En Málaga, dependiendo de la fecha, hay que llevar según qué elementos para ser un individuo respetado. Alguien admirado.
En Semana Santa lo eres si llevas un martillo en la mano o un bastón de mayordomo. En feria eres guay si vas bien vestido y no pareces un turista en el Tivoli. Durante los carnavales eres un ser respetado si…mejor me callo.
Y durante el festival de cine no eres nadie si no llevas colgada una acreditación. Da igual de lo que sea. Como si se trata de un cupón de la ONCE del año 2009, tú cuélgatelo y date paseos…serás el líder. Gustas con algo colgado.
Así sabemos que comienza el festival. Cuando empiezas a ver gente dando vueltas con acreditaciones por todos los rincones de la ciudad. Los he llegado a ver hasta comprando en un súper del Limonar. Alucina pepinillos. Algunos la llevan gastada…curtida…como las medallas de los rocieros…como diciendo: Yo soy de los del festival de toda la vida de Dios… Así estamos en Málaga. De festival. Tracatrá.
Durante la semana que dura la cosa esta de las series de televisión salpicadas por películas, la ciudad se transforma debido a los diferentes espacios expositivos y elementos culturales que nos presentan los organizadores. Oh… espacios culturales… elementos expositivos…uno lo piensa sin verlo y ya se hace a la idea de que Málaga se convierte en un lugar mágico de la cultura…en un Versalles cinematográfico de tertulias y variedades. Qué va mujer… carpas. Aquí lo que hay son carpas. Muchas carpas y casetillas de obra.
Cuando llega el festival de cine el centro se llena de carpas. Lonas blancas de feria de muestra y día de la tapa. ¿Y dentro? Dentro cosas de publicidad. Que si coches, que si cartelitos, que si todos necesitamos un poco de sur… Total que no se acerca mucho al cine. En cualquier caso está bien. Es positivo. Lo piensas detenidamente y llegas a la conclusión de que lo prefieres antes que nada.
Siempre será mejor navegar en jábega a falta de yate. Pero por Dios, que al menos tenga remos y sin boquetes.
Esto del festival de Málaga comienza a finales de los noventa de la mano de un malagueño de los grandes. Grandes de verdad. Garrido Moraga. Es él quien crea el alma del evento y quien consigue junto al equipo de gobierno local y el apoyo de todas las instituciones provinciales y autonómicas que esto salga adelante. Con calidad y dinero se crea algo interesante. Positivo para la ciudad y sobre todo para la cultura andaluza. Un festival de cine español. Ni iberoamericano ni europeo, español. Es una apuesta segura por un producto que bien visto es de calidad.
Curiosidades de la vida, un gobierno del PP promoviendo un festival de cine español. Más de uno se debió tirar por un balcón al conocer la propuesta. O no. A lo mejor por aquellas fechas todavía no estaba de moda aquello de despreciar lo nuestro.
En fin, que la ciudad consiguió algo importante. Una marca propia. Un sello cultural ligado a esta tierra sin tirar de Picasso más allá que en unos carteles. Bien!!!
Pero como todo o casi todo en Málaga, siempre puede ir a peor. Y así ha sucedido con esto y es que poco a poco, la desvitalización del certamen ha ido en aumento tanto en la organización como en el concurso.
Con respecto a esto último, el festival ha estado estas pasadas ediciones navegando sin rumbo por un mar de óperas primas y remakes de lo viejuno intentando acoplarse en un cine español que a pocos interesa por su mala calidad. No pasa nada por decirlo. Mejor asumirlo.
El festival de cine de Málaga no tiene a los mejores directores ni las mejores cintas. No viene aquí Almodóvar. Tampoco Amenábar. Ni Vicente Aranda con sus películas.
El festival es cuestión de dinero. De productoras y despachos. Y por lo que se ve, ahí no convence o no resulta rentable.
Prueba evidente de ello es que son muchos los “prestigiosos” que han pasado por este evento pero lo hacen como miembros del jurado o como invitados. Nunca forman parte del concurso. Al final esto parece el festival de la OTI de las películas.
Y después está el continente del festival. Málaga. Ciudad que se vuelca con el festival. Se vuelca día y noche. Una semana volcada. Volcada sobre las vallas del Málaga Palacio y la puerta del Cervantes para que un actor de serie de televisión le firme un autógrafo. Y pare usted de contar. Se vende muy poquito. No se llenan las salas y no se venden abonos. Así lo dijo Gonzalo Suárez en la gala de inauguración –el caballero por cierto iba sin corbata. Tan tranquilo. Haber venido con un shandita suertesito a la gala oiga- al sospechar que la gente agolpada en la puerta que gritaba y daba saltos después pisara una sala de cine durante la semana.
Así está el tema. Un festival tieso. Listo de papeles que tiene en su mano la oportunidad de renunciar a las cuatro marcas que tanto exigen y tan poco aportan para re encontrarse en el camino de sus inicios. Para abrirse a la calidad y a Málaga. Para que no vengan a presentar las galas más Francis Lorenzo y sí muchas Celia Bermejo. Gente buena y válida. De Málaga.
