Ayer no más

26 Abr
España iba bien
No hace falta remontar mucho la memoria para recordar ese país próspero donde vivíamos, adorando al becerro de oro. Ayer no más eran los tiempos de Españavabien. España va bien, lo repetía aquel tipo y, después de todo, no se ponía en duda, porque algo así apetece creérselo y porque, a falta de ideologías, nos conformamos con la publicidad. Damos por verdadero lo que se dice muchas veces y lo repetimos como si fuese una opinión y no un estribillo. Donde un día se dijo España va bien, muchos dicen ahora España va mal, porque toca, sin que su vida haya cambiado sustancialmente, pues, en medio de todas las adversidades, en honor a la verdad, hay que reconocer que no a todos les ha afectado este revés de las cosas, por más que sirvan de eco a la tarandilla oficial y se apunten al pesimismo ambiental por inercia y porque sale en televisión como el bífidus activo.
España iba bien, recuerdan, y de eso hace bien poco. Por lo que sabemos a día de hoy, en aquel pasado reciente no había tampoco moral ni valores ni equidad ni justicia, pero había dinero y eso parecía suficiente. Había dinero o parecía que había dinero, porque qué es el dinero mismo sino simple apariencia; un papel que te asegura la presencia de un oro que nadie sabe dónde está, una fábrica de intereses en la que nosotros hacemos el papel de bobalicones y ajenos. No tenemos ni idea, ésa es la verdad. Sólo nos tocan las duras y las maduras cuando tocan y disfrutamos lo bueno mientras duró, igual que ahora padecemos lo malo sin saber muy bien por qué. La pobreza de hoy es igual de sospechosa que la riqueza de ayer, pero el bienestar no levanta suspicacias. Mientras se viva bien, a qué viene plantearse la angustia, plantearse nada. Lo que pasaba no era normal, pero era divino. Los bancos regalaban dinero a cualquiera y cualquiera se iba de viaje al Caribe y se compraba un piso de lujo y un apartamento en la playa y un coche de alta gama y la mar en coche. España iba bien, lo decía aquel tipo y a cualquier pringado le hacían una tarjeta oro y le llamaban distinguido cliente. Vaya lujo y quien lo trujo.
Estudiar no servía para nada, los alumnos se largaban del instituto en 3º de ESO a trabajar en la obra para participar del boom del ladrillo, después de hacerle un corte de mangas al profesor
-Ahí te quedas, voy a ganar el doble que tú, pringao.
Y, después de unas semanas, iban a cortejar a las niñas en un flamante deportivo descapotable parpadeando los focos al mismo ritmo de la música chunga-chunga de la radio a todo volumen. Triunfador de la vida a los dieciséis años sin necesidad de estudiar, de pensar. A quién se le ocurría pensar en aquellos días de vino y rosas. Había dinero, había subvenciones, había créditos. También políticos que no le interesaban a nadie y que tampoco se esmeraban por atraer la atención hacía sí mismos. El apoliticismo, extendido entre la mayoría, era un fenómeno que los propios políticos observaban con complacencia. De este modo, podían hacer y deshacer a su antojo sin ser vigilados en sus idas y venidas, porque los políticos a diferencia de los apolíticos sabían que aquella racha de prosperidad no iba a durar eternamente y, como la hormiga, almacenaban el grano para el invierno. Sus viajes a Suiza pasaban desapercibidos porque a todo el mundo le importaban un pijo. Éste es un país generoso, mientras tengas los bolsillos llenos, te importan poco cómo estén los bolsillos de los demás. Nada fue para siempre, sin embargo, la prosperidad estalló por sus costuras y a la cigarra le vinieron tiempos duros, después de tan largas vacaciones. Se acabó el trabajo, el crédito y las subvenciones y los políticos, hasta entonces invisibles, tomaron peso en sus vidas. Llegaron los recortes, los despidos, los desahucios, las reformas laborales, cómo es eso. Y, para pedir cuentas, era demasiado tarde. Tampoco se sabía muy bien cómo hacerlo, tantos años macerados en la total despreocupación, en el desentendimiento de los asuntos de estado, no dan de sí para ningún tipo de pensamiento crítico. Sin estudiar, sin pensar y bebiendo en la tele, la ciencia de Operación Triunfo y Gran hermano, dónde vas, Manolo, a estas alturas.
La indignación, vale, pero sin organización es como una orgía de Lepe. Con un garrote no se levanta un país sino, a lo más, la charanga del tío Honorio.
El asunto, claro está, se viene hilando fino desde hace décadas. Para desbancar a los políticos actuales, se necesitan políticos nuevos que no se han formado en estos años. Las demás posibles vías; acabar con todos los políticos en bloque y derogar la Corona, llevarían a una acracia imposible o a una dictadura militar o a un gobierno burocrático designado desde Alemania con tintes hitlerianos. La historia de España es como una morcilla, está hecha de sangre y se repite, decía el poeta Ángel González. Tendremos que desmentirlo como sea.

