Vidas maestras

5 Abr

promesas.jpgLa Consejería de Educación de la Comunidad de Cantabria, presidida por Rosa Eva Díaz Tezanos, ha tenido, entre muchas otras, una feliz iniciativa. Desde hace tres años viene celebrando un hermoso homenaje a los maestros y maestras que se jubilan en la Comunidad. Hora es de que profesorado y Administración se coloquen en la misma trinchera de la sociedad luchando contra la ignorancia, la opresión y la injusticia. Con buen criterio, la Comunidad de Extremadura se ha sumado a la iniciativa. Ojalá cunda el ejemplo.
Hermoso y justísimo homenaje el que se rinde a los maestros y maestras que han dedicado su vida a la enseñanza. Todo el mundo sabe que, en la sociedad del conocimiento, quien tiene información, tiene poder. Pero los maestros, por oficio, dedican su vida a compartir la información que poseen. Más aún, a despertar amor al conocimiento que no se tiene. A despejar caminos hacia el saber. A facilitar criterios para discernir si el conocimiento que se recibe en muchas fuentes es riguroso o está mediatizado por intereses políticos, religiosos o comerciales.
Dedicar la vida entera a la tarea de enseñar es un meritísimo ejercicio de generosidad, de amor y de paciencia. No es fácil mantener las ilusiones iniciales porque la realidad es, a veces, dura. No es fácil enseñar a quien no quiere aprender. Y, menos, a quien se empeña en que nadie aprenda. Tampoco es fácil competir con otros agentes que brindan información de manera sugestiva y adaptada a la demanda individual del aprendiz. No es fácil enseñar a muchos a la vez cuando se sabe a ciencia cierta que cada uno tiene su ritmo y su estilo de aprendizaje. No es fácil enseñar cuando, algunas familias dan la espalda o, lo que es peor, formulan amenazas a quien pretende hacerlo cada día.

