Metamos en una bolsa de plástico una manzana con varios caquis, nísperos o cualquier otra fruta que no esté madura. Al cabo de unos días las frutas que están en contacto con la manzana madurarán. El efecto se debe a las feromonas que tiene la manzana. Esa influencia de la manzana me parece una excelente metáfora de la dirección escolar. La dirección ha de ser una fuerza que consigue que las personas que están alrededor de quien la ejerce acaben madurando y alcanzando su sazón. Sin ningún ruido. Sin ninguna violencia.
El diccionario define así la palabra feromona: «sustancia química que, emitida en dosis ínfimas por un individuo en el medio exterior provoca en los congéneres reacciones comportamentales específicas». La acción de la autoridad ha de ser esa sustancia casi mágica que provoca el crecimiento. La etimología de la palabra autoridad tiene esa misma concepción de la que estoy hablando. En efecto, la palabra autoridad proviene del verbo latino auctor augere, que significa hacer crecer.
Hay otras formas de entender la dirección. Algunas de ellas son propias de este momento, caracterizado por la filosofía de la cultura neoliberal.
Profesionalismo: No creo que sea positiva la conversión de la dirección en un cuerpo de profesionales que la ejercen durante toda la vida. Unos profesionales con preparación específica y mandato definitivo. No comparto la posición de quienes plantean la necesidad de que haya personas que, por vocación (¿?), oficio, interés o preparación, se dediquen a dirigir la escuela. Es decir, que unos están ahí para mandar y otros para obedecer. Unos para dirigir y otros para ser dirigidos. Unos para coordinar y otros para ser coordinados. Esa división de funciones no es saludable ni coherente , a mi juicio, con una institución democrática. No lo digo por decir. Quiero apoyar la idea en algunos argumentos:
– Creo que es bueno que quien dirige, sepa qué dificultades y qué problemas y qué características tiene la tarea de ser docente en la escuela actual. Y eso sólo se sabe ejerciendo como docente, no viendo cómo éstos ejercen.
– Es fácil que se produzca una esclerotización de la función directiva. A fuerza de permanecer en el cargo se genera una mecanización de las respuestas, de las actitudes y de los comportamientos. Es fácil caer en la «anestesiante rutina».
– Ellos pueden sentirse (y se les siente) como una casta, como un grupo de profesionales que tienen una función que está por encima (o más allá) de las vivencias, pretensiones y problemas de los integrantes de la comunidad.
– Se refuerza la autoridad si el que ocupa el puesto de Director procede (y se sabe que volverá) a la docencia. Sabe de lo que habla y actúa con las cautelas que se derivan del hecho de tener que volver a realizar una tarea compleja y cambiante.
La dirección, así entendida, corre el riesgo de convertirse en una zona acotada, en un espacio privado al que no llega la exigencia de la responsabilidad. El Director pide puntualidad aunque él llegue tarde; exige trabajo, aunque sea perezoso; demanda coordinación, aunque él no se coordina con nadie…
Gerencialismo: Es decir la conversión del Director en un mero gestor de la institución. Se están filtrando en la escuela hasta las terminologías del mundo neoliberal. Por eso se habla tanto de la calidad total, de la excelencia, de la competitividad… No es que la escuela no deba administrar bien sus recursos (por lógica, por justicia, por responsabilidad), pero su finalidad fundamental no es ni el ahorro ni la consecución de dinero sino la educación de su alumnado. Su autoridad no es de la misma naturaleza que la de una empresa. Su estructura no es la misma, ni su funcionamiento, ni el tejido relacional de las personas que trabajan en ella.
Me parece excelente el libro de Laval, lapidariamente titulado «La escuela no es una empresa». Algunos entienden que cuando esto se afirma, se defiende un enfoque escasamente riguroso y exigente. ¿Por qué? Se habla de que la escuela tiene que aprender de la empresa. De hecho, la mayoría de los manuales sobre organización escolar proceden de teorías emanadas del mundo empresarial. Muchos de ellos contienen filosofías «para amos». ¿Por qué no se piensa en lo que la empresa tiene que aprender de la escuela como institución educativa y democrática?
