Roca entre muros de piedra

19 Mar

Una roca «colocada» entre muros de piedra. Para ser más exactos : entre paredes calizas de una gruta también caliza. Digo «colocada» porque la roca (¿es caliza, o es de cuarzo?) ha sido buscada y puesta ahí, situada entre dos paredes de la Cueva. Y está «literalmente encajada». En la foto lo que se ve bien es el fondo de luz : es una cueva (prehistórica) abierta al público para su visita, y hay iluminaciones que a veces no son deseables : causan daños. Aviso de que aunque en esta foto no se aprecie bien la roca incrustada, ya que he usado un instrumento muy elemental para hacer la foto, eso se remediará en otro texto venidero, donde podré mostrarla con mucha mayor nitidez.

La pregunta sobre la naturaleza del mineral, si es roca de cuarzo o lo es de caliza, no es ociosa, como veremos en su momento. En cuanto a la naturaleza mineral del trozo de roca es algo que también en otro texto lo abordaremos, ya que ahora la idea es distinta : llevar al conocimiento del lector una serie de cosas que, aunque puede que muchos sepan, tenerlas ahora en cuenta  es de importancia. Sigamos.

El pico que sobresale justo delante de la parta más llena de luz, es esa roca. Ha sido materialmente incrustada entre las dos paredes de la gruta, y claramente podemos ver, caso de estar a la distancia de nuestra mano, que se trata de una roca suelta, «exenta», antes de haber sido colocada ahí. ¿Qué sentido tenía este tipo de actos para el hombre prehistórico, que es el autor de esta actividad?

Voy a transcribirles algo que pueden ustedes leer en la ilustración número 10, a todo color, pasada la página 112 del libro «La Mente en la Caverna», de David Lewis-Williams, que se publicó en nuestra lengua en el año 2005 en Editorial Akal. Como es un libro que para ciertas cuestiones tendré que citar más de una vez, como ya he hecho anteriormente, no daré ahora mas datos. Dice así , (a pié de foto) :

«Un fragmento de cuarzo encajado en una grieta de una roca del Sally´s Rockshelter en el desierto de Mojave (Estados Unidos). Los chamanes creían que el cuarzo contenía una esencia sobrenatural y que permitía contactar con el mundo de los espíritus que estaba detrás de la superficie de la roca.»

El dato que nos ofrece el eminente doctor D. Lewis-Williams en su obra es muy interesante, sobre todo porque tiene un trasfondo que no creo que ahora debamos dejar de lado : en su obra no sólo busca el sentido que las mentes de los muy lejanos antepasados daban a una serie de actos, sino también los orígenes del arte y de paso las creencias en el más allá. Lewis-Williams ha tenido la suerte de trabajar con poblaciones de comunidades muy antiguas : los san, una tribu de Sudáfrica, hondamente conectados al pasado de nuestra humanidad y dotados de especiales creencias que viene de muy lejanos tiempos.

Pero hay más en relación con la roca : importa la naturaleza del mineral de roca de que se trate. Importa, y por ejemplo, el cuarzo tiene acreditada, tradicionalmente, unas propiedades benéficas para el ser humano. Yo diría que incluso son propiedades «mágicas» : en el sentido de esotéricas. Pero volvamos a los pueblos con los que ha trabajado y a los que ha estudiado David Lewis-Williams.

Los «hombres del bosque» (bosquimanos) son llamados también «basarawa», «sho», «!kung», y como ya he dicho, «san». Sus lenguajes tienen un peculiar chasquido o cliqueos, que los occidentales tratamos de reproducir con ese signo /!/, y con otros signos semejantes. Están directamente emparentados (en lo cultural, en sus tradiciones) con los primeros restos atribuidos a humanos modernos. Pongo un ejemplo, que tomo del libro «La Mente en la Caverna» : » !gi » significa «potencia sobrenatural»; y la expresión » !gi:xa » significa «persona llena de poder sobrenatural». Lo que nosotros diríamos «chamán» o «curandero».

De estos grupos «san» (y de otras etnias) ya hablaremos en otros textos, pues nuestro objetivo ahora es tratar de mostrar cómo hay cosas que se datan de hace decenas e incluso centenares de miles de años atrás, en los orígenes de la especie humana (en el supuesto de que tenga dicha especie un único origen), y que sin embargo tienen una muy considerable presencia en la práctica totalidad del mundo que conocemos. Diríamos que son «universales», y que como tales, plantean problemas que ahora no podremos tratar, pero que lo haremos más adelante. Lo haremos, porque los «universales» de esa índole nunca son «cosas debidas a la casualidad», sino todo lo contrario : indican algo, en el devenir y acontecer humano, que nos da pistas sobre lo que somos. Pistas increíbles.

