca olvidaré aquella escena. Un niño lleva sobre sus espaldas a un amigo mayor que él que se ha roto una pierna. Alguien que los ve le dice al sufrido portador, viendo el gran esfuerzo que está realizando:

– Pesa, ¿eh?
Y la contestación es un tratado sobre la amistad:
– ¡Qué va, si es mi amigo!

En homenaje al amigo argentino que me ha pedido que escribiera estas líneas quiero recordar un proverbio chino que siempre me ha gustado Recorre frecuentemente el camino que lleva al huerto del amigo. De lo contrario crecerá la hierba y no podrás encontrarlo fácilmente.

15 respuestas a «Pesa, ¿eh?»

  1. Estoy muy de acuerdo en que la amistad es uno de los pilares de nuestro mundo, comop se dice en el artículo. A mí los amigos me han salvado muchas veces de crisis y de problemas.

  2. Gracias por este nuevo comentaario, mientras lo leía recordaba a mis amigas que por distintas razones, ya no nos frecuentamos tanto, aveces ponemos como tretexto la falta de tiempo, para esas charlas interminables.

  3. Se dice: “El que tiene un amigo, tiene un tesoro”. Cierto que tener un amor, un amigo incondicional a todo, es la mayor riqueza que nos puede caer en este mundo. Personalmente, pienso, que en la amistad,como en muchos aspectos de la vida, entre el máximo y el mínimo hay graduaciones, pero que los amigos al máximo sólo se pueden conocer de verdad cuando la vida nos atropella también al máximo.
    Creo que muchas veces se confunde la amistad con la camaradería.
    Excelente radiografía de la amistad, Miguel Ángel.

  4. Uno en realidad no tiene amigos, sino que es amigo de…, si se le presta atención a este viejo consejo: Al que es amigo jamás/lo dejes en la estacada/pero no le pidas nada/ ni lo aguardes todo de él/ simpre el amigo más fiel/ es una conducta honrada.

  5. Sr. Santos Guerra, tiene usted mucha razón en que la amistad es muy importante; pero permítame que, como si fuera un interventor general de fondos, haga algún reparo. Yo creo que el problema de la amistad es que a veces nace vana, huera, y claro, el huevo, por más calor que reciba no cuaja, carece de gestación verdadera y no ha lugar a alumbramiento. A mi juicio, la amistad tiene mucho que ver con nuestro propio decurso vital, con nuestra edad. En su artículo se habla de los muchos amigos frente a un solo amigo. ¿Qué es más amistad la cuantitativa de los muchos o la cualitativa de los pocos? Ya, usted dirá que en la cuantitativa no tiene por qué faltar la calidad. Un pequeño lío, pero creo que nuestra propia biografía va siendo adarve y corredor de amistad o, sensu contrario, muro de contención de ésta. Pienso que cuando se es niño la capacidad de hacer amigos es muy grande, en la juventud se seleccionan, en la edad madura es el azar el que trae algún extraño visitante muy excepcionalmente al que se le pueda incluir en la nómina amical, y en la vejez, se vive de las rentas amistosas o se cultiva el soliloquio, pero en mi opinión, ya no hay espacio para arribistas. Por eso si la amistad, como usted dice, es importante para la felicidad, lo tenemos complicado. Que cada cual haga un feed-back de su vida y lo verá: a medida que se avanza en el tiempo hacer amigos es cada vez más difícil, pues nuestro disco duro de lo social impide dedicatorias de tiempo y distribución de afectos. Hemos construido una sociedad en que la amistad tiene números clausus. Una vez, le escuché decir a Jordi Pujol en una entrevista televisiva que lo fundamental de lo que él había aprendido lo aprendió antes de los treinta años de su edad. En lo de la amistad casi es parecido, cada vez se incorporan menos amigos a nuestra vida. Así que cultivar la amistad es casi una atención con el pretérito, con nuestro propio pasado, como un modo de mantener nuestra propia biografía. Por eso, permítame el reparo, cuando en la actualidad se les llama “amigos” a muchos, en realidad habría que decir “amigos de relación social intensa”, pero no amigos senequitas. En esto de la amistad vivimos mucho en el reino de lo cognitivo, como usted dice a veces. Sugiero que lean los lectores del blog un poema de Ángel García López, titulado “Besarte no es amor”. Una labor importante que debe de tener la escuela, quizá sea que entre lo afectivo y lo cognitivo no haya suplantaciones. Un saludo.

