Me parece bien que los niños transexuales lleven faldas. Y también que las lleven los homosexuales y los heterosexuales. Si tuviésemos una democracia real todo el mundo podría llevar faldas. Las faldas no deben ser para las niñas; las faldas son para el verano, que, en Málaga, es también el otoño. Se ha dicho que el alumno que quería ir con faldas al colegio de San Patricio tenía un problema de identidad sexual, pero quizás lo único que tenía era calor.
Antes de que existiese el colegio San Patricio, los propios patricios romanos llevaban faldas, sin menoscabo alguno de su virilidad. La toga patricia era, en efecto, una falda de cuerpo completo que en color blanco empezaban a vestir los niños de quince años con el nombre de “toga viril”, precisamente. Y, con sus variantes en el mundo, ya fuesen en versión de túnicas o chilabas cubrían las carnes masculinas sin que la masculinidad de dichas carnes cayese en entredicho.
De aquellos mismos vuelos sin hablar de plumas, participaron los sobrios brahmanes y el profeta Mahoma y Jesucristo con sus doce apóstoles. Aunque, propiamente, a la “falda” le dio nombre una prenda del uniforme militar de los muy aguerridos y machotes guerreros germanos que sólo fuese por lo brutos, despejaban toda duda acerca de su hombría.
Sin discriminación de sexos, raza o religión, hubo tiempos felices en los que todas las criaturas humanas vestían por la cabeza, cuando no incluso otras iban en cueros, respondiendo al mero instinto y al sofocante calor que hacía en sus autóctonas latitudes. Todo así hasta que los galos diseñasen las “braccae” (en español “bragas”) y, como árbitros que siempre han sido de la moda, las impusieran en todo el mundo. Paradójicamente, las bragas francesas se convirtieron en el distintivo indumentario masculino y las faldas germanas en el femenino. Si bien, los originales braccae no eran sino una versión primaria del pantalón. Prenda a la que da nombre “Pantaleone”; un personaje veneciano de la commedia dell árte que se caracterizaba por ser viejo y avaro y llevar este tipo de calzones largos de los que volvieron a apropiarse los franceses para consolidarlos en la moda con la Revolución Francesa. Una revolución que, curiosamente, impuso la dictadura en el ropero masculino de occidente, donde fueron desterradas para siempre las faldas con la sola excepción de que su propietario perteneciese al rango eclesiástico o se tratase de un escocés en un día de gala. Desde entonces, las faldas fueron restringidas al exclusivo uso femenino sin menoscabo de que, llegado un momento, dicho uso se combinase con el uso del pantalón. Dado que se les ocurrió ponérselos a Catherine y Audrey Hepburn y les quedaban divinamente.
El pantalón, dígase en su descargo, no es un mal invento mientras haga frío y sea holgado, pero puede llegar a ser una tortura con cuarenta grados a la sombra y en versión leggins, variante que enfunda las carnes de la mujer hasta darle la apariencia de una prieta tripa de morcilla.
Habrá de llamárseme anticuada pero a una se le hace que el tiempo de togas y túnicas era más liberador. Una túnica amplia dejaría a su libre albedrío bambolearse esos quilos de más que combaten dietas hambrunas, torturas de gimnasio y, para más horror, fajas, que, dicen, son el último grito. Leo en un semanal que una señora llamada Sara Blakely se ha hecho una de las mujeres más ricas del mundo, vendiendo fajas. En la entrevista, la tal Blakely además se declara altruista, ya que, gracias a sus fajas, ha devuelto la autoestima a muchas féminas que ahora “pasean por la calle orgullosas de sus cuerpos”. Orgullosas, será que sí, pero me temo que con serias dificultades para tirarse un pedo.
Las fajas, en fin, me parecen un serio retroceso en la lucha feminista. Las primerísimas feministas se desprendieron del corsé, las siguientes quemaron sus sostenes y las de última hornada (“Femen”) van sin sostén y hasta sin camisa, protestando en tetas ¿qué pensarán de este tema de la faja?
