Su Majestad Moreno Brenes

14 Nov

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Primero los Reyes Católicos, de ahí pasamos a la casa de Austria, seguimos con la casa de Borbón, se interrumpe con Bonaparte, avanzamos con más Borbones, se interrumpe con Saboya –premio para el caballero-, y aparecen nuevamente los Borbones con dos restauraciones hasta llegar al actual Rey de España.

Hasta ahí la monarquía contemporánea de nuestro país. Pero no. Hasta ahí pero no. Hemos sido muy torpes y se nos han colado unos insectos chungos que se han posicionado como gentes poderosas –o eso creen- que manejan lo que pueden y nos hacen la vida realmente imposible. Sí. Se trata de esa morralla revestida de clase política que pulula por las ciudades practicando el pillaje. El estraperlo del siglo veintiuno por cuatro migajas insípidas de pan duro y manido. Lo que viene siendo una caterva de basura con patas.

En nuestra ciudad estamos infectados. Mucho. Hasta límites extremos. Sufrimos una pandemia demoledora que nos ha hecho permitir que los seres más corruptos, inválidos, pobres, tercos, egoístas, insensatos y charlatanes se hagan huecos en el “poder”. Poder. Ese es el problema. Que se piensan que tienen poder. Y no se dan cuenta que su poder se limita a poder…comer. Porque sin su silla no tienen dónde caerse muertos. Porque se acabó la época de colocar. La cloaca se ha llenado y no caben más. Y nos lo tenemos que tragar los ciudadanos.

En principio no pasa nada. No tiene por qué haber problema en mantener a gente rara. Si lo piensan, mantenemos a parajillos con migas de pan o perros callejeros. Pero por desgracia, un gato con el ojo colgando, lleno de bichos y esparciendo su vómito en calle Strachan resulta menos nocivo que un concejalillo de tres al cuarto.

Al menos no hacen trabajos inútiles. Al menos no nos muestran a diario cómo no hacer prácticamente nada y sentirse en la cúspide. Al menos, o eso creo, no proyectan esa imagen tan chabacana de creerse marqués viviendo en una uvepeó.

Pero estamos peor aún. Porque las ratas han tenido crías. Cachorrillos alimentados con el mismo pan y un poquito de agua que te saltan al cuello a la más mínima. De esos que te regañan si escribes algo feo. De esos que sermonean a terceros para que te llegue el mensaje. De esos que pasean por los distritos como si fueran comendadores con el collarín invisible para mirar a los pobres por encima del hombro pero que en el bolsillo esconden el paquete de tabaco de la marca más barata. Vergüenza.

Málaga está llegando al límite de sus posibilidades. El globo está cada vez más lleno de caca y en el momento en el que explote va a pintar de mierda desde Ciudad Jardín hasta las cuatro esquinas de El Palo. Y aquí seguimos. Aplaudiendo a uno y a otra. Haciendo la ola al que no hace nada y buscando justificaciones imposibles de encontrar. “Es que tiene muy buena pinta”. “Es que es muy mayor”. “Es que ella es muy cercana al pueblo”. “Es que la culpa es de la Junta”. ¿Qué esque ni esca?

Esta ciudad está paralizada. Muerta. Con fracaso tras fracaso. Con el Museo de las gemas calentito. Con el Astoria lleno de ratas. Con las calles “rehabilitadas” hechas una ruina. Con la destrucción progresiva del centro. Con toqueteos en la Alcazaba con cemento. ¡Con cemento! Con el derribo masivo de las casas históricas que no sean propiedad de sus amigos. Con una programación cultural rancia. Con peleas en público. Con escraches de vergüenza. Con regalos a diario a cambio de favores que muestran en internet. Con puestos regentados por verdaderos incompetentes que en su vida han tocado un libro.

Y con el gran colofón. El metro. Sí. El metro. En superficie. El tranvía. Una campaña pagada por no se sabe quién con el fin de machacar la propuesta de la Junta de Andalucía sobre el trazado en superficie para, meses después, acabar haciendo lo contrario. Con escenas espantosas donde entidades locales se posicionaban junto a un cartel de un partido político.  Con un daño incalculable para la ciudad. Porque son nuestra imagen. Son nuestros representantes y dice mucho de nosotros. De lo que somos. De lo que queremos y de lo que nos queremos.

