Esta mañana me he sorprendido a mi misma releyendo la columna de J.J.Millás en la contraportada de La Opinión de Málaga “Fingí no escuchar”. Pero deleitándome. Puro regodeo. Esos juegos de palabras con su punto poético, la conversación profunda de los personajes y el propio narrador siendo receptor y cerebro me han atrapado. Recordé entonces un artículo que leí de la revista Espéculo escrito por Ana Mancera de la Universidad de Sevilla donde analizaba el ‘articuento’.
En él comentaba la autora, que el articuento podría considerarse como la mezcla, convertida a subgénero periodístico, del microrrelato y la columna de opinión. Como ésta tiene criterios de periodicidad, casi siempre con una cabecera identificativa que acompaña el nombre del autor. También, como las columnas de opinión se construye en base a temas actuales al que en el caso de Millás añade ficción huyendo de la realidad. Esta ficción será la que difumine realmente la noticia que sería el origen principal. Por otro lado, la brevedad de los artículos lo acerca al microrrelato, llenando el texto de ironía, absurdo, disparate, humor, equívocos, juegos de palabras, y su cuota enigmática y misteriosa.
En realidad, son un bocado exquisito, como el bombón tras el café de la tarde. Lo justo para hacerte pensar sin empacharte, donde filosofar de la vida con las realidades más mundanas se haga de forma natural, donde la sonrisa sea hace inteligente. Les recomiendo su lectura.
http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2012/05/19/fingi-escuchar/507308.html