Por lo tanto y, en consecuencia, abogo por el regreso de la túnica, que sería una prenda global, asexuada y liberadora para hombres, mujeres y transexuales y quitaría de quebraderos de cabeza a los directivos del colegio San Patricio que, por lo demás, sufren por añadidura, pues no es probable que un alumno, dispuesto a ir con faldas, sea objeto de discriminación por parte de sus compañeros. Gracias al prestigio social de pioneros como Boris Izaguirre y Jorge Javier Vázquez, el alumno homosexual puede llegar a ser ese individuo desinhibido que, sin disimulos, domine el cotarro del aula como una estrella de los medios.
Pues quería ser positiva, he hablado de algo que me parece bien; las faldas. Como pueda suponerse, lo que me parece mal es el resto de las cosas que pasan en este país. Esas tienen pantalones.
No me pises, que llevo faldas
8
Nov
Tiene «cojones» no se corte.El «peerse»debería ser un ejercicio de libertad en tiempos de mordaza.Los trabajadores de canalnou(comunidad valenciana) a buena hora se han liberado después de perder trabajo y honra
Artículo plagado de clichés que reproduce la normatividad imperante, no sólo en las asociaciones sexo-género sino también el espectáculo que pretende ser una lucha feminista, y que como digo no hace más que reforzar lo ya existente.
Creo, ¿A?, que no has entendido bien el artículo. Si lo vuelves a leer con más atención, comprenderás que está lleno de ironía…
Buenos días,
A mí también me parece bien hablar de realidades sociales. Ésta, más razón aún, sí Lola, bien Lola. Aquí con el acto del chico de la falda no se ha injuriado, ni molestado directamente a nadie tanto en lo físico como en sus ideas. Y si alguien así se ha sentido pues que se lo haga mirar. Sin embargo se ha hecho ver una vez más, y mira que nos hace falta, que los humanos no solo se dividen en la tajante dualidad mujer/hombre, hecho tan escondido, y de incuestionable carga histórica en sentido perjudicial. Cuánto más publicidad se le de a este hecho, entiendo, menos sufrimiento para los que no se identifican con alguna/o de la nombrada dualidad y también, como no, para los que aún tenemos una buena carga de perjuicios que tienden al rechazo.
De buenas fuentes me llega que está aumentando la violencia de género entre los adolescentes. Datos preocupantes. Eso sí es preocupante, y no que se le de más o menos bombo a la autonomía de la voluntad sobre como vestir. Para mí siempre que no me afecte por sus olores, ruidos, comportamientos de afectación directa, que cada uno haga de su capa lo que le venga en gana, faltaría más.
Pues no los hay que van cargados de hierro por todos lados metidos debajo del pellejo, pues oye, que los disfruten; aunque me cueste entenderlos cuando hablan si el objeto lo llevan en la lengua, macho, es que se comen las erres, y las eses, y hasta babean. Pero a mí me la rempamplifa, incluso me alegro, ya que como soy de hablar lento, ya sé que no me va a vencer en la dialéctica. Lo que no acierto a comprender es cómo éstos de los hierros pinchados, pasan las máquinas de los pitidos en los aeropuertos y eso. Y en el súper a veces, no digamos. Oiga Señora, qué lleva ud. escondido, nada, nada, se lo juro, a no sé que sea el “pirsing” que llevo en el chomino…..
Saludos a todas/os.
Saludos a todas/os.
Veo que me has entendido, Quintiliano, la ecuanimidad en la tolerancia no se resuelve con prendas de vestir. Si una niña sin sentirse niño puede llevar pantalones, igual un niño que se siente niña los puede llevar sin que por ello se pare el mundo. La verdad es que no he entendido la enjundia de este revuelo si no es para crear polémica gratuita.
La educación para la igualdad y la tolerancia para mí que consiste en otra cosa y, en cualquier caso, está fallando, ya que como tú mismo bien dices la violencia de género está creciendo entre los adolescentes. Será porque los adolescentes por naturaleza tienden a hacer lo contrario de lo que se les imparte como norma o que copian las contradicciones de sus padres y madres o, sobre todo, que la ignorancia ambiental genera violencia de todo tipo; ahí están los escraches…
Sólo en una sociedad culta se logra difundir la convivencia pacífica; es lo que sostuvieron los ilustrados en su día y lo único que funciona. Por tanto, hemos de esmerarnos en que los centros educativos sean herramientas para aumentar el saber tanto en los contenidos como en las formas y dejar los caprichos de la moda, si acaso, para Dolce e Gabbana ¿A que sí?
