Con este sugerente título nos introducimos gracias a las ilustraciones de Hugo Rodríguez García ‘pobreartista’, en el mundo de la fábula de Norberto Luis Romero, acompáñenme…
Estamos en un universo con dimensiones diferentes. Un mundo donde los proyectiles de guerra son gatos con uñas envenenadas, lagartos y otros seres. Ante una sociedad piramidal en extremo donde el señor Gordo todo lo puede gracias a su ejército de guantes: guantes para el erotismo, guantes para violar, guantes para cumplir la ley, guantes artesanos, guantes sabios, guantes de buenos modales, etc. ¿Guantes o… esclavos? O ¿Guantes y esclavos?…
Nos introducimos en este casi inframundo de la mano de una familia, donde el niño, es el protagonista (¿Ah, pero es un niño?) que sufre en su carne una doble paternidad ausente, que le hace diferente junto con un grupo que desconoce. Su madre y su abuela que viven con él, son el ejemplo de una sociedad coleccionista de objetos y animales que en su ceguera interior y llevados por el propio afán y obsesión del coleccionismo les impedirá distinguir los objetos y así mezclaran elementos diversos dentro de sus colecciones, siendo los extraños del conjunto los que realmente aprecian más.
El señor Gordo también colecciona, y aspira a ganar el mejor premio, por ello y en connivencia con su sociedad escogerá lo más difícil de recoger y seleccionar: lágrimas de plata que lloran las vírgenes en su violación.
…Salgan ahora del ensueño, volvamos a la realidad, estamos ante una fábula, y como tal, hay que dejar divagar la imaginación. Buscaremos símiles y metáforas, y ¡Encontraremos tantas! Que me es imposible enumerárselas pues cada uno desde su subjetividad hará de esta quimera su sueño o su pesadilla.
El lenguaje de Norberto nos ayudará en el viaje introspectivo, como sus coleccionistas, repetirá de forma incansable frases en cada capítulo. Como un círculo, como un vicio, con la función de un mantra y su sonido a repetir constantemente para no perder la concentración.
Una alegoría donde al igual que en la vida real encontraremos amor, odio, crueldad, muerte, maldad, ingenuidad, abandono, soledad…y donde el lector es el único que tiene la clave y la llave para buscar su atributo, su signo o su ideograma. Y sin embargo, ante tanta oscuridad, no se sentirá angustiado, sino plácido, a sabiendas de que todo está ya escrito.
Los dibujos que acompañan al relato nos ayudarán a sumergirnos en esa oscuridad del delirio…
Si se atreven a leerlo, cosa que recomiendo, vayan con la mente libre, y dejen que el tacto de los guantes les recorra el intelecto….
Te agradezco mucho, Raquel espejo, estahermosa y acertada reseña y me alegro mucho de que la historia y los dibujos te hayan gustado. Cúida te de los guantes, y un abrazo
Norbreto Luis Romero
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Muchísimas gracias a Pobreartista por incluirnos en su página y darle la enhorabuena porque las fotos me encantan. En cuanto a ti, Norberto, me das una alegría sólo con el hecho de que te hayas parado a leer mi reseña. En cuanto a los guantes….me quedaré sólo con los buenos 😉