Mente, Consciencia, Materia «G»

9 Jun

¿Habrá una Sexta Extinción?

1.- En la consciencia de los seres humanos no sólo interviene el factor » lenguaje» con su carga cultural. Estamos también ante una serie de elementos que están en el subsuelo del lenguaje, por así decirlo: la » información» contenida en los electrones, por ejemplo, de la que no somos conscientes ni podremos serlo en mucho tiempo – por razones tecnológicas- y que actúa en nuestra psique. Según la ciencia, el electrón es prácticamente «inmortal», (a escala humana : comparando nuestro “tiempo vital”, como seres individuados, con el del Cosmos) y además contiene un tipo de información que ya nunca pierde. O al menos eso parece postularse por parte de comunidades científicas que estudian estos elementos. Ahí, debemos callar y escuchar: a veces, hasta los propios científicos discrepan, lo que desde luego no es nada negativo. De las constructivas controversias suele salir siempre algo en claro.

Y antes de seguir, aclaremos que por “Materia G” nos referimos al propio cerebro humano, muchas veces denominado así, como “materia gris”. Los otros términos del título no precisan aclaración específica por ahora, a no ser que se enfrasque uno en una delicada operación de delimitar qué entendemos por “mente”, qué por “consciencia”, etc., cosa que no vamos a hacer, pues lo que sí nos importa en estos momentos es centrarnos en los electrones y ciertas cosas que sobre su particular entidad ya hemos dicho arriba que se han  afirmado, como que es algo “inmortal”.

Algo así postulaban ciertas palabras del físico y teórico francés Jean Charon. ¿Quiere eso decir que cuando un electrón, que “estuvo” en un cerebro humano, y se «libera» de nuevo (a la muerte de aquel ser), sigue portando información que adquirió en su «estancia» en dicho cerebro? ¿ Y que esa información que ya nunca pierde puede adjuntarse a las que adquiere de nuevos cerebros de otros seres vivos, humanos o no?

No se puede afirmar lo antes dicho, ni tampoco se puede descartar, Pero estamos ante una cuestión de máximo interés, como se comprenderá, por la cantidad de implicaciones que conlleva. Por lo pronto lo que se sabe es que los electrones “saben cosas”, y dependiendo de los medios y contextos físico-cuánticos a que se les someta, hacen uso de esas cosas que saben.

Las implicaciones de esto son fantásticas. La ciencia tiene ante sí una tarea que roza lo infinito. Ahí no acaba todo. Eso es sólo un principio: si lo que propone Ken Wilber, que no se contradice por cierto con nada de lo que hasta ahora hemos visto en anteriores científicos, y sobre descubrimientos del cerebro, la mente y la materia, resulta ser cierto, o por lo menos es una posibilidad real de cosa cierta en un futuro, esta humanidad no es la primera que ha habido ni va a ser la última. Y tal vez eso en parte les dé la razón, o parte de razón, a quienes ya hablan de una Sexta Extinción sobre el planeta.

2.- Tenemos luego las tesis de Danah Zohar, de quien hablaremos a continuación. No me atrevo, a la altura de los últimos descubrimientos, llamarlas ya sólo “hipótesis”; tampoco me tomen demasiado en serio: mis conocimientos de estas materias apenas si pasan de lo que puede dejar en uno la lectura de libros de divulgación científica. Eso sí: de autores de autoridad sin lugar a dudas, y en ediciones y editoriales de absoluta fiabilidad: los directores de las colecciones son doctores y catedráticos en Universidades de gran prestigio y con grandes posibilidades de investigación, y no me resultan nada dudosos en absoluto: de descuidos imperdonables en materia científica, incluida la simple divulgación, única a mi pleno alcance. Mi formación científica adolece de grandes lagunas, pues, como se solía decir, “yo era de letras”.

El libro de D. Z. se tituló en su versión original “The Quantum Self”, y apareció en 1990. La primera edición de Edivisión Compañía Editorial (México) es de 1996.

El ensayo de D. Zohar escribió su libro con el asesoramiento intenso de su esposo, el doctor I. N. Marshall, matemático, físico y científico de primera línea. Esto dice Danah Zohar de la aportación de su esposo, literalmente: “La argumentación formal y el rigor matemático de esto último, (las aportaciones del doctor I. N. Marshall), si bien, por lo general, inaccesible al lector profano, le dio mayor peso a la tesis principal de este libro”. Es la “Nota de la Autora”, al comienzo mismo de su obra.

Por cierto que D. Zohar afirma en su libro (pág. 112) que los electrones no tienen memoria, lo que no debemos confundir con la otra afirmación anterior, que también postulan científicos, la de que “portan información”, pues no toda la información es o está en la memoria, como sabemos desde que se estudian en la escuela los procesos biológicos del propio ser humano: sabemos “hacer la digestión” pero es un especialista, o alguien que ya haya sabido del proceso digestivo, quien nos tiene qué explicar cómo ocurre. Volveremos sobre estas cosas, las de D. Zohar, cuando hayamos dejado un poco más en claro lo de ese supuesta “inmortalidad” de los electrones, y sus capacidades para almacenar, puede que de forma indefinida, determinado tipo de información. Creo que es de momento lo más enigmático y lo que antes deberíamos dejar en claro ante los lectores,  en la medida de nuestras posibilidades.