15 respuestas a «Ayer no más»

  1. Pues mi opinión es que la cosa va muy bien, va lento pero muy bien. La verdad es que en cierto sentido yo tenía ganas, muchas ganas. 700.000 NI-NI-S en 2007, que no había ni un parado de hecho en España, toma ya. La verdad es que no me esperaba yo que viniese una enseñanza tan buena, incluso la encuentro baratísima. Y también me gustaría que la situación se apretase más, unos añitos más, de propina para que no se nos olvide. Obviemos el dinero, se están recuperando valores, tales como el respeto por los abuelos, a ver qué nos queda, es el que está dando de comer a muchos hijos y nietos. Los abuelos, que solo son las víctimas de esta crisis, son los que arriman el hombro y si no imagínate, que ellos al menos le tenían miedo a las deudas, y a la ostentación, y a la carreta delante de los bueyes. El niño de veinticuatro años que no sabe aún el valor del dinero, se va de crucero diez días y no sabe si le ha costado 80 euros u ochocientos, toma castaña. Esto es solo enseñanza Lola, como la que tú impartes, pero esta es de más calidad aún –con perdón-. La buena enseñanza hay que pagarla, ésta va a pago en especies. Y si no, pregúntale al chaval que se despidió del profesor llamándole pringao. Otra, niño tú que quieres 50 euros, toma 100, que no pases ¨fartag”, porque yo pasé muchas ganas de cosas. Ah, y por decir mucho menos de lo que dices, Lola, ya eres fascista-capitalista. Afortunadamente, aprendí a trabajar en el campo – todo el día, en verano, arrancando garbanzos blancos- antes que a leer y escribir, y esto último fue con seis años. El arranque de garbanzos fue mi primer tratado de filosofía, encantadísimo, aprendí el valor de algunas cosas, aprendí la proporción entre esfuerzo y recompensa. Por desgracia aquella enseñanza se ha esfumado, está volviendo. Bueno, va….

  2. El hoy es malo pero el mañana es nuestro, diría cualquier creyente de algo supranatural. De nada vale ya rememorar las verdes praderas cuando el desierto toma plaza y tal vez ni los añorados prados eran tan verdes y a saber si eran siquiera hierba. Verá vd, seña Lola, creo que lo nuestro (es decir, aquello que atañe a todos los españolitos casi por igual) depende más de una actitud ante la vida. Ya no se trata de aquél que llegó a una famosa venta de la Alta Axarquía y el dueño le reclamaba el pago de unos huevos fritos que se había comido dos años atrás, ajustándole todos los intereses y toda la posible producción de pollitos, gallinas, más huevos y más pollitos, durante el tiempo transcurrido. Como el deudor no quiso hacerse cargo del elevado débito, lo llevó a juicio. Tras intenso debate, concluyó el tribunal (español también) que, al fin y al cabo, los huevos, después de fritos, no crían pollos ni gallinas. Absuelto, aunque la Merkel, de estar presente, hubiera puesto unos ojos como platos. No. Evidentemente, ni somos tan malotes ni tan dados a la vagancia. Más bien al chalaneo, por arriba y por abajo. En la caja de ahorros, ayer no más, te podías encontrar, mientras guardabas cola, con el albañil hablando de viva voz con un colega: «sí, vengo a cobrar el desempleo y me voy rapidito que tengo que acabar un chapú en La Cala y son trescientas mil del ala. Y la semana que viene voya a… «Y tan normal, oye, que son currantes; y si arriba lo hacen y otorgan…
    Lo dicho. El Evangelio y el predicar con el ejemplo. Al pie de la letra. Nada de ateísmos y otras zaramallas.
    Saludos y arriba esos ánimos. Siempre nos quedará algún maizal para fabricar pan de borona, que es tan nutritivo.

