Robin Hood en chungo

15 Nov

El Gobierno es como Robin Hood en chungo. Roba a los pobres para dárselo a los ricos.
Pronto los bancos estarán nuevamente de buen año, mientras que a los dependientes, los pensionistas y los parados no les quedará sino la soga al cuello.
Oigo en un reportaje televisivo el testimonio de una mujer que cuida a su tía soltera de más de cien años, quien necesita dedicación a plena jornada y, en él, manifiesta su desesperación e impotencia, ya que el estado no responde a sus peticiones de apoyo económico.
-¿Qué solución encuentra al problema de su tía?- le inquiere la periodista.
– Que se muera- resuelve la cuidadora desesperada.
Los recortes en ayudas a los más indefensos resultan desmesuradamente crueles y dramáticos. Y, en el caso de los jubilados, homicidas. Las páginas de sucesos se ahorrarían muchos casos de violencia de género si las pensiones no estuvieran reducidas a la mínima expresión. No es de extrañar que la convivencia obligada de una pareja ,que ha desarrollado las más abiertas desavenencias durante décadas, concluya en un sangriento desenlace, que se podría evitar si dicha pareja en lugar de compartir un mismo apartamento de escasos metros cuadrados, tuviera opción a vivir en domicilios independientes. El dinero no da la felicidad pero, en su justa medida, ayuda a gestionar las emociones, evitando el peligro de las distancias cortas.
Nos esforzamos y mucho en comprender por qué son necesarios estos sacrificios de los sectores más depauperados en nombre del bien común como si la cosa tuviese que ver con la razón y no con la fe ciega. Explicarse el comportamiento de este gobierno es toda una experiencia religiosa. Hace falta ser mártir para estar de acuerdo.
Por supuesto que, en esta coyuntura, llegando a entender que dependientes, ancianos y parados, sean llevados a la pobreza por “el bien común”, comprender que los salarios de los funcionarios sean recortados constantemente, está chupado. En su momento, lo han comprendido hasta muchos de los funcionarios en cuestión, quienes creyeron que sus recortes eran necesarios para sanear el déficit del estado. Y, al fin y al cabo, por qué no iba a sacrificarse un funcionario, que es un “privilegiado”, cuando se habían sacrificado ya los más paupérrimos. Nuestra capacidad de inmolación no tiene límites, tampoco nuestra credulidad. Nos dijeron que no había dinero para nadie y nos lo creímos a pie juntillas, pero lo cierto es que sí lo había, aunque no para nosotros. Con éste y con el que nos han sustraído hemos podido pagar un sueldo más que generoso y sin ser susceptible de recortes a toda una casta de nuevos funcionarios que, sin previa oposición, elige el gobierno a dedo en calidad de “asesores” y cuyo trabajo parece consistir en no hacer nada, dadas las discutibles actuaciones del gobierno al que, supuestamente, asesoran. Mucho podría hablarse sobre la cantidad y el coste de tales asesores, aunque sería repetir lo que ya escribió Javier Marías en un artículo incendiario de hace dos domingos y que, dolorosamente, he cotejado como cierto. Lo terrible no es que nos hayamos sacrificado, sino que lo hayamos hecho para nada. Más que pagar el déficit, me temo que, como siempre, hemos pagado el pato. No obstante, la buena noticia es que, en la macroeconomía, nuestro país ha crecido. La macroeconomía es un concepto etéreo y global que, en lo individual y práctico, nos concierne poco. O sea, no sirve para subir pensiones, pagar cuidadores de dependientes ni crear empleo, por lo tanto, creer en ella es como creer en un dogma de fe. Pero de eso se trata, de tener fe para ser felices. Como el “Cándido” de Voltaire hay que pensar que todo lo que existe, está ahí con el mejor de los fines. También este gobierno, por qué no. No se puede explicar que sus actuaciones sean tan nefastas si no responden a algún intrincado y elevado fin.
Tal vez si no crean empleo es porque quieren hacer del ciudadano español un individuo autónomo y con iniciativa, o sea, que se lo cree él mismo y se haga emprendedor. En estas mismas, Wert resulta una pieza clave. Es decir, si no quiere dar becas a los jóvenes vengan del estado o hasta casi de la UE, es porque quiere que los jóvenes, creciéndose en la penuria y la adversidad, maduren en el esfuerzo y, lejos del paternalismo, levanten el nombre de esta tierra como lo hizo en su día el Cid Campeador (con destierro incluido). Así, cuando sean padres, podrán decir a sus hijos en la mesa ante un plato de legumbres; “yo, a tu edad, tuve que irme a Alemania para buscarme la vida” o “yo, a tu edad, tenía callos en las manos de trabajar” o “yo, a tu edad, me dejé los ojos en los libros para conseguir una beca” y, acto seguido, lo mismo les dan un sopapo. La historia, jolín, que se repite.

