Tras el empacho navideño y los regalos de reyes ya siendo disfrutados, metidos en bolsa para descambiar e incluso apartados en un rincón sin reconocer su valor real, la ciudad se recompone para volver a la realidad. Los contenedores de basura colman de cartones y papeles, los chiquillos lucen sus bicicletas y coches teledirigidos en las calles y los padres y adultos menos sonrientes, observan desde la app de su banco cómo el mes de enero se va a encaminar a una dieta forzada y forzosa.
En este ambiente extraño de malgasto generalizado en el que todos los que pueden se meten en mayor o menor medida, hay personas que tienen a bien sostener un megáfono para, desde la mayor de las bondades y el mejor de los estilos, hablar bien alto de la cara B de estas copiosas fiestas.
Él es Fano. Un artista. En todos los sentidos. Un maestro de escuela que trabaja en el Colegio María de la O –no pudieron ponerle mejor el nombre- que se sitúa en el gueto que es Los Asperones. A su vez, Patxi Velasco –así se llama Fano-, es ilustrador de la Diócesis de Málaga y sus dibujos viajan y divulgan a niños y jóvenes del mundo entero. Y ha sido él, desde su atalaya hiperrealista de responsable del colegio de Los Asperones, quien ha escrito una carta a los Reyes Magos que divulga la Diócesis de Málaga y que, todos los medios, debieran estar obligados a publicar en portada.
A mí hoy me tocaba seguramente escribir sobre la Cabalgata. Si era bonita o fea. Si se estaba privatizando o no. Si el Ayuntamiento ponía publicidad en las Carrozas y cosas así. Pero no quiero. Porque lo que dice este buen hombre es el digestivo perfecto para todos los empachados un seis de enero.
Tenemos cosas por hacer muy cerca. Pero estamos colapsados por el sistema. No viene mal la luz. Aunque ilumine miserias. Porque son de verdad. Existen. Y está en nuestra mano y es obligación de todos trabajar para solucionarlas.
He aquí Fano. He aquí su carta a los Reyes Magos:
“Queridos Reyes Magos que visitáis las afueras de las ciudades en busca de niños pobres, os invitamos a visitar el barrio de Los Asperones, un trocito de tercer mundo en la hermosa ciudad de Málaga.
Aquí los niños son niños y sueñan con superhéroes, futbolistas y cantantes; mientras los mayores sueñan con una vida mejor para sus hijos. Sabemos de vuestra generosidad y por eso queremos haceros algunas peticiones.
Os pedimos: para los niños una oportunidad y un buen futuro, para los padres y las madres un trabajo y una vivienda digna y para los más ancianos salud y al menos un plato de comida al día. También estaría bien contar con papeleras en las calles, pasos de cebra, columpios, semáforos, alumbrado público, contenedores de reciclaje, tiendas con escaparates, supermercados, una parada de metro…
Quizá lo más sencillo sería que nos regalarais una ciudad que nos quiera y acoja y así tendríamos todas estas cosas.
Es difícil nacer y vivir apartado junto a todos los restos de la ciudad, restos de basura en el vertedero, restos humanos en el cementerio, restos de coches en los desguaces…, pero sabemos que visitasteis a aquella familia que nadie quiso acoger en las posadas y que fuisteis sabios al ver en la pobreza y la desnudez la salvación del mundo.
Queremos que cuando vengáis, veáis que nos hemos esforzado mucho por el bien común, que hay más jóvenes estudiando bachillerato y que muchos que abandonaron los estudios han vuelto a estudiar.
Tenéis que conocer a las mujeres de los talleres, a los Misioneros de la Esperanza que reparten alimentos, a la escuela de madres, al primer equipo femenino de fútbol, a las cofradías que cuidan del colegio, a los monitores que ayudan a los niños, a los vecinos que hacen una olla común para que coman todos, a los enfermos y ancianos que nunca son olvidados y a la Mari, que pronto va a parir, y a Luis, y a Andrés….
Cuando vengáis no olvidéis traernos cuerdas para la guitarra, cantaremos flamenco y bailaremos junto a las candelas como hicieron aquellos humildes pastores. Aquí todos somos gitanos y no tenemos mayor valor que el de la familia. Os sentiréis como en casa, pues de aquel niño del pesebre aprendimos que, si Dios es nuestro Padre, todos somos hermanos. A la vuelta contad a todos quiénes somos, que existimos, que soñamos.
Ayudadnos para que no nos olviden. Y si al volver de visitar nuestro pesebre, pasáis por palacios, casonas o parlamentos, contadles lo que habéis visto: chabolas, pobreza, ratas y basura, pero también habladles de las cosas invisibles; tristeza, desesperación, miedos, prejuicios… junto a esperanza, amor, fe y alegría. A los presidentes, alcaldes, concejales, parlamentarios que rigen y mandan regaladles sabiduría, luz y conciencia, para que los pobres y los últimos sean más importantes. Habladles también de otros pesebres que visitéis, la Corta, las Castañetas, Albarizas, la Palmilla… Que no dejen de ver tanto dolor.
Queridos Reyes Magos gracias por vuestra atención, ojalá que sea posible la magia de la fraternidad y que en este nuevo año que comienza aparezca la estrella que nos conduzca a una vida más digna. ¡Gracias!”.
Ahora ya sabes de qué va la cosa. Ahora, ya sabes que existen muchos escenarios dignos de mejora extrema y urgente. La ciudad tiene una deuda. Y nosotros somos responsables si no se salda. Eso será un regalo de reyes real. Que no Real.
Viva Málaga.