“Quien ama educa” es el título de un reciente libro de Içami Tiba, licenciado en Psiquiatría por la Universidad brasileña de Sao Paulo. El libro está dirigido a padres y madres y, también, a educadores y educadoras.
En él se “ofrecen las claves necesarias para impedir que los hijos los tiranicen, les ayuda a descubrir las consecuencias de una educación permisiva y los prepara ante posibles situaciones críticas”, se dice en la contraportada. Cuestiones importantes y en absoluto sencillas sobre las que conviene reflexionar. Pero no me importa tanto el contenido del libro como glosar su hermoso y certero título que, a mi juicio, encierra una gran verdad. Si la educación es algo, es precisamente comunicación influyente y beneficiosa. Y para ser comunicación beneficiosa entre personas, tiene que estar sustentada en el amor.
Me preocupa que haya mercenarios en la educación. Caracteriza a los mercenarios el desempeño de un oficio por un salario, sin que medie apasionamiento, sin que en el ejercicio de la tarea existan sentimiento alguno. Hay muchos rebotados que aterrizan en la enseñanza porque no han podido hacer lo que realmente querían. Me preocupa el hecho de que algunos se dediquen a esta tarea “porque de algo hay que vivir”, “porque es un modo como otro cualquiera de ganar un dinero” y “porque no encontré otra cosa mejor”….
Sé que el amor está cargado de trampas. Ahí esta, para demostrarlo, la sobreprotección que impide crecer, el chantaje afectivo que arrasa la libertad, la proyección de traumas que convierte al otro en una víctima, la sensiblería que debilita la voluntad, la culpabilización que castiga de manera sutil…
Una madre judía le regala a su hijo dos corbatas, una roja y otra verde. Al día siguiente el hijo se presenta en la casa de la madre, exhibiendo muy ufano la corbata roja. Al reparar en ella, con el rastro entristecido, la madre le dice:
– Pero, hijo, ¿es que la verde no te ha gustado?
Es cierto que existen trampas en el amor. Recuerde el lector el hermoso título de Charo Altable: “Penélope o las trampas del amor”. Pero no es menos cierto que sin amor es imposible que se produzca un auténtico proceso educativo. Y entiendo por amor aquel sentimiento profundo que se concreta en acciones significativas, no el sentimentalismo edulcorado que aleja de la exigencia , del esfuerzo y de la responsabilidad.
En el excelente libro de Daniel Pennac titulado “Mal de escuela” dice el autor (perdóneseme, cito de memoria) que los profesores estamos muy preocupados por los métodos de enseñanza, pero que hay algo más importante que los métodos. Interrogado por un hipotético interlocutor sobre “eso” que es tan importante, dice que no puede pronunciar esa palabra sin correr el riesgo de ser descalificado en algunas instituciones. Ante la insistencia, desvela el secreto: El amor.
El amor ayudará a descubrir caminos, a mantener la esperanza, brindará estrategias, dará fortaleza y perseverancia, y acercará con respeto a las personas. El amor está cargado de exigencia y de ternura, de esfuerzo y de sensibilidad, de presencia y de distancia. El amor, hace que, utilizando la interesante expresión de Pennac “nunca se abandone a la presa”. Porque el amor es más fuerte que la obstinada brutalidad y la torpeza más aguda.
En muchas ocasiones, nos obsesionamos por las cosas que los niños y alumnos tienen que poseer, por los conocimientos que tienen que adquirir, por las destrezas que tienen que dominar… Nos desvela la pretensión de que no les falta nada. Y para ellos trabajamos con denuedo. Pero caemos en una trampa: no estamos con ellos. Buscamos lo mejor para ellos sin darnos cuenta de que los estamos privando de lo esencial: la compañía..
Lo voy a decir con palabras de un niño, reproduciendo un texto que llegó a mis manos hace años y del que, lamentablemente, no puedo precisar la autoría:
“Un niño meditando en su oración, concluyó: Señor esta noche te pido algo especial, convertirme en un televisor. Quisiera ocupar su lugar. Quisiera vivir lo que vive la tele de mi casa. Es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a todos los miembros de mi familia a mi alrededor.
Quisiera ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de atención al que todos quieren escuchar sin interrumpirle ni cuestionarle. Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando algo no funciona.
Y tener la compañía de mi papá cuando llega a casa. aunque esté cansado del trabajo. Y que mi mamá me busque, en lugar de ignorarme. Y que mis hermanos se peleen por estar conmigo.
Y que pueda divertirlos a todos, aunque a veces no les diga nada. Quisiera vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado.