3.- Hay un libro que me atrevo a recomendar, junto con ese tan interesante de la extraordinaria física y filósofa norteamericana autora de “The Quantum Self”, y es el Jorge Ramírez M. Sotomayor, titulado “Un viaje a la realidad invisible”. Es ahí donde mejor se puede orientar un lector que quiera abordar estas cuestiones sin perderse en excesos teóricos ni en tecnicismos que a la larga lo puedan trastornar todo. La primera edición de esta obra, en Editorial Diana, (México), es del año 1997. No seguimos otra. La obra de Ramírez M. Sotomayor lleva un subtítulo a modo de aclaración del tipo de “Viaje” que su libro promete, y dice así: “Una visión cuántica del universo”.

De dicho libro quisiera ofrecer una cita de William Blake, que hace el propio autor de la obra, y que por lo tanto nos ofrece doble información: la que contienen los versos que se citan del genial poeta, y el sentido en que los usa el autor del libro que ahora comentaremos.

“Si las puertas de la percepción

quedaran depuradas,

todo se habría de mostrar

al hombre cual es:

infinito.”

(William Blake)

Como del libro de que estamos ahora hablando nos ocuparemos más veces, pues en él se hace algo que forma parte de nuestro propósito inicial, ahora sólo citaremos lo que resume y condensa el pensamiento del científico francés Jean Charon, (uno de los “padres” de la bomba atómica del país vecino), y que podrían aclarar lo que en el punto 1.- del inicio de este texto poníamos nosotros en cursiva. Al tratarse de un texto algo largo, con él se dará término a este post de hoy, no sin antes dejar dicho que lo de espigar entre obras de poetas y teorías de científicos, no va a caer en saco roto.

He aquí la cita que se hace de J. Charon:

“El electrón constituye por lo tanto una individualidad autónoma, poseyendo un espacio-tiempo propio. Y este espacio-tiempo electrónico es, como ya lo hemos visto en los agujeros negros, diferente de nuestro espacio-tiempo ordinario. El electrón es un verdadero micro-universo: posee un tiempo cíclico que le permite re-encontrar los estados pasados del espacio del espacio que lo constituye y, por lo tanto, los fenómenos se desarrollan en ese micro-universo con neguentropía creciente, es decir, acrecentando sin cesar su contenido informacional.

Por lo tanto, cada partícula posee una “historia” que se remonta a todo el pasado del Universo. Si, por una parte, estas partículas encierran un espacio que no puede perder jamás su contenido informacional, puesto que, como ya lo hemos mencionado, la neguentropía del espacio no puede evolucionar más que creciendo, y si por otra parte, estas partículas tienen una duración de vida prácticamente eterna, entonces, todas estas informaciones que durante nuestra vida humana hemos almacenado en estas partículas que entran en la composición de nuestro cuerpo, subsistirán más allá de nuestra muerte corporal prácticamente por toda la eternidad.” (págs. 117 y 118, op. cit.)

Debe aclararse que la palabra “neguentropía” se usa con el significado de “entropía  negativa”, es decir, lo opuesto a ese proceso termodinámico tan conocido, el de la entropía, que es una especie de “medida del desorden”, y según la cual en nuestro Universo todos los fenómenos físicos van decayendo y asumiendo una degeneración de su energía. Tomo la aclaración del mismo texto que cito, pero cualquier lector puede hallar hoy en un artículo del Doctor Gabriel Hernán Gebauer una explicación my clara del concepto con sólo acudir a la Red. De paso, leería algo tan interesante como lo que titula, (dicho doctor), así: La Neguentropía y el Orden. Una nueva teoría acerca de las “diluciones homeopáticas”.

Hoy, sólo nos hemos asomado un poco a estas cuestiones. Otros días, luego de seguir con nuestras historias de palabras, de poemas, de poetas de hoy y de casi ayer mismo, y de sueños y sus posibilidades implícitas, seguiremos con estas “visitas a mundos alternativos”. Lo necesitamos: para tomar fuerzas y apoyar el re-nacimiento del orden y la estabilidad en nuestro mundo no-alternativo ( que es el de cada día), y para ir adoptando posturas de mayor positividad ante los ingentes problemas que hoy afectan a nuestra sociedad. Más allá de seres aislados, somos una gran comunidad de seres humanados, y esto último, la “re-humanización”, es hoy más necesaria que nunca.

3 respuestas a «Mente, Consciencia, Materia «G»»

  1. Disculpe el lector alguna que otra errata, sólo debida a mi descuido, y a nadie más imputable. No alteran el contenido del post, y por lo tanto no vuelvo sobre el asunto. Disculpen, pues.
    Gracias

  2. Gracias por sacarnos de nuestra cotidianidad y hacernos reflexionar sobre temas tan profundos y poco habituales para el común de los mortales, con esa singular forma de combinar disciplinas.

    “Chapó”

    • Gracias por leer el post, y gracias por el elogio. Seguro que si tuviera un poco más de tiempo exento de fiebres y catarros podría explicarme un poco mejor, y sin erratas.
      Espero que sigas entrando en estos espacios cibernéticos.

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