Las gaviotas

24 May

La gaviota es un ave merdellona. Chilla mucho y ensucia una barbaridad. Parece que en Málaga se encuentre en su medio, donde no deja de crecer y multiplicarse. Son una plaga y allá donde van, ponen el huevo. Aquí las tenemos de tres clases; las patiamarillas, las sombrías y las reidoras, que han desarrollado un carácter muy autóctono, porque, después de hacer la gracia, se cagan de risa en tus narices; menudas pájaras montan. Ahora, más aún, pues están en periodo de cría y eso las pone de los nervios. Por lo que leo en un reportaje, como siempre, impagable de José Torres, las gaviotas adultas monitorean el aprendizaje de sus gaviotillos, que se inician en el vuelo, no siempre de modo ejemplar, pues lo más torpes acaban haciendo el ganso y cayendo al suelo, lo que le vale las recriminaciones de sus padres, que les riñen con unos chillidos tan ensordecedores de enloquecer al vecindario humano que ha de sufrirlas bien de cerca. La educación de las gaviotas nos está saliendo por un pico. Por lo que interpreto del lenguaje de las aves malagueñas, el diálogo debe darse más o menos así:
Gaviota madre: Yonatán Lui, ¿quieres dejarte de hacer el maharón?
Gaviota hijo: No me ralles, mamá, que me lo estoy pasando pechá de bien con la Yésica y con el Adri.
Gaviota madre: De eso, ni mijita. Te he dicho cienes y cienes de veces que pa la casa.
Como toda madre malagueña, la gaviota puede dar mucho el cante al reprender a sus criaturas, pero, no obstante, pues es, en el fondo, una madraza, se pone hecha una fiera cuando alguien osa agredir a alguno de sus polluelos. Así ante la amenaza que supone el dispositivo que el ayuntamiento ha puesto en marcha para erradicar la plaga de estas aves invasoras, se ha advertido de que las susodichas aves pueden adoptar comportamientos muy violentos como, por ejemplo, me temo, agredir a un viandante. Probabilidad aterradora que recrea en la memoria colectiva, aquella escalofriante imagen en la que una enfurecida gaviota daba un picotazo hasta hacer sangrar la bella y rubia cabeza de Tippi Hedren. Era una secuencia de la película “Los pájaros” de Hitchcock; un film sobrecogedor, por cuyo impacto visual, varias generaciones perdimos nuestra concepción ingenua de las aves, evitando mirarlas demasiado de cerca.
Tampoco volvimos a mirar igual al propio Hitchcock, de quien se decía que tramó aquella película como una venganza personal contra Tippi Hedren, actriz por la que sentía una obsesión amorosa enfermiza que no halló más respuesta que la inquebrantable indiferencia de la rubia.
De modo que el cineasta convirtiese su deseo frustrado en la rabia, recreada por esas bandadas de pájaros enloquecidos que sometían el cuerpo de Tippi Hedren a toda clase de acosos y vejaciones. La historia de un despecho; podría ser. Incluso los peores sentimientos pueden inspirar las mejores obras de arte. La inspiración es materia caprichosa. La que hace, por ejemplo, que las palomas y las gaviotas gocen de un desmesurado prestigio lírico, que, en nada, corresponde a su natural carroñero. Ambas son amigas de vertederos y de dejarlo todo apercodido. También de reproducirse mucho, con lo cual llegan a protagonizar invasiones bastante bárbaras. Por ejemplo en Venecia, cuyos monumentos se deterioran hace siglos por el alto poder corrosivo de sus excrementos. Como recitaba Alberti; “se equivocó la paloma, se equivocaba”. Antes de que la ciudad de los canales sea inundada del todo por el Acqua alta, se la habrán cargado –perdón, cagado- las palomas. La paloma, siendo el símbolo de la paz, es un pájaro que da mucha guerra, pero cuesta dejar de concebirla como ese icono cándido y níveo que pintó Picasso con una rama de olivo en el pico. La imaginación da muchas alas y todo lo alado inspira. Incluso las moscas a Antonio Machado, “por amor a todo lo que vuela”.
Casualidad será pero, como símbolo, encuentro que las palomas son más de izquierdas y las gaviotas más de derechas. Ha sido nombrar la paloma y ya me ha salido un poeta y un pintor comunistas y es nombrar la gaviota y venírseme canciones de Julio Iglesias y José Luis Perales. Por algo la gaviota es icono del PP, también es símbolo de la libertad, pero eso ahora no viene al caso. Me llevaría a hablar de Juan Salvador Gaviota y no me cuadra en el artículo. O sí. Juan Salvador Gaviota, en otro estilo, era tan raro como quien fue el máximo representante del PP, José María Aznar, un pájaro de cuidado que amenaza con volver y que, mirado de cerca, a mí por lo menos, me da tanto miedo como alguna de las aves de Hitchcock. Sobre todo, si vuelve de la mano con Esperanza Aguirre. Dice él que España y la gaviota lo necesitan. En esto último, tiene razón, la gaviota anda últimamente maltrecha y como mostrando por todas partes su lado oscuro. Se le está viendo el plumero. Es dar una patada y salir dinero negro y negocios sucios por doquier. La gaviota, como ave del PP, podría llamarse avecrem porque sabe a sopa de sobre. No te rías, que es peor.

