Manolo Rincón, el Pollock de Torre del Mar.

7 Jul

La libertad mal entendida es el mayor de los privilegios que atesoramos los pobres. Y es posible por el hecho mismo de no ser libertad real sino un placebo bien revestido que nos haga sentir importantes  y diferentes en un mundo de borreguismo y yermo de valores y gente con personalidad .

Así, la cultura y el arte suelen utilizarse en infinidad de ocasiones como herramientas básicas para convertirse en elementos libertarios para la población llana. Esta anarquía cultural es, en la mayoría de los casos, uno de los mayores camelos del planeta pues, tras él, hay siempre intereses espurios que buscan trincar por encima de todo.

Ejemplo perfecto de ello podría ser  la actual exposición sobre Banksy en nuestra ciudad. Y es que resulta paradójico que un artista urbano, fuera del sistema, anónimo y con un claro objeto de burla del funcionamiento global del capitalismo se exponga previo pago de 9 euros, con grandes patrocinadores a sus espaldas y promociones en todos sitios para consumir la muestra de “ 40 obras que incluyen piezas originales del autor”. Je.

Y así con todo. Por amor al arte existen cada vez menos organismos. Poco es espontaneo y real en el universo en el que la mayoría de las cosas tienen precio, real o de amigo, aunque te estén vendiendo supuesta verdad. De tal manera que resulta ridículo que la cultura sea capaz de mercantilizar elementos propios de la contracultura. Pero así es la vida y pocas cosas son las que se escapan del circuito. Pero las hay. Escondidas y felices. Pero existen. Y una de esas entidades tiene nombre y apellidos. Está en nuestra provincia y se llama Manolo Rincón.

Nombre conocido. Personalidad clásica de Málaga en los medios por infinidad de cosas. Básicamente hay dos pilares que sustentan sus apariciones en los medios: su parcela empresarial y la política. La empresarial es clave. Un señor crea un imperio sanitario. Desde cero. Con poco. Pero vendiendo bien, con honestidad y acento andaluz. Y eso, cuando se trata de consumir cosas que asustan, es una receta perfecta. Tras ello llega su etapa política: compromiso con la gente, enganche social y una personalidad buena que funciona pues ya tenía la prueba en la empresa. Y así continúa el avance.

Seguidamente de esos dos pilares, está el plano alternativo también conocido pero menos: el gran mecenas del deporte. Una fundación que se dedica, de verdad, a sustentar grandes proyectos deportivos. ¿Y qué es grande? Todo lo que se haga de buena fe. Por eso Manolo Rincón ha apoyado, sostenido -y salvado en algunas ocasiones- todos aquellos proyectos que promueven el deporte y los valores añejos a dicha actividad. Y eso, a día de hoy, es más raro de encontrar que a un falangista en Intxaurrondo.

Desde proyectos de envergadura como su exitosa apuesta por el balonmano femenino hasta el baloncesto adaptado o su etapa de proyección con el Unicaja de baloncesto. Y bien pudiera resultar una estrategia perfectamente planteada para usar ese apoyo como elementos de responsabilidad social empresarial y así conseguir un reporte de beneficios posterior en sus negocios. Nada más lejos de la realidad.

Y es que la fundación de Manolo Rincón apoya –dinero de verdad- cada año a decenas de proyectos deportivos que jamás conocerás pues llegan a ser minoritarios pero hacen felices a muchas personas. ¿Eso es ser buen empresario? ¿Buen gestor quizá? ¿Un crack de las relaciones sociales? Que va. Eso es simple y llanamente ser libre de verdad.

Creer en algo y hacerlo porque puedes gracias a tu esfuerzo. Esa máxima es inalcanzable para la mayoría de los mortales. Por eso, cuando conoces a perfiles como el de este señor, reconoces la libertad mucho más real que la que te venden ya exprimida y empaquetada en una exposición con entrada a la venta para que te enseñen qué es ser underground y alternativo.

Pero hay más. Un fenómeno curioso en la particular vida de Rincón y es su amor por la pintura y el arte que lleva desarrollando durante décadas. En su hogar, en un sencillo estudio lleno de vida y tubos de óleos por decenas, reconoce sobre el lienzo los aspectos más elementales del devenir diario de todos. Con una técnica libre y una temática contemporánea, Manolo Rincón desarrolla obras que cuelgan en pareces de instituciones, empresas y hogares particulares con la peculiaridad intrínseca de cada obra. Ahí hay libertad de la buena. De la verdadera. En los trazos etéreos y el desconcierto cromático del Jackson Pollock de Torre del Mar se sustentan los pilares básicos del arte libre.

Y ahora, más allá de sus almacenes infinitos que albergan obras que regala, dona y disfruta, sus diseños se han plasmado en una pequeña colección de prendas y complementos básicos que sirven para aumentar y seguir dando sustento a su fundación en la búsqueda de aumentar la ayuda para el fomento del deporte. Deporte que por amor al arte –así reza su eslogan-, ha conseguido abrir la puerta de lo bueno, sano y libre a muchas personas en Málaga y su provincia.

Algo parecido a sus cuadros es el propio Manolo Rincón. Un salpicón de colores sin esquemas aparentes pero con el pulso certero para acometer las obras que sean necesarias para seguir creciendo.

Hagan por conocerlo pues olerán de cerca lo que es ser libre de verdad.

Y con suerte les regalará un cuadro.

Viva Málaga.

4 respuestas a «Manolo Rincón, el Pollock de Torre del Mar.»

  1. Tiene usted razón, es un hombre libre, de alma y de cuerpo, y pinta bastante, y lo siente en lo más profundo de su ser….Jackson Pollock reencarnado,cuando yo le hable de este pintor,hace muchos años,no sabía de su existencia…. Es libre si, pero un ARTISTA, con mayúsculas también… En aquel momento le comenté, que sería recordado con los años como un gran pintor de los grandes de la Axarquia…..

  2. Manolo Rincón es ejemplo viviente de autenticidad y generosidad sin límites. Como bien aconseja Gonzalo León, merece la pena conocerlo.
    Me cabe el orgullo de contarme entre sus amigos; no sería así, por mi parte, si me cupiera la más mínima duda sobre su verdadera dimensión humana, que, lejos de estereotipos forjados a golpe de intereses espurios, en él se dan cita la honestidad y la honradez.
    Hoy, cuando el otoño de mi vida ha hecho acto de presencia, me siento honrado por haber tenido, en otro tiempo, la oportunidad de colaborar con Manolo, tanto en su etapa política como en la empresarial y, sobre todo, en la humana, lo que me sirvió para confirmar que su amistad es uno de los mayores valores que podría llegar a atesorar.
    Me sumo al consejo de León: acérquense a Torre del Mar, pregunten por quien es archiconocido, y muy querido, en el municipio veleño, y de entre sus múltiples valores descubran un mundo de colores infinitos que, les aseguro, les sorprenderá.
    Y haciendo mía la aseveración de León, aunque no será necesario el factor suerte, seguro que les regalará un cuadro”.

  3. MANOLO RINCÓN hay que escribir tu nombre con mayúsculas, eres un “crack” en todo lo que te propones. Gonzalo León te ha descrito perfectamente. A pesar de conocerte desde hace mucho tiempo, no dejas de asombrarme. Sigue así aunque… ni queriendo, podrías evitarlo.

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