Nos están hundiendo y lo estamos permitiendo. Nos tumbamos en su momento y dejamos que se montaran en nuestro lomo para que cabalgaran sobre él. Y no se ve luz al final del túnel. Bueno, se ve un poco. Pero corta. Tenue y limitada. Y solamente la proyecta un señor. Un caballero. De los que merecen ser llamados Don. De los que tienen personalidad y vida. Y se llama Pedro Moreno Brenes.

Este caballero es de izquierdas. Fue Militante del Partido Comunista de España desde 1977 y de Izquierda Unida desde su fundación. En distintas etapas ha pertenecido a los comités: local, provincial, andaluz y federal del Partido Comunista de España así como a los consejos local, provincial, andaluz y federal de IU. Vamos. Lo que viene siendo un rojo de mucho cuidado. Pero no rojo normal. No, no. Rojo, rojo, rojo. Y qué casualidad, caramba, que el más rojo de todos es al que menos se le nota. Y es que Pedro nunca va vestido de malabarista. No acude arrugado a los plenos del ayuntamiento ni con camisetas harapientas. Y, qué cosas, resulta que tiene un trabajo real fuera de la política. Y qué cosas, resulta que su mujer también. Y qué cosas, resulta que no tiene miedo ni compromisos para poder denunciar públicamente una y otra vez lo que está mal. Dentro y fuera de su partido. Y coge el hombre y se va. De vuelta a su trabajo. A la UMA como profesor. Y nos deja a todos huérfanos de posibilidades. Sin patria política local en la que confiar.  Y se ha ido y en su propia casa de rojos han entrado a robar la cordura y han comenzado a decir tonterías. Muchas. Todas juntas. Hasta el punto de prohibir ser un cargo de Izquierda Unida y participar en actos religiosos. Ya hay que ser mamarracho para prohibir pensar lo que uno quiere con la camiseta de la libertad puesta. Igual de mamarracho que hay que ser para dudar de la valía de alguien para dar un pregón por no ser un ultra conservador baboso.

Qué pena que Pedro no esté. Y no sé qué tendremos que hacer para que vuelva. Pero sin Moreno Brenes el futuro que nos espera es triste. Desalentador y vacío. Y gente como él sí merece ser respetada y cuidada. Ellos sí pueden ser monarcas. Majestades de la honradez. Pero no caben en la charca sucia.

La ciudad es una palmera. Y del Ayuntamiento no paran de salir picudos. Pero no rojos.

Viva Málaga.

6 respuestas a «Su Majestad Moreno Brenes»

  1. Disculpe mi ignorancia, hasta me da grima preguntarlo pero…no sé ¿es normal que un rojo, rojo, de los de toda la vida, consecuente y formal, pronuncie un pregón cofrade? ¿Lo de las cofradías no es uno de los elementos de la parafernalia católica, cristiana o como se llame?
    Gracias y saludos.
    Rafael

  2. No hay nada más radicalmente cristiano que ser comunista. Ahí está la Biblia. Aunque también están los demagogos.
    Que cada cual piense y allá con su conciencia.
    Salud.

  3. Según la RAE: «Doctrina formulada por Karl Marx y Friedrich Engels, teóricos socialistas alemanes del siglo XIX, y desarrollada y realizada por Lenin, revolucionario ruso de principio del siglo XX, y sus continuadores, que interpreta la historia como lucha de clases regida por el materialismo histórico o dialéctico, que conducirá, tras la dictadura del proletariado, a una sociedad sin clases ni propiedad privada de los medios de producción, de la que haya desaparecido el Estado».
    Puede que, en un principio, el cristianismo tuviese algunos elementos propios del comunismo, o al revés, pero decir actualmente que ser cristiano es ser comunista me parece una aberración. Sólo hay que ver la trayectoria de la Iglesia Católica.
    Saludos.

  4. El problema que tiene Moreno Brenes, es que él no sabe que es de derechas o como si no se diera cuenta. Pero lo es. De hecho es cualquier cosa menos un comunista o socialista.

  5. A «Ceniza engominada», sigo la actualidad del Ayuntamiento, soy abiertamente de izquierdas y JAMÁS, y repito bien JAMÁS, Izquierda Unida ha tenido un portavoz tan incisivo, crítico y duro con la labor de gobierno. Y siempre con una carga social en sus propuestas brutal.

    Sin duda, el problema de Moreno Brenes es que es un hombre respetuoso y culto, y por ello jamás le verás en actitudes sectaristas que tanto gustan en un sector de la izquierda. Pero no te engañes, es probablemente más socialista y comunista que muchos que se llenan la boca diciendo que lo son.

    Un saludo.

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