No obstante, este aprendiz de pequeño saltamontes insiste y persiste en quererme demostrar que, frente al fútbol, deporte de afición adocenada y embrutecida, las artes marciales son cultivadas por criaturas selectas, nobles y apacibles. Eso fue, precisamente, poco antes de que saltara a los medios el escándalo sangriento, protagonizado por Juan Carlos Aguilar, el falso maestro de Shaolín, que se dedicaba en su monasterio de Bilbao, llamado, por cierto, “Océano de la tranquilidad” a maniatar a mujeres indefensas para lanzarles cuchillos y, si acaso, después descuartizarlas y arrojarlas a la ría. Juan Carlos Aguilar o Huang C., según él mismo se rebautizó en versión china, no era un santo y ni siquiera un monje, sino más bien un emulador de Jack el Destripador, quien también disfrutaba asesinando prostitutas en serie para puro solaz de los sentidos.
De China, donde si consta, al menos, que estuvo no se trajo un título de Maestro Saholín, pero sí una túnica azafrán, la cabeza afeitada y no pocas habilidades para embaucar a personajes relevantes de los platós españoles como Javier Sierra, Pablo Motos y el mismo Eduardo Punset, quienes, sin documentarse mucho o nada a lo que se ve, dieron por válidos en sus entrevistas los tres falsos títulos de campeón nacional de Kung-Fu, que se atribuyó el monje fantasma. Lo de Pablo Motos se explica por su desmedida querencia a todo lo friki, pero, qué me dices de Punset, que es un científico.
-¿Conoces a Punset, pequeño saltamontes?
-Sí, claro, maestra, ése es el que anuncia el pan Bimbo.
Pues eso, que digo yo que, en contra, por embrutecido que pueda considerarse el mundillo futbolero nunca es protagonista de noticias tan brutales. Por ahora, no nos ha salido ningún falso futbolista que sea asesino en serie ni practique aberraciones sexuales demasiado llamativas. Todo lo más, encuentras que alguno defrauda a Hacienda u otros se refocilan con mujerucas de cascos ligeros, si bien por mutuo consentimiento y sin descuartizarlas a posteriori. Ya es un detalle a tener en cuenta. No se puede decir lo mismo de los allegados a las artes marciales que, por lo que sea, inspiran conductas sexuales de lo más pintorescas. Como ilustró la muerte del actor David Carradine, quien fue protagonista de la célebre serie “Kung-Fu”, cuyo cadáver desnudo fue encontrado en un hotel de Tailandia, atado de cuerdas hasta en los testículos como San Cucufato en lo que se diagnosticó un ejercicio auto-erótico de asfixia masturbatoria para cuyo preámbulo, dícese, se servía de una peluca y un liguero rojo que guardaba, precisamente, en el armario. Estrambótico fin y desmitificador para lo que fue una generación de niños admiradores de “El pequeño saltamontes”, pero nada grave, considerando que las extravagancias sexuales de Kung-Fu sólo tenían que ver con su propio cuerpo y no con los ajenos, como es el caso del “Caso Kárate”, por el que el ex –campeón nacional de Kárate, Fernando Torres Baena, ha sido condenado a 302 años de prisión a causa de los prolongados abusos a menores que, durante años, perpetró en una academia de artes marciales en Gran Canaria. No es que se trate de un fenómeno aislado que un entrenador deportivo abuse de sus alumnos, lo que salta con relativa frecuencia a los informativos –va a ser que la pedofilia no huele sólo a sacristía- sino la forma enrevesada que pinta la cosa, pues el técnico karateca había montado en torno a su gimnasio una secta sexual que incluía charlas persuasivas a sus alumnos sobre el valor de la práctica erótica como pilar fundamental en la formación de todo buen karateca. Se trataba de una animación del alumnado al amor libre y, a la vez, esclavo, porque era el propio Torres Baena quien decidía la organización de los tríos, quintetos y abiertas orgías en las que habían de participar sus pupilos, ya fuese unos contra otros o con la participación del propio entrenador y sus dos monitoras; una de ellas, su propia esposa. Asunto que el presidente del tribunal, Emilio Moya, poco amigo de los circunloquios, califica sin más de “auténtico puterío”. Lo que pondría en el entramado su punto de festivo, de no ser porque los menores, tan menores a veces como de nueve años, estaban invalidados de voluntad por continuas manipulaciones, intimidaciones, amenazas y castigos y, entre sus presuntas actividades de entrenamiento espiritual, se contaba la de la manifiesta sumisión al maestro, que el pupilo ejercitaba andando a cuatro patas –y si no fuera por lo grotesco de la metáfora, diría que hasta moviendo el rabo-.
