En otras ocasiones he podido hablar de cosas de sueños, así como también de otras cosas, ya sean cuestiones como algunos asuntos relacionados con temas de lejanas culturas, obras de arte, publicaciones recientes de autores ya reconocidos por el público conocedor de lo que es la Literatura…
Así, en breve, pasaré a este foro, unas reflexiones sobre la última novela de Alfonso Vázquez, titulada «La Invasión de los Hombres Loros», cuya lectura es de sumo agrado, muy divertida, y como habrá ocasión de razonar, es una obra que, en conjunción con otras anteriores, ( : «Viena a sus pies», «Crimen on the rocks»…), pone ante los lectores y la crítica un tipo de creación literaria que adquiere ya de por sí una extraordinaria riqueza.
Creo que cualquier lector con una mínima experiencia puede captar, – a estas alturas de lo publicado por Alfonso Vázquez -, perfectamente que estamos ante un creador dotado de gran personalidad y que está dando de sí una obra que va a dejar honda huella en nuestra historia literaria. Pero ahora, como del título podemos deducir, es otra la cuestión que me afana : la hazaña de crear algo nuevo.
Es curiosamente la figura de Carl Gustav Jung y su obra, por un lado, y la sensación de estar leyendo día a día, ( es un decir, pues los leemos cuando van apareciendo publicados : los libros de Alfonso Vázquez ), una obra original y de enorme riqueza creativa, lo que me trae a la memoria -¡si es que alguna vez se me va!- a la figura de mi padre y a sus afanes en relación con la Cueva del Suizo, del Higuerón, o del Tesoro, de la que fuera en su momento «re-descubridor».
Pero esta cuestión de los sueños de Jung y lo que seguirá, de momento ha de quedar aquí : porque se habrá de retomar cuando proceda, que el camino a recorrer ahora no es corto. Por lo pronto me limito a aclarar al lector que la imagen que arriba aparece presenta, en la dicha Cueva, a don Manuel Laza Palacio, que señala un punto en lo alto de esa pared de la gruta, junto con la de don Mauricio Loizelier, a la sazón colaborador de don Manuel.
Ahora bien : ¿Por qué este recuerdo, por qué la relación que voy a establecer, ante el público lector, entre un profesor que era abogado y escribía e indagaba en la Historia, Manuel Laza Palacio, y un otro escritor, también con la Licenciatura de Derecho, y periodista, y poseedor de su propios afanes y conocimientos y tareas, y que también escribe e indaga en su tiempo y su época, Alfonso Vázquez? Eso lo veremos de sobras en su momento, y sacaremos a la luz las relaciones que se pueden intuir entre estas diferentes personas, tan próximas en el tiempo por un lado, y tan distantes en sus tiempos también, por otro lado. Por ahora, sigamos :
De los hombres de la prehistoria sabemos que lograron el dominio del fuego, la cría y doma de animales un poco después, posiblemente ya en el Neolítico, la fabricación de útiles diversos, etc., y todo ello, como quien dice, partiendo de cero.
Partiendo de cero : tomen esto como una clave.
Ahora demos un salto en lo que es la temática, el asunto mollar de lo que vamos a tratar : la creación literaria :
La creación literaria es algo que, a) tiene que partir de cero; pero que, b) no puede partir de cero.
¿Estamos aquí y ahora frente a una contradicción insalvable? No, en absoluto. Y pasamos a explicar el por qué de todo esto : tiene el escritor que partir de cero porque lo que escriba tiene que ser algo necesariamente nuevo, algo antes no escrito.
Pero además de eso, no puede pretender partir de cero porque antes de él ha habido otros muchos escritores. De hecho, antes que él hay toda una larga historia de la creación literaria. Y quede esto claro : cuando se usa aquí la palabra «escritor» nos estamos refiriendo única y exclusivamente a los que son «creadores literarios». No hablamos de copistas de documentos, ni de redactores de códigos, ni tampoco de ese tipo de escritor refritero, esto es, aquellos que hallaron un filón en un tipo de obra, como por ejemplo los poemas épicos, y ya se dedican a «¿crear?» Amadises y Caballeros Cifar a diestro y siniestro.
