Con un sentido del humor ácido y punzante, un personaje mítico como Israel Rank y ocho asesinatos cometidos sin mala conciencia, Memorias de un asesino se convierte en una lectura imprescindible del género policíaco
Memorias de un asesino. Israel Rank
Roy Horniman
Traducción: Susana Carral
Dicen las buenas reseñas que Reino de Cordelia ha publicado con Memorias de un asesino uno de los grandes clásicos de la novela policiaca británica. Una novela que además brilla en Broadway como el musical de moda A Gentleman’s Guide to Love and Murder desde que en el año 2013 ganara el premio Tony, interpretada por Jefferson Mays y Lauren Worsham. La historia de un niño judío que sufre en sus carnes la discriminación de pobreza y raza, pues aunque su madre es aristócrata no estaba bien considerada por el propio casamiento realizado. La cosa es que el chaval, con ínfulas desde pequeño, alimentadas por un pequeño comentario que cree a pies juntillas, decide alcanzar el esplendor nobiliario a costa de su rama genealógica. Claro que el problema no es fácil, porque son ocho individuos quienes le preceden en la línea sucesoria de un gran título nobiliario.
La historia de nuestro protagonista, Israel, se publicó por primera vez en 1907 y tuvo varias ediciones, lo que demuestra que alcanzó un éxito considerable. Escrita a modo de diario y en primera persona, la lentitud que provoca este recurso recuerdan las formas de la época eduardiana y al propio Oscar Wilde. La fina ironía, cierto humor inglés y la forma de escribir imitando a quienes han recibido una estupenda educación recubren la estructura de esta novela, que no es tan sólo un producto superficial sino el reflejo de una sociedad duramente estructurada donde se parodia el antisemitismo de la Inglaterra de la época y el estudio detallado que hace el autor de la raza humana.
Actualmente se considera que la novela es un clásico para valorar la antítesis de los valores convencionales y una sátira de la ambición por ascender en escalafones sociales y puestos de trabajo, pero sin duda es un análisis de la condición humana, enfocadas desde el punto de vista de un asesino y que, a pesar de su condición de criminal, tiene unas ideas muy claras, expuestas de forma contundente, sin ánimo de duda o conciencia que arremete sobre todo con la clase alta británica con humor envenenado.
La historia de Israel Rank ha sido recientemente reeditada en el Reino Unido por Faber & Faber y Cavalier Classic y fue llevada al cine en 1949 por Robert Hamer bajo el título Kind Hearts and Coronets (Ocho sentencias de muerte) donde Alec Guinness interpretó los ocho papeles de forma magistral hasta el punto de recibir un premio Bafta como mejor película británica de ese mismo año y aunque el reaccionario Código Hays estadounidense hiciera que la película original se proyectara en América con un final alternativo.
Recomendada para los amantes del género policiaco británico, del establishment, del humor irónico y mordaz suavemente envenenado, a los que gusten de la época eduardiana y a los que gusten leer en primera persona ocho asesinatos seguidos sin mancharse las manos y permanecer impoluto.