  6. quiero compartir con usted y los lectores un poema de JORGE LUIS BORGES. “POEMA A LOS AMIGOS”
    no puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
    no puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estare junto a ti.
    No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
    Tus alegrias, tus triunfos y tus exitos no son mios. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
    No juzgo las decisiones que tomes en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
    No puedo trazarte limites de los cuales debes actuar, pero si ofrezco ese espacio necesario para crecer.
    No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazon, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
    No puedo decirte quien eres ni quien deberias ser. Solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.
    En estos dias pense en mis amigos y amigas. No estabas arriba,ni abajo ni en medio.
    No encabezabas ni concluias la lista.No eras el numero uno ni el numero final.
    Y tampoco tengo la pretension de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista.
    Basta que me quieras como amigo. GRACIAS POR SERLO.
    “disfrutemos de la vida y de las amistades cada dia” gracias profesor por sus escritos.

  7. Gracias Amigo por tus palabras interminables…
    Gracias porque en la liturgia de lo cotidiano
    podemos rendirle un culto especial a la Amistad.

    Gracias sobre todo porque detras de la palabra AMIGO
    he podido decir siempre Miguel Ángel.

    Horacio Muros
    Argentia

  8. No podría contar las veces en que un amigo me ha echado una mano. Pero diré que no hace falta que se materialice la ayuda para la amistad tenga repercusiones. El amigo está ahí. Está siempre. Y eso te da seguridad. Creo que lo he leído en algún artículo anterior: habría que cambiar el “pienso, luego existo” por “soy querido, luego existo”,

  9. Como en todo tipo de relaciones hay amistades más superficiales y más profundas, más pobras y más ricas. Tengo la idea de que la amistad se fragua con los años, se fortalece, se hace más auténtica. Creo que la intensidad tiene que ir paralela a la duración. Las amistades muy fugaces, no digo que sean falsas, pero no gozan de acrisolamiento que ofrece el tiempo.

  10. Pues…. si, la amistad. Bonito tema sin duda, si bien la extraña metáfora que ilustra el artículo cuenta con mi frontal rechazo. Si el verdadero amigo de alguien es aquel que se hace cómplice de un sangriento asesinato es como justificar las más viles de las acciones en nombre de una “profunda amistad”. Desde luego jamás pondría semejante ejemplo con mis alumnos, pero en fin, todo es discutible supongo. Traer a colación a Borges tampoco me parece muy afortunado.Se admira su obra literaria, mayúscula, pero en cuanto al personaje y su toma de posición a favor de las sangrientas dictaduras militares en Argentina… no, creo que no lo hace merecedor de figurar, a colación, en este contexto de amistad como aquella que deriva de los más nobles sentimientos. Y bueno, aportaré mi visión, finalmente: el verdadero amigo no creo que sea el que está ahí incondicionalmente sino el que va a ayudarte, en el mejor de los sentidos, sea cual sea la circunstancia, que tiene un matiz distinto. Recuerdo de manera absolutamente entrañable a mis amigos/as de la infancia: aún no estábamos contaminados por este ritmo de vida que entre todos nos hemos inventado. La fantasía nos unía a todos/as, el proyecto común, en cuanto estábamos juntos, tenía garantizado el éxito. Mis recuerdos, en la adolescencia, son iguales de intensos: el mundo parecía girar alrededor nuestra, todo era posible, los proyectos de futuro infinitos. Y una vez que la madurez, la responsabilidad y el descubrimiento de una realidad social y laboral se va desplegando ante tí, con logros a veces y no pocos momentos de frustración, todo se relativiza. Estoy de acuerdo con una de las aportaciones de este foro: el stand by me de nuestras vidas, en cuanto a amistad se refiere, con toda su intensidad y pureza la encontramos en nuestra infancia, nuestra adolescencia. Cuando perdemos la inocencia… la amistad se vuelve más frágil. Bueno compañeros/as… hasta el próximo artículo, invitando al autor a que hable de tantos temas candentes: crisis internacional, política nacional con la que el ciudadano cada vez se siente más y más a disgusto, concepto muy particular de “lo social” que miles de personas de todas las edades estamos rechazando en todas las plazas de España…. en fin, temas que no podemos omitir en la medida que toda nuestra conciencia gira en torno a ellos. No es lo mismo, para acabar, dictar sentencias aoordes a las leyes (desahucios de personas enfermas e impedidas) que hacer justicia. Qué lejanas estas dos acciones en un país donde los bancos son los dueños. Y paro de una vez. Ahí queda el tema, por más que sea políticamente incorrecto y que en boca cerrada no entren moscas. Pero, por encima de todo, nuestra conciencia y esa solidaridad ciudadana, esa “amistad” ciudadana que está impidiendo injusticias extremas, en estos difíciles tiempos. Un abrazo, ya no hay lugar para los readers digest.