Porque, ¿es poeta todo el que sea capaz de «escribir / diseñar» un soneto? No, no lo es.
Dichas estas cosas retomamos lo que es nuestro tema central de hoy en este texto de tan increíble título (que quedará en su momento explicado) y entramo en la materia final de ahora : el acercamiento a una obra literaria de un escritor actual, y de un singular valor propio. Hablo de las novelas de Alfonso Vázquez, la última de las cuales se titula «La Invasión de los Hombres Loros».
Breve e intensa novela en la que… ¿Qué se va a encontrar la persona que acceda a ella y se dé a la lectura de estas obras literarias, en concreto, a esta última acabada de citar?
Pues se va a encontrar con un relato divertido, original, pleno de aciertos de humor y de referencias a cosas del mundo de hoy y de nuestra peculiar historia patria, un relato con intrigas y que, cuan do se termina su lectura, uno se queda con ganas de que haya más, lamenta que se haya acabado el libro, la novela que estaba leyendo. Las páginas de La Invasión de los Hombres Loros son pocas, se nos hacen muy escasas porque sentir que teníamos más que leer por delante nos daba la seguridad de un placer lector continuado.
Acabo por hoy : lo que iba a ser una incursión breve en una muy reciente novela de humor de Alfonso Vázquez, con sus elegantes juegos lingüísticos que logran «avezar al lector» en los entresijos del idioma ( y con ello hacerle disfrutar más ), se nos ha ido de las manos, y ya tendría esto de hoy que ser una primera aproximación a la obra literaria de Alfonso Vázquez, lo cual nos llevará a tener que seguir desgranando elementos que nos permitan aclarar cosas hoy dichas aquí, a la vez que exponer otras que se nos quedan por decir.
Gracias, lectores.
Muy agradecido y honrado por esta generosísima reseña, querido Manuel. Los hombres loro y toda la colonia de San Roque on-the-Rocks se ponen a tus pies y te desean un venturoso 2017, porque la Humanidad ya tendrá suficiente con aguantar a D.Trump, que si bien no es el asno de oro de la novela romana, sí es un borrico con el pelo dorado. Un abrazo
Dicho quedó : habremos de volver sobre este tema que es la obra literaria de Alfonso Vázquez. Y todo a su tiempo : sin prisa y sin pausas.
La biografía íntima de C. G. Jung dice tales cosas sobre lo que en el interior de un ser humano a veces se muestra, que bastan unas reflexiones para entendemos mejor y de paso entender mejor lo que en otras personas actúa cuando hacen cosas especiales, cosas importantes, cosas «del alma», por así decirlo.
¿Se entenderá cabalmente que realizar una obra literaria es una hazaña de alto rango y muy de elogiar entre estos seres que nos pensamos humanos? Creo que sí. Sí y sí aunque aún estemos en una sociedad con la idea de que lo literario es una especie de «lujo innecesario».
Aún más o menos todavía : ¡a veces se considera pecado no venial, pues que conduce al peccatum mortale!
Dejemos en claro cuál será el camino que queremos recorrer, en lo que atañe al análisis de una obra literaria de un autor actual : tratar de ahondar en aquellos aspectos de la obra que nos puedan dar ciertas pistas, cierta cuenta y razón, de lo que en el interior del alma del autor (sea lo que sea lo que llamamos «alma») organiza y mueve y genera la obra.
Se comprenderá que la empresa puede ser ardua, pero no creo que sea imposible. Y en el caso que nos ocupa, tenemos una especie de «espada de Damocles» sobre nosotros : al tratarse de un contemporáneo vivo y cercano, bien puede él mismo valorar por sí el logro (o el fracaso) de nuestro empeño.