12 respuestas a «Las gaviotas»

  1. Buenos días……Para gustos los colores.

    Las gaviotas, desde lejos todavía; pero las palomas son muy puercas y me dan mucho asco.

    Soy más de la perdiz. Perfecta, noble, bella, alegre, familiar, aseada, ……

    Y llegó el verano del setenta y tres,

    No de política voy a hablar,

    Niños chicos, planean perdigones a buscar.

    Los buenos, los que voletean ya,

    Nosotros corriendo, ellos volando,

    El perdigón cae al suelo y medio se desmaya.

    Niño corriendo a casa, a triunfo criar,

    Cuando es grande el triunfo,

    Si hembra libertad, si macho a reclamar.

    De su reclamo, el cazador orgulloso,

    No menos de su niño,

    Por aquél regalo tan generoso.

  2. me había creído que no había visto a Aznar,hay muchísimas opiniones a estas alturas y casi todas negativas¿por que?.bastante siniestro

  3. Creía que para ser felices había que comer perdices, pero se ve que lo suyo es quererlas y criarlas. He aprendido mucho con este vídeo; realmente pedagógico ¿conoces personalmente al autor?

  4. No cabe la menor duda que las gaviotas aprendieron bien la jerga de los ruidosos grupos humanos que pueblan cualquier barriada de Málaga (esto también merece capítulo aparte, pues la gente busca la tranquilidad del pareado – adosado en la periferia y no acaba de llegar cuando ya se han instalado allí, casi al unísono, los ruidos. Tanto, que algunos, pasado un tiempo, retornan a la “tranquilidad” del barrio que dejaron. Sorprendentes estos humanos) aunque a las gaviotas no las imagino, por más que se las quiera derechizar, posándose, es un suponer, sobre el trono de la Reina de las Marismas, licencia reservada más bien a palomas y golondrinas. Además, la gaviota, evidentemente, no es amiga de exquisiteces y ñoñerías a la carta, como ese “gavilán o paloma” que canta, autoflagelándose , P Abraira, que te deja más triste que un “carciofo”. Ninguna gaviota entraría en ese juego tontuno, ¿gaviota o paloma..? Quiá. Ella podrá formar parte de inmensas colonias, de acuerdo, pero va por libre, contra el afán de cierto grupo del poder político, empeñado en crear, a expensas de la gaviota, una sociedad limitada.
    Muy emotivo ese video, Quintiliano. Y lo bien que se explica el joven; así da gusto. Yo, cada vez que veo una perdiz, me acuerdo de mi buen padre, cazador, y me vienen a la cabeza aquellos cocidos, arroces y fritangas de la infancia. Entonces siempre me digo: “come la faceva la mamma…! Ya sin intención, claro.
    Va por esas gaviotas, evocadoras, para algunos, de lejanías y de antiguas sensaciones. Así lo transmite I Santo California con su nostálgico tema “Gabbiano” (Gaviota)