Autoritarismo: El mando autoritario no deja libertad, no hace florecer la iniciativa, no estimula, no impulsa la coordinación. Siempre he defendido que la dirección de una escuela es una instancia intermedia entre la Administración y la Comunidad. Mi pregunta básica es la siguiente: ¿a quién quiere tener contentos, sobre todo? ¿A los de arriba o a los de abajo? ¿Se siente el representante de la Administración en la escuela, el que está allí para que se conozca y se cumpla la ley? ¿O es, más bien, el representante de la comunidad ante la Administración? ¿Es aquel que exige mejoras, que defiende, que encabeza las propuestas, que se pone al frente de las necesidades, aún a costa de caer en desgracia de los jefes?
Una visión jerárquica de la dirección, descendente, autoritaria es poco coherente con la naturaleza educativa de la escuela. Porque la escuela tiene que enseñar ciudadanía. Y los ciudadanos piensan, deciden, participan y exigen. Los ciudadanos no son profesionales de la obediencia sino del compromiso
El Director (o la Directora), desde mi perspectiva, ha de ser el representante de la comunidad y, por consiguiente, ha de ser elegido por ella. Ha de ser un «primus inter pares», un coordinador de la actividad y generador de buen clima y de relaciones positivas. Inspirador de proyecto y alentador de iniciativas. No es el que lo hace todo, no es el único que piensa y el que se responsabiliza por todos los demás. Al hacerlo así, no deja crecer a los otros. El Director (me gusta más hablar de Equipo Directivo) es el que sirve de aglutinador de la comunidad. Un equipo que se apasiona por la formación verdadera, que va más allá de los simples aprendizajes intelectuales. En definitiva un generador de feromonas que propicia el crecimiento y la maduración.
Y si, además, la dirección está sólo en manos de una señora que nunca recicló sus conocimientos ni praxis docente, que no identifica términos didácticos ni mucho menos psicopedagógicos, que te deja con (perdón)con el culo al aire delante de los padres, que toma partido por el más fuerte. En definitiva que luchas contra la pared y tu trabajo no sale adelante aunque tengas una diplomatura en magisterio, una licenciatura en psicopedagogía y un doctorado en filosofía pura, más 15 años de experiencia docente en todos los tramos del sistema educativo. Qué, quién y cómo se permite que en el sillón de la dirección haya una persona que te trata como el gerente de cierta empresa privada a sus «empleadillos» delante de los clientes. Escribo desde el corazón, en lo que va de curso me ha pasado tres veces. Gracias Miguel, pido feromonas para mi cole.
…lo primero, todo es mejorable…y todo lo que sigue es que no sòlo los directores/as deben cambiar el rumbo si estàn equivocados, el asunto viene de màs arriba, desde las secretarìas y ministerios, donde la mayorìa de las veces no hay formaciòn docente, no pràctica, no e s t u d i o, hagamos cambiar desde abajo a los de arriba…misiòn difìcil, pero posible. Hagamos de nuestras escuelas obras de saber, de compromiso, de respeto, tolerancia….ah¡¡¡¡, por las dudas, soy miembro de un equipo directivo, y empecè por casa…Besos. Noelia
Hace unos quince años, cuando yo estaba en un Consejo Escolar como representante de los padres-madres, tuvimos un problema de disciplina con un grupo de alumnos. La queja de algún maestro fue que un padre había amenazado al Director. En seguida pensé en el cuerpo a cuerpo de David frente a Goliat. Como estábamos en los albores de las normativas, no tuve más remedio que notificar que teníamos que recordar a los «superiores» de la administración educativa que el Centro tenía que funcionar democráticamente y que la autoridad era el Consejo Escolar. Por otro lado había que dejar claro ante las madres y padres de alumnos que la Autoridad era el Consejo Escolar y no una persona que detentaba todo el poder y que podría haber tomado manías contra un alumno.
Esperamos que no se diluya como un azucarillo el tema de la comunidad educativa y de sus criterios de autoridad, porque se oyen demasiadas voces con la reivindicación de la autoridad (mal entendida a mi modo de ver) como panacea de todos los males de la Escuela.
Gracias, Miguel Ángel, por hacernos crecer.
REALMENTE EN LAS ESCUELAS ESTÁN FALTANDO ESAS FEROMONAS. LAS DIRECTORAS SE ENCUENTRAN ENTRE LA ESPADA Y LA PARED, SON AUTORITARIAS FRENTE A LAS DOCENTES, PORQUE LES TIEMBLAN LAS PIERNAS FRENTE A LOS INSPECTORES DE TURNO.