En la vida de los docentes tienen lugar fenómenos de una gran complejidad. Cada curso el maestro va añadiendo un año a su experiencia mientras los niños siguen teniendo la misma edad. Así, poco a poco, imperceptiblemente, un maestro que comenzó a los 19 años con niños de 6, se convierte en un veterano maestro de 65 que sigue enseñando a niños de 6. Muchos rellenan de sabiduría y entusiasmo ese abismo generacional. Otros se infantilizan para no perder distancia y algunos se alejan definitivamente a través de la amargura y el escepticismo. Por otra parte, el maestro tiene que abrir cada año su corazón ante un grupo receloso y , a veces, hostil. Cuando ya los tiene conquistados, cuando ya saben que ese profesional los quiere, los alumnos se van y el maestro ha de empezar con un grupo nuevo, con otros alumnos que de nuevo desconfían. Otra vez a empezar.
A todos nos llega el final. Y es hermoso encontrarse con una Administración educativa sensible al esfuerzo, al cansancio acumulado y a la ilusión mantenida. Una Administración que rinde homenaje a quien durante muchos años ha trabajado con tesón. La Consejería de Cantabria invita a todos los jubilados a escribir una especie de Memoria de su experiencia profesional. Aceptan algunos, otros no. Con el conjunto de los relatos edita, en esos tres últimos años, a libro por año, una obra titulada «Vidas maestras». Tengo delante la edición de 2008. Una hermosa obra de casi cuatrocientas páginas, que recoge la biografía de 53 docentes jubilados.
Se dice en la introducción que de cada 3 invitados escribe solamente uno. Y que ese uno, probablemente, sea el más satisfecho de su trayectoria. Quizás. Otros desisten por motivos difícilmente escrutables: quizás piensen que ellos no tienen nada especial que contar (qué error), quizás no quieran hacer un regalo a la Administración frente a la que se han situado como si de un enemigo se tratara, quizás porque guarden un recuerdo amargo de su trayectoria vital… En cualquier caso, los testimonios de los docentes son verdaderas joyas. La profesora inglesa Joan Dean dice que los maestros tendrían un motivo extraordinario de estímulo y de optimismo si compartiesen las cosas maravillosas que les suceden.
Leer ese libro es encontrarse en muchas bibliotecas vivientes. Es compartir la vida de muchos excelentes profesionales a través de unas experiencias cargadas de problemas a veces, pero también de ilusiones. Me sitúa esta hermosa experiencia ante el tremendo problema de la evolución de los docentes en el ejercicio de la profesión. A medida que van haciéndose mayores, ¿cómo se van haciendo? ¿Más solidarios, más sensibles, más inteligentes, más optimistas, más comprometidos… ? O, quizás, ¿más escépticos, más cínicos, más rígidos, más pesimistas? Lo que nos da a todos la experiencia, es años. No nos da a todos sabiduría. Hace falta vivirla desde una determinada perspectiva. No depende tanto la evolución de que la experiencia sea placentera o complicada. Depende más de la actitud con la que la afrontamos.
Es emocionante recorrer las páginas vivas de este libro, plagado de fotos de maestros, de escuelas y de entrañables documentos gráficos. Es emocionante escuchar la voz de la experiencia. «Quiero agradecer a todos mis alumnos, repito, a TODOS, lo que me han enseñado. Sí, de todos he aprendido. Yo iba al colegio a enseñar y a aprender. De enseñar, ya me he jubilado, pero de aprender… aún no he terminado», dice María Encarnación Aguilera.
«Me felicito por la suerte de haber empleado mi vida laboral en un oficio tan hermoso como es la docencia. Amo y recuerdo a cada uno de mis alumnos», dice Ramona Barquín Abascal. Inmaculada de la Hera Bravo termina su escrito diciendo a los nuevos maestros «Espero que seais tan felices en esta profesión como lo he sido yo». Amparo Vicente Gómez lo dice de forma muy hermosa: «Me jubilo deseando que todos y todas los que empiezan en la enseñanza lo hagan con la misma ilusión con que yo la he dejado. Si volviera a mi juventud sería, sin duda, otra vez maestra».
No falta ese sentimiento de pertenencia a un colectivo tan numeroso que a lo largo de la historia y hoy a lo ancho del mundo sigue siendo el verdadero ejército de salvación de la humanidad. Dice María Cruz Garrán: «Por todo ello, me siento orgullosa de haber pertenecido al colectivo de hombres y mujeres que llevan honrosamente el nombre de Maestros». Creo a pie juntillas lo que dice Herbert Wells: «La historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe». Honor a los maestros y a las maestras. Su vida es la mejor lección.

8 respuestas a «Vidas maestras»

  1. Que cunda el ejemplo o, si se prefiere, el modelo. Pienso que el «homenaje» manipulado, y hasta sobado, que se hace en muchos sitios a los jubilados no tiene nigún sentido para que el político de turno se haga la foto. No nos merece la pena asistir en connivencia con los que maltratan a la Educación a semejante imagen trasnochada. Es verdad que vivimos en la era de la imagen, pero estamos hartos de que la palabra sea hollada por los vacíos e hipócritas discursos de ciertos «festejos» que utilizan al «abuelito» para despistar, cuando se han tirado toda una vida machacándolo a golpe de despropósitos.
    Probablemente no queramos un «homenaje» al uso, que es un despilfarro, por añadidura, sino una consideración de responsabilidad de quienes se han atrevido a asumirla y no a hacer dejación de ella por intereses, del tipo que sean, claro, menos educativos.
    Siempre es consolador la iniciativa de que te dejen tomar la palabra y que se pueda rescatar de entre tanto tsunamis de imágenes. Aunque alguien piense que las palabras son aire y van al aire, que no nos quiten el aire para poderlas airear. Quizás así el mundo no se quede sordo, y de camino aprenderá a escuchar.
    Gracias, Miguel Ángel, por esta noticia. Palabra.