Señor, no te pido mucho. Sólo vivir lo que vive cualquier televisor”.
Conmovedora y profunda demanda. Los adultos, acuciados por los trabajos y las ocupaciones (muchas de ellas con finalidad de que los niños tengan una vida cómoda y segura), olvidamos que lo que más necesitan los niños es tenernos a su lado haciendo patente el amor.
Creo que una buena parte de los problemas de la escuela y de la educación radica en la falta de amor. Sencillamente, no nos importan porque no los queremos. Enunciado que puede invertirse: no los queremos porque no nos importan.
Hay que saber, sí. Hay que estar al día. Hay que ser competentes. Un médico no cura a sus pacientes sólo con amor. Pero hay que amar lo que se hace y, sobre todo, a las personas, para poder ayudarlas de verdad.. Porque es precisamente el amor lo que pone en marcha los motores de la acción comprometida. Decía con el acierto de siempre la filósofa María Zambrano: “Hay cosas que sólo el amor puede conseguir”.
ENSEÑAR
(Autor Anónimo)
Si es cierto que me amas, no pongas en mis manos
el pez que otros pescaron a fuerza de bogar
no quiero ser tu esclavo, prefiero ser tu hermano
levántate y camina, enséñame a pescar.
Si es cierto que me amas, no cubras mis harapos
con telas que otras manos tejieron, es mejor
que sientas el orgullo de ver sobre mis hombros
el paño que mis dedos hicieron con amor.
Si es cierto que me amas, el pan que otros ganaron
no pongas en mi mesa, gratuito, por favor
invítame a los campos, entrégame un arado
que el pan es mas sabroso mezclado con sudor.
Si es cierto que me amas, no trates de narrarme
la historia de otros hombres, si están sobre el papel
despiértame a la vida, tu puedes levantarme
invítame a la escuela, enséñame a leer.
Si es cierto que me amas y sientes en el alma
la paz y la esperanza que ha puesto en mí tu Dios
ayúdame a ser bueno, yo anhelo tener calma
enséñame la senda del bien y del amor.
Si es cierto que me amas, estréchame la mano
y enfréntame a la vida, anímame a luchar
ayúdame a ser libre, yo quiero ser tu hermano
que amar no es sentir lástima: AMAR ES ENSEÑAR.
“Me preocupa que haya mercenarios en la educación. . .”
A mí también, pero ¿cómo hacemos pan con esta harina? Está claro que cada uno se hace responsable de su clase y los “mercenarios” pues ¡allá ellos…! Pero no, no es cierto, porque no estamos haciendo pan, estamo formando personas y eso son palabras mayores…Y es muy duro no poder decir, ni intervenir en esos alumnos y alumnas, porque como todos tenemos miedo de hacer las cosas mal, pues mejor me callo y así cuando yo tenga un fallo…¡Qué lástima que la inspección no sirva para ayudar cuando la necesitamos y para enseñarnos a hacer lo que no hacemos bien del todo y… para decirles a esos mercenarios: -Usted dedíquese a otra cosa. Por favor.
Qué lástima que habiendo tanta gente que ejercería la profesión con entusiasmo y amor haya “profesionales” (por decir algo) que la artrastran de mnala manera. Cumplen el horario y cobran. Y ya está. Qué lacra. Propongo su jublilación forzosa y anticipada. Y que dejen paso a quien quiera hacerlo bien.
Es increible, pero es una dura realidad, nuestras escuelas estan pobladas de docentes que mas alla de hacer su tareas con amor, la hacen solo por un salario…. yo diria que responsablemente obten por renurnciar y dar lugar a otros adultos comprometidos en el amor.
Pienso.. en cada formacion de profesorados, habria que incluir un espacio curricular y tutorial donde se formen docentes capaces de acompañar el el aprendizaje de cada niño desde el amor,
Como docente estoy convencida que no somos tantos los faltos de amor. Sí, creo que debería instituirse alguna forma de reválida cada tres años, donde de alguna manera, el que no está apto, se vaya a “vender a una tienda” con el respeto que me merecen los que hacen este trabajo, digo, no trabajan con la vida de las personas en crecimiento…”árbol que crece torcido, difícil que se enderece”…besos desde Argentina…
Totalmente persuadida de que sin amor no puede haber educación, al menos BUENA EDUCACIÓN.
Y también creo que estaría bueno lo de revalidar los títulos periódicamente, pasa que es muy fácil medir y evaluar capacidades intelectuales y saberes librescos, pero…..