ALLÍ ES DONDE SE CONOCE AL DIRECTOR CON AUTORIDAD GENUINA, AL QUE ES CAPAZ DE JUGARSE POR SUS MAESTROS AÚN A PESAR DE LA ESPADA QUE TIENE AL FRENTE. ¿CONOCEN ALGUNO?
YO TUVE LA SUERTE DE TENER UNA ASÍ…PERO SON CONTADAS.
Hola Miguel Angel!!
Agradecerte de antemano tus palabras siempre positivas y animosas, llenas de entusiasmo, sobre nuestra profesión. No es la primera vez que te escribo aunque sí en este blog. Llevo en el Equipo Directivo de mi centro doce cursos consecutivos: siete como Jefe de Estudios y cinco como Director. Mi Centro es un pequeño cole de un pueblo de la Comunidad de Madrid, Villamanta. Una de sus principales características es la movilidad del profesorado: ha habido cursos en que ha cambiado hasta un 70% del profesorado. Esto requiere que la organización escolar esté muy definida para que los que llegan se encuentren con un Centro que funciona, que no se parte de cero cada curso y los que repetimos cada curso, no nos sintamos caminar sin rumbo, volviendo siempre a empezar, curso tras curso. Y si cada año, al finalizar el curso, la gente se lamenta porque no puede volver, esa es la mejor recompensa que tenemos, el saber que hemos conseguido que el profesorado que ha estado trabajando un curso entero, además ha sentido el cole como suyo, se ha implicado en la tarea y en las decisiones, se ha sentido artífice de los logros, satisfecho de su trabajo y ha sentido a los demás no sólo compañeros, sino que los lazos establecidos con los demás han ido más allá de lo estrictamente laboral. Yo tampoco creo que sea bueno sentirse «Director» en el sentido de director de personal, director de empresa, director de planta…Ser Director/a de un Centro es mucho más importante y difícil. Ser Director/a de un centro educativo es seguir sintiéndose maestro/a o profesor/a, uno/a más del claustro, coordinador/a de las actividades que se realizan y representante de todos. Hay que asumir muchas responsabilidades y «comerse muchos marrones» que solo se sabe cuando se pasa por ellos. Es un papel en muchas ocasiones ingrato y desagradecido, incluso a veces un sentimiento de soledad. Es un acto de servicio y solidaridad hacia los demás. No es subir un escalafón en la docencia, y pobre del Centro que tenga un/a Director/a que se lo crea. Lo ideal sería que cuando desde la dirección se pide al resto del claustro que se asuma alguna tarea o responsabilidad haya varias personas entre las que elegir, que no haya nadie que piense que ya que le pagan que lo haga el director/a. A nosotros/as también nos gusta que nuestros compañeros/as nos agradezcan de alguna forma visible o palpable todo el tiempo y el esfuerzo que dedicamos a que nuestro Centro sea una lugar y un espacio donde uno/a, sea profe, alumno/a o padre/madre, se sienta cómodo/a, feliz y satisfecho/a de ser y estar en ese Centro.
Un cariñoso saludo a todos/as las personas que desde los equipos directivos se dedican a esta importante, decisiva y difícil tarea.¡Ánimo!
Que hermoso es trabajar con unadirectora que transmite sus feromonas al personal docente, donde vemos día a dií como crecemos y aprendemos de su experiencia y su enseñanza, lo grave es cuando ese directivo se jubila después de haber compartido 10 años, y llega alguien que solo le interesa lo que ella trae y desvaloriza lo de la gestion anterior, i los docentes nosencontramos en una encrucijada, queremos seguir trabajando como lo haciamos en un clima democratico , donde todas las opiniones , iniciativas o sugerencias se escuchaba, en cambio ahora solo debemos cumplir con lo que se nos pide sin objetar ni opinar , solo cumplir, ni se nos ocurra tener una iniciativa. En el concurso para directivo deberian inyectarle a todos los futuros directores una dosis de feromonas.
gracias Miguel Angel, por tanta enseñanza. tuve el placer de conocerlo en el congreso de Malargue, y desde esntonces creo que estoy tomando parte de sus feromonas para crecer y madurar en mi carrera. Mil gracias.