Por lo demás, lo dicho, prefiero embrutecerme con el fútbol que elevarme en la paz espiritual de las artes marciales. Los futbolistas no serán monjes ni santos, pero, en la SUB 21, han estado divinos. Ole, ese Isco.
P.D: ¿Y qué tal esos 10 goles de la Selección Española frente a Tahití? Hoy por hoy, el fútbol es lo mejor que nos está pasando en España. Es una pena perdérselo.
Todo muy bien salvo calificar como científico a Punset.
¿De verdad cree usted que es científico? Creo que su titulación es de Sociología o Ciencias Políticas. En sus tiempos fue ministro con la UCD y más tarde empezó como presentador de televisión haciendo, desde mi punto de vista, un respetable papel como divulgador científico. Pero con el tiempo debe de haber pensado que la ciencia se pega como se pegan los cargos políticos solamente por estar cerca de quien tiene el poder o la sabiduría (dependiendo de cada caso). Y esto no funciona así.
El resultado final es que el señor Punset se ha convertido en un frívolo que desprestigia cualquier asunto científico que toca y se limita a hablar de la neurología,los átomos o los estados de la materia como si de asuntos psicológicos se trataran.
Al menos así lo veía yo hasta hace unos años cuando decidí salir de sus redes. Ahora sólo veo que en las librerías hay muchísimos libros de colorines escritos por él. Y parece ser que también por su hija; asunto este último que iría en línea con eso de que la política se pega por arrimarse a un buen árbol.
en málaga se llamaría «guan».lola,tirón de orejas ha caído en lo que critica,punset es un extraño hombre del renacimiento en el siglo 21 pero no un científico.los científicos le llaman pseudo,pero su formación es otra.entre los futbolistas también los hay maltratadores,no peque de ligereza…
Punset recibió el Premio de la Asociación Española de Científicos (2001)en reconocimiento a su labor en el campo de la investigación científica y el desarrollo tecnológico. ¿Tal vez se equivocó la Asociación Española de Científicos al dárselo? También, es cierto que estudió Derecho y un montón de cosas más, lo cual no es incompatible, tampoco que escriba un montón de libros y los venda a porrillo. Él los vende y al público les gustan y los compran, no hay nada de malo en ello ni en que caiga simpático. A mí, personalmente, me cae simpático, si bien no tengo el suficiente nivel científico como para evaluar su rigor en sus análisis. Imagino que los científicos españoles, sí.
¿Hay futbolistas maltratadores? No es lo más común, me parece, pero si se trata de destacar lo negativo…
Para mí, sin embargo, lo que más destaca en ellos, en los futbolistas españoles, digo, es lo bien que están haciendo su trabajo, cosa que no podría asegurarse de casi ningún otro sector laboral y, en consecuencia, las alegrías que nos dan, que se agradece en este clima de asfixiante pesimismo improductivo. Por lo menos, ellos nos suben la autoestima de vez en cuando ¿somos unos inconscientes por disfrutar viendo un buen partido de fútbol y por sentirnos fenomenal cuando el resto del mundo reconoce que se hace algo bien en este país? ¿Será lícito llevarse una alegría en este ambiente tan mustio? ¿Tendremos que demostrar que la afición por el fútbol no es incompatible con la intelectualidad o la implicación en los problemas políticos o económicos de la nación? ¿o con el simple hecho de ser mujer, pues según ciertos prejuicios es genéticamente incompatible? Es difícil convivir con tantos tópicos, estereotipos y poses pseudo-intelectuales que prestigian el pesimismo y la negatividad como un sesudo valor, cuando se trata no, por cierto, de una aptitud, sino de una actitud que no lleva a ninguna parte.
Claro que sí. El premio es de 2001 y desde entonces bastante ha llovido. También hay que tener en cuenta que la Asociación de Científicos Españoles no incluye a todos los investigadores de España (ni muchísimo menos) sino a unos pocos y que esta asociación, como todas, supongo que recibirá o intentará recibir subvenciones, cuantas más mejor; y en este sentido, premiar a Punset es una muy buena inversión. No he leído ningún libro de Punset, aunque he de reconocer que lo he intentado porque una vez me regalaron uno pero esos libros no tienen nada que ver con la ciencia. Más bien creo que están relacionados con el dar ánimos a la gente y el «conócete a tí mismo». No tengo nada contra esto pero creo que eso no es ciencia.