Quiero decir que creencias que anidaron entre los pintores de las cavernas de hace 20.000 años, y que recogían creencias de antepasados de hace más de 40.000 años, quienes a su vez descendían de hombres aún mucho más antiguos que ellos en el tiempo, dichas creencias se documentan de pronto en Australia, en América del Norte, en Sudáfrica… ¿Fuimos antes de ser lo que somos hoy, un conjunto de grupos que entre sí se transmitían costumbres, saberes, creencias, mitos…? La posibilidad de ello está absolutamente abierta.

Desdeñarla es un acto absurdo, porque implica desatender lo que muchos datos dicen a los investigadores, y además de eso, supone que sin que nadie nos fuerce a ello, nos ponemos trabas para adelantar nuestros propios conocimientos de lo que en un pasado remotísimo éramos. Remotísimo desde el punto de vista antropológico, porque desde el punto de vista geológico…, ¡eso, y mucho más, es sólo un antes de ayer! Podríamos decir que nuestro esqueleto tiene un pasado inmemorial, por no decir que casi eterno.

 

5 respuestas a «Roca entre muros de piedra»

  1. El tema que se trata en el texto que acaban de leer es complejo. Además de eso, y por si fuera poco, es un tema que está sujeto a fuertes discusiones, a enfrentamientos de teóricos e investigadores a veces muy intensos y hasta virulentos, y por supuesto, es un «tema abierto» : quiero decir con lo de «abierto» que ni todo está dicho, ni todo está escrito, (como diría el insigne Miguel de Molinos, quien por cierto murió preso por la Iglesia en una cárcel de Roma, donde permaneció once años antes de morir, por «el delito» de mantener sus ideas místicas, conocidas como «molinismo»), sino

  2. El tema que se trata en el texto que acaban de leer es complejo. Además de eso, y por si fuera poco, es un tema que está sujeto a fuertes discusiones, a enfrentamientos de teóricos e investigadores a veces muy intensos y hasta virulentos, y por supuesto, es un «tema abierto» : quiero decir con lo de «abierto» que ni todo está dicho, ni todo está escrito, (como diría el insigne Miguel de Molinos, quien por cierto murió preso por la Iglesia en una cárcel de Roma, donde permaneció once años antes de morir, por «el delito» de mantener sus ideas místicas, conocidas como «molinismo»), sino que las teorías cambian. Y seguirán cambiando en tanto quede lo que queda por desentrañar y descubrir : muchísimo.
    Conscientes de esto, nosotros en nuestros textos en este blog expondremos las ideas que los datos nos sugieran, y trataremos de apoyarnos siempre o en opiniones de reconocidos estudiosos de estos temas, o en experiencias propias que nos parezcan dignas de ser divulgadas o, al menos, contadas y suficientemente razonables.

  3. Disculpen mi error anterior : he repetido dos veces el mismo comentario, sólo que el segundo está completo, y el primero se ha quedado en buena parte en el aire. Disculpen.

  4. Si algo prometo, antes o después es cosa que cumplo. Ahora hago esta promesa : cuando haya vuelto al lugar de esa gruta dónde está la roca que presento ahí arriba en la fotografía, tengan por seguro que dejaré claro si es un trozo de caliza, o uno de cuarzo.
    Si fuera cuarzo añadiría un «misterio» más a los muchos que esta cueva prehistórica tiene, porque está claro que en una cueva caliza de origen marino donde se localizan sobre todo (aparte de ese 99 % que es, obviamente, caliza) cuarcitas y algún tipo de piedras sueltas que no son cuarzos.
    Ya lo veremos.

  5. Una cosa que trataremos y que por lo pronto puede (y debe) llamar la atención de algún lector que sepa de las propiedades de las piedras (cuarzo rosa, amatista, jade, y un largo etc.) es el profundo saber que aquellos chamanes (!gi : xa, que dirían los pueblos san, de acuerdo con D. Lewis-Williams) de tiempos prehistóricos. ¿No es asombroso que tales saberes lleguen a la humanidad en tiempos tan lejanos de nosotros? ¿Cómo vamos a considerar a aquella humanidad de un modo despectivo?

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