Eva Gª Saénz de Urturi
Editorial Planeta
Decídanse por este libro. Si ya han leído anteriormente a Eva, ya saben por qué: por su narración, por su tensión en el hilo conductor o por los trazos históricos. Si aún no la conocen, este es el momento y esta es la novela.
¿Vitoria? Sí. Vitoria. Podría decirles que el protagonista es el inspector Unai, pero lo cierto es que la protagonista es la ciudad de Vitoria, vista desde la actualidad pero con toques y recuerdos añejos que enlazan con un pasado cercano. Conocerán todas sus calles, recovecos, pastelerías, tascas, fiestas, adoquines, edificios emblemáticos y nombres de sagas familiares de rancio abolengo. Pero es tan vívida la reconstrucción narrativa que sin haber estado en Vitoria, podrán imaginársela perfectamente.
Estamos ante una novela policíaca con tintes de novela negra. Todo comenzó realmente hace veinte años con varios crímenes (en parejas, hombre/mujer) que llevaron a la cárcel a uno de los gemelos de una pareja muy famosa, uno era arqueólogo y el otro policía. Justo fue su propio hermano quien encarceló al otro.
Cuando el arqueólogo está a punto de salir de cumplir condena, empiezan otra serie de asesinatos. Nuestro inspector –con trauma incluido- es el encargado de desvelar este misterioso secreto porque tiene hilo directo con el gemelo encarcelado.
La verdad, es que resumido así, parece demasiado simple todo. No se fíen, lo espectacular de Eva es lenguaje, la normalidad, la frescura, las imágenes, la trama que enreda y desenreda con una maestría exquisita, la agilidad de la historia, la mezcla de otros hilos conductivos que mantienen la lectura y su avidez, pero sobre todo, Eva gana resolviendo la narración. Después de toda la vorágine a la que nos somete, no deja cabo suelto. Nada está de más, nada sobraba, nada queda libre, todo atado y bien atado.
La autora te rompe el esquema desde el principio. Pues en las primeras hojas te mata al protagonista. Así. Sin más. De hecho, me quedé tan fría que medité si seguir leyendo una novela destripada en la segunda hoja. No sólo no me arrepiento de haber seguido, sino que me alegro no dejarme llevar por ese golpe de efecto. Ni de ése ni de algún otro que hay por ahí escondido.
Como les dije al principio es en parte la historia de Vitoria, pero sobre todo de sus gentes, de sus paisanos, el retrato de una ciudad abierta pero con tradiciones muy arraigadas, la fotografía amable de una ciudad del País Vasco que ha sido manchada para toda una generación con tintes bermejos de sangre, pero que es mucho más. Una ciudad valiente, cuna de hombres con historia, de carácter fuerte y recio que saben sobreponerse a los reveses de la vida.
Un detalle que me ha sorprendido mucho: el lenguaje y el estilo. Por un momento tuve que volver a leer el título y la autora, porque es muy difícil que una mujer escriba ‘tan masculino’ sin que se noten los trazos. Eva lo resuelve con una naturalidad apabullante.
Muy recomendable para los amantes de la novela policíaca, los de novela negra no adictos a la sangre, a los amantes de la ciudad de Vitoria y a los ya conocedores de esta autora que cambia de registro con una disciplina y maestría sublimes.