Seres de Sueño

30 Ene

Existe un texto considerado como el que inicia lo que llamamos  Literatura Universal : el Poema de Gilgamesh. Es el relato más antiguo del mundo. Es anterior a los textos de Homero o los de la Biblia en unos 1000 años. La escritura que se empleó se llama «cuneiforme». El héroe de la obra es un rey histórico, Gilgamesh, que reinaba en Uruk, antigua ciudad de Mesopotamia, hacia el año 2750 antes de la era que se inicia con el Siglo de Augusto, el primero de la Era Cristiana.

El libro IV del poema trata en casi toda su extensión del tema de los Sueños, que en el Poema se saben interpretar. Nuestro comentario hoy no va a entrar en el texto mesopotámico ni en sus avatares desde que se suceden desde que se descubre, con las primeras ruinas sacadas de Nínive, hacia 1850, y sobre todo a partir de 1916, cuando Rainer María Rilke reconoce la talla del poema y exclamó aquello de «¡Gilgamesh es formidable!»

La versión que recomiendo (y es la que manejo) está en Alianza editorial, y es de Stephen Mitchel. La primera edición en español es del 2008, en traducción de Javier Alonso López, y la primera reimpresión es del 2016. Mis intenciones en este texto están orientadas a lo que se trata de los sueños, la importancia que se les daba ya en aquella tan temprana época con textos literarios, y el hasta dónde deberemos remontarnos para tratar esto : el tema de los sueños, y lo que llamo ahora «Seres de Sueños».

Diremos primero que este tema, el de los sueños, tuvo una muy notable consideración desde los primeros tiempos de la Historia de la Humanidad, y luego de haber perdido importancia a partir del final del mundo Antiguo, la retomó en los inicios del siglo XX con la obra de Sigmund Freud. tengo el convencimiento de que los sueños fueron muy tomados en cuenta desde el inicio de la historia misma : en las cavernas ya se pintaron escenas de chamanes ( o de posibles chamanes ) tratando de incubar un sueño, y en la primera y más antigua obra literaria de la humanidad, el Poema de Gilgamesh, como decimos, ocurre lo mismo. Los sueños se incuban y se interpretan. Y de todo ello surgirán lo que llamamos «seres de sueño».

Egipcios, griegos, indios, romanos, persas…, todos los pueblos antiguos trataron los sueños como algo de gran importancia : se les consideraba como manifestaciones de lo divino en el plano humano. Los griegos los usaban para curar, incluso. Y había en la Grecia Clásica templos dedicados a la incubación de sueños.

Pero, ¿a qué llamamos ahora aquí «seres de sueños»? Para poner un par de ejemplos, sólo diré que llamamos así a aquel tipo de personaje que únicamente conocemos o al soñar, o al leer textos donde se «re-crean» por los autores reales de los dicho textos a personajes que puedan parecer «reales» : el tal «Pedro Páramo», de Juan Rulfo, pongo por caso. O el universalmente conocido «Capitán Garfio».

7 respuestas a «Seres de Sueño»

  1. Él texto que acaban de leer antes, es sólo el inicio de otros más sobre el mismo tema y con la misma «secuencia» (por así llamarla ahora) que aquí se ha adoptado.
    Serán otros textos que deberán tomarse como continuación literal y rigurosa de este texto de ahora.
    Ahí desarrollaremos con mayor extensión lo de «seres de sueños», lo de sueños convertidos en obras literarias, como sabemos que le pasó a más de un famoso autor, y otras cosas que ahora ni se han nombrado.

  2. Con Gilgamesh oteamos más que con ningún otro la noche de los tiempos y lo mejor es la emoción que el texto transmite pese a los miles de años transcurridos. El lamento del héroe por la pérdida de su amigo Enkidu es sencillamente maravilloso y como bien dices, Manolo, aquí se vislumbran ya los sueños. Me alegro que con tu análisis revalorices este poema ‘fundacional’ de la literatura.

    En 2015 Cátedra publicó una edición de bolsillo muy especial porque contenía la traducción de 2003 del británico Andrew R. George, que incorporó 76 documentos nuevos y por tanto, rellenó muchos huecos. Intuyo que esa reimpresión de Alianza de 2016 incorporará los nuevos fragmentos.

    Gracias por tus ensoñadoras reflexiones.

    Un abrazo

    Alfonso

  3. Gracias, Alfonso.
    No tengo la edición de Cátedra, pero me haré de ella, pues ese tema me interesa mucho. Me refiero a la totalidad del Gilgamesh, cuando digo «ese tema». Las ediciones que tengo son la de Federico Lara Peinado, en Clásicos del Pensamiento, (TECNOS), y la versión de Stephen Mitchell en Alianza Editorial.
    Tanto por los temas referentes al sueño, sobre todo los del Libro IV, como por las referencias que se hacen a las preocupaciones por la inmortalidad que muestra Gilgamesh a raíz de la pérdida de su fiel amigo Enkidu. También es curiosa la presencia de ese Toro Celestial, la de Inanna, y las alusiones a Siduri, que Juan Eduardo Cirlot toma en un poema suyo (Susan Lenox) como personaje, aunque secundario, pues lo que prima en el texto de Cirlot es la tristeza en el bar, y no la presencia de Siduri.
    Hay también unas curiosas reflexiones sobre unos hombres salvajes, que viven aparte de los hombres de las ciudades, a los que se enfrentan en un momento tanto Enkidu como Gilgamesh, y que me hacen pensar en la posibilidad de contactos, ya en los tiempos de Gilgamesh, entre hombres aún en estado prehistórico con otros ya entrados en la fase de las grandes ciudades post-neolíticas.
    Todas estas cosas se añaden a la belleza increíble algunos aspectos del poema, que significan algo muy importante : ¿cómo no iba a haber una literatura anterior al Poema de Gilgamesh, aunque no se conserven o se hayan encontrado aún restos de ella, si ese poema es ya de una rara perfección? ¡Al menos habría relatos o cantos orales, similares a las jarchas de la inicial literatura en lengua castellana!

    • Estoy de acuerdo contigo, querido Manuel, seguro que hubo una literatura anterior, pues no puede surgir de la nada un texto tan elaborado.

      Tengo varias obras de Lara Peinado, pero no el poema de Gilgamesh. Curiosamente, el texto anterior que tenía era el de una ‘biblioteca Borges’ que salió a comienzos de los 90 con un prólogo precioso del argentino.

      Un abrazo

  4. La introducción de la edición De Lara Peinado es muy completa y aporta datos. El texto no rellena huecos.
    En cambio la de Alianza sí los rellena aunque la introducción, cosa que siempre tengo en cuenta, es más escueta.

  5. Espero encontrar el prólogo de Borges en sus Obras Completas, que en su día me regaló Marga. Pero la edición a que te refieres, va a ser otro cantar, me temo.

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