Allá por el año 2013 Albert Cano le hacía una entrevista para La Opinión a Richard T. Kelly, escritor y guionista de televisión británico, que había estado de visita en nuestro país para presentar Las posesiones del doctor Forrest.
Su novela ya había tenido una excelente acogida en Gran Bretaña. La crítica del Financial Times remarcaba influencias de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, pero también había trazos de Drácula de B. Stoker en el modo de narrar la historia.
Los tres personajes principales son médicos y escoceses en claro homenaje a Escocia como hogar espiritual de la novela gótica, pero el protagonista, el doctor Forrest, es un Dorian Grey del siglo XXI, cirujano estético, especialista en reconstrucciones faciales tras accidentes, rico, respetado y envidiado por sus colegas que cae en un profundo agujero cuando en plena madurez es abandonado por su esposa y siente nostalgia por su juventud y por una vida rebelde y sin ataduras.
Sin embargo, un día sus dos mejores amigos, Hartford y Lochran se despiertan con la desaparición absoluta del doctor Forrest. Al principio no le dan mayor importancia, había conocido a una extraña mujer… una signora nera, pero conforme va pasando el tiempo su desaparición y la preocupación de aquellos que comienzan en cierto modo a repasar los últimos días se torna en preocupación severa al percatarse que tras él hay un reguero de misterios y muerte.
A través de los diarios de sus amigos iremos encajando la historia que se convierte en un auténtico puzzle de infinitas piezas. Estaremos presentes en la evolución de la trama desde una novela misteriosa en una novela gótica con amplios trazos de terror hasta llegar a la propia confesión del desaparecido y al que al avezado lector de estos géneros no sorprenderá ni en forma ni en relevación aunque no por ello dejará de ser ni menos interesante ni menos esperada. Probablemente sólo el buen lector de terror encontrará el paralelismo antes del desenlace y por ello esperará apaciblemente el final que será al modo Stevenson.
Este final, abierto de forma deliberada, podría servir para la continuación de la historia como afirmaba el propio autor ad infinitum quien ya por entonces había vendido los derechos de la novela a una productora.
Una historia inquietante, que comienza en tono misterioso y que gradualmente nos acerca al terror y la zona más oscura de la novela gótica. Una trama actualizada de nuestros miedos, de temas existenciales como la inmortalidad, la juventud, la nostalgia y la propia conjetura sobre el bien y el mal y sus límites.
Altamente recomendable para los amantes de la literatura de estos géneros quienes se deleitarán con los diarios de los protagonistas, las confesiones y el fin de fiesta que nos reserva la voz escrita del propio protagonista.