BUENAS TARDES,MIGUEL ÁNGEL…COINCIDO TOTALMENTE CON SU REFLEXIÓN..TRABAJO EN UNA ESCUELA DONDE EL «EQUIPO DIRECTIVO» TRABAJA A PUERTAS CERRADAS,CUMPLIENDO SISTEMÁTICAMENTE CON EL LLENADO DE PLANILLAS Y FORMULARIOS,COMO GERENTAS DE UNA FRÍA EMPRESA,Y HASTA CUANDO TE HABLAN TE DICEN:»MIENTRAS DURE «MI GESTIÓN»,LAS COSAS SE HARÁN DE ESTA MANERA…..»TE HABLAN DE GESTIÓN CON UNA LIVIANDAD,COMO SIN FUERAN INTEGRANTES DE UN PARTIDO POLÍTICO…..ESTÁN DESHUMANIZADAS,EL HABER ABANDONADO LAS AULAS Y EL GUARDAPOLVOS,LES HIZO OLVIDAR QUE ANTES DE SER DIRECTORAS-O GESTORAS,POR ESTAR EN UNA GESTIÓN,COMO LES GUSTA DEFINIR SU LABOR-HAN SIDO DOCENTES Y FORMADORAS DE NIÑOS.A VECES NO PUEDO CREER LO QUE VEO,ANTES ERAN MAESTRAS RE-IRRESPONSABLES Y HOY,HAN TROCADO EN «GESTORAS» RE-EFICIENTES,(PERDÓN MAESTRO,ESE RE-IRRESPONSABLE Y RE-EFICIENTE,ES UN ARGENTINISMO QUE EQUIVALE A MUY…)Y LAS VIERA USTED CON QUÉ AUTORITARISMO EXIGEN ELLAS…ESO ES LO QUE SON,AUTORITARIAS,POR QUE AL RECONOCER SUS FALENCIAS PROFESIONALES,NO QUIEREN ACEPTARLAS Y ENTONCES ES COMO QUE DICEN:AQUÍ ESTOY YO,LA QUE ANTES ERA LA MÁS BURRA DEL CURSO,AQUELLA MAESTRA QUE NO SABÍA LLEGAR TEMPRANO,LA QUE JAMÁS LE DIO UN BESO A UN NIÑO,PERO TÚ,QUE SIEMPRE FUISTE TODO LO CONTRARIO,AQUÍ ESTÁS,BAJO MIS ÓRDENES,Y HAZ DE OBEDECERME POR QUE SI NO,TE HARÉ UN ACTA O TE SANCIONARÉ….TIENEN QUE HACER VER EL PODER,POR QUE SABEN QUE SI NO NADIE LO NOTA,PUES,POR QUE NO LO TIENEN Y NUNCA LO TENDRÁN,POR QUE UN DIRECTOR NO SE HACE DE LA NOCHE A LA MAÑANA,APRENDIENDO DE MEMORIA UNOS APUNTES.HA DE HABER UNA TRAYECTORIA,UN CAMINO DE DOCENTE EN EL QUE HAYAS ENSEÑADO,PERO SOBRE TODO,HAYAS APRENDIDO.
Y YA PARA TERMINAR,MAESTRO,LE DIGO QUE UN DIRECTOR NO SE HACE,SE NACE,SINO SÓLO SOS UN CAPATAZ DE ESTANCIA!!
Hay un refrán español que dice que «cada uno habla de la feria según le va».
Miguel Ángel Santos Guerra ha pasado por todas las etapas educativas y ha sido director de un colegio privado (no sé si también de algún centro público). Su experiencia en el centro privado, que ya contó en un libro cuyo título no recuerdo en este momento, fue muy positiva y enriquecedora. Con compañeros como aquéllos se puede ir a cualquier sitio.
Mi experiencia como Jefe de Estudios y Director de un Instituto es muy diferente.
La mayoría de los profesores cumplen con su deber pero hay siempre un grupo que, si no le obligas, no hacen absolutamente nada: se ríen de las normas, entran o salen de clase cuando les da la gana, tratan a los alumnos según les pille el cuerpo, faltan cuando les apetece. Justifican lo más increíble. ¿Merecen estas personas cobrar del Presupuesto del Estado? ¿Hay que ser condescendiente con ellos? ¿Por qué? ¿Quién es aquí el autoritario, el Director o los que se arrogan el poder de hacer lo que quieran?
