Miradas verde y blancas

6 Dic

Advertencia lector: Si en el segundo o tercer reglón nota que le escuecen los ojos o siente malestar general, deje de leer. No nos parecemos en nada y posiblemente nos caigamos mal usted y yo.

Nunca he llegado a asimilar bien del todo a esa gente que, siendo andaluza, no tiene un acento propio del terreno. Ni una chispa. Ni una ese que se esfuma de vez en cuando. Ni una jota tuneada y aspirada. Nada. Y no lo llego a comprender.

En la mayoría de los casos, suele suceder que esos que pierden por completo el acento lo achacan a su marcha al extranjero, a su crianza en otras tierras o a una educación distinta. Puede ser. Cuestión de capacidad de empape de lo ajeno. Haciendo un repaso al balcón de notables andaluces, pocas veces la gente de aquí lo pierde. Se puede hablar un correcto andaluz y ser un líder de masas como lo fue Felipe González. Se puede tener un patinaje lingüístico sin salirse del camino de la corrección. Pruebas las hay a pares.

Pero por desgracia –o suerte. Según se mire- Andalucía está poblada de gente muy singular. De personas anónimas que son capaces de renegar de su propia identidad. Y lo hacen por una razón simple: elitismo de pacotilla.

Resulta, que en esta tierra, hay gente que considera que somos catetos, como lo afirmó hace unos días el amigo Sanz del pepé –Bueno, también dice que Javier Arenas cosecha grande éxitos aquí. Este hombre no carbura bien-. Pero efectivamente caballero, en Andalucía hay muchos catetos. Ceporros. Mequetrefes. Pero hagamos diferencias. Está el cateto normal. El del habla cerrada y el pensamiento más. El noblón.

Pero ese no es preocupante. No hace daño. No incordia ni insulta. El cateto peligroso es el de ciudad. El del disfraz diario para cumplir con un papel que lo lleve a nadie sabe dónde. Hablo del lerdo con acento de castilla para creerse superior. La clásica paleta del bacalado. El que tiene por costumbre renegar de una tierra que le pertenece y a la que está apuntada desde que nació.

Con la llegada del 4 de Diciembre, Málaga se llena de natas pestosas. Pero no provienen de la costa, como es habitual, sino de esos grupúsculos manipulados que consideran el mejor como día adecuado para despreciar a Andalucía esas fechas en las que se celebra lo contrario.

Y lo penoso de todo esto es que acaban siempre en lo mismo. En la cultura. En su ausencia. En el desprecio. Porque claro…ellos son listísimos.

Todo vale. Se puede criticar la Universidad de Málaga y a su rectora Adelaida porque es roja y mala. Aunque lo fundamental es basarse en los datos de una lista. Lista que, por cierto, sitúa a la de Granada como cuarta mejor de todo el país y las de Sevilla y Córdoba entre las veinte primeras.

Se puede despreciar a un pueblo que salió en masa a pedir su autonomía. ¿Qué más da, no? Eran todos catetos…

Resulta penoso y lamentable, topar con personajes que son capaces de aunar en un único cuerpo tanta tontería e incoherencia para decir que pasan de Andalucía.

Casos hay miles. Está el que se convierte en fan de la Semana Santa pero que dice que no se siente Andaluz. Ahí. Sin anestesia.

Pero los hay mejores. Están los del triple salto mortal. Los que van al Rocío y se visten de campero y cantan por las arenas. Que en Semana Santa sacan catorce tronos y lloran frente al Cautivo Trinitario. Que no se pierden la final de los Carnavales de Cádiz. Que escuchan el himno nacional y saltan como un muelle de su silla. Pero que, sorprendentemente, escuchan el de Andalucía y ni sin inmutan. ¿Se puede ser más tonto?

¡Pues sí amigos! ¡Se puede! Debe haber una universidad especial para reventadores de lo propio en algún lugar de Andalucía donde acuden en masa para aprender a criticar, no aportar e incumplir a diario su palabra. Eso sí, debe ser carilla porque, por lo general, el perfil de estos personajes suele ser de un nivel económico mediano.

Nada nuevo bajo el sol. Este tipo de situaciones suceden continuamente al toparse uno con personas que intentan simular que son de derechas para parecer ricos. ¿o era al revés? No pasa nada. Gente rara siempre ha habido.

Pero algo grave resulta de todo esto. Nos hacen mucho daño a los andaluces. A todos. Sea cual sea tu ideología política. Destrozan a la gente conservadora porque ellos se suben a su vagón y acaban arrastrándolo. ¿Quién va a votar a uno que te desprecia? Y destrozan a la gente más progresista, porque hay veces en las que no aplican toda su dureza en las grandes injusticias y errores autonómicos para no darles la razón a los pamplinas. Y acabamos perdiendo todos. Por su culpa.

Y así nos va. En una tierra riquísima en todos los sentidos y con gente empapada de una cultura hecha legado que es despreciada a diario por mequetrefes. Por gentes que en su vida entenderán, que aunque no manden quienes ellos quieren, no somos peores.

Cualquier persona tiene una madre y un padre. Pero también está moldeado por su entorno. Dijo Antonio Banderas en su pregón de semana santa que un hombre sin raíces no es nada. Y qué raíces. Las de Mateo Alemán y Aleixandre. La tierra de las nanas y los pensamientos de Ganivet. Idiota el de aquí que se derrite en Burgos y no muere por los Reales Alcázares y el Sacromonte. Pedro de Mena y Montañés. Picasso y Julio Romero. De Falla, Morente y el Espárrago Rock. Del Festival Iberoamericano y los patios. No os merecéis vivir aquí. Por ciegos. Por vender una cultura que aplasta a la del resto con tal de defender a un partido político.

Habría que echaros. El problema es que nadie os querría en su tierra.

Menos mal que aquí la gente es respetuosa y acoge a todo el mundo. Pero si siguen pinchando pueden cansarse. Y rezad por que no se harten.

Pocas cosas molestan más que ver a gente de aquí despreciando con vehemencia Andalucía. Dense cuenta de una vez que hacen el ridículo. Que no los quieren ni unos ni otros. Sobran.

Y llegados a este punto tienen dos opciones: O dejan de despreciar a Andalucía mancillando su cultura o pueden ir yendo a la mierda. Eso sí, desde el respeto.

Catetos.

Viva Málaga, Andalucía y su 4 de Diciembre.

4 respuestas a «Miradas verde y blancas»

  1. Muy bueno. “A la mierda…, desde el respeto” : genial.
    Comparto lo que dice y, tras de lo que dice, lo que se trasluce. Enhorabuena. Viva la cultura : le pese a quien le pese. Y no olvidemos aquello del poeta : andaluz, o sea, anda, luz!

  2. Tiene usté toa la razón.Es verdá que ze reniega de Andalucía, y de España, y es verdá que ezos (y ezas)coleottero no zaben hacé otra coza; pa lo unico questán ciempre dispuestos é pa zalí en la foto. Po como usté dice Sr Leon, que se vayan, a la mi…., al cu…, al car…., pero que ze vayan.

  3. B U E N I S I M O!. A mi particularmente lo que me da coraje es que la gente de fuera de Andalucía diga que hablamos mal. Nosotros hablamos con nuestro acento, que es tan correcto como el de uno de Valladolid. Me indigna que nos descalifiquen de esa manera y sobre todo, como bien dice el autor, que haya personas andaluzas como nosotros que piensen de esa misma manera.

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