Caneda y los Marqueses de la Mortadela

16 May

LVMM

“El hombre de la sombra alargada”. Así definían hace unos días los amigos de El Observador al concejal de cultura de Málaga, Damián Caneda. Concejal. Qué poderoso… qué popular… qué gran mentira.

El alcalde de la ciudad ha movido algunos muñecos. Como el que cambia los libros del salón, ha movido uno de aventuras por un cuento, una novela rosa por uno de poemas y un diccionario por la biografía de un monarca.

Penoso encuentro con la realidad al observar cómo, al atender al perfil de cada uno de ellos, queda patente que aquí no prima lo resolutivo que seas o tus capacidades laborales reales. No. Aquí, y solamente aquí, lo más importante no es que hagas bien tu trabajo, aquí es importante quiénes sean tus contactos, de dónde vienes o quién te apoya. Curioso. No me imagino contratando gente por amiguismo si me va la vida en el proyecto. No me imagino metiendo a uno porque me cae bien su amigo si mi prioridad es hacerlo lo mejor posible. Para ello elegiría a los mejores.

Blanco y en botella.

Málaga ha vuelto a quedar en un segundo plano. Málaga ha vuelto a vestirse de pilingui para que por delante de ella pasen los invitados a la fiesta del señor. Del señor alcalde.

Desde comenzó la nueva temporada politicona local se ha visto de qué pie cojea cada uno. Ha quedado claro quién sigue siendo la concejala popular, quién es la que manda en la sombra, quién es el trepa, los pelotilleros o los inútiles. Queda clarinete cómo se puede ser hija de concejal y hacer tu trabajo a la perfección y también cómo se puede ser muy socialista pero una petarda de mucho cuidado. Hay de todo.

El rastro de las ideologías hace años que no se monta en Málaga. A día de hoy los partidos son máquinas empresariales con dinero legal –jejeje- que son mini altavoces del gran capitán. En Málaga ahora mismo estamos inmersos en mini acciones absurdas tales como ver a jóvenes del PP metiéndose con la Junta porque anula las capacidades educativas de los jóvenes. Toma ya. Ahí. Sin complejos. Tu padre vende droga, tu madre es prostituta y tú legionario de Cristo. Claro que sí muchacho… claro que sí…

Este tipo de acciones evidencian que aquí ponen a cuatro a mover pancartas y mientras, detrás, hacen las cosas los de siempre. Los de siempre que viven de ello. Que no les importa nada que no sea su casa y los veinte dígitos.

Ante este panorama, el gobierno local decidió otorgar el mando de la cultura malacitana a Damián Caneda. Un señor independiente –independiente del PP-, pero independiente. Esa expresión de independencia traducida al lenguaje normal significa “que no vive de la política y no tiene que dar masajes a otro para comer caliente”.

Ha pasado el tiempo y por primera vez en mucho tiempo, un concejal ha actuado como tal. Ha hecho, en parte, lo que ha considerado oportuno. Ha gestionado su parcela en base a sus ideales y procede a implantar un sistema cultural sostenido en un sistema de privatizaciones. Un mini liberal suelto por las calles. Bien. Mal. Para mí mal. No me gusta. Se lo carga todo. Pero el señor está ahí. ¿Qué quieres? Es del PP. Es consecuente con lo que representa y lo aplica.

Estamos acostumbrados a diario a ver noticias de “uno de derechas hace cosas de derechas”. Error. ¿Dónde está la noticia? Yo no la encuentro. La noticia sería que Julio Anguita promoviera ideales falangistas. De lo contrario todo bajo control.

Así está siendo en Málaga. Caneda actúa a su manera. Siendo fiel a las ideas conservadoras liberales y aplicándolas a la cultura malagueña. Es de esta manera como encontramos museos en parkings con marcas de cerveza o una feria vendida a los dueños de discotecas. ¿No te gusta? No los votes. Pero de lo contrario no queda más remedio que aguantar.

Poco a poco Caneda se ha ido mostrando. Y conforme ves lo de derechas que es, observas también, lo consecuente que es con lo que piensa.

Caneda se vende poco. Caneda se calla poco. Caneda trabaja bastante.

Una gran prueba de ello ha sido su manera clara  y directa de criticar la basura de los chiringuitos. ¡oh! ¡Ha cuestionado al Buda poderoso! Y tan ancho se ha quedado. La razón de su tranquilidad es lo dicho anteriormente. El bucle que mata la política. La necesidad de comer todos los días y el origen de tu salario. Y así nos va.

No soy fan de Caneda. No me gusta nada su forma de promover la cultura. Es más. Pienso que es la anti cultura. No tiene nada que ver con lo bueno y real. No tiene nada que ver con las corrientes que crean tendencia de vida y culturas. No se acerca ni de lejos a nada que huela a cultura nacida de la nada y de manera real. Yo no lo veo. No me va.

Pero todo cambia cuando lo ves trabajar: ¿Qué reparte como le da la gana? Pero es consecuente y no un vendido. ¿Qué vende la cultura al mejor postor aunque por el camino quede la cultura y solamente salga el postor? Pero es consecuente y no un vendido. ¿Que ya mismo los museos cambiarán los nombres de los cuadros por nombres de tipos de cerveza para meter publicidad hasta en la nuca de Picasso? Pero es consecuente y no un vendido.

Con los meneos del alcalde le ha tocado también educación. Educación, cultura, turismo y deporte. Toma ya. Ya sabemos que todo eso al que manda le importa un pepino. Se lo ha dado a él. Y hará lo que pueda el hombre mientras dure en el puesto.

La cultura seguirá desapareciendo. Caneda seguirá aplicando lo que piensa. Y lo hará sin marcas de las espuelas en la piel. Al menos, con eso, podremos disfrutar de un político que no es un cualquiera. Incluso si no te gusta lo que hace. Pero se echan en falta a los honestos.

Los demás sigan así. Comiendo pienso mientras os acarician el lomo. Y los cachorritos a dar palmas y  promover cosas irracionales. Bien. Jóvenes aplaudiendo medidas conservadoras. Mini ancianos vestidos de modernos. Con pintas de culturetas. Y tiesos. Curioso. Tieso y de derechas. Marqueses de la mortadela.

Bravo por Caneda. ¡Suerte caballero!

Viva Málaga.

Una respuesta a «Caneda y los Marqueses de la Mortadela»

  1. Ya sé que no se debe criticar a una persona por su aspecto, pero no puedo remediarlo, cada vez que lo veo se me ponen los pelos de punta y cuando la visión es directa hasta se me hiela la sangre. Este hombre hecho a sí mismo, aunque mejorable, ofrece, lo que descubre el periodista, una imagen de progre senil que da grima. Me recuerda a un personaje de “Muerte en Venecia”, un patético viejo unido a un juvenil grupo y que actuaba como ellos. Y sí, para desgracia de los malagueños, actúa como lo hacen los viejos progres de derechas y todo lo que hace es trasnochado, cutre y penoso.
    Al panteón todos.

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