El Sastre de Málaga

11 Jul

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Nuestra ciudad tiene un peculiar sistema de aceptación de lo malo, asumiéndolo incluso, como elemento positivo.

Uno de los ejemplos claros de cómo nuestra memoria se resetea cada mes sin padecer lo más mínimo es la evolución caótica del comercio tradicional.

Málaga se retroalimenta con la promoción y los aplausos a las franquicias y las grandes plataformas de venta y cruza sus brazos cuando desaparecen aquellos espacios que ofrecen más que todos los gigantes juntos: categoría.

Con respecto al vestir, nuestra ciudad ha ido perdiendo poco a poco esos lugares clásicos donde se guarda el debido respeto a la ropa. Sitios donde una prenda es un tesoro y en los que uno aprecia mejor lo que compra. La prueba evidente de esta decadencia es la imposibilidad de competir con quien vende a peseta lo que debiera costar muchos duros.  Cosas del progreso -¿?-, hasta hace unos años una camisa se hacía en Sevilla. Ahora se hace en Bangladesh y cuesta más barato.

Ante estas circunstancias, aquellos hombres y mujeres que se mantienen pese al temporal y clavan firmes sus pies en el suelo honrado de Málaga, se convierten en preciados tesoros para esta tierra. Un ejemplo claro de tesoro es Don Francisco Guzmán. Sastre de Málaga.

La historia de esta estirpe de artesanos comienza en Málaga en el año 1910 cuando Francisco Guzmán Travesí, natural de Jaén, aterriza en la ciudad para desarrollar su labor de sastre.

La primera ubicación de la Sastrería Guzmán se sitúa en la calle Sebastián Souvirón donde, al poco tiempo de asentarse, comienza a disfrutar de la fama, el respeto y la admiración por el buen hacer en el corte y confección.

Tras esta primera generación, toma el relevo Francisco Guzmán Torres quien mantiene la excelencia y comparte con sus hermanos Tomás y Manuel el negocio.

Es con esta segunda generación de Guzmán, especialmente con Francisco, con la que el nombre de la sastrería asciende hasta lo más alto. Son los años cincuenta y Málaga disfruta de casi una decena de sastrerías donde Guzmán se posiciona en lo más alto.

Este éxito se traduce en popularidad y nivel para la familia lo que hace que, Francisco Guzmán decida formar en la sastrería a la siguiente generación en el mejor lugar de España. Así, Francisco Guzmán –actual propietario de la sastrería- es enviado a la ilustre Academia de Corte Rocosa de Barcelona.

Tras su formación y perfeccionamiento durante los años sesenta, Francisco Guzmán se establece de manera independiente con una gran sastrería en calle Antonio Baena donde, consigue elevar el listón y ser el sastre de las élites malacitanas.

Por su sastrería pasan los mejores abogados, arquitectos, médicos y demás profesionales liberales de la ciudad. Un traje es una prenda única y en manos de Guzmán se convierte en un preciado producto con un sello característico.

Tras el gran desarrollo del negocio y la prueba evidente de la calidad de Guzmán, la sastrería se queda pequeña y es en el año 2000 cuando se trasladan hasta su actual ubicación en la céntrica calle Torre de Sandoval.

La familia Guzmán tiene en el ultimo Francisco a su referente y ha sido él quien decidió sumar a su negocio a su yerno, Carlos Cobos, quien actualmente lleva las riendas efectivas del negocio siendo el sastre principal y contando con la ayuda, el trabajo y el consejo de Guzmán.

La sastrería es un lugar especial. Un viaje al pasado aderezado con la realidad actual. Se trata de un piso de los de solera de Málaga. De techos elevados y grandes ventanales desde los que se divisa cómo respira la ciudad por Bolsa y Strachan.

Todo es pulcritud y orden en un lugar donde las paredes están pintadas de recuerdos de quienes tuvieron la suerte de vestir piezas salidas de las tijeras de Guzmán.

Destacan los gustos del Sastre por los toros y el flamenco y lleva a gala que su sastrería haya vestido a grandes figuras como Javier Conde, Antonio José Galán o Salvador Vega.

En una de las salas destaca un gran cuadro del cantaor Pepe Marchena –el favorito de todas las abuelas- el cual tuvo el privilegio de vestir trajes salidos de Guzmán.

A día de hoy, esta familia malagueña mantiene impecable la naturaleza de la sastrería como hace más de cien años. Con grandes mesas de caoba y mármol sobre las que reposan las telas traídas desde Italia y Reino Unido. Con tijeras brillantes pero curtidas que han cortado las piezas que servían de distinción para muchos y de ilusión para quienes soñaban –y ahorraban- para tener un traje a medida al menos una vez en la vida.

La esencia más pura de los sastres de siempre aún vive en Málaga. En un lugar donde te atienden bien. Donde aún te dan la mano al entrar. Donde los que trabajan visten bien y saben el oficio. Y se agradece. Y mucho. Porque se respira honradez. Y sabes lo que pagas porque lo ves. Y lo pagas tranquilo porque le ves la cara a quien realiza el trabajo. Y eso ya, desgraciadamente, se está perdiendo en nuestra tierra.

Es bueno saber que la sastrería seguirá viva por décadas gracias a Carlos y es mejor aún tener presente que Francisco Guzmán sigue en activo. Siendo referente de una ciudad entera que acude a él para ir vestido de la manera más elegante posible que no es otra que bajo la norma de la sencillez.

Don Francisco. Paco Guzmán. Un señor elegante. Sobrio. Con la pureza y el desparpajo de Málaga y la capacidad de seguir al frente discreto de una sastrería con sus oficialas y su pantalonero.

Tres generaciones tomando las medidas a esta ciudad. Tres generaciones vistiendo bien a nuestra gente. Tres generaciones de solera. De categoría. De hombres cabales. Nuestra ciudad admira a Guzmán pues ha sabido ser respetado y triunfar con un metro, un jaboncillo y unas tijeras.

Viva Málaga.

2 respuestas a «El Sastre de Málaga»

  1. He tenido la suerte de llegar a sus comentarios. y mucho me entusiasmasaber su historia como sastre y person Sr,Francisco Guzmanel placer de haberle conocido, y desde ya sabra de mi,de mi padre y hermano. ellos son sastres y yo tambien, es possible que conociera a Don Antonio Sanchez Vallejo. y hermano Antonio Sanchez, y justo yoen la misma calle Nueva n-8 donde mi padre abrio su sastreria en el 1947justo mi hermano trabajo con mi padre, hasta que mi padre marcho a la Argentina en el 1952, yo aprendi la sastreria. y mas tarde marche tambien a la Argentina. alla forge un sistema con una multitud de,sastres, Italianos. despues de diez anos. viaje a New York, donde trabaje en diversas companias, como sastre, despues de 37 anos me radique en Florida donde aun trabajo como sastre en Nordstrom. y si tiene la oportunidad. puede observarlo y comunicarse cuando lo desee en Facebook, desde ya le doy gran merito por su labor no tan solo como sastre sino como persona emprendedora al mantener el arte sartorial tan alto..mis cordiales saludos Sr, Francisco Guzman…

  2. Mi enhorabuena por seguir en este oficio artesano que conozco muy bien, pues mi padre, Pedro Rodríguez, sastre en c/ Ancha del Carmen desde antes de 1950, también se formó en Rocosa, título que yo conservo como bonito recuerdo, pero, sobre todo, el cariño y admiración con el que me habla de él todo el que lo conoció y vistió. Saludos

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