Por cierto, muy divertidas esas observaciones sobre los piercing ¿a qué vendrá que los adolescentes se autoinflijan tamaña violencia? Si un cachete traumatiza, ¿cómo no lo hace semejante lesión? ¿Cuál es tu teoría?
Veamos. A mí me gustaría saber, en estos precisos momentos, tras una jornada normal, sin, aparentemente, aspaviento alguno, cómo es posible leer un texto similar al del blog que nos ocupa, sencillo, sin otra pretensión que hablar, opinar o exponer, de manera distendida, un tema de actualidad, siglo XXI en la España que estamos o eso creo y, al mismo tiempo, hacerse eco, el mismo día, mismo siglo y a la misma hora, del libro “Cásate y sé sumisa” (ni en la antigua formación del espíritu nacional, Sección Femenina, se encontró jamás parecido incunable) inspirado en una carta del apóstol San Pablo a los efesios, líder de ventas en Italia, escrito por una periodista de ese país y publicado recientemente por el Arzobispado de Granada. Es como vivir en dos dimensiones a la vez, entrelazadas. No se quiere dar crédito pero ves, con asombro, que es posible, que túnicas y togas pueden ser nombradas en todas sus acepciones y significados. Que nada duerme y nada se pierde entre bastidores. Está ahí. El eterno dilema – problema del hombre/mujer. Qué van a decir ahora, no ya las feministas, sino los propios musulmanes…
Lo dicho: eso sí que es tirarse un pedo y levantar medio metro del suelo.
Saludos
La verdad es que yo no pretendía escribir un artículo feminista, sino redundar en la superficialidad de los sistemas educativos que abordan asuntos de forma y no de fondo y no enfrentan los problemas reales, que son muchos.
«Cásate y sé sumisa». Algo parecido escribió Fray Luis de León en el siglo XVI; el manual de «La perfecta casada» ¿daría resultado?
Y, sin embargo, tengo yo amigos que se dicen de izquierdas y opinan que la sumisión es la única manera de evitar la violencia de género. Bueno, hasta uno había pensado irse a Marruecos para encontrar una mujer sumisa. Como es ateo, no le importa que sea musulmana.
Ahora, que si el librillo da resultado, no tendrá que salir de España ¿le doy la buena noticia? ¿tú qué dices?
Sería absurdo negar la problemática existente en el sistema educativo y la realidad de las aulas, tan real como aquella que se vive, una vez traspasada la puerta de tu república independiente, que puede ser lo más parecido a una república bananera. Muchos habitantes de estas repúblicas, la mayoría, suelen guardar la compostura y las formas de cara a la galería y al qué dirán y así lo proclaman en cuanto tienen ocasión, alto y claro, a los cuatro vientos. Como aquel fariseo bíblico que oraba en el interior del templo en voz alta, para ser oído por todos los presentes y justificándose ante Dios. Esa bonhomía prefabricada está sujeta a diversos avatares y suele acabar de manera brusca, en cuanto alguien se salte la norma inmutable y aparezca una mañana hech@ un adefesio a los ojos de la buena gente, sea por minusvalía, enfermedad o, simplemente, rompiendo las reglas en el vestir, produciéndose entonces una súbita reacción, muy similar a la de esa vaguada de lluvias torrenciales, que se cuela en zona anticiclónica sin pedir permiso, acabando con la tranquilidad.
Pero, ¿a quién cargar con la eterna culpa? ¿Sistema, padres, profesorado…? Todos, sin excepción, provenimos de ella. De la culpa. Será que, al paso del tiempo, nos va, nos gusta incidir y reincidir en la misma. ¿A qué viene tanto cambio de plan educativo en cuanto cambia el gobierno…?
Recordando a Platón (y ahí nos quedamos) tal vez haya que aprender otras cosas antes que emprender cualquier reto innovador. “ Nadie entre aquí sin saber geometría” rezaba un cartel a la puerta del Templo de Academo hace milenios. Como el que oye llover.
Pero tú dale ideas a la gente con el librillo, Lola.