Hay que conseguir que la ciudad se beneficie del festival de verdad. Que esas cosas que albergan las carpas se reubiquen en espacios de edificios maravillosos del centro que ahora mismo son ruinas. Que se participe de verdad del festival.
¿De qué sirve pues que aquí se celebre tal evento si nadie lo cata? Podríamos despegarlo del suelo hoy mismo, trasladarlo a Benarrabá o Frigiliana y todo sería prácticamente igual.
Sólo hay que caminar hasta calle Larios para comprobarlo. Una carpa inmensa, blanca y fea ha tapado la entrada de la calle. Ahora Málaga es fea en ese punto. Pierde enteros. Pero no importa porque es el festival de cine. Porque vienen los actores de las series de antena 3 que parece que han salido de una hormigonera con piedras. Despeinados, mal vestidos y con cara de haberse despertado cinco minutos antes.
Qué curioso, después los ves en San Sebastián o en los Goya y van de punta en blanco.
Ahora, con la cosa de la crisis y la falta de dinero se habla de apuesta por la esencia. Por la frescura. La juventud. Los nuevos talentos. El apostar por lo distinto. Vamos, lo que viene siendo por lo más barato.
Lo curioso es que así, por ese camino, seguro que se consiguen cosas más interesantes que lo que venimos viendo años atrás.
Ojalá esto siga. Ojalá se haga bien y triunfe Málaga gracias al cine. No al revés.
Y tú, actorcito moderno, péinate y ponte una corbatita anda. Que estás en algo importante. Respeta al festival, que vale más que tú. Viva Málaga.
Me encantaría que me aclarases, por favor, ¿A qué te refieres con el respeto… en Carnaval?
Porque me gustan las cosas claras y tu, con tu ambigüedad, pues no lo has dejado muy clarito.
Espero ansioso tu respuesta para ver si tu te ganas mi respeto.
Gracias, un saludo.
Hola Antonio.
Te contesto.
Lo del carnaval era un detalle irónico en relación a las demás fiestas y teniendo en cuenta un artículo que escribí hace tiempo donde sí hacía alusión directa al asunto.
En este caso, como has leído, nombro varias celebraciones de la ciudad y pongo un ejemplo de personaje típico del momento. En el caso del carnaval no he nombrado a dicho “respetado” y he decidido mejor callarme relacionándolo como te digo con el artículo de hace unos meses donde hubo gustos y disgustos a partes iguales. El motivo de poner “mejor me callo” era dando a entender algo así como: “Del carnaval mejor no digo nada que la última vez que escribí hubo cierta polémica”.
Si en vez de poner mejor me callo, hubiera seguido con los ejemplos normales podría haber puesto: “Eres un respetado en el carnaval si…vas en la comparsa de fulanito, si te hace el disfraz tal modista o si eres de los que concursa también en Cádiz”. No sé, te he puesto ejemplos al azar.
Espero que te haya aclarado el asunto pues no es el tema del artículo e incluso cuando nombro al carnaval lo hago de manera favorable y sin intención ninguna.
Supongo que ya te habrá servido la respuesta para disolver esa ambigüedad que comentas que has encontrado pero que no he usado. Fundamentalmente porque prefiero ir directo al asunto. Cuando se escribe algo lo mejor es opinar de verdad. Hacerlo con ambigüedades no tiene sentido ¿No crees?
Lo dicho Antonio, que espero haberte solucionado la duda. Eso del respeto ya te lo averiguas como quieras.
Saludos.
Junto a los jóvenes actores de series, estos días, pueden verse en Málaga grandes figuras del cine y la cultura española como Gonzalo Suarez, Ángela Molina, Miguel Picazo , Roque Baños …. y un largo etcétera.
Es vedad que las carpas son inapropiadas y en ningún caso se debe “contaminar visualmente” el conjunto histórico de Málaga. La Dirección del Festival ya ha tomado nota y se han comprometido a que no suceda en ediciones próximas.
En cuanto a la calidad de las películas, si bien el año pasado la sección oficial sufrió un bajón, en esta edición ya se han proyectado a concurso películas de gran calidad como “Miel de naranjas” o” Los niños salvajes”. Como suele suceder con el cine español, posiblemente serán más valoradas fuera de nuestro país. Esperemos que el Festival siga siendo muchos años más, el gran acontecimiento cultural y promocional que es hoy para Málaga
Salvador García Aranda
Asociación Amigos del Festival de Cine Español de Málaga
Gracias Salvador. Ojalá se solucione lo de las carpas.
Coincidimos en que es un gran acontecimiento para Málaga y en la mayoría de las cosas que dices. Si bien el resultado no siempre conforma la idea con la que se concibe, en el caso de Málaga últimamente sí ha habido un baile algo extraño. Lo interesante sería que tuviéramos un concurso que pudiera aglutinar al cine español de éxito real y aceptación del público. No sé si me explico. En cualquier caso estoy convencido en que irá a mejor.
Saludos.