  3. Los enseñantes enseñamos valores a los alumnos contra la voluntad de ciertos padres de los alumnos, que no están por la labor y van por otros derroteros. Hoy mismo me he visto en un conflicto significativo. Una adolescente había robado por valor de veinticinco euros en unos grandes almacenes y, siendo detenida por el guardajurado, dio aviso a la policía, que habló con el padre de la susodicha niña, quien se encaró con la autoridad alegando que, si su hija había robado, más había robado Bárcenas y, o sea, que se jodieran.
    Educar, a como está la cosa se está poniendo muy difícil, sin embargo, contra viento y marea, los docentes siguen en la brecha de la rectitud, por ejemplo, rechazando en su mayoría el programa de calidad, que consiste en hacerse regalar dinero por dictaminar aprobados que son suspensos ¿de qué colectivo se podría decir lo mismo? ¿Y cuántos, tantísimos profesores hay que no se ven acosados y perseguidos por el simple hecho de querer desempeñar honestamente su trabajo?
    La sociedad debería valorar por fin esta labor heroica y apoyarla, pues de ella depende que las nuevas generaciones no salgan violentas y delictivas y que este país avance hacia el progreso y no se primitivice por la ley del garrote, que empieza a imperar por sus fueros. ¿Cuándo por fin se tomará conciencia de que el origen de todos nuestros males sociales proviene de la devaluación del sistema educativo que supone la desautorización del profesor y el entorpecimiento a esa tarea crucial que realiza? ¿Y qué profesores, dentro de unos diez y veinte años, educados en la desidia, podrán emular a estos excelentes profesionales que por vocación, se dejan el resto, concienciados de la trascendencia de una profesión de la que depende, decisivamente, el futuro de todos los españoles?

  4. Antes, las dictaduras se hacían con pronunciamientos como colofones de una urdimbre de días, meses o años clandestinos. Hoy, la parrasia disimula la morcilla de la historia y de la sangre, juntas como en un arca alianzado, que no es de salvación, sino de oprobio y latrocinio, así que los nuevos directorios son finos como la ropa de entretiempo. “España va bien” no pasa ya un control de calidad por la veritas del sintagma, demostrado por el “España no fue bien” que hoy podemos decir a toro pasado, porque ha pasado y no ha quedado bienestar, como si quedó en las carreteras con el toro de Osborne como alimento del imaginario colectivo desde la simbología de nuestro modo de ser. Aquel otro imaginario del falso bienestar quedó en carcoma cuando sus efectos se hicieron migraciones a Alemania, por hogaño. Y cuánto daño de aquél camelo,/ cuánto veneno en el caramelo. Casi podemos decir que hubo un tiempo en España de hombres seducidos, después virados en hombres desahuciados. Tome usted la pasta, que dentro de veinte años vamos por la casa. Nadie imaginó que el castillo de naipes tenía un sótano lleno de termitas y que al albur del tiempo la termita ascendería porque parasitó en los pies ligeros del becerro, y el oro llevaba en su valor el desvalor. Lo que pasó en la ominosa (¿fue más de un bienio, no?) época de bonanza consistió en no hacer radiografías con contraste y, claro, nunca se vio el interior con la proyección adecuada ni con ojos en las cavidades pequeñas de las distintas anatomías. Si aparecían algunos dolores no se cubrían con un juicio patológico correcto, sino que se daba alguna medicación para tratar sólo el síntoma y el juicio era una simple alteración nerviosa, una distonía vegetativa, inane para preocupar porque España iba bien, y si va bien a qué mirar posibles quitaganas entre tanta riqueza geométrica. Y hasta aquí hemos llegado, el zapatero tuvo su parte de responsabilidad, pero para tener un zapatero y meter los zapatos, es necesario la ilusión de un inmueble de hipoteca a la mano donde poder meterlo, y eso fue antes. Un saludo.

