Una de las cuestiones más interesantes y, tal vez, de las más controvertidas también, es la que atañe a los Neanderthales. ¿Hablaban o no hablaban? ¿Eran ya humanos y tenían una cierta organización social, tribal, o no? ¿Eran o no eran capaces de hacer eso que llamamos «arte»? A lo primero hay que suponer, y esto sin lugar a dudas, que desde luego sí que hablaban. Cuál fuera su modo de lenguaje, es algo que no sabemos y quizá nunca sabremos, pero que hablaban es algo que debemos dar por hecho porque de lo contrario ni podrían cazar juntos, como hacían, ni tampoco pintar en cuevas y abrigos, como sabemos que también hacían. Hay pinturas descubiertas en Sudáfrica y Australia que tienen más de 60.000 años de antigüedad, y esta es una fecha muy anterior a la que se ha establecido para marcar la desaparición de los Neandertales.
Y de pinturas como las que hoy conocemos, por lo que se sabe, se han ido desarrollando pictogramas, formas simbólicas que son un modo muy elaborado de lenguaje. Y queda otro dato, este muy curioso : neandertales y cromañones llegaron a convivir, y hasta es posible que en circunstancias muy especiales cohabitaran, con lo que su «humanidad» es algo que a estas alturas debería estar fuera de toda duda. Lean lo que dice Philip V. Tobías, Profesor de Anatomía y Biología Humana de la Universidad de Witwatersrand en Johanesburgo, experto en «homo australopitecus» y «homo habilis» (ambas «especies» anteriores en la escala evolutiva a la Neanderthal), hablando con Ralph Holloway, estudioso de los cráneos fósiles y pionero en el uso de endocastos, un método para reconstruir cráneos fósiles y así estudiar su evolución, llegando de ese modo a conocer mejor los cerebros de nuestros ancestros. Dice esto Phillip V. Tobías :
«Tengo la certeza de que los Neandertales podían hablar, ya que tenían una cultura muy desarrollada, y necesitaban el lenguaje para comunicarse. /…/ Los Neandertales eran muy cultos. Me entristece que hoy día la palabra neandertal sea tan peyorativa. ¿A tí qué te parece, Ralph?» (Pág. 208 de «Cara a cara con la vida, la mente y el universo. Conversaciones con los grandes científicos de nuestro tiempo.» Ediciones Destino, 2004). La persona con quien habla el profesor Tobías es Ralph Holloway, de quien es la idea de que : «¡La especie humana está perturbada, y por eso fuimos seleccionados!»
Es R. Holloway quien señala que en Australia se han hallado pinturas con 60.000 años de antigüedad, y su colega y contertulio en esta obra reunida por Eduardo Punset añade que de esas pinturas de tal antigüedad y de su estilización nacieron los símbolos que luego dieron origen a la escritura, otro de los fenómenos de la cultura más propiamente humana del que sabemos muy poco.
Pero volvamos a la idea de R. Holloway : ¿»Seleccionados» los humanos? ¿Seleccionados por «Quién»? Eso queda en ella aire. ¿Es la Naturaleza la Gran Seleccionadora de especies, o hay una «Raza Superior» a la nuestra -¡muy, muy superior!-de quienes nada sabemos? ¿O tal vez ese Dios o Creador Supremo que tanto se empeña en negar buena parte de la Ciencia y de la no-Ciencia sí existe? No lo sé. De lo que sí estoy seguro es de que el hombre Neanderthal, ya desaparecido de la faz de la tierra, era inteligente, hacía arte, y muy posiblemente estaba en vías de superar ese estadio (tan lamentable y primitivo y tan poco humano, todo sea dicho) que llamamos «hacer la guerra». ¿Es por ello, por no hacer la guerra, por lo que se produjo su extinción? ¿Fue el Cromañón su «especial y particular Caín? Mucho es, llegados aquí, suponer estas cosas. Pero si hubo una extinción de especies humanas, lo que parece estar fuera de toda duda, tal catástrofe sin duda no la causaría otra especie humana, sino algún fenómeno de índole muy específica, de naturaleza descomunal, que barrió literalmente de ña faz de la tierra todo lo que no estuviera específicamente preparado para resistir sus efectos. ¡Quién sabe si tales o cuales tipos de gérmenes, como los que pueden reaparecer -según dicen- si se deshiela todo el continente de hielo del Ártico!
