El peso de un copo de nieve

21 Jul

nieve.jpg

Un proverbio masai dice que «pequeñas gotas de agua llenan un océano». Parece imposible que, con muchas otras como esa diminuta gota, se pueda formar una inmensidad inabarcable. Pero es así. La suma de insignificantes unidades puede formar un sumando inconmensurable.
K. Kauter nos cuenta, al respecto, la hermosa historia que transcribo a continuación.
– Dime el peso de un copo de nieve, preguntó un pajarito a una paloma del bosque.
– Nada, ni un ápice.
– Si eso piensas, debo contarte una historia maravillosa, dijo el pajarito negro:
Me posé en la rama de un abeto, cercana al tronco, cuando empezó a nevar -no densamente en una rabiosa ventisca, no- sólo como en un sueño, sin herida alguna ni violencia. Como no tenía nada que hacer, fui contando los copos mientras caían sobre las hojas de mi rama. El número de copos fue exactamente de 3.741.953. Cuando cayó sobre la rama el siguiente copo (nada de peso, ni un ápice, como tú dices) la rama se rompió. Dicho esto, el pájaro negro echó a volar.
La paloma, una autoridad en la materia desde los tiempos de No, se puso a reflexionar y, pasados unos minutos, se dijo: Quizá tan sólo haga falta la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo.
Hay muchas personas que piensan que lo que ellas hacen tiene escasa importancia, que nada se va a modificar por su esfuerzo, por su generosidad o por su lealtad. Y, de hecho, puede ser así. Eso sucedió en la historia, aparentemente, con los 3.741.053 copos anteriores al copo decisivo. Pero, lo cierto es que, sin los anteriores, ese copo que rompió al fin la rama no hubiera visto cómo se tronchaba bajo el peso de la nieve. Todos los copos son igualmente necesarios para que suceda la fractura, aunque sólo uno parece determinante.
Lo he oído muchas veces: «Total, ¿qué importa que yo diga, que yo haga, que yo proteste, que yo colabore…? En nada se notará. Nada importará». Lo dice el alumno que no quiere reclamar una nota, lo dice el obrero que no se atreve a pedir un aumento de salario, lo dice el ciudadano que considera inútil una protesta ante una injusticia, lo dice la persona que piensa que no se notará su ausencia en una manifestación… El copo de nieve número 3.741.054 resultó decisivo porque lo habían sido todos los anteriores. Cada uno de ellos.
No hace falta ver caer la rama para deducir que cada copo es igualmente importante. y que si sigue nevando, al final, la rama cederá ante el peso de la suma de los copos.
Resulta decisivo, al fin, el pequeño esfuerzo de cada uno, la pequeña aportación de cada persona. Es probable que muchos no vean el significado, la importancia y la influencia de esa acción, de esa respuesta, de esa iniciativa, pero lo cierto es que cada una es determinante, es esencial. Sin ella no se habría conseguido nada.
Imaginemos que todo el mundo piensa que su contribución, por ser pequeña, no es necesaria. Nadie haría nada. ¿Se conseguiría algún cambio, algún progreso, alguna mejora? No, ciertamente.
Cuando somos los destinatarios de una acción bondadosa, vemos la importancia que ésta tiene. Si una persona a la que solicitamos ayuda nos la niega nos sentiremos desgraciados. Para nosotros fue decisiva la actitud de esa persona.
Analizadas las cosas desde un punto de vista holístico, hemos de decir que el mundo mejora a través de pequeñas acciones anónimas, de minúsculos gestos de personas que contribuyen a la transformación paulatina.
Lo he pensado alguna vez al ver desfilar los tronos en las procesiones de Semana Santa de esta ciudad en la que vivo. Trescientas personas debajo de los varales hacen que vaya avanzando el gigantesco trono por las calles. Si uno sólo de los costaleros se retira nada se notará. Pero el pequeño peso que soporta cada uno hace que se sostenga y que avance majestuosamente la imagen. La suma del pequeño esfuerzo de cada uno hace posible el éxito de la acción total. Si se retirasen todos de su varal de forma simultánea, el trono se vendría al suelo con estrépito.
Esa vivencia de la solidaridad hace que las instituciones, las ciudades, los países y el mundo avancen en la buena dirección. Nos falta en ocasiones ese sentido de la pertenencia, esa sensación de colegialidad que nos hace vernos y vivirnos como parte de un todo.
La argamasa que une todas esas minúsculas acciones bondadosas es nuestro sentido de la comunidad, la convicción de que todos somos parte de una sociedad, de una especie, de una historia.
La prisa, la impaciencia, la desconfianza, el pesimismo y el fatalismo frenan la acción de muchas personas que desean ver traducidas en transformaciones inmediatas y radicales las pequeñas acciones, los esfuerzos minúsculos. No siempre se ve, pero siempre sucede la mejora. No siempre sucede inmediatamente, pero siempre se produce el avance. Ningún hecho generoso se pierde, ninguno es estéril en esa larga lucha por la dignidad que ha emprendido el ser humano a lo largo e la historia.
Por eso me parece tan certera aquella propuesta vital: «Por mí que no quede». Es decir, que no dejará de caer el pequeño copo de nieve de mi aportación. Cada uno debe decirse a sí mismo que esa pequeña contribución resultará decisiva en el momento de la suma de los esfuerzos. Nunca me ha gustado la frase «nadie es imprescindible». Es inhibidora y despectiva. Me gusta más esta otra: «Todos somos necesarios». Es más positiva. Es más verdadera.