  5. La respuesta de ese padre, defendiendo la actitud delictiva de su hija, entra dentro de una lógica razonable – si bien, volviendo a lo castizo, comparar no es razonar – y va acorde con lo que a él también le han enseñado, no solamente Bárcenas, adláteres y otras cuadrillas, sino desde la misma Transición hasta hoy. No deja de ser una huida hacia ninguna parte, correa de transmisión de un derrotismo que apabulla. ¿Cómo reciclamos tamaña cantidad de basura acumulada, tras una época de infantil felicidad, gracias a un inagotable, pufffs, consumo interminable, nominado para usar y tirar…? ¿Dónde estaban esos responsables de la Educación? ¿cogiendo alúas o, por contra, se lo llevaban crudo haciéndose el tonto? No seré yo el que les meta un dedo en la boca, que me quedo sin él.
    La otrora «sociedad el bienestar» empieza a moverse. Pero a mí me da por pensar que los realmente afectados se mueven muy poco. Los millones de no recortados – por falta de tela, claro – no dicen esta boca es mía y son los que deberían tomar las calles, seguidos de aquellos que llevan algún tiempo gesticulando, pancarta en ristre y ondeando tal bandera, ante la falta de perspectivas para sus salarios y derechos, lo que crea serias dudas ante el resto de la sociedad o que no se ha cumplido el hoy por ti mañana por mi. (¿dónde estabais entonces…?)

    La Educación, quién lo duda
    en todo este entramado
    tiene su parte de culpa
    No vale dar largas al pueblo
    en época de bonanza
    y el país se reconvierta
    en lo que siempre fue España:
    donde no alcance la mano
    que se llegue con la espada
    y al más abultado talego
    (cual Antoñuela la Pelada
    el vivo colchón del sexto
    dixit Quevedo, ahí es nada)
    lo dejen en esqueleto.
    Tras el siglo de las siglas,
    de la España que iba bien
    a la llamada «de Champions»
    algo se fue de la mano
    por no poner pie en pared
    y que el villano remedio
    como siempre, ha de ser
    -Dios no quiera, que no veas-
    el Cirujano de Hierro
    soñado por Joaquín Costa
    y Macías Picavea…

    ¡dichosa razón histórica!

    Saludos.

  6. Pues claro que sí, ahora, a fin de cuentas, puede demostrarse que el origen de esta crisis, ya fue gestado desde los tiempos del bienestar y antes de Zapatero, quien, si acaso, contribuyó con ciertas dotes para la superficialidad y el derroche en gastos superfluos.
    Si la mayoría no lo supo ver fue porque está manipulada por medios que sólo orientan a consignas, como ahora, por cierto. Si no nos educan como es debido, no va a quedar otra que hacerse autodidactas. Nuestra parte de culpa es dejar siempre en manos de otros, unas manos muy largas, lo que no va a quedar más remedio que vayamos solucionando nosotros mismos. La ciudadanía ha de empezar a tomar parte activa en la política y no creer que la eliminación de los políticos sirve para enmendar el presente y mucho menos el futuro. Hay que preparar relevos, porque el poder sin nombre, es un espacio que queda vacío para que una dictadura se abra paso como suele ocurrir en tales casos. A río revuelto, ganancia de pescadores. Y ya sabemos quienes pescan en estas circunstancias ¿lo vamos a permitir?

  7. Uds. me disculpen que me refiera tanto al entorno de mi o de mi maizal, pero es la referencia que tengo más cercana, estoy casi seguro.