Saludos para tod@s
Winspector, yo veo muy clara la solución al sistema educativo. Hay que subir los niveles y no tolerar la indisciplina. Y enseñar a pensar, así se resuelve la educación y hasta la situación política de este país. Encima es una medida muy barata, pero, me temo que la solución no interesa porque los intereses son otros.
Subir los niveles, disciplina, enseñar a pensar…Loable, aunque vasto programa el suyo, seña Lola. Precisaríamos de un siglo estelar, una era de luces, una edad dorada de esas que, tan cicateramente, suele propiciar la historia….
Sea por no continuar agraviando a la diosa Minerva.
Saludos
Y, sin embargo, lo encuentro plausible. El hambre aguza el ingenio y estimula los intelectos. Nuestra mayor herencia intelectual viene del Barroco que se dio en un siglo de grandes carestias. Cervantes era un muerto de hambre.
De algo ha de servir la crisis. Proclamo.
Tengamos fe, Winspector.
El pantalón fue utilizado para DISCRIMINAR, abusar y humillar a la mujer.
Las FALDAS; y los VESTIDOS CON FALDA, para los varones; SON UNA GRAN NECESIDAD; por salud, por respeto y por comodidad.
Por tradición y desde siempre los hombres se habían vestido con faldas, solo hace 500 años que nos obligaron a usar el horroroso e incomodo pantalón.
Ademas con el uso del pantalón el hombre ha terminado orinando de pie lo cual es totalmente antinatural. Las Faldas y los vestidos con faldas para los hombres son suprema-mente SALUDABLES, CÓMODOS Y CONFORTABLES.
Por salud y comodidad mejor usar FALDAS O VESTIDOS CON FALDA PARA HOMBRE .
Hay una GRAN NECESIDAD POR ATENDER entre la población masculina; y esta muy relacionada con la SALUD; y la calidad de vida de los varones;
Las faldas para los varones son una gran NECESIDAD; por salud, por respeto y por comodidad.
El pantalón es la prenda menos adecuada para un hombre; el calzoncillo bóxer, hace las veces de férula en los genitales, (propiciando mal funcionamiento, y discapacidades); el calzoncillo bóxer mantiene los genitales inmovilizados ; magullados y machacados; la costura central del pantalón maltrata, magulla e incomoda todo el tiempo los genitales; la correa o cinturón hace las veces de torniquete, y obliga al corazón a bombear la sangre con mayor esfuerzo, (para vencer la contracción que hace el torniquete), y por mala irrigacion sanguínea afecta: el aparato digestivo, el sistema urinario, el aparato reproductor. Ademas con el uso del pantalón el hombre ha terminado orinando de pie lo cual es totalmente antinatural. Las Faldas y los vestidos con faldas para los hombres son suprema-mente SALUDABLES, CÓMODOS Y CONFORTABLES. El pantalón, el calzoncillo ajustado, la costura central del pantalón, y la correa o cinturón, están promoviendo las enfermedades modernas de los hombres: IMPOTENCIA, ESTERILIDAD, PROBLEMAS DE LA PRÓSTATA Y POSIBLEMENTE CÁNCER DEL TESTÍCULO.
Ninguna parte del cuerpo del varón se magulla, ni se machaca; ni se maltrata tanto como los genitales.
Las faldas y vestidos con falda para los hombres no deben ir con volantes, boleros, encajes, moñitos; y/o adornos; o estampados típicamente femeninos; pero si se pueden elaborar unas muy buenas faldas y vestidos con falda para los hombres; y que se diferencien de las prendas femeninas.
El tiro; ( que es la costura que une las piernas; tira, por delante; o por detrás; y por eso tiene que sacarlo de entre las nalgas); el horroroso e incómodo pantalón; maltrata; magulla; machaca; lacera, e incomoda todo el tiempo los genitales. Las personas se acostumbran a vivir con la incomodidad; como cuando un zapato nuevo les hace salir callos, o ampollas en los pies.
Por Anatomía el pantalón sería más afín para la mujer, que para los hombres; lo más adecuado; SALUDABLE; DECENTE; ERGONÓMICO; PRACTICO; y FUNCIONAL, para vestirse un hombre es una FALDA al estilo escocés; o UN VESTIDO CON FALDAS.
La falda circular y semicircular para hombre; es lo mas practico y fácil de elaborar; pues no lleva cierre o cremallera en la pretina