¿Cómo se mide quién ama más educando? ¿Quién establecería los parámetros? ¿Cómo? Es bastante complicado, me parece…Tendríamos que empezar a pensar cuáles podrían ser las pruebas y actividades a sortear para ver si de verdad se educa con amor…a ver a ver…pensemos entre todos.Yo estoy dispuesta a someterme a una prueba…
Pero bueno, soy optimista, siempre lo he sido, y estoy también convencida de que son más los docentes que educan con amor, que los otros.
Que pasen todos una hermosa semana, y amen, amen a sus alumnos, a sus compañeros, a sus directores, pero sobre todo, AMEN LO QUE HACEN…Y HAGAN LO QUE AMAN.
Estuvimos el día de ayer en la conferencia dada en Bovril Entre Ríos, somos de Hasenkamp una localidad que está a 40 Km de Bovril, realmente nos pareció muy acertado eso de “Quien educa ama.”, es una lástima que haya gente que hace esto solo por el sueldo o porque no pudo seguir otra carrera, es algo muy común en estos tiempos y muy lamentable.
Nos animamos a decir que todavía habemos gracias a Dios muchos docentes que amammos lo que hacemos y aunque parezca perder tiempo en estos momentos, seguramente no será así, por nuestro bien y el de los niños que están a nuestro lado. Nos gustaría que publicara un comentario y la reflexión sobre “El televisor” Besos desde Hasenkamp, pequeña localidad de la provincia de Entre Ríos.Argentina
Estoy de acuerdo en que son más los docentes que educamos con amor. Creo que con amor, compartiendo amor, podemos llegar a conseguir en educación muchas metas que difícilmente alcanzaremos si este ingrediente no está en nuestra receta diaria.
¿Cómo medir si amamos, si educamos con amor? Pensar en pruebas, actividades … creo que sería una “evaluación” muy difícil, pues el amor quizás no está en el pensamiento… sino en el corazón.
Aun así, propongo una prueba: Observa la mirada de los niños y niñas cuando entran por la mañana al cole, sus saludos, sus gestos, sus sonrisas e incluso sus lágrimas.. ¿percibes si hay amor? Entonces, casi seguro que el amor está presente en nuestro trabajo diario.
Podemos empezar por así…
¡Buena semana!
todos sabemos que para que las cosas realmente funcionen y sean óptimas en nuestra vida, ya sea familia, trabajo, recreación, debemos hacerlo desde el amor, si un docente no trabaja desde el amor se desgasta, no siembra, no crecen frutos jugosos,por eso animo a todos a usar en la escuela los valores que harán de nosotros, los alumnos y los propios compañeros mejores personas.
Migel Angel este jueves 8 voy a tener la suerte de participar de una de sus conferencias sobre valores, espero gustosa ese día.nos vemos en Gualeguaychú.
Estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Todo eso suena muy bonito, pero lo que en el fondo buscamos todos es un trabajo que nos ofrezca estabilidad, que el sueldo sea bueno y nos deje tiempo libre…no es cierto? Pues tenemos mucha suerte de haberlo encontrado. El resto son tonterías!
Estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Todo eso suena muy bonito, pero lo que en el fondo buscamos todos es un trabajo que nos ofrezca estabilidad, que el sueldo sea bueno y nos deje tiempo libre…no es cierto? Pues tenemos mucha suerte de haberlo encontrado. El resto son tonterías!
Miguel Angel: gracias por su capacidad de dar y de amar.Por transmitir constantemente su apasionamiento por la educación.La conferencia brindada en la ciudad de Federal, provincia de Entre ´Ríos Argentina , el 06 de octubre fue una caricia para el alma.Nuevamente gracias!!!
Estimado Miguel Angel, acabo de estar en un curso que ha dado hoy en la ciudad de Parana-argentina- luego de pensarlo y no permitirme acercarme en la ultima parte de la jornada, dejo aqui un comentario, utilizo una metafora muy interesante- un nadador-para pensar la formacion docente, me senti interpelada ya que soy formadora de futuros formadores, y siento, sostengo que es la idea de un mundo mas justo, de una sociedad mejor, la esperanza, la que me mueve todos los dias, coincido con usted la necesidad de repensar la formacion, pero quizas me alejo un poco del mismo cuando pienso en la formacion inicial, en esta busqueda de significado de nuestras practicas, trato de poder construir con mis alumnos algunas herramientas-en la metafora algunas tecnicas-que posibiliten poder navegar por este mar que son las instituciones. los titulos, certificados que usted mencionaba en la metafora, pensan menos si hay una mano que te ayude a salir a flote, y no quedarte en el fondo del mar…un abrazo
Estoy muy contenta y agradecida con el curso que dictó en la ciudad de Federal, provincia de Enre Rios (ARGENTINA)el pasado 6 de octubre.
