La cabalgata de los Reyes Vagos

13 Dic
LVMM

No pensaba escribir sobre Navidad. No me daba la gana contar cosas interesantes de estos días y seguiré sin hacerlo para que no se aglutinen cientos de personas. Porque eso pasa en Navidad. Málaga sale a la calle. Marabuntas de humanos se tiran a la calzada a no sé bien qué. Bolsillos vacíos pero calle. Mucha calle. ¡Pues muy bien que hace caballero, que para eso andar es gratis!

La cuestión es que mi despertar navideño público ha llegado con la noticia sobre las personalidades que representarán a los reyes magos este año en la ciudad.

Para quien no lo recuerde, son tres los núcleos con más poder de la ciudad, perdón, quería decir los tres grupos de gente más simpática, los que eligen a cada una de sus majestades. Así está repartido. Uno de los reyes sale del Ayuntamiento y suele ser algún concejal, otro parte de los medios de comunicación y suele recaer en algún compañero de los medios ya sea periodista, articulista, librepensador o parado y por último son las Cofradías de Semana Santa las que deciden el tercer rey.

Pues bien, si no recuerdo mal, ya hace varios años se tomó la decisión de que una mujer fuera rey mago. Las cosas que tiene la vida. Este año se ha vuelto a repetir y será María Gámez la que haga de Baltasar. Pero lo curioso de todo esto, y al ver que se repite la representación femenina, es que es posible que sea un paso más dentro del mundo igualitario.

Sin ánimo de ofender, jeje, me parece una soberana simpleza el que ahora una mujer represente a un hombre en un teatrillo en busca de la igualdad. Ser rey mago suele ser motivo de satisfacción y orgullo para el que ostenta el cargo pero, fundamentalmente, la idea es que los niños se impresionen con el personaje. Un niño no va a crecer en valores de igualdad por ver a una mujer vestida de hombre. Igual hasta se confunde. Ya el año pasado quedó la cosa regulera porque daba demasiado el cante. Pero no pasa nada. Igualdad, igualdad.

Me gustaría conocer el motivo real. La justificación para que en una representación una mujer haga de hombre. No quiero ni imaginar el día en que a un caballero se le antoje salir de Virgen María en un belén viviente. Es pensar en la cara del niño y ya se me corta el cuerpo. El niño Dios viendo a su madre con su nuez salida y su barba dura… Angelito.

Pues así está la cosa. No sé hasta qué punto la tontería puede estar echando de la carretera a las cosas realmente importantes.

Pero a mí, no me gustan las reinas magas. No me gustan los bailes en la calle para luchar contra el maltrato, el hambre o la xenofobia y veo rara la búsqueda de la igualdad entre homosexuales bailando en un autobús descubierto. No entiendo los premios al mariquita más listo. ¿Eso no es exclusión?

Pero bueno… que yo he venido aquí a hablar de mi libro.

Como decía, ya tenemos los personajes de las carrozas. Y ahí recae otro de los espectáculos peor montados de la ciudad. Encontramos una cabalgata desfigurada, comprada y empaquetada. Nunca en la vida las cosas hechas en casa han salido más malas que las enlatadas. Ni más caras. Pero en Málaga sucede que la organización de este evento sigue dependiendo de subcontrataciones a empresas de animación y espectáculos.

¿No tiene la ciudad capacidad suficiente para que una organización pública se haga cargo de la cabalgata de forma autosuficiente? Si hay dinero para hacer el chorra con la porquería del Soho digo yo que habrá cuatro duros para que sea gente conocida la que se haga cargo del tema.

En una ciudad en la que durante una semana se sacan a la calle moles barrocas y se crean escenarios callejeros por el que pasan verdaderas representaciones artísticas con música, olor y sensaciones muy llamativas, digo yo que se podría intentar hacer algo mejor.

Pero no. Aquí vamos hacia atrás. Vamos hacia una cabalgata con contratos con empresas de fuera de Andalucía. Vamos hacia lo mismo de siempre. El no me importa nada. Y al final sale lo que sale. Una caravana de cosas viejas, feas, y bastante pobres en relación a la categoría de la ciudad. Pero bueno…si total… a los niños todo le hace ilusión ¿No? Vaya usted a tomar viento.

No entiendo cómo no se les cae la cara de vergüenza al hacer tan pocas cosas y tan mal teniendo las posibilidades que tienen.

Podrían organizar la cabalgata de los reyes vagos.

Alguien roba aquí. O alguien tira el dinero. Una de dos.

Pero al final, todo pasa desapercibido. Todo queda eclipsado por lo único importante de la Navidad en Málaga. ¡Las luces! La concejala Teresa Porras lleva ya varios años de coqueteo con una empresa de bombillitas que se ve que la hacía un precio buenísimo. Desde 2008 hasta ahora, nuestra amiga Porras ha presionado y presionado hasta dejarlos las bombillas por 900.000 euros y un piquillo cada año. ¡Qué barato mujer!

Málaga se convertía en la segunda ciudad de España con mayor presupuesto en luces. Este año, supongo que por vergüenza, se ha decidido rebajar ese dinero y solamente se gastarán unos 600.000 euros. Eso debe ser calderilla para ellos…

Les invito a que se paren a ver las diferencias con el año pasado y comparen nuestros adornos con los de otras ciudades. Algo falla en todo esto. No salen las cuentas. Pero vamos… Que no seré yo quien diga nada.

Lo único que pido para el año que viene es que, si se mantiene la tradición interesantísima de que una mujer sea rey mago, pongan a Teresa Porras. Y que en vez de caramelos lance bombillas. Que a ella le hacen precio. Y además dice que eso gasta “como un secador de pelo”. Valiente pesebre…

Un apunte bueno. Lo mejor de la Navidad en Málaga se encuentra en la casa de acogida de la Orden de San Juan de Dios. En pleno centro. Ahí encontrarás un gran belén que montan en su magnífico patio interior con la ayuda de aquellos que a diario van a lavarse y comer porque no tienen nada. Puedes dejar algún dinero, comida o ropa.

Y tras ello, pasa hasta el final del patio. Hay una puerta y dentro un cuartito con unas estanterías llenas de dulces de navidad de las monjas de toda la provincia de Málaga. Llevan ya muchos años vendiéndolo. Sin ferias de muestra ni anuncios en la radio. Y son los mejores. Y baratos. Y el dinero es para los que peor lo pasan en Navidad. Hágame caso y vaya.

Que nos hace falta ver otras navidades. Y que otros saboreen la nuestra. Porque aquí se lo gastan todo en luces.

Viva Málaga.

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