    Exactamente, en el clavo Winspector, lo nuestro depende de nuestra actitud ante la vida. Pasa que uno es egoísta y quiere colaborar con la enseñanza- y de paso hacerle algo de caso a Lola-, y no dejársela toda a los profesores, y por lo tanto uno quiere, egoísta uno, que los allegados perciban si no una herencia en dineros, al menos un poco de fuerza, o sentido común, o entereza, o cómo lo diga Anselmo que tiene mejor dominio de la ciencia escrita, para así afrontar los contratiempos de la vida.

    Pero claro, el profesor que exige, es el malo. Ya no te digo del padre que exige un poquito. Es un viejo, un carca, un atrasao, un fascista, un antiguo….un ogro. Es que la Pepi tiene esto y esto y lo otro, y se va a tal sitio, y su padre le ha comprado un coche para que vaya a primero de bachillerato –que por cierto está repitiendo al igual que algunos cursos anteriores-. Y yo que voy bien, me dices que podría ir mejor. Y que el autobús es buenísimo para viajar. Y que te pido 50 y me dices con 30 no tendrás bastante.

    La Pepi ahora anda con una barriga viviendo en el salón del padre del niño que lleva dentro, trabajó de camarera por 600 euros pero la cortaron. El padre del niño que lleva la Pepi, está más tieso que la mojama muy seca, tuvo que entregar el Audi A-3 por falta de pago, es que cuando lo compró ganaba 2.500 euros y el “probetico” se ha quedado parado.

    Lo dicho, a mí esta crisis me lo está poniendo facilísimo para cumplir mis aspiraciones en colaborar con la enseñanza/educación/formación. Claro que he perdido poder adquisitivo….y qué a gusto me estoy quedando…..

    Saludos.

  8. No es correcto: La Pepi ahora anda con una barriga viviendo en el salón del padre del niño que lleva dentro

    Quise decir: La Pepi ahora anda con una barriga viviendo en el salón del padre del padre del niño que lleva dentro

  9. Pues el que suscribe tampoco le mete el dedo en la boca al tonto que se fue a buscar alúas. Ya no, ya de éstas estoy un poco harto. Ahora recapitulo, “semos asín” los españoles, me adapto. Me preparo, antes de quedarme tuerto ha de haber un buen reguero de ciegos. Los cerebros de Bolonia, decían que el pueblo es el espíritu de sus gentes. Sus leyes, sus costumbres, sus jueces, sus políticos, sus ladrones, sus profesores, sus alumnos, son todo un conglomerado: UNO. Mi vecino nonagenario dice “tenemog log que nog merecemo”. ¿Quién soy yo, sino un simple pelanas para cambiarlo?. Luego, me adapto. No más críticas negativas, me adapto. ¿Qué diferencia hay entre Aznar, Rajoy, ZP, Cayo o el del cayado?. Creo en las personas como seres individuales, no en las personas como representantes de un grupo que se compone de variopinta esencia del español, con sus ladrones inclusive. Pero aún no conozco alternativa, luego la acepto, y me adapto.

    Me adapto. Sigo en el maizal. Pero además estoy buscando otras alternativas. Quién sabe, las solanáceas (tomates, pimientos, berengenas) se dan de maravilla en estas tierras abandonadas del Guadalhorse. La corcubitáceas (melones, sandías, pepinos), mejor aún. Ahora, debido a estas apreturas de crisis, también sueño con tener un melonar, mira que son hermosos un par de melones reposados en una mesa de salón. Un francés me ha pillado la delantera y tiene miles de hectáreas sembradas de ellos, que los lleva en avión a todo el mundo. Como soy un ignorante, me escapo del maizal y me cuelo en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias, buscando sus componendas de Nitrógeno, Fósforo, Potásio. Si veis por allí un tipejo con olor a sudor rancio, con boína y pantalón de pana, ese es Quintiliano. Pero para mi desgracia, no me da tiempo a estudiar todo lo que necesito, ahora se me ha antojado a la vez tener un higueral, sueño a veces con dormir la siesta a la sombra de esos higos carnosos y frescos….

