Tras los jocosos acontecimientos acaecidos en la hermosa ciudad de Málaga hace unos días y disfrutando aún del regustillo por la rocambolesca historia del robo guión ataque guión traslado guión procesión guión acto vandálico protagonizado por unos chiquillos en el que arrancaron la figura de Pablo Picasso de su banco de mármol de la plaza de la Merced, se ha producido un hecho insólito que solamente presenciaron unos pocos malagueños: La visita inesperada de Hans Christian Andersen al pintor franco-victoriano.
Reproducimos de manera verídica el diálogo entre ambas esculturas.
+Picasso: -Ya llega el plasta…Valiente nota más pesao… ¡pardiez!
+Andersen: ¡Hola qué hase Pablo! ¿Te arrancan o qué hase? ¡jajajaja!
-Gilipollas.
-No te veo alegre Picazo. ¿Te arrancas a bailar y te animas? ¿Eh? ¡Arrancas!
-Insisto…No tiene gracia Andersen.
-Lo siento. Llevas razón. ¿Cómo estás amigo?
-Mal. Me duele el hueso cuqui. Tenía ahí el anclaje…
-Uf… ahí duele mucho… Oye que dice Caneda que va a poner a Teresa Porras en un banco a ver si llega alguien y la roba también…. ¡el ío puchi!
-Vaya equipito… Y me han vuelto a partir el lápiz. Llevo ya cincuenta y nueve lápices repuestos. Y siete dedos nuevos. Yo no sé qué hago aquí… Te lo digo de verdá….
-No te quejes… Estás en un buen sitio. Yo estoy pasado el McDonals de la Marina. Antes al menos veía a Salvador Pendón entrando a Diputación pero se cambiaron de edificio y por allí no pasa nadie. Está aquello muy frío… Harme cazo.
-¿Buen sitio? ¿La plaza de la Merced buen sitio? Qué va… Esto es una soberana porquería. Tanta obrita, tanto cartelito y tanta promoción ¿Para qué? Para poner bares. Aquí se arregla todo con una sombrilla de publicidad y un saco de frutos secos. No entiendo qué interés puede haber en poner tanto negocio…
-¿Qué no lo sabes? ¿Te lo cuento? –Hans Christian Andersen se levanta y pone un brazo hacia atrás, otro hacia delante y gira su cuerpo- ¡Aquí hay mucho egipcio!
-No entiendo quesquesé egipcio.
-¡La manteca primo! ¡La manteca!
-Ah… vale vale… Ahora sí lo entiendo. En cualquier caso esto no vale un duro. A mis espaldas mi casa natal a la que tienes que entrar con los guiris en chanclas a dos metros bebiendo cerveza. De frente el mismo paso de coches. Ochocientos mil millones de euros para dejar la plaza con coches. Ole. Y a mi izquierda… ¡ja! A mi izquierda el Astoria. Santo cielo…
-Pero Pablo si el Astoria está fenómeno. Que quieren hacer un mercado de esos para gente de dinero.
-¿Y dónde está la gente de dinero?
-¡Ahí mas cogío! ¡Gorrión!
-Tú lo ves… Si al final esto es lo de siempre, compañero. Llevan gastados millones de euros, que se dice pronto, solamente en comprar el edificio a un señor. Después el dinero que se gastan y gastarán para pensar qué hacer. Después el dinero de hacerlo. Y más tarde, con total seguridad, lo que cueste rehacerlo porque será una mierda. ¡Málaga!
-Qué derrotista eres calvo…
-Y encima yo aquí. En una esquina. Dándome el sol todo el día. Porque esto es una llanura esteparia. Con la gente con chanclas y calcetines tocándome el cogote y cada cierto tiempo el del Ayuntamiento a hacerme fotos para nosequé y nosecuantos. Ya mismo cojo y me voy otra vez. Y te juro que la siguiente me sale bien.
-No…
-Sí…
-No me lo creo calvo…
-Créetelo…
-¿Que es mentira que unos merdellones te cogieran y…?
-Totalmente.
-¿Me estás diciendo que Pablo Picasso se va?
-Dame tiempo amigo. Dame tiempo…
-¡Nooooooooooove qué fuerte!
-Te lo juro por mi Olga Koklova que en gloria esté. ¡Yo me voy de aquí!
-Pero, pero, pero, pero, pero bueno ¿Qué ha pasao pa este chou?
-Ha pasado que estoy harto. Ha pasado que estoy aquí y empiezo a ver las porquerías que ponen en la plaza. Que si carpas. Que si casetitas de obra. Que si plastiquitos. Para el festival de cine. ¡Mentira! Ni cine ni nada. Un mojón. Todo para publicidad y dinero. Que parece esto una feria de muestras. Y después las tonterías del Astoria. Que si un mercado de lujo. Que si serán unos puestos exclusivos… ¿Pero qué poca vergüenza es esta? O sea que revientan el mercado de toda la vida de la Merced para dárselo a una gran superficie, se cargan por supuesto al comercio tradicional del entorno y ahora encima plantean aquí esto… ¿Y dónde queda Málaga? ¿Dónde? ¡Que mi padre me compraba el pan en la Merced, Andersen! ¡Mi padre en la Merced!
-Pablo chiquillo no llores… Que te estás emocionando.
-Ofú qué irritación más tonta, chiquillo…
-¿Sabes lo que pasa Picazzo? Que tienes más razón que un santo. Dinero. Aquí solamente importa el dinero. Eso sí. Capitales que Málaga ni huele. Billetes de nuestra tierra que los malagueños no disfrutamos. Pero nos dicen que sí lo hacemos. Para el Ayuntamiento un malagueño disfrutando es un malagueño con la cartera en la mano y pagando.
A esta gente quien los ha entendido bien ha cido el jeque. Estos se pensaban que se iban a forrar y el gachón sa quedao con tó, media Málaga dándole cabezazos y encima no suerta ni un chavo…. Acín, cí.
-¿Y los merenderos? ¡Y los merenderos! Que parecen centrales nucleares en chiquitillo… Y ¿Sabes cómo se llama, maldita sea, el paseo Marítimo?
-¡De Picazo! Jajaja
-¿Y sabes cómo se llama uno de los chiringuitos?
-¡Picazo! Jaaaaajajaja ¡Me meoooo!
-Lo que yo te diga Andersen. ¡Que aquí no me van a ver más el pelo!
-¡Pero si no tienes!
-Qué estúpido eres, cuentista.
-Sí, pero yo no pinto caras deformes.
-Sí, pero yo no hablo con acento de aquí siendo Danés.
-Sí pero yo no voy de Malagueño y me quedo en Francia.
-Touché.
Viva Málaga.