Este post era preciso, habida cuenta de que vamos a seguir tratando (entre otros, más adelante) los temas ya iniciados en el texto inmediatamente anterior al que ahora pueden ustedes leer. La elección de ese curioso cuadro del autor de «El grito» no es, por supuesto, una «inocente casualidad»…
Cuando me he referido a «los temas ya iniciados antes» hablo en concreto del texto del día 15 de agosto del presente año, titulado «¿Iconos prehistóricos?»
Gracias.
Los estudios de Cecilio Barroso en el Hoyo de Zafarraya, al igual que los del colega del anterior investigador, Lumley, deben tomarse, como todos los que se conocen sobre esta especie humana con suma precaución : no nos son suficientemente conocidos y los datos que hay, salvo excepciones, pueden explicarse de maneras diferentes. Por ejemplo, pienso ahora en el caso de la ¿fiable o sólo supuesta? Antropofagia. ¿Somos los actuales hombres antropófagos por casos aislados habidos? No, desde luego. ¿Y los ritos, no cuentan? ¿Sacrificaban los antiguos judios sus hijos a Yahveh por orden suya? La cuestión es compleja, y por tanto las respuestas deben ser muy meditadas. Opino.
Otra cuestión es la de la cohabitación entre Neandertales y el descendiente actual del homo sapiens. Bueno es saber ante todo que él Neandertal también era ya sapiens.
Se sabe que un 4% del genoma nuestro procede de aquellos lejanos parientes y que nos transmitieron una herencia positiva y otra que luego se volvió negativa, como las depresiones. John Capra, uno de los mejores especialistas en el tema explicó estas cosas, de las que nos ocuparemos con más detenimiento. Baste por ahora con lo ya expuesto.
Según la ciencia, entre un 4% ó un 5% de nuestro ADN es de origen Neanderthal. En ese pequeño porcentaje nos han transmitido una serie de características que, según veremos siguiendo la opinión de John Capra, no son en absoluto desdeñables. Algunas de dichos caracteres eran positivos pero los cambios climáticos habidos en los últimos 15.000 millones de años los han tornado negativos ; por ejemplo, la absorción de la luz solar por la piel. Daré más datos en una próxima entrada, así como la bibliografía pertinente.
La cifra 15.000 millones de años no atañe a especies vivas de humanos o no humanos sino a la edad que en la actualidad se le ha calculado al Universo desde su formación. Es más «viejo» de lo que se pensaba.
Nuestros ancestros parece ser que salieron de África hace unos 50.000 años. Según datos estudiados por John Capra y sus colegas de la universidad norteamericana donde imparte lecciones e investiga.
Como se ha señalado por estudiosos del tema, que citaremos en su momento, las relaciones entre Neanderthal y otros humanos tienen lugar cuando, hace unos 50.000 años, salen de África.
En el sur de la Península Ibérica la permanencia del neandertal se prolongó más tiempo que en otras partes, y por lo tanto sus posibles cohabitaciones con otros sapiens debieron ser mucho más numerosas.
Estos temas nos interesan de cara a remarcar el carácter esencialmente humano de la práctica del uso de Cuevas – Santuarios para habitarlas, para rituales de iniciación, para cultos de sus antiguas criencias… Las pinturas rupestres son sólo un elemento más en este amplio abanico de hechos y posibilidades.
Muy interesante.
Me gustaría conocer algo de los bosques por donde habitaron los neandertales
A esa cuestión debe responder la serie de ciencias que estudian el desarrollo de la vida de las plantas y árboles en el planeta nuestro. De todas formas, no creo que u bosque de hace unos 250.000 años sea muy diferente de los bosques que los europeos se encontraron en la América que descubre Colón en el siglo XV, (ya muy a finales : en 1492), y los españoles van recorriendo durante todo el siglo XVI, y desde el XVII, junto a los portugueses y españoles, otros aventureros europeos. Desde luego, la arqueo-botánica debe ser una ciencia de gran interés.