Lo que ven en la imagen es una gran roca, no exenta sino formando parte del laberinto de diferentes espacios que conforman esta gruta de origen marino, y a la imaginación de quien la vea bien pudiera sugerirle una mano enorme, mano pétrea y ciclópea, que parece estar con los cuatro dedos que continúan la palma juntos, en tanto que el llamado dedo «gordo» ( : el pulgar ) se presenta levemente doblándose sobre los otros cuatro. Tal imagen es un espeleotema, esto es, una formación de piedra en el interior de la caverna que no se debe a la acción humana : como es el caso del Águila, en la sala a la que da nombre, o del propio betilo de Noctiluca, (palabra que significa «La que brilla en la noche», y alude a la Luna).
Curiosamente, en el recorrido que nos lleva desde la zona del Águila y Noctiluca hasta esta pétrea mano humana ( : la oposición del pulgar con respecto a los otros cuatro dedos, así como su forma en conjunto, nos permite pensar en mano humana ), encontramos marcas de cuatro dedos hechos por manos de prehistóricos usuarios de esta Cueva, así como puntos rojos dispuestos de manera específica que parecen sugerir algo.
Algo que ignoramos, pero de lo que podemos deducir un cierto, determinado sentido, que ignoramos. Podemos por lo pronto preguntarnos si esa mano ofrece o pide, dada sus postura; pero esto no nos lleva a ningún tipo de entendimiento hipotético del posible valor o significado que esta configuración o espeleotema de la gruta podría haber sugerido en la mente de sus primitivos y muy lejanos ancestros que la habitaron y usaron por etapas. Pero vamos ahora a lo que queremos completar desde el anterior texto, donde nos tratábamos de centrar en la Luz.
En la página 64 de un libro esclarecedor, «El Universo Inteligente», de James Gardner, publicado en el 2007 en inglés, y traducido por Pedro J. Montero y Claudia Vega al año siguiente, publicándose en el 2008 en Ediciones Robinbook, se nos dice que un librito del físico cuántico Erwin Schrödinger, titulado «¿Qué es la vida?», tuvo una influencia capital desde su aparición. Se publicó por vez primera en 1944 en Cambridge University Press, y se reeditó en los años siguientes de forma casi ininterrumpida ( : 1945, 1948, 1951, 1955, 1962 y 1967 ), y luego pasó a editarse ya traducido al español en Tusquets Editores en 1983. Manejo tanto la edición castellana del 83 como la del 2015, ambas de la misma editorial.
El libro de Erwin Schrödinger (que fue Premio Nobel de Física) es una auténtica joya. Tuvo una enorme influencia en quienes después de él estudiaron lo que hoy conocemos como biología molecular, y en gran medida E. Schrödinger : «…anticipó e inspiró el épico logro de James Watson y Francis Crick : el descubrimiento de la estructura del ADN.»
Son las palabras finales que escribe J. Gardner en la página 64 de su obra, y a continuación pasa a explicar el descubrimiento de la naturaleza del ADN, así como el decisivo empuje que dio a sus descubridores el libro de Erwin «¿Qué es la vida?»
En textos que van a continuar lo aquí iniciado desde el anterior escrito que publicamos en este blog de La Opinión de Málaga el pasado día 5 del corriente mes, tendremos que tratar de establecer puentes entre las formas de esa doble hélice del ADN que rige lo que llamamos «herencia biológica» y son nuestros rasgos genéticos, con las de nuestro propio ser e inteligencia a partir, por lo menos, del «homo sapiens», tanto los Neandertales como los Cromañones y los Sapiens ancestros nuestros que hoy están tan aparentemente diversificados, y tratar de echar algo de luz sobre lo que es el ser humano, su inteligencia natural, y su desarrollo espiritual tanto en el Arte como en la concepción de Ideas. Hoy, ahora, queda todo planteado algo más que días atrás. Aseguro a los lectores que lo que vendrá será mucho más fascinante que lo hasta ahora publicado. Gracias.
Que el saber es luz creo que es algo que muchos afirmarían. Así como la ignorancia, llegados a cierta edad, podría asimilarse a la oscuridad.
Es cosa de tener en cuenta que aquellas palabras del Antiguo Testamento que decían “el saber añade dolor”, no deben sacarse de su contexto religioso y por lo tanto no van contra la idea que mantendremos: el saber ilumina y la ignorancia es oscuridad.