16 respuestas a «El peso de un copo de nieve»

  1. Me gusta la idea. Me gusta soñar ,desear, imaginar, pensar y construir un mundo mejor… Es quizás el objetivo que le he puesto a mi vida. Un mundo mejor para mi, para los que tengo cerca, hijos,amigos, los que vengan en tiempos futuros… Ese mundo mejor no se lo pido a nadie, trato de hacerlo. Hay una sola manera de que esto sea posible. Que cada uno haga aquello que tiene que hacer. Solo eso. Yo trato. Quizás sea contagioso. se que es una gota en el océano. un simple grano de arena en la inmensidad de la playa… Y sé que es bueno y es posible el mundo mejor que sueño. Un mundo donde nos queramos más, nos respetemos, nos sintamos un grupo que quiere un planeta más habitable. Dónde, como dice un comentario del artículo anterior, no importa de que tendencia sean los grupos que gobiernan, sino que hagan aquellas cosas que todos necesitan. Es decir que solo hagan lo que tienen que hacer. A mis hijos les enseño que hay dos maneras de hacer las cosas: hacerlas bien o hacerlas bien…
    Vivimos en un mundo donde en instantes nos comunicamos con todos, sin ninguna duda es la era de la comunicación. Y sin embargo, vivimos en un mundo donde sus habitantes están cada vez más solitarios…
    Que lástima ¿no?

  2. Começo por pedir desculpas por escrever em português…

    Entrei naquela sala 30 com uma mão cheia de cansaço e outra de curiosidade.
    A curiosidade venceu o cansaço e saí daquela sala com uma tranquilidade… como se me tivessem derramado um bálsamo, leve, muito leve…
    Ouvi, com atenção, todas as palavras do professor porque todas fizeram sentido para mim.
    Revi pedaços de vida em tantas e tantas situações…
    Obrigada por todas as histórias.
    Obrigada por acreditar, como eu, que vale a pena pensar, sem cair na tentação de seguir cegamente o caminho apontado pelos «mais fortes».
    Ensinámos tantas coisas nas nossas escolas…
    Por que razão não aprendemos a ensinar a pensar?

    Obrigada pela compreensão do olhar e das palavras que não foram ditas.
    Obrigada pela atenção e pelo livro que já li.
    Obrigada por entender a importância de um floco de neve…

  3. A metáfora é um instrumento poderosíssimo, tem mensagem e facilita a percepção do contexto.
    Caro professor as suas metáforas não são excepção e o senhor é um perito na arte de as utilizar. Pelas que li e pelas que tive a sorte de ouvir, da sua boca no dia 19 de julho, fico agradecido, pelo que consigo,através delas, aprendi.
    Educar é dar mais vida, mais humanidade e isso, entendo eu, só se faz vivendo e transmitindo o que se vive, aquilo em que se acredita. As suas metaforas são bocados de vida por isso educativas/educadoras.É bom conhecer e saber que há mais «copo(s) de nieve» no mundo em geral e no da educação em particular.
    (Peço desculpa por não ter utilizado o espanhol)

  4. No son pocas las veces que me entran ganas de no decir, no contar, no contestar, no aportar lo poco o mucho de de que soy o de lo que entiendo que debe ser. Al leer el otro día tu articulo me animé, me animaste. Gracias.