No, Miguel Ángel, no puedo estar de acuerdo con que los Directores sean elegidos por el Consejo Escolar. Eso les convierte en directores-compadres, incapacitados para hacer que una institución pública cumpla con las funciones para las que ha sido creada. Más preocupados por llevarse bien con todo el mundo (pues eso les garantiza la permanencia en el cargo), que porque las clases se den bien, porque se cumplan los horarios, porque los alumnos aprendad, porque se predique con el ejemplo… Por algo ese modelo de dirección no existe en ningún otro país de la Unión Europea (quizás en Portugal tengan un sistema parecido. ¡Qué curioso! Dos países que acababan de salir de una Dictadura se pasan al otro extremo del péndulo: de mandar uno ahora mandan todos).
En mi centro, desde hace tiempo no hay candidatos a Director. La última vez pusieron de Director al menos cumplidor de todos, al que no podía ser ejemplo de nada para nadie. Un hombre gris. En ninguna otra actividad tendrían dificultad para cubrir un puesto así. La Consjería de Educación piensa que lo que hace falta es subirles el complemento específico (y se lo ha doblado).
Están equivocados de cabo a rabo: no se presentan a Director porque no pueden cumplir las funciones que se le encomiendan, porque es triste saber las soluciones que tienen los problemas y no poder aplicarlas porque no tienen competencias en materia de personal. Y los afectados saben que el puesto de Director depende de ellos y si les llama la atención, como alguna vez dejará el cargo, ya tiene enemigos para toda la vida en su lugar de trabajo. Además, es inútil recurrir a la Delegación para que te ayude a resolver un problema: no lo hará.¿A alguien le apetece un futuro así?
Con todas las pegas que se les puedan poner (y las tiene), prefiero una dirección profesional. Un Director tiene que ser una persona formada para administrar los recursos humanos y materiales que la sociedad pone en sus manos, no el más simpático o el que más hace la vista gorda y empieza más tarde el curso alegando que falta todavía un profesor. Debe tener cualidades humanas para coordinar todos los sectores que concurren en un centro pero también tiene que mandar. Que no es malo y se echa en falta.
El modelo de dirección actual es, en buena medida, responsable del progresivo hundimiento de la educación pública. Parece como si alguien se hubiera empeñado en desorganizar los centros que son de todos, en desprestigiarlos para abrir el camino a la gestión privada. Muchos profesores no nos resiganmos a que consigan su objetivo.
Nuestros centros están carentes de dirección real, que se enfrente a los problemas y que tenga capacidad, y competencia, para resolverlos. La sociedad quiere centros bien organizados donde sus hijos sean educados e instruidos; por eso faltan plazas en los centros privados y sobran en los públicos.
Yo soy madre y antes fui maestra. Digo antes porque estoy fuera de mi pais (estoy en España, soy colombiana) y me siento increiblemente deprimida. Aqui, hago estudios de tercer ciclo, sobre temas de docencia, educación, pero me siento fuera de sitio, de tono. Elprimer año fue increible, empecé a leer sobre ti, Miguel Ángel, y otros pedagogos que me parecen autoridades del tema, pero al segundo año, sin dinero, tuve que ponerme a trabajar para sacar a mi niña adelante ¿de qué? ¡de lo que sea! NADIE nos da trabajo a las personas con permiso de estudiante y con mas de 30 años… dia a dia intnto ser positiva, el único sitio que creí mío, era el de madre, peo me siento impotente cuando quiero hablar, expresar mi sentir, Cuando voy al insituto de Ana, mi hija ¡la jefa de estudios me regaña!! mis ideales pedagógicos se estrellan esptepitosamente
¿Alguien por ahi me puede ayudar a eontrar nuevamente la brújula? Estoy desesperada.
Un beso: Norma
A Jacob:
El título del libro al que creo que haces referencia es «Yo te educo, tú me educas». Particularmente, la considero la obra «maestra» de Miguel Ángel, entre otras razones porque las situaciones, problemas y experiencias que aborda continúan todavía vigentes – a mi juicio-, a pesar de haber transcurrido ya varios años desde que se publicara por vez primera.
Ánimo y gracias por las reflexiones que aportas.