  11. Me encantan estos temas. Creo que el concepto de amistad ha sufrido ciertas modificaciones con la llegada de Facebook y Tuenti.
    Tras leer el artículo, lo primero que he pensado ha sido en esas dos redes sociales que, tanto en una como en la otra, no existe diferencias entre contactos que son conocidos, amigos de la infancia o amigos de verdad, por lo que cualquiera puede ganarse el concepto de amistad de forma espontánea.
    Estas redes a veces son verdaderamente útiles para contactar con nuestros amigos/as que viven lejos, pero a su vez, alejan a quienes tenemos cerca ya que lo usamos para hablar en vez de llamarnos o vernos.
    En cuanto a la amistad… Miguel Ángel, la amistad es un pilar de nuestra vida, junto con la familia construyen nuestro bienestar social y un equilibrio emocional.
    Me resulta muy difícil describirla y es más complicado de lo que has escrito. La amistad no es como la que existía antes, hoy en día, pocas son las personas que son capaces de aguantar por otra, se cometen errores, que posiblemente no se quieran perdonar, e inclusive puede no valorarse la amistad que otra persona proporciona. Como las relaciones de parejas, la amistad puede pender de rachas buenas y malas. Por eso quien tiene un amigo, tiene un tesoro.

  12. No hay manera de que algunos comentaristas se enteren del contenido de los artículos. Tienen que discrepar porque sí. A pesar de que se diga en el artículo que la historia que se propone puede tener sserias objeciones éticas, hay quien se fija solo en las objeciones. No era esa la pretensión. La pretensión era hablar de la amistad. Y esa historia lo pone mujy de manifiesto. Si se me apura pone la amistad poer encima de la ética. EDs es la finalidad, no si el amigo del padre hace bien o mal al ayudar al hijo de su amigo.

  13. ¡Qué lindo, Maestro, usted siempre tiene presente a los argentinos! También siempre lo tengo presente, y aunque no entre tanto a este espacio, sus enseñanzas ya son parte de mi vida, las he aprendido como una alumna atenta. Siempre dije que me hubiera gustado estar sentada en el primer banco cuando usted explicaba las lecciones, pero algunos sueños se cumplen y otros no, igualmente lo he adoptado como maestro. La verdad no le di mucha importancia al día del amigo, los amigos de verdad son para siempre y para todos los días, sin importar tiempos ni distancias. Es usted para mí un gran amigo, nunca olvidaré sus palabras de aliento cuando yo estaba pasándola mal. Un fuete abrazo a la distancia, querido maestro y amigo.

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