  5. Realmente este breve episodio del ¨peso del copo de nieve» me ha conmovido. Porque es así, dejamos de hacer el esfuerzo necesario para cambiar nuestro mínimo entorno creyendo que es tan mínimo que no importa. Grave error. Hace poco leí que la vida, es un pequeño universo que está a nuestro entorno y entonces, la vida es como ir de viaje en una carretera, donde las luces de nuestro vehículo sólo iluminan unos cincuenta metros adelante y debido a ello podemos avanzar cientos o miles de kilómetros hasta el destino que nos hemos prefijado. Qué importantes son allí los pequeños focos que alumbrar el camino por venir, en nada comparables, al sol, la luna o las estrelas. sin embargo son esas pequeñas porciones de luz las que nos guían, nos protejen de lo que vendrá y nos mantienen a salvo. ¿por qué nos cuesta tanto dimensionar el valor de lo pequeño?¿acaso no somos nosotros pequeñas luces más o menos encendidas, capaces de iluminar nuestro camino en esta vida? Eso somos, pequeños copos de nieve que si nos acumulamos correctamente podemos hacer cambiar la estructura de cosas que parecen inconmovibles a nuestro único parecer. Debo darte las gracias desde Córdoba, Rep. Argentina

  6. Es un mensaje hermosisimo, que nos permite reflexionar y darnos cuenta, que los seres humanos somos como esos pequeños copos de nieve, en virtud de que cada uno desde donde se encuentre, contribuye para que el mundo funcione, podiamos hacerlo mejor si pusieramos en practica el don del amor y la prudencia.

    Estado Anzoategui. Venezuela.

  7. …que wuausssi, el espacio que abres en esta dimensión virtual…para los seres navegantes…de los ecos del existir…

    gracias…

    tu nombre es tu Don…nuevamente os lo digo…

  8. Hola!!!! Es muy importante la reflexión que obtenemos de esta historia, ya que en algunas ocasiones pensamos que nuestro aporte no ayudará a cambiar este mundo en el que vivimos, pero si cada persona coloca un pequeño granito de arena se podrá lograr ese cambio. Por lo tanto nunca dejemos de luchar y hacer algún aporte cada vez que podemos, para contruir UN MUNDO MEJOR!!!!!!!!!!!!!…….

  9. Ojalá hubiese más aportaciones de la gente.

    Igual, todos somos necesarios en la vida,
    aunque alguien diga que no necesita de la otra eso sería una mentira, todos necesitamos de todos, directa o indirectamente, quieras o no.
    Me gustó lo que acabas de escribir ^^
    es para empezar a pensar que «querer es poder»,
    y sí, todos decimos que nuestros esfuerzos son
    por una parte débiles y en ocasiones innecesarios
    pero son importantes, por lo débiles y frágiles que sean es importante realizarlos…

    Suerte !
    Cuídate ~ ^^
    Ciaop ~*

    K a z e ~

  10. Soy el marido de una chica que falleció en Madrid porque su empresa no la dotó de un casco protector. Esa chica se llamaba Beatriz y era amazona del Cuerpo Nacional de Policía.
    He comenzado una campaña de firmas, y después de leer este precioso artículo, os dejo el enlace por si os apetece ser un copo de nieve que haga que algo cambie en la administración.
    Bea desde el cielo, y los compañeros de la Unidad de Caballería de la Policía os lo agradecerán.

    el enlace, que puedes reenviar a tus contactos, es http://www.firmasonline.com/1firmas/camp1.asp?C=1781

    GRACIAS

  11. Pingback: micafeína » Copos de nieve al microscopio

  12. Hola me encanto el articulo de un copo de nieve conozco una pajina donde escriven articulos muy interesantes te invito a visitarla se llama mazulagia ta va a gustar

    un saludo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.