  2. Amigo/s…
    Que mas oportuno resaltar la figura de los maestros, cuando hace un años atras asesinaban a uno de ellos en una protesta por sus derechos (Argentina). Que puedo agregar de los jubilados (olvidados) de nuestro pais y seguramente de muchos otros. Generaciones enteras de gobiernos corruptos, de politicos inescrupulosos, de manejos espurios del dinero que se recauda, del destino politico de esos fondos, etc, etc, etc.
    Me quedo con una frase…»De enseñar, ya me he jubilado, pero de aprender… aún no he terminado”, dice María Encarnación Aguilera.
    Que hermoso seria encontrar humildad de esta forma en los politicos que nos gobiernan y que deben a nuestra gente mayor muchas explicaciones.
    Un abrazo a la distancia. Bahia Blanca – Argentina

  3. ¡Qué bueno el reconocimiento a la entrega de vidas dedicadas a dar lo que saben!
    Por designio de Dios, por voluntad propia y por suerte tengo es HONOR DE SER MAESTRA.
    Yo no pienso hablar de gobiernos ni funcionarios corruptos, porque me duele pensar que no hayamos podido, los maestros de hace 30, 40 o cincuenta años atrás, grabar a fuego en las almas de los que fueron sus alumnos,que no es bueno ser CORRUPTOS.
    Prefiero quedarme con los buenos ejemplos,felices, optimistas,y con los funcionaris de turno HONESTOS,con la satisfacción y el orgullo de saber que algunas décadas atrás, unos maestros anónimos les inculcaron el valor dela HONESTIDAD.
    ¿Se pusieron a pensar que entre nuestros alumnos de hoy está el presidente de la nación del año 2050?
    Eduquemos pensando en el futuro de nuestros alumnos, y hagámoslo con alegría y optimismo.
    Un abrazo.
    Desde Marull, Córdoba, Argentina

  4. COMO SIEMPRE ESTUPENDO EN TUS APRECIACIONES.
    ESTOY A PUNTO DE JUBILARME Y TIENES RAZÓN EN TODO LO QUE DICES. ME HACES PENSAR MUCHO Y REFLEXIONAR SOBRE TODOS ESTOS AÑOS BRINDADOS A TANTOS NIÑOS.
    MIS DIRECTIVOS NO QUIEREN QUE DEJE DE ENSEÑAR Y DE DISFRUTAS, POR LO QUE YO SIENTO ES UN VERDADERO DISFRUTE. DEJARÉ QUE EL TIEMPO FLUYA…ESPERANDO QUE TODO SUCEDA DE UN MODO NATURAL.
    GRACIAS POR TRANSMITIRME TUS OPINIONES, QUE SON MUY VALEDERAS Y ME AYUDAN EN MI DIARIO QUEHACER.
    DESDE ARGENTINA MI CORAZÓN Y MI CARIÑO. QUIERO MUCHO A ESPAÑA, SOBRE TODO MÁLAGA QUE ES LA TIERRA DE MI PADRE. NOS ENCONTRAMOS…TRINI…

  5. Una vez más el profesor Miguel Ángel Santos muestra su gran sensibilidad al tomar como objeto de su columna de opinión el renocimiento a la meritoria labor de los maestros y maestras.
    En un tiempo en que la antorcha de la educación la lleva desafortunadamente los medios de comunicación de masas (fundamentalmente la televisión)resulta tremendamente meritoria la labor esforzada del maestro.
    GRACIAS POR COMPARTIR CON NOSOTROS TUS IDEAS, REFLEXIONES Y COMENTARIOS.
    UN ABRAZO DESDE LAS ISLAS CANARIAS

  6. El sábado 12 de abril axistía en principio a una conferencia dentro de unas jornadas convocadas por FETE-LUGO.Tal conferencia no resultó tal sino una lección magistral de alguien a quien el magisterio tendría que tener como referencia .
    Gracias,maestro.

  7. Acabo de terminar (¿terminar?) mi jornada como maestro a las 14:00 y aún continúo en el Colegio, en este caso, aprendiendo de mi maestro y de otros maestros/as que él cita con la lectura de este nuevo y valioso artículo.

    Y lo manifiesto ahora que no existe vinculación académica con Miguel Ángel Santos Guerra, aunque -como él mismo afirma en su libro «Yo te educo, tú me educas»- «Se es maestro siempre». Por tanto, será mi maestro siempre.

    ¡Felicidad-des, querido maestro y amigo, por compartir tus sabios valores! Un abrazo.

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