Leda y su mito es el protagonista de esta novela fantástica hilvanada con momentos reales de la historia y con personajes absolutamente conocidos por todos. Carmen Torres sigue así una trayectoria donde la protagonista sigue siendo una mujer, una mujer fuerte que lucha por cumplir sus sueños y expectativas, como así ha venido demostrando en sus novelas anteriores.
Comenzamos en la National Gallery de Londres, Maurice, un exquisito coleccionista de arte está disfrutando de la exposición de Leonardo Da Vinci, de repente y a su lado, un señor que está absorto en la obra pictórica de “El Salvador del mundo” cae redondo al suelo, parece muerto. Junto con una mujer bellísima que lo conoce lo llevan hasta el hotel donde se recupera milagrosamente.
De forma paralela el periodista Bernard Mistral recibe el encargo de investigar la aparición de cuatro trozos del rostro de una mujer que posiblemente es el cuadro de “Leda y el cisne” de Leonardo y que parecen originales. Cada uno de los fragmentos ha sido enviado a los más prestigiosos museos europeos.
Pero Carmen no deja ahí sólo la historia. Hay un tercer hilo narrativo. Un misterioso libro llamado el “manuscrito del diablo” por el que vamos conociendo desde el principio de forma paralela con el tiempo real. Es el libro escrito por la musa que encarna a Leda en el cuadro de Leonardo. Es la historia de Leda mezclada con Savoranola en la Italia renacentista, con Botticelli, Rafael, Leonardo y un sinfín de personajes históricos del mundo de las artes.
La historia presente y la pasada van tejiendo el puzzle de las dos líneas de investigación abierta en un sorprendente resultado de fantasía y realidad. Conoceremos a Leonardo y muchos de sus trabajos, repasaremos la historia hasta la actualidad, incluso veremos trazos de otras artes hasta llegar a la época actual y sobre todo seremos conscientes de la inmortalidad del artista.
Juega así la autora con el gusto del arte y de la historia del arte para aquellos amantes del tema pero a la par con ciertas dosis de intriga y una novela de género bastante fácil de leer.
Personajes como Erik el Belga, el famoso ladrón, noticias actuales como la expansión del Museo del Prado por Moneo y una auténtica banda sonora con música de compositores como Prokófiev, dan toques de color al relato
Como clave del libro la inmortalidad mencionada anteriormente que también tiene muerte pues fluctúa con el paso de la historia y del tiempo. Un libro recomendado para los amantes del arte que disfrutarán con pasajes delicados que desentrañan o pretenden dar significado a toda esa clave de símbolos que puede llegar a contener una obra pictórica.