Hubo un tiempo en que los hombres adoraban piedras, piedras especiales que eran consideradas imágenes de dioses o de diosas. Este tiempo y estas prácticas nos llevan al comienzo mismo de la historia de la humanidad, y con ello no quiero decir nada más que lo que exactamente digo : inicio de la humanidad.
No origen, lo que nos llevaría a los homínidos, a ese tiempo que contamos en miles de millones de años y en el que iban los que llamamos «homínidos» convirtiéndose en hombres ya, en seres plenamente humanos. Hay una serie de cosas que, por las razones que ahora no vamos a desmenuzar, tienen unos límites poco definidos. Imprecisos, desvaídos. Origen, no : Inicio. Inicio de la humanidad.
Estos dioses-piedras tenían un nombre : Betilos. La palabra, que por cierto no aparece en gran parte de los Diccionarios de la RAE de la Lengua, es de origen hebreo. Alude Beth-leen, el mismo nombre que nosotros decimos Belén. Yaveh, el dios hebreo del Génesis y de todo el Antiguo Testamento, aborrecía a los «betilos» porque en realidad no eran dioses, sino diosas.
¿Cómo, si no, explicar esa especie de rechazo a la Reina de los Cielos, que se manifiesta en algún pasaje del Antiguo Testamento? ¿Quién era esa «Reina de los Cielos»? Los primeros dioses, eran diosas. Y las representaciones de las diosas y de los dioses, por lo más usual, eran Betilos, esto es, «piedras sagradas».
Los primeros hombres que concibieron en su corazón un modo de adoración, fueron hombres de la prehistoria que ya empezaban a asentarse en lugares más estables, esto es, que habían empezado a abandonar el vagabundeo : eran nómadas. Y sus adoraciones estaban sin duda vinculadas directamente a la naturaleza. A veces eran animales, ya reales, ya imaginarios. Otras veces eran espacios muy especiales, en cuevas, por ejemplo. Estoy hablando de las religiones más primitivas, claro es.
El estudio de la profesora INA WUNN, doctora y profesora en la Universidad de Hannover, que se publicó en alemán en el 2005 y ha sido traducido al español por Mª Dolores Ábalos en el 2012, con el título «Las religiones en la prehistoria», tiene un enorme interés para esta cuestión.
Acudiré a dicho estudio cuando tratemos cosas que atañen a las relaciones entre los neanderthales y los homosapiens, sus estrechos contactos, sus enterramientos y cultos a los muertos, y por supuesto, los albores de las ideas religiosas en la Humanidad.
En un texto que vendrá después de este trataré de poner nuestra atención sobre las primeras religiones y su vinculación a las primeras manifestaciones de lo que se considera «arte» : ¿eran o no eran algunas de las pinturas rupestres un tipo de «arte con vinculación a ideas religiosas»? Es una cuestión de gran interés y, por supuesto, de difícil resolución.
Se estima actualmente en 1,8 millones de años la aparición del primer «homo» bípedo en este planeta