Gracias por hacernos reflexionar sobre las practicas que vivimos a diario. Estoy de acuerdo que para educar, hay que amar. Siento que esoy en este lado porque los niños lo reflejan en sus caritas.
Gracias otra vez. La conferencia fue y será inolvidable!.
Miguel Angel Santos Guerra: Estoy muy contenta y agradecida con el curso que dictó en la ciudad de Federal, provincia de Enre Rios (ARGENTINA)el pasado 6 de octubre.
Gracias por hacernos reflexionar sobre las practicas que vivimos a diario. Estoy de acuerdo que para educar, hay que amar. Siento que esoy en este lado porque los niños lo reflejan en sus caritas.
Gracias otra vez. La conferencia fue y será inolvidable!.
Miguel Angel:
Fue un placer participar de la conferencia que dio en Paraná, realmente es como si el tiempo no pasara mientras uno lo escucha. Sus palabras nos hacen reir, llorar, reflexionar sobre lo que hacemos diariamente en nuestras escuelas.
En fin, creo como usted dijo que el gobierno debería costear este tipo de encuentros así todos los docentes que quisieran pudieran asistir y disfrutar escuchando todo lo que uno aprende con usted.
Gracias por venir hasta nuestros pagos!!
Andrea de Paraná, Entre Ríos, Argentina.
Estimado Miguel Angel.
Estoy de acuerdo contigo, para educar, hay que alejarse de paternalismos, miedos,…. y….., y sobre todo, de la falsa creencia que los educadores guays son los que se llevan mejor con los alumnos.
Hay profesionales que se creen guais, complacen, engañan, manipulan, compran, con tal de llevarse bien con los alumnos, les importa más sus fama, que el verdadero objetivo de la educación, ayudar al alumno a aprender de aprender.
Hay miserables que miran más sus nominas, fama,poder, y están ahi por eso, que por la verdadera labor educativa,…. lo peor, que se creen que son los guais, y hacen un daño que jamas se podra reparar, pues el tiempo perdido es tiempo perdido.
Ponen buena nota, se sonrien con los educandos, tienen buena fama, y se van a casa a dormir tranquilos, sabiendo que no han contribuido a provocar el cambio en los alumnos tan necesario para su crecimiento personal. Solo de pensar que encima se creen los salvadores de los centros me pone de una leche. No solo no lo hacen bien, destruyen a los que tienen algo de interes, nos ridiculizan con sus actos de amor paternalistas, con sus constantes presumir que son queridos por todos y se llevan bien con todos, cuando en el fondo, sabemos que solo se llevan bien con todos lo que no realizan bien su trabajo, los que pasan, los que van a lo que van, a llevarse bien.
Lastima de educación, que timo y engaño para los que hicimos la carrera con la ilusión de poner un granito de arena, lastimas de utopias.
y la sociedad les arropa a estos robadores del verdadero conocimiento y del saber, a estos ladrones de la verdadera educación, ( teniendo por educación el crecimiento personal en todas sus partes, es decir, todo.).
En fin, Miguel Angel, una M.
Amor, amor, tan necesario para todo lo que hacemos, pero mucho más para educar, a hijos y alumnos,con tierna firmeza, con contenidos profundos, no sólo para llegar a ellos, sino también para absorber y alimentarnos de esa corriente que fluye entre ellos y nosotros cuando hay amor. A no cansarnos y a perseverar, aunque los mercenarios nos rodeen.
Y no son tonterías, como dice Raúl,al menos en Argentina, ya que un trabajo en una escuela, o varias, no nos asegura estabilidad, buen sueldo, y mucho menos, tiempo libre.
Les sugiero la lectura del libro “Educar es difícil, pero bello”, del Padre Angel Rossi.
Buena semana.
Cecilia, qué lindo tu comentario. Me ha llamado la atención, y disculpa mi atrevimiento, pero ¿no seremos parientes? Mi esposo es Jorge Medina, nieto de un tal Manuel Medina que emigró desde España en la época de la Argentina Aluvional.
mi correo es
nancymansurnaser@hotmail.com
te quiero
cierto es que sin amor no somos nadie, mas cierto es que si teniendo amor no demostramos que lo tenemos retribuyendo ese amor que recibimos dando de la misma forma en que recibimos, soy apenas una estudiante de profesorado y al salir de mi primer practica,sali con el alma llena de gozo, con una alegria incomparable de sentir que no me equivoque de carrera que ame cada instante en que estube en el aula y de compartir ese tiempo con personas que necesitan de muchas otras cosas mas que aprender.
rosalia.