Hoy discrepo. Si atendemos al deporte para la mayoría y no al de élite, el que puedan practicar la mayor parte de nuestros niños y adolescentes, el fútbol entonces resulta bastante más agresivo que las artes marciales. En cualquier gimnasio que enseñen, karate, judo, taekwondo, lo que aprenden sus usuarios es el control de su cuerpo, de su propia fuerza, medir las distancias al máximo para no lastimar al compañero. En un campo de fútbol lo que se ve con demasiada frecuencia, son energúmenos, los padres de las criaturas que juegan, que tratan a los contrarios incluso a veces a los del mismo equipo, con verdadero ensañamiento, con maltrato verbal y muchas veces físico. Un ejemplo perfecto para esos benjamines, alevines, que corren con toda ilusión por el campo, ver a sus padres diciéndoles barbaridades a críos que los miran asustados. Eso por no hablar de las agresiones a los árbitros, incluso adolescentes, que terminan en un hospital tras el partido.
Soy un lector habitual de columnas en la prensa y quería felicitarte por este artículo y por todos los otros, de paso, que están bien dotados de ingenio, talento y una agilidad que se presta a la lectura bien amena, lo que es de agradecer en este mundo actual del articulismo cada vez más plúmbeo y merodeado por los atrevidísimos aficionados -la ignorancia es atrevida, ya lo creo- pero, en fin en pesadez parece que se hayan puesto todos de acuerdo y en falta de originalidad, sabremos ya lo malos que son los políticos, ¿a qué decirlo una y otra vez casi con las mismas palabras como el que descubre la pólvora? Frente a tanto sobado argumento, agradezco sus artículos que no descartan la gracia y la originalidad, sin, por ello, dejar de analizar la actualidad de un modo preciso y profundo. Distrae usted y hace pensar, algo raro en las páginas de opinión como un oasis en pleno desierto. Por el bien de los lectores como yo, siga usted así por muchos años, enhorabuena!!!
Te agradezco el piropo, Antonio, tiene un gran mérito en esta sociedad que no está nada por el elogio y sí bastante por la descalificación, incluso con argumentos infundados o sin ellos.
Bueno, Mavi, supongo que hablas de casos concretos y no te lo discuto. Yo sólo hablaba de lo que sé, de aficionados al fútbol que conozco muy civilizados, de futbolistas entregados y educados y de alevines que juegan limpio con esperanza de futuro,llenos de ilusiones y con buenas maneras. También sé de practicantes de artes marciales estupendos, en especial, un karateca por el que siento un gran afecto. No era mi propósito generalizar ni insultar a nadie. Eso seguro.
Posiblemente, como occidentales y mediterráneos, nos sea mucho más difícil digerir esa aplicación de la Filosofía a la defensa personal y a las artes de la guerra, que llevan a cabo, desde hace milenios, en gran parte del Extremo Oriente – algo inédito por estos lares y sorprendente, en tanto que herederos de aquel pensamiento – cuando su fin originario era la búsqueda de la felicidad mediante el equilibrio de fuerzas, el yin y el yang, la paz espiritual…En cuanto surge el desequilibrio, a través del espacio-tiempo y sin preguntar siquiera, que ya su imagen es bien explícita, aparece una catana como respuesta. De lo que venga después depende de la furia con o contra lo que sea utilizada. Esta impresión podrá catalogarse de pueril o superficial; sin embargo, creo, existe algo primordial en nuestra filosofía occidental y es que, a diferencia de aquélla, no nos da respuestas inmediatas sino que, constante y secularmente, nos hace preguntas, cuyas respuestas pueden alargarse infinitamente o están por llegar; pero llegarán, en la confianza de que, la montaña, siempre implica la existencia de un valle…A esto ya hay que echarle ilusión, mas, ¿para qué, si no, estamos aquí…?
Aunque lo ideal sería aunar lo mejor de cada pensamiento, igual que en su día se pensó coger lo mejor del comunismo y del capitalismo y aplicarlo a toda la sociedad. ¿Casarían bien Sofía y Utopía?
Ea, más preguntas.
Un saludo, Lola. Buenos días para ti y para tod@s.
P.D. Muchas gracias, Quintiliano. Un abrazo también para ti (final de la entrada Una Historia Ejemplar)
Buenos días,
Antes de nada, que me disculpe el numeroso público mi tardanza en traer por aquí mis inigualables –por pobres- aportaciones. Recuerden que mi tarea es hacerles sentir bien, aún a descrédito mío. Recuerden que el ser humano es competitivo por naturaleza, y creo que más aún el –macho-. A otros bichos de la naturaleza también les pasa. Quién no ha visto a dos –machos- más de una vez dejarse los cuernos por y para el apareamiento. El macho más fuerte es el que se aparea, es un dictado de la naturaleza ajeno a nuestra voluntad –Shopenhauer-. La naturaleza selecciona. Esta es la raíz de nuestra agresividad.
