Traducción del inglés y postfacio a cargo de Roberto Frías; y revisión de la traducción de Pilar Andón.
Incluida por el propio autor, Thomas Hardy, como dentro del género de novelas de carácter y ambiente, lo cierto es que ha sido todo un gran descubrimiento para nuestro idioma la traducción de una de las grandes obras de este creador y su favorita entre las catorce que escribió.
Todo se sitúa en un bosque, en el condado de Wessex -trasunto del propio Dorset de Hardy- y que ya encontramos en otras novelas suyas. En este lugar será donde nos relatará la vida de un grupo de personas y su futuro, cuyo determinismo marcará la historia.
La protagonista, es la hija de un maderero que vuelve al hogar tras haber estudiado muy por encima de sus posibilidades y de lo habitual en aquella época. Allí le espera quien se supone y a quien suponen todos, incluido el padre de la muchacha, el prometido de ella. Pero también llega a la localidad, un médico, quien se enamorará de la muchacha casándose en breve con ella. Los problemas surgirán tras el matrimonio y ella se cuestionará muchos de sus sentimientos.
Visto así parece una novela normal. Claro que no se me ocurriría revelarles el entramado posterior a lo que les he mencionado antes, pero sería injusta si no les digo que no es todo. Hay una serie de características que hacen de este relato algo excepcional y original. Sin ir más lejos, el bosque. El bosque se convierte en un personaje más, todos los sucesos se producen allí, acompañando los sentimientos de nuestros protagonistas, adornando y engalanando, con la misma función que un adjetivo a cualquiera de los personajes. O el tiempo, pues los sucesos se engarzan en la unidad de la obra de tal manera que se convierte en una acción continuada.
Nuestros personajes están cargados de matices y se enfrentan a sus problemas, pasiones y deseos de formas diferentes, marcándose nítidamente la tensión entre lo social y lo natural. Y el determinismo al que hice alusión al principio lo veremos ejemplificado bien en el propio padre de la protagonista, o bien en el propio azar.
Las descripciones de los personajes, el bosque y las casas son fabulosas. Son imágenes vívidas que quedan impresas en la retina del lector como cuando el barbero mira por una ventana al comienzo de la novela.
El tema y el eje central son la fidelidad y el amor. No sólo en el terreno sexual. La fidelidad a la persona independientemente de la relación que se tenga con ella. Y todo ello lo expone Hardy a través de la filosofía, con ideas de Schopenhauer o las teorías de Darwin, a las que añade citas de textos bíblicos u otras obras de la literatura inglesa. Suerte que la edición de Impedimenta te ofrece con sus pie de página todo lo necesario para comprender perfectamente cada alusión del autor.
En resumen, otra novela gourmet que esta editorial nos ofrece, y que nos demuestra la inexplicable decisión del autor de dedicarse a la poesía, perdiendo así un gran narrador. Recomendable para todos los amantes de los clásicos, de la novela inglesa y de sus bosques.