7 respuestas a «Robin Hood en chungo»

  1. El gobierno va a lo práctico y prefiere seguir los dictados de Bruselas a escuchar los lamentos de unos cuantos millones de desfavorecidos que se ahogan en el capitalismo, como decía aquella pintada prefelipista. Total, aquí no se mueve ya ni Dios, salvo algunos funcionarios recortados en sueldo (o subvenciones, que son los menos) y otros grupos diseminados que van a su bola, tal hospital, un aeropuerto, otra estación de autobuses…Lo nuestro es la guerrilla dispersa. Pero es el procomún lo que está en juego, ya lo dice vd, y eso tiene un precio en pobres recortados o pobres a secas, ¿se va a conmover alguien por ello(s) a estas alturas del siglo? Las víctimas de la pobreza en Occidente, en tiempos de paz, son el equivalente al mal necesario de la guerra, (daños colaterales, víctimas inocentes…) inventado también por los “nuestros”.
    Antes, primeros tiempos de la emigración a Alemania, cuando en España apenas existían bancos ni dinero para ingresarlo, éste se enviaba por giro postal, el cartero lo traía contante y sonante, lo entregaba en mano, sin tasas ni impuestos de por medio y se podía emplear o gastar alegremente (nunca mejor dicho) reconvertido en pesetas. Ahora, evidentemente, no. La historia se repite, cierto, mas las tornas han cambiado: la cantidad de bancos y cajas de ahorros es abrumadora, pero el dinero de la clase trabajadora y estudiantes no está para muchas alegrías. Si uno perteneciese a estos últimos, (retomando al Cid en Santa Gadea) tendría que espetar a Wert: “vos me desterráis por un año / yo me destierro por cuatro”.
    Cándido: todo lo que existe está bien; Leibniz: vivimos en el mejor mundo de los posibles. Esta gente, ¿era de este mundo? Pues sí que han tenido descendencia en España, los muy prolíficos…
    Buen artículo para tocar las conciencias, Lola. Saludos.

  2. Cierto y doloroso, Winspector, la sociedad actual no es precisamente «Fuenteovejuna» y eso que no nos faltan razones comunes para linchar al comendador. Por otra parte, tampoco es que esté el Rey para alianzas con el pueblo. Ni para nada.
    La pobreza abarca demasiados frentes, también al mental. Ya van demasiadas décadas de educar al personal en la mediocridad y la telebasura y eso se termina notando. Y esa pereza, pecado nacional que ya muy certeramente apuntó Larra antes de disparase un tiro en la sien, que es lo que se le puede ocurrir a cualquiera si se empeña en arreglar España. El fatalismo en el que hemos caído es la mayor expresión de la pereza. Claro que se puede hacer algo, pero ¿a quién le interesa hacerlo? Todo lo más, se lanzan consignas por las redes sociales como una rutina aprendida y luego, hala, a anestesiarse con los mil capítulos de las series de moda, los libros de autoayuda de Pablo Coelho o Eduardo Punset o las memorias folletinescas de no sé qué marquesa que tuvo amoríos adúlteros con algún otro señor del ringorango y un chorro de hijos bastardos. Eso refiriéndonos a la llamada clase intelectual, porque a los otros lo único que les inquieta es que Messi se cure de la lesión y juegue el próximo partido con el Barça.
    Es como para desanimarse, desde luego, tirar la pluma y hundirse en el naufragio de Asunción de Silva, pero hay que seguir tocando como la orquesta del Titanic si no son las conciencias, las narices. No vamos a tirar la toalla ahora ¿a que no, Winspector?