Cuando en el acto se alimenta la valía, la competencia, la autoestima, el choque, lo raro es que no saliera a relucir la violencia. No sé de ninguna misa de difuntos donde los dolientes hayan terminado a guantazos. Hay deportes en que debido al prototipo de participantes esta violencia es más evidente. Más en fútbol que en ajedrez. El fútbol, por sus características, invita a ello. La euforia, el sudor, la adrenalina, los gritos, la rivalidad, y lo a mano que tenemos el pie para propinar una buena patada.
También las disciplinas de culto al cuerpo, a la mística, al ídolo, que hacen sentir bien al pupilo. La idealización del maestro, y lo que el maestro en esta situación de abnegación del pupilo pueda atropellar, en un claro abuso de su situación. Quién no se ha enamorado de su maestro o profesor, quién suscribe muchas veces –de la maestra/profesora-. A saber la infinidad de adolescentes que se han llevado a la protagonista de este blog –por su condición de profesora- a que les acompañe en el viaje de sus sueños. Que cuente, que cuente, si algo sabe.
Luego, la aberración es la excepción en el individuo, y no en determinada disciplina. Winpector, en el clavo.
De otra, Antonio, muy buen piropo a Lola, encomiable la intención que subyace, ese sentimiento de bienestar en ella será momentáneo. Más, creo que a Lola le va el que le alteren el carácter, un poco, solo un poco, siempre sin sobrepasar la delgada línea roja. Como la pases, se cabrea, doy fe. Al fin y al cabo este es un blog de opinión, y no científico. Lo leo, para mi descargo.
Saludos, les quiero a todas/os.
Vaya, aquí sí sale la imágen. A ver…
La agresividad, la competitividad es algo inherente a la condición primaria del individuo masculino y en fin, también femenino, de que las hembras se pelean a su vez por el macho da testimonio «La casa de Bernarda Alba», la biblia y la tragedia griega, pero es cosa de una sociedad civilizada y culta educar los instintos primarios y hacer del deporte, además, sólo un juego y hacerlo en equipo. Es lo que admiro del fútbol español actual.
Lo malo del maestro, sea de Shaolín o cualquier otra cosa, es que salga manipulador y se aproveche de la admiración del alumno. Hay que extraer lo mejor de las filosofías orientales, dices bien, Winspector, pero está claro que aquí se tergiversan. Gracias por recordarme el caso del chaval de la catana. Por cierto, ¿qué fue de él?
Sé de gente, futboleros o futbófilos, que gracias al futbol han ahorrado dinero en gimnasios, pues directamente pasaban al boxeo cuando en una discusión de bar, eludido todo consenso, imperaba el instinto de “mi equipo” y, con la zurda, toma remoquete. El futbol es pacífico cuando el sujeto es pacífico, si no, es todo lo contrario, también tiene sus marcianos o marciales, sepa usted doña Lola. Por otro lado, es acertada la opinión vertida sobre Punset. Yo diría que Punset es un comunicador o divulgador científico, además de manera excelente. Igualmente, advierto que sus artículos, los suyos de usted, doña Lola, son disidentes de Levy-Strauss, estructuralista él. Sus artículos se saben cómo empiezan pero su final es incierto, no les he pillado la estructura, o igual ese es su truco, la estructura ausente, que diría aquél. Respecto al maestro de artes marciales no me extraña que sexo desorganizado y comunero termine en muerte, hay otros ejemplos en la historia, para el suma y sigue. El amor libre tiene esas cosas, lleva a perder la libertad, digan lo que digan los ideólogos de la progresía izquierdista.
Por último, doña Lola, quisiera terminar con una pregunta: ¿Cómo se llama la figura retórica o recurso literario consistente en evitar decir algo diciéndolo?, por ejemplo: “—y si no fuera por lo grotesco de la metáfora, diría que hasta moviendo el rabo”.
Cordiales saludos.
En tiempos no tan lejanos
al jugador español
había que buscarlo con lupa,
apenas le daba el contrario
se iba al suelo y decía¡ pupa!
La afición desesperada
le fue tomando manía;
en su cabeza no entraba
tan fatal filosofía
por lo mucho que ganaba
y lo poco que rendía…
Hoy, en agudo contraste
de divina evolución
España se nos va al traste
nuestro equipo, campeón,
y la música en el aire:
“oigo patria tu aflicción…”
algo que no ignora nadie,
que los extremos se tocan
y pasamos del nirvana
hasta el corazón de roca
del chico de la catana,
tan libre como imaginó
aquel día por la mañana
cuando por fin decidió
que sus padres y su hermana
mejor estaban con Dios.
