¿Qué visiones transmiten las pinturas del llamado «arte rupestre»? Las pinturas o, en su caso, los signos. La pregunta que inicia este texto puede parecer simple, pero no lo es. Y también puede parecer fácil, sin serlo tampoco. Razón de ello : que estamos muy lejos de tener plena seguridad acerca de lo que en realidad pensaban los autores de esas representaciones. Sobre la imagen de arriba : los puntos y como manchas en forma de cometas que ven ahí están muy a la vista en una zona de la Cueva sobre la que solemos comentar aspectos diversos.
En una obra que ya hemos citado en anteriores ocasiones ( : «Sombra y luz en el arte paleolítico» ) señala su autor, Marc Groenen, un hecho que hay que tener en cuenta necesariamente : hay pinturas paleolíticas que están representados en lugares amplios y de fácil acceso, y por lo tanto pueden considerarse como aptas, e incluso realizadas, para ser contempladas, en tanto que otras sólo pueden verse luego de acceder a lugares recónditos de la cueva. En las representaciones y los signos que podemos observar en la Cueva del Tesoro tenemos ejemplos de ambos casos. Veamos algunos :
Las ralladuras que en anterior texto de este mismo blog, aquellas que llamábamos (aunque con ciertas reservas) «rayas chamánicas», están en un recoveco de la gruta y no es fácil verlas si nos limitamos a pasar por las salas de la cueva. Lo mismo podría decirse de la cabeza de équido; en cambio estos puntos que ahí vemos representados están muy a la vista del que pase por la gruta. Son muy visibles sobre una roca casi exenta que sobresale de una pared de la gruta, y eso nos plantea al menos un par de cuestiones.
En primer lugar, qué significa el hecho de que unas pinturas o signos o marcas están muy a la vista, en tanto que otros están como si se hubiera querido mantenerlos ocultos lo más posible. Las rayas o incisiones sobre la pared de un rincón de la Sala del Águila, y aún más la cabeza del équido o caballo, son deliberadamente apartados a primera vista; pero estas marcas o puntos, no. ¿Tiene eso algún tipo de significado?
En segundo lugar, ¿qué significan tales pinturas y marcas? Es claro que una cabeza de caballo es una cabeza de caballo, y unas manos humanas son unas manos, pero ¿para qué se representaban en las paredes de las grutas, con qué intención o con qué finalidad? No tenemos una respuesta absoluta a esta pregunta, y entramos en el terreno de las hipótesis cuando tratamos de darles un sentido equis. Y en cuanto a las marcas, ya se trate de puntos o de líneas geométricas, estamos ante una cuestión aún más compleja, pues ignoramos del todo el grado de simbolización que pudieran haber alcanzado los hombres de hace veinte mil o treinta mil años, e incluso bastantes siglos antes. El libro de Genevieve von Petzinger, «The First Signs…», que también en anterior texto hemos comentado, plantea cuestiones interesantes a este respecto pero no deja del todo resuelto el problema.
Hay, por último, una cuestión que no podemos dejar de lado : cuando hablamos del arte rupestre, no podemos olvidar una serie de hechos que hoy por hoy parecen seguros : ante todo, no sólo fue una práctica esto de marcar o pintar en las paredes de cueva llevada a cabo por los Neanderthales, sino que también la usaron la especie de homínidos que les sucedieron y a la vez cohabitaron con ellos durante algunos milenios en algunas zonas del planeta. Tanto el homo neanderthalensis como el cromañón y el sapiens-sapiens que es el ancestro del hombre actual, marcaban y pintaban en cuevas; y también en zonas al aire libre, fuera de las cuevas. Y más aún : tales prácticas se estuvieron llevando a cabo durante muy largos periodos de tiempo. Digamos que durante miles de años. Y todo ello se inició hace mucho, muchísimo tiempo. En algunos casos se han datado pinturas y marcas que pueden remontarse a unos 60.000 años, e incluso más. Y ello tanto en la Península Ibérica como en Australia, por no citar sino sólo dos zonas de nuestro planeta muy alejadas la una de la la otra.
Esto nos permite asegurar un hecho que hoy por hoy consideramos incontestable : con el arte de las Cuevas, con el arte y las pinturas de los hombres de la cavernas, estamos no sólo ante una primera señal de nuestros más lejanos antecesores en este planeta, sino además ante un enigma que está aún (en mi muy modesta opinión) lejos de estar resuelto. ¿Tendremos algún día respuestas a estas cuestiones?
Creo que sí : cuando se descubran muchos más restos, por un lado, y por otro (y esto es clave) cuando los métodos de análisis de que disponga la ciencia sean mucho más precisos y avanzados de lo que ya lo son hoy día. Porque entonces, las ciencias mismas nos podrán dar no sólo fechas exactas, sino sobre todo conocimientos del cerebro humano que permitirá acceder a aspectos de nuestra psique que, hoy por hoy, están no ya lejos de nuestro actual saber, sino incluso lejos de nuestro posible imaginar… Lo razonaremos todo esto en la medida de nuestro mejor entender. Por ahora, aquí nos quedamos hasta nuevos encuentros con el misterio.
Resultan fascinantes estos signos ignotos, quién sabe si una antesala a un mundo prehistórico invadido por lo sobrenatural, por la magia y los ritos; el instrumento de neandertales y sapiens para tratar de domesticar y entender una Naturaleza tan misteriosa. La antesala, de paso, de la mitología y la filosofía…
Como bien apuntas, el tiempo y el avance de la técnica nos lo dirán.
Así lo concibo yo : un mundo ya humano en lo que a la nueva especie de homínidos se refiere, los sapiens, y por lo tanto cercano a las concepciones sobrenaturales.
Porque en la actualidad a los neandertales se les considera sapiens, así como a los «humanos modernos», nuestros más lejanos y a la vez directos antepasados en la especie, se les suele denominar como «sapiens – sapiens».
Todo mensaje es un código por descifrar y al mismo tiempo una reproducción de la praxis discursiva hegemónica de un tiempo concreto. Es decir, viene a representar el conjunto de relaciones jerarquizadas del humano con él mismo y con el medio. Simbología y poder. Y como no, la necesidad de lo mistérico como una cortina gruesa que nos separa de lo verdadero…quizás al grabar la roca con sus manos intentaban mandar un email a la propia divinidad. Por conjeturar que no quede.
Sin duda, algún sentido deben tener esos códigos aún por descifrar. Yo ignoro cuál pueda ser, y no descarto ninguna posibilidad : ni la de la conexión con sus dioses, fuesen de la naturaleza que fuesen, ni tampoco los que para sí mismos quisieran expresar. Tales tipos de misterios serán un día notas científicas a pie de página de algún libro sobre la primitiva humanidad, pero hoy, aún, son sólo enigmas. Gracias, Ramón, por tus reflexiones.