Reina del duende es la primera biografía, novelada, de Pastora Rojas Monje, Pastora Imperio, que ha salido justo en el 125 aniversario de su nacimiento. Su autora, la periodista y escritora, María Estévez, ha estado asesorada por el bisnieto de la artista Héctor Dona así como de su propia familia, no en vano, María es nieta de Regla Ortega, bailaora y sobrina de Rafael “El Gallo”, marido de Pastora.
La biografía hace un repaso casi completo de esta leyenda que nació en el popular barrio de La Alfalfa de Sevilla y que ya llevaba en los genes maternos el arte, el baile y el cante. Y digo casi completo porque no acaba con la muerte de la artista, sino que lo deja justo con la muerte del padre de su hija, D. Fernando de Borbón. Después la obra recoge un pequeño epílogo que incluye una entrevista, enumeración de las últimas películas en las que apareció y de las medallas que recibió pasando por un breve recuerdo a los familiares que aparecen en la obra.
El relato aglutina no sólo la imagen de esta leyenda sino el símbolo que llega a representar para España la figura de Pastora, todo ello aderezado con palabras del argot gitano y muchas anécdotas que hace entretenida su lectura. Su lenguaje sencillo nos explica las diferentes etapas históricas que se vive en la Península, al principio de forma esbozada, durante su niñez, que irá in crescendo conforme la figura de esta mujer se convierta en un arquetipo y en una imagen, sufriendo y viviendo la monarquía, la república y el franquismo. Este paseo por la historia nos lleva a conocer a los personajes famosos que la rodearon y la enriquecieron en su arte, desde el rey Alfonso, toda una Generación del 98, Mata Hari, Raquel Meyer, pasando por el pintor Julio Romero de Torres, o Manuel de Falla que le compone “El amor brujo”.
En el plano sentimental conoceremos internamente el mundo del toreo con su boda con Rafael el Gallo y nos encontraremos entre sus páginas una de las primeras noticias del papel couché: la boda del torero con la artista.
Libro ameno en la lectura, que conforme va avanzando ayuda a sacar las propias conclusiones sobre la personalidad de esta estrella del baile, imprescindible para los amantes de la copla, que nos devela que detrás de la artista hubo una mujer muy valiente y tenaz, que supo luchar contra la sociedad de la época en no pocas ocasiones para defender su vida y su forma de entenderla, una pionera en la independencia de la mujer, sobre todo de la mujer trabajadora y como madre de una hija que no llevaba los apellidos del padre. Un homenaje sin duda a la mujer de aquellos años y a un mito, que bien podría haber sido la Carmen de Bizet.
Biografía
Pastora Rojas Monje nace en Sevilla en 1988. Es hija de Rosario la Mejorana, bailaora, aunque ella no será quién le de clases, y de Víctor Rojas, sastre de los mejores toreros de la época. Debutó en el Salón El Japonés, de la calle Alcalá, en 1904, junto a Mariquita la Roteña. Con su debut en solitario se la incluye dentro del género de la estrellas de la zarzuela al lado de La Fornarina. Entre 1912 y 1926 actuó en Madrid. Después hizo giras por España a Sevilla (Salón Imperial) y Barcelona (Eldorado, la Rosaleda y el Circo Barcelonés). Hasta que su éxito la lleva a ser contratada al Actualidades. Es entonces cuando se hace llamar por fin Pastora Impero gracias a don Jacinto Benavente, quien viéndola bailar comentaría «Vale un imperio la niña«.
Pastora Imperio se casa con Rafael el Gallo en el punto álgido de la carrera de ambos y al año se separan para no volverse a dirigir la palabra en toda su vida.
El arte de Pastora fue especial, con duende. Ella decía que «bailar, lo que se dise bailar, ha de ser de sintura para arriba«. Siempre que se hace referencia a ella se le describe por la posición de baile de los brazos y por su belleza, era morena de tez clara con los ojos verdes.
Entre 1928 y 1934 se retira para reaparecer en el Coliseum de Madrid interpretando el pasodoble autobiográfico Retrato lírico, y El amor brujo en el Teatro Español, en la que también participaron La Argentina, Vicente Escudero y Miguel de Molina
Entre 1942 y 1954, regentó la venta La Capitana, un frecuentado por artistas y que era propiedad del torero Gitanillo de Triana, su yerno. En 1957 participó en el estreno de Dónde vas Alfonso XII, de Luca de Tena, y al año siguiente se integró en un espectáculo de Luis Escobar titulado Te espero en Eslava. Se retiró definitivamente en 1959. Ya retirada, fundó en Madrid junto con su yerno el tablao El Duende, y en 1964 dirigió otro en Marbella (Málaga), de nombre Los Monteros. Fue actriz en películas como La danza fatal (1914), La reina de una raza (1917), María de la O (1936), La marquesona (1940), ¡Canelita en rama! (1943), El amor brujo (1949) y Duelo en la cañada (1959).
Muere el 14 de septiembre de 1979, con 92 años en Madrid.
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