  3. No, no vale arrojar la toalla, aunque dé mucha pereza desperezarse, de vuelta a casa, la tarde de un domingo sin fútbol en España. Eso en el mejor de los casos, que el peor es la depre del ocaso dominical, siempre al acecho a partir del otoño.
    El poder suele torear muy bien a los mansos y numerosísimos idealistas de salón. Ahí está, sin ir más lejos, el reconvertido Daniel Cohn Bendit, uno de los propulsores de aquel Mayo/68. Hoy, cuando el tío se pone a roncar plácidamente durante muchas sesiones del Parlamento Europeo, es el más explícito ejemplo de pereza y adocenamiento. –“Frega te ne? “- Nada, hombre, prosiga vd. Los escasos idealistas restantes tampoco incomodan mucho al poder, pues el tiempo juega a favor de este último, esperanzado en que el idealista sea un vago y acabe olvidándose del tema.
    Por eso mismo , siempre adelante, Lola. Tras el naufragio suelen quedar algunas cuartillas flotando, donde se salvan las ideas, igual que Ismael pudo escapar de la ballena blanca y contarlo. Saludos.

  4. El tiempo hace a los revolucionarios e idealistas, escépticos y conservadores y sólo se mantienen vírgenes los que mueren jóvenes como los poetas satánicos. Suele ocurrir ¿pero siempre? ¿es irremediable que quien mantiene el poder traicione sus ideales y se convierta en un cínico?
    Me temo que, por ese camino, nos volvemos fatalistas y tiramos la toalla…
    Y concretando, ¿qué piensas de las primarias del PSOE y del liderazgo del PP en Andalucía? ¿Habrá brotes verdes?
    El escepticismo también requiere valor:
    Il genere umano non crederà mai né di non saper nulla, né di non essere nulla, né di non aver nulla a sperare. Nessun filosofo che insegnasse l’una di queste tre cose, avrebbe fortuna ne farebbe setta, specialmente nel popolo: perché, oltre che tutte tre sono poco a proposito di chi vuol vivere, le due prime offendono la superbia degli uomini, la terza, anzi ancora le altre due, vogliono coraggio e fortezza d’animo a essere credute

  5. Buenos días,

    Es lo que nos queda, economía de mercados, globalización. El comunismo ha muerto, en 1989 anunció su pronta agonía. China compra deuda Americana para meterse en el mercado americano, el único que le queda por conquistar. Dentro de diez años, no más, será la primera potencia macroeconómica, naturalmente liberal y regida por los mercados de la globalización. Barak Hussein Obama -o como se escriba- pincha el móvil de la Merkel -ésta amiga de mi amiga Lola Clavero- , y no lo hace para cotilleos del alcoba, más bien para saber de la pasta europea, por ahí van los tiros.

    Los nuestros y queridos políticos, títeres todos igual, cortados el pelo y el estar con la misma podadora que rige la globalización mundial. Con más o menos aliño de la piraresca made in spain, eso sí, que no falte. Es lo que tenemos. Lo demás peras al olmo. Muy bien Lola, Sra. Lola; y también muy bien Winspector, Sr. Winspector. Alegría leerles a Uds.

    Ahora, ahí os quedáis, que yo me voy a regar. Jau.

    Saludos a todas/os.

  6. Los chinos entregados al capital, qué triste. Pero sólo, como siempre, beneficiados de tal capital, unos pocos; los que dominan el cotarro. El chino al que compro tabaco, se alimenta de arroz y verduras recalentadas, que, por cierto, dan al local un tufo horroroso. Más pobre, el pobre, que las ratas, que ésa es otra. Pero de las ratas mejor hablamos otro día. Para mí, que nos vamos a morir de peste como en la Edad Media y de hambre porque el dinero no se come y la tierra, a este ritmo de calentamiento, se va a quedar sin recursos, a no ser que nos vayamos todos a comer a tu maizal ¿nos invitas a una mazorca?

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