Piedras Sagradas

20 Oct
NOCTILUCA : Piedra Sagrada en Cueva del Tesoro (Málaga)

La enorme variedad de sueños es algo que acabará conociéndose únicamente cuando se hayan completado los llamados «bancos de sueños». Por «completar un banco de sueño» entenderemos ahora haber alcanzado un número suficientemente representativo de sueños de personas, relatados por ellas mismas y de manera absolutamente voluntaria, y enviados expresamente a dichos centros de estudios para su posterior análisis y clasificación. Porque aunque ya hay bastante material onírico recogido e incluso estudiado, aún falta mucho para poder establecer unos patrones, – culturales, psicológicos, históricos o del tipo que sea-, que permitan a los oneirólogos y demás estudiosos de los diversos fenómenos que se dan en el sueño de los seres humanos.

Pero lo que hoy queremos traer a nuestra atención lectora no es, exactamente, una cosa relacionada de manera directa con el sueño. Su relación, como quedará explicitado en textos posteriores, es indirecta. Ahora sólo apuntaremos que dicha relación, de manera quizá ocasional, se establece ( a veces : lo más frecuente parece ser la experiencia directa, tenida durante la vigilia, no en el sueño ) mediante un sueño. Tales tipos de sueños podrán luego ser calificados como «visión» por el propio sujeto que lo vive, y ser así transmitida a la posteridad : como una visión, o también como un sueño de tipo «premonitorio», en unos casos, y «de conocimiento», en otros.

Para que el lector se haga una idea lo más cabal posible de qué es una piedra sagrada me voy a servir de unas palabras que pueden ustedes encontrar en un muy curioso libro : «Alma Primitiva», de Lucien Lévy-Bruhl, (más abajo daré la ficha completa de la obra), de quien cito estas palabras:

«El primitivo pasará cerca de una roca o de una piedra cualquiera sin prestarle atención. Pero por poco que alguna cosa de la misma detenga su mirada o dañe su imaginación, bien porque la forma sea extraña, su posición curiosa, o su dimensión anormal, al acto revestirá el carácter que los papúas del delta del Purari denominan «imunu», los indios de las llanuras de la América del Norte llaman «wakan», y en otras partes de modo análogo. Estos objetos, por estar cargados de fuerza mística, pueden ejercer sobre la suerte del indígena y de los suyos una influencia dichosa o nefasta. Probará, según el caso, de evitarla, conciliarse con esa fuerza o incluso captarla. Si llega a apropiársela, aumenta por ello su propio «mana» o «imunu».» (Pág. 38, obra citada arriba).»

Los datos precisos del libro citado son los que siguen : La publicación de esta obra de Lucien Lévy-Bruhl data de 1927 y llevaba el título, como es lógico, en su lengua de origen que es el francés :  «L`âme primitive».  Su traducción al castellano es de Eugenio Trías, data de 1974, y se publicó en Edicions 62, S. A.  Y el ejemplar que manejo y por el que cito es de SARPE, de 1985. El interesantísimo libro tiene un total de 331 páginas, y luce en su portada la reproducción, en su color rojo que nos es familiar, de unas pinturas rupestres de la Cueva de Altamira.

Ponemos fin por hoy al texto : lo que se reproduce arriba es una típica «piedra sagrada», conocida como Noctiluca, y se encuentra en la Cueva que actualmente se llama «del Tesoro», y que ha sido también conocida como Cueva del Higuerón y como Cueva del Suizo. Volveremos sobre esto, y hablaremos de algunos de los sueños que se vinculan con tal «ara, altar, imunu, mana o piedra sagrada» : algunos quedarán asombrados.

4 respuestas a «Piedras Sagradas»

  1. «La noción de «imunu», según unos estudiosos (Holmes), alude a la substancia de los seres y de las cosas, y tiene pues un carácter sustantivo. Es, en la lengua, un nombre sustantivo. Otros, como por ejemplo F. E. Williams, insisten en el carácter emocional de la representación y ven en «imunu» más bien una cualidad, con lo que suelen atribuirle un valor adjetivo.
    La noción de IMUNU, a nuestros ojos, es a la vez abstracta y concreta, y queda com o indistinta para nosotros, si bien resulta perfectamente satisfactoria para la mentalidad primitiva».
    Entresaco la cita de una nota a pie de página del libro «Alma Primitiva». Gracias.

  2. En todas estas cuestiones siempre acaba saltando una cosa y no quisiera pasar de ella : ¿hasta qué punto puede un hombre moderno, un ser humano con la mentalidad que «arrastramos» (es un decir) desde, pongamos por caso, el Renacimiento, comprender la mentalidad del hombre que llamamos «primitivo»?

  3. No es preciso alejarse mucho del pensamiento del hombre moderno si nos pertrechamos con lo que nos enseñan los antropólogos para mejor comprender el modo como veían el mundo los «hombres primitivos»

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