    http://www.youtube.com/watch?v=5YwbELt2ckM

    Feliz día para tod@s

  5. Buenos días,

    Ummm, esto sí que se está poniendo interesante. Antes y en alusión al tema del esfuerzo la educación, que quede claro que siempre defendí que la mayor justicia es dar el beneficio en proporción al esfuerzo, pero en todo siempre, no solo en la enseñanza, también en la economía, en el trabajo, en el riesgo emprendedor, en el reparto de la riqueza, claro, que por esto a poco que te descuides te llaman pepero/ liberalista/ fascista/ capitalista y un más de cosas acabadas en -ista. Luego, me quedo un poco perplejo, no entiendo las políticas de igual para todos, y quién le va a costar más aún entenderlo va a ser a la persona que eduquen en aquello de tanto te esfuerzas tanto tienes. Tienes derecho a una vivienda, pero también tienes la obligación de ganártela, hombre.

    Manolo, vale, vale, lleva Ud. su razón con lo de la UNED. Respecto a la teoría del esfuerzo en la enseñanza, su razón y la mía son totalmente coincidentes.

    Por cierto muy bueno el poema Winspector –el último de tu última entrada en el post de la enseñanza a gritos-. Respeto pero no comparto del todo los comentarios que andan por allí, pues pienso que hacen de la excepción como si causa general fuese.

    Oh, Lola, la forma y no el fondo de tu penúltimo comentario de por allí. Se te da mejor la prosa en verso que el poema poema. Bueno, bueno.

    Pero vamos, lo del melonar es que me ha llegado, casi se me saltan las lágrimas, sentimental que es uno los días pares. Tratar con melones es de lo más difícil, el único abono que toman bien es en vena, digo en el agua, tiene su mérito cultivarlos con lo delicados que son, y tanto. Yo, de momento sigo con mi maizal, que la única pega que tiene es que de ello tengo que alimentar a mucho pajarraco que anda suelto, y no son precisamente ni gaviotas ni palomas.

    Lo del video, al principio no le cogía el mensaje, para enterarse bien hay que verlo al menos cinco o seis veces.

    Saludos a todas/os, os/les quiero.

  6. No me gustan las gaviotas, será que no me puede el romanticismo, pero, para mí, son más símbolo de porquería que de libertad. Convivo con ellas y la verdad es que son muy guarras. Igual que las palomas. «Gavilán o paloma», recuerdo esa canción que era muy machista, por lo que decía en ella Pablo Abraira, la chica tomó la iniciativa y se sintió herido en su hombría. Prefiero «¿Quién tiene un duro de amor?», que era una chorrada, pero me hacía reír o esa de «Pólvora mojada». Lo de Pablo Abraira era casi siempre hablar de mujeres acosadoras y él que les echaba la bronca. Qué éxito y qué mal aprovechado. Como que Dios le da pañuelo a quien no tiene narices. Os voy a remitir las canciones, escuchadlas, que son dignas de comentario…
    «Gavilán o paloma»
    http://youtu.be/yLAeCQEVRFY
    «Pólvo-ra mojada»
    http://youtu.be/gVry215Ilek
    «¿Quién tiene un duro de amor?»
    http://youtu.be/zvEdAq1fUhQ
    Me retracto, comparado con la mediocridad de la música actual, esta última canción me parece genial…

  7. Pablo Abraira cantaba acorde con aquellos tiempos – igual que pasaba en el cine, la prensa…- predemocráticos, de apertura y que llevaban aires de libertad,(¿a que suena cursi pero bonito? Quién los volviera a coger, sí, je, je) Cuando se escuchaba en la discoteca, como así ocurría con otr@s de la época, la pista quedaba prácticamente a oscuras y casi todos los componentes de las parejas que bailaban lento, solían mirar hacia abajo o al frente, ensimismados o atónitos, tal que le estuviera pasando a ellos mismos lo que decía la canción…Esa imagen, digamos ingenua, vista así, en la distancia, da una idea de cuánto hemos cambiado, no sé bien hacia dónde, tal vez sólo de lugar en el mismo tablero y aquí apenas se ha movido nadie, fuera de las tendencias, las modas, lo que se lleva o no y el pensamiento sigue en sus trece o algo menos, que las ideas se fueron casi todas, ¿para no volver…? Bueno, el sol alumbra ahí fuera. Todo sigue siendo posible.