  10. Bueno, bueno, Quintiliano y su irreductible maizal. Al final, España es la que es y al devenir de los siglos y de la historia, suele cambiar bien poco; en eso estamos de acuerdo. Antes que educación ática e incluso, antes que espartana (somos poco disciplinados) la nuestra tiende, últimamente, hacia el escepticismo. Estoicismo, para casos históricos y extremos; sin tener que remontarse a Numancia o Sagunto, ahí está el Alcoyano, como ejemplo de resistencia y fe en la causa. Convengamos, pues, que todo se está haciendo por el bien colectivo, por nuestro bien y que, por supuesto, no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita, sobre todo en los tiempos que corren… Viéndolo desde esa perspectiva, a mí también me parece de una lógica aplastante, como asímismo le ocurrirá a millones de personas de este país, cuyas trayectorias vitales están ocupadas por un pasado cierto, que al principio fue difícil, igual que a otros tantos millones les parecerá fuera de toda lógica el hecho de tener un pasado lleno de facilidades y un futuro incierto. Mas, convendría a unos y otros, no descuidar el presente y su día a día, que al cabo es lo que vives. De una manera u otra, toca moverse con inteligencia. Andando vamos.
    Sugerente la imagen de los melones reposando sobre la mesa…

    Saludos para tod@s

  11. ¿Una higuera quieres Quintiliano? Árbol, sin duda, emblemático para este país. Quien más, quien menos, no se ha caído en su vida de una higuera y a todos les importa todo un higo. Los políticos son malos, que se vayan y, pues bien, ¿quién va a gobernar en su lugar? Yo creo que éste es un detalle a tener en cuenta, porque si no lo pensamos nosotros, nos lo van a dar ya pensado y decidido. Y, para mí, que la solución no nos va a gustar un pelo.
    Nadie puede estar tranquilo ya y el día menos pensado Sánchez Gordillo te okupa el maizal y a ver qué haces.
    Para ser cabeza de familia no hace falta mucha cabeza, es cierto, ahí está el marido de la Pepi y las Pepis del presente y futuro, que no podrán abortar, según dice Gallardón. No se presume por genética que esas nuevas generaciones tengan mayores luces que sus padres, pero resignarse, jolín, resignarse ¿tú también Bruto, hijo mío?
    No me digas, Winspector, que tú también te apuntas a eso ¿O es que quieres volverte a Suiza? Triste me dejáis y Sola…en el Mundo.

  12. Eh, eh, a mí que me registren, Lola, ¿cómo se te ocurre mandarme de nuevo a Suiza, sin un chavo in tasca? Estaría irremisiblemente perdido, ¿quién se haría cargo de mí, ahora, sin melenas al viento, sin pantalón de campana, pobre y mendicant…? Antes, bien es verdad, podía vivir allí haciendo el «pigro» meses enteros incluso y disfrutando my way, a mon air, en fin, como se quiera decir. Pero hoy, de tout de tout, niente da fare, ¿sabes lo que cuesta un alquiler? ¿y una cerveza pelona? tres veces más que en Málaga. Y (muy)controlado. O sea, lo que tenga que ser, será…pero en España.

    Y no estás sola, Lola (esto me recuerda a Los Brincos) que somos muchos los presuntos implicados (ni a caso hecho)

    Un saludo para ti y para tod@s

  13. Un franco erano quattordici pesete in quelli tempi, adesso che tutti condividiamo léuro non è mai così, ma perché pensare ai soldi. Non vogliamo in qualsiasi caso che tu vada vía. Cosa faremmo senza di te? Porca miseria!
    Abbiamo bisogno di te! Ahora que lo dices, telepatía, también me acordaba de esa canción, «Lola», de Los Brincos. Voy a remitirla, que no tiene desperdicio, ahí va, ¿la pinchamos abajo?:
    http://youtu.be/fBEfp0NS0EY

  14. ¿Resignación?, no, se ve que me explico mal. Otra optica, actuar, emprender, observar el medio, ejecutividad, ejecutividad, sacar fruto al medio sin cambiarlo. Cambiar el medio, y a sus gentes, es una pérdida de energía, muy necesaria por cierto para la ejecutividad de esta otra forma de ser/actuar.
    Saludos.

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