A Norma:
Ánimo y sigue leyendo a Miguel Ángel. No dejes de expresarte (en este blog o donde sea).
La brújula u orientación parte de la empatía, de tratar de ponerse en el lugar del otro -aunque en la práctica nadie puede ponerse en el lugar de nadie-. Este esfuerzo siempre acaba dando frutos, pero requiere de constancia y mucha paciencia.
Ánimo y cuenta conmigo (si quieres, dile a Miguel Ángel que te dé mi correo electrónico).
Un abrazo.
A Miguel Ángel:
Muchas gracias, querido amigo y maestro, por los argumentos que ofreces en este nuevo artículo.
Un abrazo.
Hola a todos:
Desde hace 7 años soy director de un centro de primaria en Adalucía. Cuando me ofrecieron desde la inspección el cargo Yo era un profe de E.Física que nunca había pensado en asumir esta responsabilidad, sobretodo porque el colegio estaba en crisis debido al tipo de alumnado que nos llegaba desde el asentamiento de El Vacie.
Al inspector le dije que tomaba la dirección si me garantizaba libertad en la toma de decisiones respecto a las metodologias y agrupamientos flexibles y todo el tiempo posible al equipo directivo, por encima de lo que marcaba y marca le ley ( de 25 horas pasamos a 35 aunque no aparecía en «los papeles»).
Hasta la fecha hemos cambiado de inspector todos los años y siempre hemos mantenido este margen de maniobras que nos ha ayudado a crear nuestro estilo de dirección y asentar unos nuevos principios en el colegio. (Desde aquí pido disculpas a D.Juan Estrada, inspector en el segundo año,a quién le levanté la voz más de la cuenta en una ocasión porque nos querían eliminar un profesor… el profesor se quedó…después bajamos el tono y dialogamos ,la mejor via para entendernos, gracias, Juan)
Premisas del equipo directivo: Trabajo en equipo, estar siempre junto a los compañeros, hablando todo lo posible de todos los temas que nos pueden preocupar o no nos gustan, el diálogo es necesario y obligatorio, intentar dar sempre soluciones colegiadas y consensuadas, empatía,sensibilidad.
Hay que ser emprendedores, buscar alternativas, proyectos, programas que incidan en el cambio del centro y la adapatación del mismo al alumnado, los padres, el entorno.
Después de siete años el centro funciona. Algunos premios nos animan a seguir en esta dirección, pero lo que más nos ilusiona es saber que todos los compañeros nos piden que continuemos.
Es imposible reflejar en pocas palabras el trabajo de estos años, pero se «respira buen ambiente» y el clima habla siempre de como funciona un colegio.
Desde aqui os animo a intentar a crear direcciones como la nuestra, es posible.
Abrazos y salud para todos, Miguel
«. . . Nuestra abstención de decirles a los alumnos que hacer (y como y cuándo hacerlo) no es percibida por ellos como una falta de algo, un vacío. Al contrario, es el ímpetu para que ellos forjen su propio camino no bajo nuestra guía sino bajo nuestra preocupación atenta y que les proporciona soporte. Porque requiere trabajo y valor el hacer lo que ellos hacen para y por sí mismos. No puede hacerse en un vacío de aislamiento, sino que crece y se desarrolla en una comunidad viva y compleja que es estabilizada y perpetuada por el personal . . .»
Los invito a ver, «El Arte de No Hacer Nada — el papel del mastro en una escuela democrática»:
http://groups.msn.com/lvge8vm99vcqaju26tihnei6m4/nuevapedagoga.msnw?action=get_message&mview=1&ID_Message=810&all_topics=1
~ David
Norma, aunque estoy lejos de españa, si querés hablar aquí te dejo mi correo: veronicacomandi@yahoo.com
Un abrazo
A Norma:
Hola Norma, también mi oreja, si te sirve de algo está disponible. También soy madre, maestra, y he pasado por muchas dificultades. Ánimo, no bajes los brazos. Tengo un hijo allá en España, lo extraño un montón pero él sigue us sueños. Aquí te dejo mi correo por si querés comunicarte conmigo:
nancymansurnaser@hotmail.com
cahucito, y confía en Dios, Él no va a abandonarte nunca, y cuando te parezca que ya nop quedan puertas donde golpear, vas a ver que aparece la solución como caída del cielo.
Un abrazo.
Nancy