Crimen o acción de gracias
pues causó admiración
en unas adolescentes
de San Fernando de Cádiz
cuyas retorcidas mentes
crearon un blanco fácil
en una amiga inocente…
Y llegados a este punto
plantearse convendría
que el meollo del asunto
no está en la Filosofía
sino en el árbol humano
no enderezado en su día,
en ese junco doblado
junto al río que lo quería
y va dejando de lado
su evolución creativa…
Será que la inteligencia
(al servicio de la vida)
sirve a la mala ciencia
por activa y por pasiva
Adivina…
Pues buenos días a tod@s
Magníficos versos, Winspector, veo que el verano te ha llegado inspirado ¿Debemos creer que el género humano se sirve de cualquier coartada filosófica o ideológica para practicar el mal? ¿O eso sólo lo hacen los naturalmente inclinados al mal? Por fortuna, yo creo que estos son unos pocos; el niño de la catana, sus seguidoras, Miguel Carcaño, José Bretón et alii, aunque, como pocos, hacen mucho ruido. Eso sí, como tú dices, usan su inteligencia -a veces, mucha- para prodigar el dolor entre los demás en lugar de hacer algo creativo. No son psicópatas sino sádico-perversos. No tienen capacidad para ser felices y su obsesión es arrastrar a los demás a su propia infelicidad. Si no fuese por el daño que provocan, serían dignos de compasión. No hay mayor desgracia que estar incapacitado para la felicidad y poseído de sentimientos tan destructores y autodestructivos como la envidia y el rencor.
No uso una estructura premeditada para mis artículos, aunque, sin pretenderlo, ella misma toma forma. A veces encuadrada; es decir, se formula una tesis al principio que se corrobora al final por los argumentos y anécdotas que le sirven de apoyo en el cuerpo del artículo, otras veces los artículos son deductivos, desde una anécdota (normalmente, una noticia actual) se llega por los argumentos del cuerpo a la tesis final, o bien, inductivos, la tesis expuesta al principio lleva al final a la anécdota (la noticia), claro que la tesis repetida puede dar lugar a una estructura reiterada, por ejemplo. Lo suyo es jugar con todas las posibilidades hasta llegar a crear un estilo -que decía Bouffon, es el hombre- y no cansar con fórmulas estereotipadas. Conocer las normas y, desde ellas, crear otras nuevas. Incluso, si procede, recursos estilísticos como quien crea neologismos en el vocabulario. Ése que usted nombra lo he usado mucho antes, entre otros. Se trata de un falso eufemismo ¿Cómo le llamo? ¿Famismo? ¿O una tranguijuelilla humorística? Espero sugerencias.
A saber si estamos en los inicios de una nueva revolución literaria. Nadie apostaba nada por Joyce en sus inicios. Virginia Wolf, además de escritora, editora, tuvo el Ulisses largo tiempo en un cajón porque creía que no valía. Después, ya consolidado como escritor Joyce, tuvo sus seguidores/imitadores, entre ellos W. Faulkner -nobel-; de éste, otros nobeles -G.Márquez y V. LLosa- llegaron a afirmar que aprendieron a contar cuando le leyeron. Ánimo Lola.
Saludos a todos/as.
¿Una revolución literaria? Ojalá, pero no seré yo la que la desencadene, no me creo tan dotada ni tan original y lo que escribo se entiende mejor que el «Ulises» de James Joyce. Tampoco cuento con la coartada de la magnífica novela rechazada por las editoriales. No sé si es un síntoma de mediocridad, pero todo lo que escribo se publica, a no ser que a mí misma me parezca tan malo de esconderlo. Desde luego, no soy ningún genio, sólo me conformo con contar algo e intentar contarlo bien. De todos modos, se agradece el piropo, muchas gracias, Quintiliano.
Lola, fantástico el artículo, tu ironia y sentido del humor difumina el horror y las triquiñuelas del maestro Huang C.,desde luego no se calentó la cabeza para su nombre de guerra, el HUang C. oculta su verdadero nombre: juan carlos.
Bueno, viniendo de una lectora tan avezada y exquisita como tú, el piropo es un auténtico honor. Tienes razón, se trataba de un embaucador muy chapucero y sin ninguna imaginación, lo preocupante es que así y todo pudiese engañar a tanta gente. Ni él ni sus embaucados llegaban al 6´5…