    Para las macetas pueden venir bien esas gallinazas de – poverette! – palomas y gaviotas, seña Lola. Piense en positivo, que lo dice la tele.
    Buenos días a tod@s

  8. Dices bien, Winspector, la mierda trae suerte. Lo dicen en el teatro, mucha mierda y, si la pisas por la calle, trae fortuna. Yo soy muy afortunada porque cada día paso por Molinillo y no pocas veces por calle Victoria, además de que en mi calle vamos sobrados de cacas de perro. De estas, que si compro lotería, va y me toca.
    Los bailes agarrados con Pablo Abraira de música de fondo, qué tiempos aquellos, y qué tensión en las manos poniendo frontera en los hombros de la pareja de baile que, emocionado por las canciones de Abraira, se agarraba más de la cuenta. Si hubieran escuchado las letras del tal Pablo con atención, habrían comprendido que como se triunfa, es haciéndose el duro, bueno, según Abraira…

  9. Y Pablo Abraira aún, que siempre evocaba lo nocturno, la alcoba… Pero si hablamos de Danny Daniel y lo que llegó a hacer «por el amor de una mujer…» La misma Vicky Leandros – es que hay para tod@s – ganadora de Eurovisión en el 72, representando a ¡Luxemburgo!, cantaba, tan pancha ella, que «después de él, su vida sería solamente sombra de su sombra (la de él)…O del otro Daniel Velázquez y su cansino y despechado «vete, vete, vete…» para ya, tío. ¿De dónde saldría tanto llorón?.
    La verdad y ya en serio: en España, por lo general, había que hacerse el duro con las chicas, es decir, de manera intencionada y guiado por el instinto, más que por los sentimientos, hasta conseguir la «pieza». Así, una vez cogida la confianza en su plenitud, la buena gente (¿qué hubiera sido de este país sin ella?) aconsejaba continuar en el empeño y prometer hasta meter. Una vez metido, nada de lo prometido. Estas actitudes marcaban unas cotas de hipocresía y de cinismo tan difíciles de superar, que todavía están presentes. Pero eso – se supo después – formaba parte de la educación recibida. Pos vale, que ya nombré la bicha.
    La anterior canción fue para el «Gabbiano». «La Paloma» ( legendaria canción escrita por un español, antes de perder Cuba, en versión del «rossignol d’Avignon» o Mireille Mathieu) no podía ser menos.

    https://www.youtube.com/watch?v=f0-L7Xf_L6g

    Saludos para tod@s.

  10. Menuda educación sentimental hemos recibido, por no hablar de la sexual.Lo resumes muy bien, Winspector. También había chicos tímidos, retraídos, maravillosos, pero esos no le gustaban a nadie,lo suyo era el macho dominante,como ahora ¿será una cuestión biológica? La cabra también elige al más cabrón, y pues…
    En fin, yo pienso que hay que leer a todos y nunca imitar a nadie. Después de leer muchísimo, viene el propio estilo. Que, por ser estilo, es único. Mejor o peor, pero jamás copia. Si hiciese una lista de escritores favoritos llegaría al infinito y, en cualquier caso, hasta de los más deplorables se aprende algo, por ejemplo, lo que nunca hay que hacer o…

  11. Bien dicho, Lola, lo subjetivo requiere su propio estilo. Maquiavelo se jactaba de su maravillosa lengua italiana:

    “Chi vedesse le nostre lettere, honorando compare, et vedesse la diversità di quelle, si maraviglierebbe assai, perche gli parrebbe hora que noi fussimo humini gravi, tutti volti a cose grande et che ne’ petti nostri non potesse cascare alcuno pensiero che non avesse in sè honestà et grandezza. Pero dipoi, voltando carta, gli parrebbe quelli noi medesimi essere leggieri, inconstante, lascivi, volte a cose vane. Et questo modo de procedere, se a qualquno pare sia vituperoso, a me pare laudabile, perche noi imitiamo la natura che è varia; et qui chi imita quella non può essere ripresso…”

    Como sentenció a este propósito A Machado, Maquiavelo no dice que obre en él la naturaleza, sino que él, simplemente, la IMITA. Evidentemente, este culto a la naturaleza no es el de Rousseau.
    Buenos días a tod@s.

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