Se alquila habitación privada en choza sexy

31 Ago

Agosto. Es el mes de vacaciones por excelencia, principalmente porque muchos ciudadanos no pueden escoger otro mes para esparcirse. De modo que en él invierten sus aplazados deseos de desconexión, de diversión, de huida. Algunos porque, aunque tengan una casa agradable, necesitan cambiar de escenario para apreciar la diferencia de esos días, otros porque su hogar no es un lugar en el Edén y mucho menos si el clima se pone asfixiante y el único espacio acuático del que disponen es la bañera. El caso es que las circunstancias impelen al viaje; a encontrar un alojamiento ocasional cerca de la playa o con piscina. Otra opción es hallar un destino fresquito, pero, con el calentamiento global, hace calor ya casi en todas partes.

En fin, irse, eso está claro ¿pero adónde, si la paga extra es cortita o si se es autónomo? Los hoteles son una opción maravillosa, pero sus precios en agosto se ponen imposibles ¿cuántos se pueden costear una habitación que cuesta una media de 200 a 280 euros la noche y pagar comidas aparte? Los apartamentos turísticos son, tal vez, una competencia desleal a los hoteles, pero permiten ahorrarse lo correspondiente a los restaurantes, al contar con cocina, y muchos los escogen por carecer de presupuesto. De acuerdo que los hoteles son más caros porque tienen que pagar más personal de limpieza, recepción, chef, camareros, etc…y de ello están más exentos los gestores de apartamentos, pero la cuestión es que la crisis sigue; los salarios se congelan o bajan y quien quiere costearse unas vacaciones ha de ajustarse a lo que tiene, que, en tantas ocasiones, es poco o poquísimo.

De esto no se van a hacer una idea quienes tienen una segunda residencia de verano en propiedad o quienes pueden elegir septiembre u octubre como mes vacacional, cuando los precios son más bajos y hay menos aglomeraciones, ni tampoco, claro está, los que, sin problemas, pagan 300 euros por noche en un hotel, pero los agosteños de bajo presupuesto son la mayoría y, por lo general, hacen encajes de bolillos para pasar su agosto según la oferta. A la vista de esta demanda low-cost se despierta otra oferta en quienes tampoco atan los perros con longaniza. O sea, que alquilan su propia vivienda en agosto y, mientras tanto, se van a vivir con sus padres o reservan una habitación en su propia casa para recibir turistas a pago. Dirán que es cuestión de codicia y, sin embargo, se trata en la mayor parte de cuestión de supervivencia.

Recuerdo cuando alquilé en Split (Croacia) una habitación en lo que yo creía que era un hostal y, a la postre, se trataba de una chabola. Cuando regresamos de noche, vimos a la anciana propietaria durmiendo en el sofá y al hijo en la terraza. Sus habitaciones las ocupábamos los turistas.

Pero hay casos todavía más alucinógenos. Mi amiga Lali, amante, como yo, de las playas gaditanas, ha buscado este agosto un alojamiento allí y se ha quedado de piedra.

Los hoteles pedían de 300 a 1.000 euros la noche y todo lo que fuera acercarse a los 100 o por debajo de 100, como eran sus posibilidades, era rayar en el disparate.

Me contaba que por 70 euros le ofrecían un alojamiento privado en una furgoneta aparcada a pie de playa. Claro, que de privado regular, pues los propietarios advertían de que ellos iban a dormir en la parte delantera. Otras opciones, por igual cuantía, eran «habitación privada en tienda de campaña» ¿qué es eso? o «Aventura africana en choza experience». Entre este tipo de ofertas, encontró la de un tal Samarkanda, que parece que ha entendido bien cómo vender por alojamiento cualquier rincón en el suelo por una pasta. Es un alemán con trazas de hippy de los setenta con un marketing muy despabilado.

Samarkanda es su nombre actual, porque se lo puso un gurú ya fallecido (así que no hay caso de indagar) pero tuvo muchos otros, todos en plan budista. O sea, pongamos que si le tienes que poner una reclamación, está difícil la cosa, pues, además, añade en su perfil que no está muy seguro de si existe o no, de si es Dios o diablo o nada de nada, ya que hay muchos dioses con diferentes nombres y eso es un lío, como nos advierte, y que sus diversos profetas; Jesús, Mahoma, Buda y Moisés se hacían preguntas sin casi ninguna respuesta, ¿por qué?, porque la única respuesta es el AMOR, que asegura, que está en cosas de la naturaleza como las sonrisas, las brisas y las florecillas y que hay que practicarlo en el presente, ya que otro tiempo posiblemente es un espejismo.

Lejos de las manadas y las normas, Samarkanda te propone vivir el AMOR (así, en mayúsculas) entre caballos, vacas, burros, zorros y conejos que vagan en libertad por prados y colinas. De los mosquitos no dice nada, aunque sospechamos que también actúan a su aire, pues las chozas que ofrece en las fotos, por donde se le ve pulular, ligerillo de ropa, no tienen ninguna pinta de tener enchufes para conectar los repelentes.

A Lali le encanta la naturaleza y los animales, aunque en esa nómina no entran los mosquitos ni los piojos a los que empieza a temer, pues, por las imágenes vistas, le da que la higiene no es la prioridad del espacio y eso que Samarkanda asegura que su lugar es un espacio mágico, donde reside la paz y el refugio dentro del Tao.

Lo que también le preocupa es dejar el coche abierto y todas sus posesiones al descubierto, sin preocupaciones, como aconseja Samarkanda, pues, aunque no sea probable que le roben en una comunidad tan filantrópica, también es verdad que allí los bienes materiales importan una higa e igual existen como dejan de existir, lo mismo que Samarkanda y los efímeros guerreros de la paz que vienen a visitarlo, todos con nombres figurados y etéreos, y, por tanto, imposibles de formular ante una comisaría.

Otra cosa es el tema de las experiencias como los baños de luz y los masajes tántricos, pues a Lali se le figura que eso tiene fronteras difusas e igual Samarkanda o sus guerreros fugaces van por la noche a su choza o a la tienda de campaña y, entre unas cosas y otras, le meten mano.

­-¿Tú qué dices, chica?- me pregunta con zozobra.

Agosto acaba y empieza el mes de vacaciones para los ricos; septiembre. Lali y la mayoría lo vivirán en sus respectivos puestos de trabajo; unos con la pesadumbre de haberse quedado en números rojos con las vacaciones, otros con la melancolía de no haber podido siquiera salir de casa, mirando con envidia a aquellos que suben en coche o en taxi con sus maletas hacia los paraísos ya en calma.

Una respuesta a «Se alquila habitación privada en choza sexy»

  1. El último viaje es un «todo incluido».
    Estación de destino sin pasaje,
    rodillo acomodado, equipaje
    de candados abiertos al olvido.
    Una marcha sin mancha de gasoil,
    sin trochas ni avenidas,
    sin sauces ni naranjos, sin olivos,
    el colmo de los colmos del colmillo,
    la última dentellada sin amigos.

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