28-Falsos

3 Mar

Hay que tener cuidado en épocas de cambio con todo. Con los entrantes, con los salientes, con los que dan paso atrás con los pies enfangados y los que dan el paso al frente para enfangarse de tal manera que los nuevos vean que son dignos de ser valorados.

Asusta y abruma ver tantos movimientos en falso –nunca mejor dicho- en las últimas semanas. Hay que ser valiente ahora y siempre. Con los azules y los colorados. Y si repartes estopa hazlo de manera igualitaria o de lo contrario serás un vendido todos los días de tu vida.

Me causa estupor observar cómo en la última gala del día de Andalucía se han cargado las tintas por parte de algunos de una manera tan sangrienta hacia su presentador. Sí. El conductor de la gala ha sido el objeto de deseo de unos rajadores semi profesionales y aún no le encuentro el sentido.

Y es que da igual cómo fuera el evento. Da igual, salvo que hubiera paseado en calzoncillos por el escenario, el formato usado en esta ocasión.

Hablamos de un acto solemne. No cabe duda. Pero la solemnidad de un evento de tal magnitud no es menos importante que la dignidad y decencia de los opinadores a la hora de derramar letras sobre alguien que ha ejecutado una labor nimia y sencilla.

No quiero valorar la labor de un profesional reconocido durante décadas en un acto puntual en el que actúa como maestro de ceremonias. Y tampoco debo acudir al recurso fácil del clientelismo capitalino de muchos que aún deben favores y por los cuales escribirían mal hasta de su padre.

Pero sí que hago una reflexión al respecto de la falta de valores a la hora de rajar por  rajar aunque te lleves por delante al rajado. ¿No da vergüenza a nadie escribir de manera tal maligna, déspota y sangrante de alguien por un asunto vacuo como el estilo –cuestionable o no- de la presentación de un acto de entrega de medallas de la Junta de Andalucía?

¿Eso qué es? ¿Opinión? Sí. Pero opinión sucia. Manchada. Esas teclas con las que se escribe de esa manera tan desmesurada huelen a otro que no es el que teclea. Y eso hay que hacérselo mirar. Porque el porrazo que te acabas dando es de magnitudes estratosféricas.

Me da igual cómo hiciera su labor de conductor de la gala Domi del Postigo. Me importa tres rábanos una vez que se saltan ciertas líneas sagradas. Y ahora se han rebasado de manera extraordinaria.

Hay quien lo traduce en algo más profundo. Es la guantada aún latente de aquellos del régimen anterior contra los del nuevo régimen imperante. Los de la Junta antigua contra de la Junta nueva. Pero me extraña bastante que se le deba dar una lectura tan profunda. No hay fuego cruzado entre ambas partes. No creo si quiera que haya aún trincheras bien construidas y lo que más me extraña del mundo es que, los buenos y potentes de verdad que mandaban hasta hace un cuarto de hora permitieran ese tipo de exabruptos en medios de comunicación hacia profesionales ajenos.

No hay tanto en esta historia. Pero sí que hay mucho. Mucho de falta de estilo, vergüenza y capacidad para criticar con categoría algo que no gusta. Y hay poco de intrahistorias de “los otros” contra “éstos”.

No quisiera verme jamás en la tesitura de tener que bailarle el agua a cualquiera a cambio de un mendrugo. No quisiera verme jamás en la tesitura de tener que rebajar el lenguaje para poner en evidencia a alguien que ha hecho algo que simplemente no me gusta. No quisiera verme jamás vendiendo humo explosivo. No quisiera, en definitiva, leer humo impreso atacando al que pasaba por allí.

Si el estilo del acto de entrega de medallas de Andalucía ha cambiado a peor pues que vuelva al formato del año pasado. Si el tono distendido o de gala casual no cuadra con la solemnidad pues que se solucione. Si los nuevos consideran que no hay que darle tanto bombo a algo que otros ven como de suma importancia pues no los votéis la próxima vez y salgan en caravana de trailers llenos de personas camino de los colegios electorales el día de las próximas autonómicas. Pero hasta entonces garlic and water.

Pero de ninguna de las maneras revienten al mensajero. Eso es de no tocar seguido. De poco inteligente y en definitiva de ser algo totalmente opuesto a lo que se exige: elegante, serio y formal. Ningún presentador desacertado me causa tanta vergüenza, rubor y malestar como leer una o mil columnas rezumantes de bilis ácida hacia un profesional que, aunque no lo parezca por la magia de su cabellera, tiene ya su buen puñado de años de los cuales, bastantes, han transcurrido echando peonás en los medios, los eventos  y las galas solemnes.

Respeto. Que vais a caer malos. Y si tanto coraje guardáis dentro, usadlo en mejorar y solucionar el carajazo del cual aún resuenan los ecos.

Más vergüenza da ver a más de uno de los representantes políticos –de más de un partido- puesto a dedo que tenemos en el Parlamento Andaluz. Pero de esos no rajáis. Os da sustito…

Qué lástima ser un papa frita en esta vida.

Viva Málaga.