Con los nuevos cambios y tal y cual, estamos inquietos por ver qué rumbo coge la cultura malagueña en los próximos años. Aunque pudiera parecer algo minoritario y de poco interés, en comparación con otras áreas de gobierno municipal con más pompa, la de cultura es una de las carteras claves para entender acertadamente la deriva de la ciudad para una gran masa social.
La cultura mal entendida –que es la que se gestiona en mayor cantidad desde el aíto- es un punto clave del funcionamiento vital de esta Málagaluf que nos ha tocado vivir y por eso inquieta a una gran parte de la ciudadanía verde y morada que anhela poder pillar algo de rasca positiva de esa gran mercadotecnia cultura municipal.
El guiri por debajo de todo es una ley universal que cualquier malagueño comienza a aplicar para sentirse dueño de su propia vida local. Si el gran cañón solamente enfoca al turista en la mayoría de asuntos de importancia municipal ¿Cómo iluminamos la vida real del de aquí?
Quizá, en este sentido, la deriva que está tomando el malagueño ante este apartheid cívico al que se ve sometido por las hordas de chancletistas puede tener símiles con las políticas populistas de aquellos que defienden el “España para los Españoles”. Y qué curioso que, los que se encuentran en las antípodas de pensamiento de ese planteamiento prehistórico sí que anhelamos una Málaga para los malagueños. Y ahí, quizá, podamos encontrar una beta de buenos minerales en la nueva responsable de la cultura local: La Señora Losada.
Del anonimato al púlpito. Eso es una maravilla para muchos que pretendemos que se trate esta área con la misma delicadeza que te muestran una alhaja en una gran joyería: con sumo cuidado y delicadeza.
Pero son muchas las inquietudes que genera, como es natural, un cambio nuevo en este mundo. Y es que, por una parte, trocamos de nombres y apellidos. Marcha Gemma del Corral, gentil, ejemplar, moderada y extraordinaria concejala que tan buen sabor de boca ha dejado siempre a todo aquel que ha tenido la suerte de tratar con ella, y aparece en escena alguien que viene –al menos eso estimo- con el expediente limpio y la vereda expedita de cara a la nueva gestión cultural malagueña.
Pero a continuacion sucede que, la segunda de las dudas, resulta un poco más compleja y es que no solamente cambiamos deneís en el área sino que reemplazamos el color. La gaviota suelta la ilustración y cae sobre los cítricos siendo la única de las carteras en su poder. Y ahí nos asaltan las dudas: ¿Por qué cultura? ¿Quién lo ha decidido? ¿Ha exigido siudadans la Cultura o la ha soltado o rechazado el pepé? No se entendería el segundo de los casos pues se trata de algo capital. Pero sí que resultaría interesante que los nuevos hubieran pedido dicha área pues sería señal inequívoca de que entienden de cultura y la consideran fundamental.
Así que ahora solamente queda esperar con cautela, respeto e ilusión los proyectos que nos depara este nuevo mundo de la mano de la Sra. Losada. Aunque por lo pronto nos hemos encontrado con que el CAC sigue en las mismas manos que antes –y su consiguiente sorpresa negativa por no comprender bien el asunto-, bien pudiera ser algo previamente cocinado y que aún no es harina del costal de Losada.
Ojalá sea una gran etapa. Ojalá la cultura real vertebre parte de la sociedad. Ojalá sea segmento activo en la defensa de la caída a pedazos de partes de la ciudad. Ojalá reactiven proyectos que verdaderamente generan espacios culturales vivos y con una realidad tangible. Ojalá se mire a Málaga mientras se sigue atendiendo con calidad al extranjero. Ojalá un repaso a los museos municipales y el replanteamiento de algunos espacios que pocos entienden en su formato actual –no vendría mal darle una pensada al Revello de Toro y similares –. Ojalá la búsqueda urgente para plantear espacios verdaderos del estudio y muestra de la obra de Chicano –que bien debería crearse sin esperar a que se muera-.
Ojalá el abandono total del proyecto del Soho como barrio de las artes cuando nada de ello sucede allí. Ojalá la lucha para la peatonalización integral de las Lagunillas de la mano de las áreas implicadas para proteger el único espacio real, anónimo y creado sin ayudas como espacio de creación de cultura emprendedora.
Ojalá la lucha por ser el salvavidas de todo aquello que, desde diversas áreas municipales, se pueda dilapidar y que desde cultura puedan tener cobijo.
Ojalá un mejor trato al Cementerio Inglés de manera que se pueda ayudar a sus propietarios con el único fin de mejorar el patrimonio cultural e histórico de la ciudad. Ojalá una feria del libro más estable. Ojalá el festival menos mercantilizado. Ojalá una gran super vuelta a la Noche en blanco que ha dejado de tener tintes culturales y sí de parque de atracciones con tintes de fiesta de fin de curso trufado con la fiesta final de la película Grease pero a lo malaguita. Ojalá pensar cada día en qué haría Garrido Moraga si estuviera en su lugar.
Ojalá tantas cosas. Pero no sabemos bien qué pasará. Aunque lo que es seguro es que muchos seguiremos entendiendo que la cultura malagueña es clave y fundamental para el desarrollo de una sociedad libre, auténtica y moderna. Lo de la mona y la seda es totalmente cierto. Por eso puede suceder que embadurnes de museos y folletos una urbe pero que ésta siega yendo a su aire empapándose menos que un Barbour.
Esperamos mucho de los nuevos. Por el bien de todos. Por el bien de la ciudad. Bienvenida Mrs. Losada.
Viva Málaga.