Creo preferible utilizar aquí la palabra «onírica» junto a «memoria», y no escribir «memoria de los sueños» por la razón bien simple de que el término «sueño» en muchas lenguas, entre las que está la nuestra, es ambiguo (ya que vale tanto para lo que se sueña dormido como para lo que se desea de manera muy especial), mientras que la palabra onírico es muy específica en su sentido, y basta con que el lector haga mentalmente la operación de ceñirse a su sentido más cabal, que es el de la palabra griega de la que procede (oneirós : perteneciente o relativo a los sueños que se tienen al dormir), y dejar de lado, aquí y ahora, ese otro valor semántico del inglés «dream» o del mismo español «sueño» : algo sumamente deseado y altamente valorado.
Es memoria onírica, pues, aquella que nos permite recordar ( y mantener el recuerdo lo más fielmente posible ) al despertar lo que se ha soñado mientras se dormía. Debe uno tener en cuenta que a lo largo de unas ocho horas, -pongo por caso-, que dediquemos al descanso y particularmente a dormir, solemos tener entre cuatro y cinco procesos oníricos, o sea, sueños, ya que por término medio se dan cada 90 minutos, según estudios. El que aún sigo recomendando, para personas que deseen adentrarse en estos temas, es el que hizo el doctor Peretz Lavie, titulado «El fascinante mundo del sueño». Obra que, aun cuando puede que esté ya descatalogada, todavía puede con seguirse en librerías de segunda mano. Más adelante daré nombres de autores y obras que estén con toda seguridad al alcance de los lectores sin tenerlas que buscar a través de los vericuetos de los libros de segunda mano, aunque tales laberintos, por así llamarlos, son muy divertidos y a veces nos deparan sorpresas curiosas : encontramos cosas que jamás hubiéramos buscado pero que, una vez halladas, no nos resistimos a dejarlas pasar. Pero vamos a la tarea de hoy : las estrategias.
Ya en el anterior post o entrada, y en comentario que añadía al texto principal, relaté los pasos básicos que hay que dar para comenzar uno a recordar lo que sueñe. El primero es desearlo, desear mantener al despertar el recuerdo nítido de lo soñado. Para ello, a lo largo del día, mientras está uno haciendo las cosas propias de la vigilia de cada cual, unas dos o tres veces, no seguidas sino intercalando tiempo entre una y otra, se dice uno a sí mismo mentalmente algo así como «deseo recordar mis sueños al despertar». Si en el primer día no ocurre el recuerdo, al siguiente se repite uno lo mismo, y es lo normal que en unos dos o tres días comienzan los recuerdos de los sueños que se hayan tenido. Ese momento es clave, y si lo ha deseado uno con fuerza, casi diría que resulta «mágico» : hemos accedido al interior de nuestra propia mente mientras ésta realizaba funciones del dormir como es la indispensable FUNCIÓN ONÍRICA.
Cuando esto ya ha ocurrido, es muy importante comenzar a tomar el timón de la nave de los sueños : hay que anotarlos. Si se anotan, aunque sea de manera muy breve, resumiéndolos, contándose uno por escrito (o grabándolos de viva voz) lo que recuerda del sueño, los recuerdos de los sueños se van instalando en nosotros y comenzamos a ser dueños y señores, en gran medida, de nuestro soñar. Podemos incluso erradicar las pesadillas, podemos también potenciar las cosas que soñamos…etc. Es tal el cúmulo, la cantidad de cosas que podemos hacer con el control de los sueños, que tratar de referirnos aquí y ahora a todo eso sería penoso y hasta inconveniente. Lo dejamos aquí, por ahora, pero hacemos esta advertencia : lo mismo que llegado un momento, si hemos sido tenaces, no necesitamos ya anotar los sueños para mantener sus recuerdos, si no los anotamos al principio, cuando hemos iniciado el camino del CONTROL DE LOS SUEÑOS, y los dejamos pasar, caemos de nuevo en su olvido, y luego recuperar lo que se había logrado es posible, sí, pero ya se hace más difícil.
Hay más estrategias, lógico es, y las iremos mencionando. Pero eso será cosa dc otro texto. Sólo hago esta breve observación : la imagen que ilustra esta entrada es la cara, realizada con medios tecnológicos avanzados y por supuesto hipotética, de una MUCHACHA NEANDERTAL, deducida por ordenador a partir de datos arqueo-antropológicos. Elijo esa imagen a manera de homenaje a aquellos seres que nos precedieron en la evolución, que ya hacía arte y enterraban a sus muertos, que ya ERAN HUMANOS en muy gran medida, y sin lugar a dudas, QUE YA SOÑARON COMO NOSOTROS. Gracias.
