Dualidades

5 Jun
ROCA

Esa roca que ahí ven, y que se encuentra en una galería de la Cueva del Tesoro, puede parecer, (desde esa perspectiva que muestra la foto), una mano toscamente tallada en el mismo saliente de la pared del interior de la gruta. Supongamos ahora que esa formación pétrea realmente ha sido, milenios atrás, tallada por manos humanas de unos muy lejanos ancestros de los actuales seres humanos. Y aceptada esa suposición, ahora se nos presenta lo que podemos llamar una bifurcación en el camino, o sea, en la senda o el tipo de argumentación que podemos seguir a partir de ese momento : o razonamos la hipótesis de la talla -para hacerla más aceptable-, o nos centramos en la idea que se ha esbozado en el título de este texto de hoy : DUALIDADES.

Hagamos lo que hagamos, estaremos ante un tipo de “dualidad” bastante usual : hacer una cosa u otra, hacerla o no hacerla, tomar un camino u otro…etc. Hay otros tipos de “dualidades” más patentes, tal vez : el haz y el envés, la cara y la cruz, noche y día, amor y desamor…, y una larga, posible lista de cosas que presentan o su oponente, por así llamarlo, o su complemento, que también así lo podemos considerar. Pues realmente la noche complementa al día, la luz a la obscuridad, el bien al mal, lo bello a lo feo…, y un largo etcétera aquí también. Pero nos baste ahora con dejar dicho desde ya que vamos a considerar que una cosa y su imagen forman, o conforman una dualidad. Será un tipo muy especial de dualidad, de acuerdo. Pero lo será.

Pues estimo que la mano “real” y su posible “imagen”, constituyen una dualidad. Del mismo modo que las fotografías de los paisajes que nos traemos de nuestros paseos o viajes son un modo de dualidades de las cosas reales que en ellos vimos y decidimos fotografiar. Es cierto : la mano que sostiene la cámara con la que hacemos la foto es real de pleno derecho, y…, ¡también tienen sus realidades propias las mismas fotografías que luego contemplamos! ¿O les vamos a negar a las fotografías sus propias, “personales” realidades? Creo que sería absurdo caer en ese extremo, sólo por el hecho de que el río Eno, (o Inn, en alemán) que pasa por Innsbruck, y desemboca en el Danubio, sólo por el hecho, digo, de que el Eno en la fotografía que hicimos no nos pueda mojar, es inexistente como imagen en una foto que llevamos con nosotros : en una máquina “ad hoc”, y también en nuestra memoria. Pues ¡esa es otra : la memoria de las cosas y de los seres!

Así que, desde esta perspectiva acabada de razonar, ¿son o no son dualidades esas cosas que en sí tienen su propia vida y esas otras a las que nosotros les damos un modo de existencia con sólo verlas, reproducirlas, mirarlas y desde ellas lanzarnos a mil y una vivencias de aquella persona que ya falleció y ante cuya fotografía nos quedamos un momento pensativos, o aquel río que un día nos iluminó instantes llenos de alegría y vitalidades ya con nosotros para siempre, y que están en nuestros ordenadores hoy, convertidos en imágenes? El Sena, el Arno, el Danubio. el Amstel, el Ebro, el Guadalquivir… ¡Qué más da ahora de que ríos o de qué ciudades se trate!

Lo material y lo espiritual se nos presentan como dualidades, éstas, por cierto, para no pocos muy conflictivas : desde el punto de vista de quienes no conceden apenas realidad alguna a lo que llamamos “espíritu”, “espiritual”; y también desde ese otro modo de pensar el mundo y las cosas y seres de los que sólo aceptan como “real de pleno derecho” lo que consideramos el mundo de lo espiritual.

Voy a terminar este texto aquí, no sin antes dejar dichas un par de cosas : la una, que desde este texto pretendo volver al iniciado hace unos día y que se titulaba LAS MANOS; y la otra cosa, que es mi intención “ver cosas en las manos” : desde la perspectiva del Arte (pictórico sobre todo) y desde la de la Historia, o sea, las manos que pintaron en las paredes de cavernas los homo sapiens, hasta las que vemos en cuadros de Picasso. Sólo voy a abstenerme de entrar en consideraciones sobre eso que se llama “quiromancia” y que, según algunos, es un modo de adivinación. Sólo diré que la dichosa palabra es de origen griego y significa eso : adivinación; de ahí lo de “mancia”, a través de las manos, que en griego se decía “Xery” o Kheri”, y donde esa X no es nuestra equis, sino una consonante griega que se llamaba Khi, y se pronuncia Ji.

Hasta el próximo texto. Gracias.

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Una respuesta a «Dualidades»

  1. No esté de más que añada esto : trataré también y ya como colofón a esta serie de textos en torno a las manos humanas, de dar algunas razones que permitan a algún lector interesado en los temas de la arqueología y sus vestigios (¡a veces tan dudosos!) entender que existe una posibilidad, – ciertamente creo que lejana, pero no por ello inexistente-, de que esa gran roca de un saliente de la pared de la gruta hubiera podido ser tallada. Muy toscamente, pero tallada.

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