Esto de Miguel de Molinos, aplicado a la tera de controlar los sueños ( no a la que él señala, que es su modo de «vía mística») viene a cuento. Dice en el «A Quien Leyere» o «Introducción» de su Guía Espiritual, esto :
«Ni todo está dicho ni todo está escrito, y así habrá siempre que escribir hasta el fin del mundo». (Pág. 33 de la Edición de la «GUÍA» que hizo, en Alianza Editorial en 1989 ese gran poeta español que es José Ángel Valente.
Bien : pues del mismo modo, quien quiera entrar en el universo onírico debe saber que es como visitar un otro mundo, sin perder contacto con el propio de cada uno en la vigilia, y que ese mundo tiene también su sol por encima de las posibles nubes, cuando éstas llegaren, si llegan, (que mejor que no; no al menos las nubes que ahora pienso), y sus infinitos horizontes. ¿Ven ese horizonte? Pues así que lleguen a él, verán otro más al fondo, y tras de ese otro más, y otro y otro… «Y así hasta el fin del mundo», como decía el hoy tan olvidado clérigo que estudió con los jesuitas y cuya obra se publicó en Roma en 1675. Fundador del movimiento espiritual «quietista» ( o «quietísimo» ) su postura espiritual e intelectual le valió once años de cárcel en las de la Inquisición romana, muriendo en esas cárceles el 21 de diciembre de 1696.
Algún lector podrá apuntar que son muchos los animales, no ya humanos ni homínidos, que sueñan. Por ejemplo, gatos y perros, entre otros. Sin duda eso es así. Pero lo que aquí se dice es que (tengo la certeza, por razones de índole deductiva, que ahora no vienen al caso) nuestros ancestros neandertales SOÑABAN COMO NOSOTROS, esto es, con conciencia YA de lo que es la distancia o la diferencia entre vigilia y sueño.
Hacían arte parietal en las cavernas, enterraban a sus muertos, -aparte los posibles casos de canibalismo ritual, que se da también entre los «sapiens- sapiens» antecesores nuestros, ¡e incluso hoy en día, e incluso «ya no ritual» sino brutal ! – y posiblemente por esas adquiridas categorías oníricas pudieron coexistir con cierta igualdad o pariedad entre los otros humanos posteriores, los que hemos llegado hasta hoy. En suma : creo que, fueran cuales fueren las causas de su extinción, el homo neandertal era humano, es decir, tenía tal categoría de «humanidad». La ciencia lo certificará en su día.
Creo que voy a hacer una pregunta que se considerará tonta pero ¿para qué nos sirve recordar los sueños?
Hace unos días mi sueño fue un tanto macabro y la verdad es que me habría gustado que hubiera sido uno de esos que pasan desapercibidos, en cambio, lo sigo recordando y no encuentro nada agradable en ello.
Verás : con el control de sueños se logra eliminar en gran medida eso que llamamos «pesadillas». A veces es difícil evitarlas, sobre todo al principio de nuestra tarea de controlar lo que soñamos, pero cuando entras en lo que se llama «sueño lúcido» ( : consulta en la red la obra de Stephen LaBerge; una de sus obras se titula «Explorando el mundo de los sueños lúcidos» ) la cuestión de las pesadillas y sueños indeseados se resuelve con facilidad, por la sencilla razón de que en esos estados oníricos el soñador SABE que está soñando, y ese saber, atenúa e incluso invalida los posibles efectos desagradables de algunos sueños.
Y no : tu pregunta no es en absoluto tonta, todo lo contrario, creo que puede ser de gran utilidad para muchos lectores.
Y ya que ha salido el tema de las pesadillas y sueños perturbadores, no está de más saber que una infusión de hierba arterias, tanto para los niños como para los adultos, es calmante del ánimo y favorece el sueño tranquilo. Este tipo de infusión, además, puede tomarse con toda tranquilidad pues no tiene efectos peligrosos, como otras que se usan para potenciar los sueños lúcidos.
Los sueños lúcidos deben alcanzarse por medios naturales, sin ingesta de productos algunos, estén o no estén prohibidos.